Hoy tocaba probar el material a utilizar el próximo domingo. La verdad es que la indumentaria es la misma que utilizo en las carreras, o sea, que por ahí poca novedad; sin embargo quería probar a llevar dos geles enganchados con un imperdible a los costados del pantalón. Estaba algo temeroso por si resultaba incómodo llevar los geles, pero ha ido todo perfecto.
Si ayer hacía mucho calor, hoy también. He salido a las 9:30 y ya hacía bastante calor, menos mal que por el circuito del río había sombra en muchos tramos y se hacía más llevadero. Al llegar al parque, adopté un ritmo que consideraba factible e iba devorando kilómetros sin mirar el cronómetro. Luego he visto que esos kilómetros han salido a 4:45. Este entreno me confirma que ese ritmo es el bueno para la maratón. Quizás podría ir un pelín más deprisa si el tiempo acompaña.
Sobre el kilómetro nueve, la rodilla me ha dado un susto. Ayer en el kilómetro de «enfriamiento», al cambiar de ritmo me molestó la rodilla. Hoy me ha molestado en ese punto kilométrico y pensaba que iba a tener que parar, pero al poco tiempo ha dejado de molestarme. Es una molestia guadiana, que viene y va. Pienso que no le sienta nada bien a la rodilla los cambios de ritmo. Habrá que ser constante.
He recorrido algo más de 17 km en un tiempo de 1:22:43 a un ritmo de 4:49 y con magníficas sensaciones. Al llegar a casa, después de los estiramientos y la ducha, hielo en la rodilla y luego casi perfecto.