Mejor parar que seguir lesionado

He decidido parar porque veo que la lesión no se va y es tontería seguir corriendo. Pararé unas semanas para ver si me recupero del maldito tendón de Aquiles que tanta guerra me ha dado durante tantos años.

Después de estar una semana parado después de la maratón lo intenté el domingo 5 de mayo, salí a andar y trotar un poco, pero noté ligeras molestias en el tendón. Aún así, salí a correr el martes 7 de mayo y aunque sólo hice 5 kilómetros y a un ritmo muy tranquilo, las molestias seguían ahí. Lo mismo me ocurrió el jueves 9 de mayo, que hice otros 5 kilómetros y con sensaciones nada buenas por la misma historia. El sábado 11 de mayo salí con Ninfa y Miguel y bajamos al Parque Lineal y aunque yo no quería hacer mucho, mis compañeros me «obligaron» a hacer 9 kilómetros. Al meter más kilómetros el tendón me molestó más que los días anteriores. Acabé la semana yendo en bici hasta San Martín de la Vega y en bici la verdad es que no lo noté, el tendón iba genial, por lo que mejor bici que correr a pie.

Ya había tomado la decisión de parar porque veía que aquello no se arreglaba; sin embargo el 15 de mayo, festividad de San Isidro hicimos una encerrona a Joaquín para hacerle un regalo por su reciente boda. Le engañamos diciendo que íbamos a hacer un entrenamiento y cuando llegó se encontró con un grupo de pradolongueros muy numeroso. Le entregamos su regalo y él correspondió invitándonos a un café. Antes del café hicimos unos kilómetros siguiendo el trazado de la Carrera Popular Barrio del Zofío que se celebrará el 16 de junio en nuestro barrio. Hicimos la vuelta de 5 kilómetros y un poquito más para completar 9 kilómetros. Acabé bastante fastidiado del tendón. La parada es obligatoria hasta que me recupere, es tontería seguir machacando el tendón.

Celebrando la boda de Joaquín. ¡Enhorabuena compañero!

Esta vez reconozco no estar preparado

Decía el 10 de marzo que estaba preparado para la media de Villarrobledo. Lo mismo dije el 31 de marzo para la media de Madrid, pero hoy no puedo decir lo mismo para la maratón de Madrid para la que necesitaría incluso más preparación y no estar medio lesionado.

El 7 de abril corrí la media de Madrid y acabé con el tendón de Aquiles de la pierna derecha bastante dolorido, por lo que decidí ir a la fisio lo más pronto posible. Y no es que empezara a dolerme ese día, ya llevaba unas semanas con las molestias. Al día siguiente pude ir a la fisio y me dijo que tenía una pequeña contractura. No le dije que iba a correr la maratón porque me hubiese tirado por la ventana, me callé astutamente por si acaso. Decidí parar esa semana para ver si con su manipulación y con un poco de descanso me recuperaba.

Después de esa semana de reposo salí el martes 16 de abril y lo hice con otras zapatillas por si fuese un problema con las zapatillas actuales que nunca han llegado a convencerme. Durante el entrenamiento me molestó un poco, pero no demasiado, lo cual me dejó bastante contento. Hicimos dos vueltas al parque pero a un ritmo muy tranquilo.

El jueves 18 de abril volví a salir. Al ser Jueves Santo quedamos un buen grupo de pradolongueros a las diez de la mañana sabiendo que nos íbamos a mojar, pero las previsiones daban lluvia todo el día, por lo que daba igual una hora que otra. Bajamos al Parque Lineal y cuando comenzamos no llovía mucho, sólo chispeaba, pero según iban pasando los kilómetros la lluvia arreció y acabamos bien mojados. Aproveché algunos kilómetros para aumentar el ritmo y comprobar el estado de mi tendón. Pude comprobar que no está como quisiera y si el martes acabé contento, esta vez no tanto. Hicimos únicamente 12 km que a estas alturas de preparación y estando como estoy no sé si son muchos o pocos. Quizás sea cuestión de las zapatillas, tendré que estrenar las Saucony que compré el día anterior.

Saucony Jazz 21 compradas en Bikila Leganés

El sábado 20 de abril salí a estrenar las Saucony Jazz 21 que había comprado unos días antes. Había quedado con un compañero en el punto de encuentro de Pradolongo pero cuando llegué ya se había ido, así que hice yo solo los 15 km que tenía previstos. En abril de 2015 compré unas Adidas Supernova Glide 7 que estrené un martes y el domingo corrí una maratón con cero problemas y confiaba que con las Saucony ocurriera lo mismo, pero nada más lejos de la realidad porque acabé los quince kilómetros con ampollas en la zona donde me suelen salir unas durezas, cerca del juanete, así que correré la maratón con las Adidas, por aquello de que más vale lo malo conocido. Y lo malo no fue sólo lo de las ampollas, sino que el tobillo me seguía molestando, así que correré la maratón medio lesionado y que Dios reparta suerte.

Hice los 15 km tratando de llevar un ritmo similar al que trataré de llevar en la maratón, entre 5:20 y 5:30 así que tardé 1:22:12 y el ritmo fue de 5:23. Acabé bien si obviamos los problemas de ampollas y talón.

Y la semana que viene lo mismo ni salgo porque estando como estoy, lo único que puede pasar es que vaya a peor. Lo dejaré todo para el día M.

He visto naves en llamas más allá de Orión

En uno de los momentos más emotivos de Blade Runner el replicante Roy Batty, justo antes de morir decía algo así como: Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Naves de ataque en llamas más allá del hombro de Orión. He visto rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir.

Roy Batty lo decía como algo único, algo irrepetible, alucinante, increíble, inaudito, cosas que no todo el mundo ha tenido la oportunidad de ver. Pues bien, hoy he visto en el Parque de Pradolongo cosas tan inauditas como las que vio Roy Batty. ¡He visto perros con correa en el parque de Pradolongo! ¡Y dueños pendientes de sus perros!

Ya he contado que el jueves pasado Emilio tuvo una experiencia muy amarga con unos cuantos perros, unos cinco canes, que le rodearon y le dieron un susto morrocotudo. Contaba Joaquín que cuando llegó Emilio al punto de encuentro después de ese desagradable incidente estaba desencajado, el hombre lo había pasado fatal.

Pues bien, cinco días después, el martes, mis compañeros Joaquín y Jesús tuvieron una experiencia similar, pero esta vez había más perros rodeándolos y encima los dueños de los perros achuzándolos, riéndose, insultándolos y grabando con sus móviles la redada. Alguno de los dueños les dijeron que se fueran a correr a la pista de atletismo. Hemos llegado a una situación en que para alguna gente, los perros tienen más derechos que las personas.

Después de pasar un muy mal rato decidieron ir a la comisaría de la Policía Municipal anexa al parque para denunciar la situación. Dijeron los municipales que mandarían una patrulla para ver qué pasaba. No sólo eso, al día siguiente fueron a la Junta Municipal a dejar por escrito su queja de lo que había sucedido.

Y algo debió hacer la Policía ese día o al siguiente porque hoy jueves cuando hemos pasado por la zona donde se juntan una docena de perros y perreros había algunos perros con correa y otros que no teniéndola, sus dueños los sujetaban cuando hemos pasado. Por supuesto, alguno estaba suelto y uno de esos salió ladrando a por nosotros, pero al menos no hubo una jauría de perros rodeándonos. Cada día que pasemos y nos ataque un perro volveremos a ir a la comisaría a quejarnos para ver si de una vez por todas podemos convivir en paz perros y corredores, que no parece tan difícil, sólo hace falta un poco de educación por parte de los dueños de los perros.

Con todo este asunto de los perros, el entrenamiento fue un poco mierdoso, ya que paramos, arrancamos, volvimos a parar. Un mal día para mi tendón de Aquiles que estas paradas y arrancadas no le sientan nada bien. Decía el domingo que me veía preparado para la media, pero voy a llegar tocado.

Preparado para la media… De nuevo

Comentaba hace unas semanas que me veía preparado para la media de Villarrobledo y hoy puedo decir lo mismo, que me encuentro preparado para la media… Pero esta vez la de Madrid.

Empecé la semana de entrenamientos como siempre un martes. Antes de salir me eché crema en el tendón de Aquiles de la pierna derecha y estuve masajeando la zona, luego estiré y a las siete estaba en el punto de encuentro. Allí estaba Joaquín y al poco llegó Jesús, así que los tres nos pusimos en marcha a un ritmo bastante llevadero, ya que yo tenía más miedo que vergüenza a que me doliera el tendón de Aquiles, pero afortunadamente pude correr sin problemas. Hice 10 km en 57:46 @ 5:46 min/km.

El jueves cuando llegué al punto de encuentro vi a Joaquín y a Emilio armados con palos. Les pregunté cual era el motivo y me contó Emilio que había llegado antes al parque, decidió dar una pequeña vuelta y cuando llegó donde están los perreros cinco perros le habían rodeado. Como siempre, con la frase mágica de si no hacen nada lo arreglaron todo los perreros. Al poco vino Jesús y nos pusimos en marcha los cuatro con Joaquín y Emilio bien provistos de palos por si volvía a ocurrir lo mismo. Al poco vimos a Mariano y un poco después a Luismi, al que llevábamos bastante tiempo sin ver, de esta forma completamos un pelotón de seis corredores que no es muy habitual. En la segunda vuelta se fuero Emilio y Jesús y al poco Luismi por lo que aprovechamos para apretar un poco, pero no conseguimos dejar a Mariano aunque dice estar lesionado. La segunda vuelta fue claramente en progresión ya que hicimos 4:56, 4:39, 4:21 y 4:09. En total fueron 9,5 km en 48:32 @ 5:05 min/km. Un buen entreno. En estas dos vueltas no tuvimos problemas con ningún perro pero cuando Joaquín se iba para casa se encontró con dos perrazos con muy malas intenciones… Y con las dueñas muy groseras que no pararon de insultarle, respondiendo aquello de el que tienes que estar atado eres tú cuando mi compañero les dijo que, por favor, ataron a los perros.

El sábado habíamos a las nueve y media y cuando llegué ya estaban en el punto de encuentro bastante gente: Andrés, Quique, Emilio II, Jesús y Miguel, aunque Andrés estaba de charla, no tenía intenciones de correr. Después de un rato de charla salimos los cinco hacia el río. Pasado el kilómetro cuatro decidió Quique poner tierra de por medio y yo aceleré, pero sólo un poco, por no ir al trote el guarro; sin embargo cuando llegué al cinco pensé que podía hacer los kilómetros que me quedaban por el parque a ritmo M, que fijé en 4:35 ya que 4:30 me parecía demasiado ambicioso. Cumplí con el plan e hice 8 km que salieron justo a ese ritmo. Cuando llegué al punto de encuentro estaba Miguel con el que me fui andando hasta su casa. Completé 16 km en 1:19:25 @ 4:58 min/km. Un ritmo bastante interesante.

Para no castigar más el tendón de Aquiles, pero con la intención de hacer fondo, se me ocurrió salir con la bici, por lo que el 31 de marzo fue la fecha señalada para la primera salida en bici de este año 2019. No fue un buen día porque al contrario que el día anterior, estaba nublado e incluso llovió, lo que hizo que me mojara. Además hacía frío. Fui por el carril bici hasta la glorieta de la Warner, muy cerca de San Martín de la Vega y allí me di la vuelta. Fue entonces cuando empecé a notar frío de verdad y se complicó la cosa con un dolor de culo típico de estas primeras salidas en bici. Hice poco más de 53 km en 2:16:27 @ 23,5 km/h.

No sé si me estoy pasando

Hoy he terminado con molestias en el tendón de Aquiles derecho. Podría ser por estar metiendo muchos kilómetros. Muchos kilómetros para los que yo acostumbro, claro, que para otra gente los kilómetros que hago son de risa. Como he dicho muchas veces, es mejor llegar corto de forma a una carrera que lesionado, así que tendré que bajar el número de kilómetros que hago a la semana. Pasaré de correr cuatro días a tres y tratar de salir con la bici ese cuarto día. Ya veremos si soy capaz.

Ya conté que el martes hice un regenerativo obligado. Y digo obligado porque tenía las piernas tan castigadas que aunque hubiese querido no hubiera podido ir más deprisa. El jueves cuando llegué al punto de encuentro ya estaba allí Joaquín, que al igual que yo tenía las piernas aún cansadas, pero eso no fue óbice para ponernos a entrenar. Al poco de empezar, cuando no llevaba ni doscientos metros, me tropecé con una raíz y caí al suelo arañándome las manos, la pierna derecha, la cadera del mismo lado y la espalda también de ese lado, fue un mal comienzo, pero no me importó demasiado, me acerqué a una fuente, me lavé un poco y seguimos. Un poco después del primer kilómetro nos encontramos con Mariano al que llevábamos bastante tiempo sin ver, ya que ha estado lesionado y aún no está bien del todo. Mariano nos sacó de nuestra zona de confort, como se dice ahora, llevándonos a un ritmo más vivo de lo normal, como debe ser. A mitad de la segunda vuelta apreté un poco hasta que nos encontramos con Emilio el hombre radiactivo que no pudo venir antes. Al verlo aflojé para ir con él, ya que no era cuestión de dejarlo tirado después de que el hombre viniera hasta aquí. Mariano y Joaquín siguieron a toda pastilla. Acabé haciendo 9,5 km en un tiempo de 52:21 @ 5:29 min/km.

El viernes envié un mensaje al grupo de pradolongueros para ver si alguien quería salir a al día siguiente a entrenar por la mañana, pero no obtuve respuesta, así que el sábado fui solito a Parque Sur, sitio al que llevaba tiempo sin ir. Ya tenía las piernas más descansadas por lo que iba más ligero aunque el circuito tiene más desnivel que el de Pradolongo. En este parque llevan unos meses arreglando los caminos y este sábado pude ver que están arreglando una escalera que sube a la parte más alta del parque desde una zona cercana a la Carretera de Toledo. En ese sitio había una escalera cuyos escalones eran de madera. Me pareció ver que están sustituyendo estos escalones por otros de cemento, los típicos de una escalera normalucha, de las que encuentras por la calle. Desde mi punto de vista, quedaban bastante mejor y más integrados en un parque los escalones de madera, pero quizás los están sustituyendo porque debe ser más fácil el mantenimiento. Hice dos vueltas en sentido de las agujas del reloj y otras dos al contrario totalizando 12 km en 1:01:38 @ 5:08 min/km. No miré el cronómetro en ningún momento durante el entrenamiento y me sorprendió el ritmo que llevé en estas cuatro vueltas porque tampoco es que me matara entrenando.

El domingo fueron 16 km en un tiempo de 1:25:14 @ 5:19 min/km por el Parque Lineal. Salí con una amiga con la que hice seis kilómetros, luego ella se desvió por el segundo puente y yo seguí para completar el circuito hasta el final del Parque Lineal. Al contrario que otras veces que cruzo un puente para ir a la margen izquierda y luego cruzar por el puente de colores a la margen derecha, esta vez no hice estos cruces y seguí por la margen derecha por debajo de la cementera. Por ese camino te ahorras unos metros, pero hay más desnivel. Fue un auténtico entrenamiento en cansancio porque aún no me había recuperado de los esfuerzos de la semana. Y este tipo de entrenamiento viene genial para una maratón, aunque mi tendón de Aquiles se resintió y habrá que cambiar de planes.

Había olvidado contar que el domingo antes de salir me subí a la báscula y pesaba 69,9 kg que es ¡un kilo más! de lo que pesaba dos semanas antes. Bien es cierto que el sábado estuve de cumpleaños y quizás comiese más de la cuenta. Además que el miércoles me comí un cocidazo de los buenos.

Contar también que en Pradolongo están arreglando el alumbrado, ya que aunque hay farolas muchas están tapadas por los árboles y además dan una luz mortecina que alumbra muy poco. El arreglo consiste en alejar un poco las farolas de los árboles, pero si no podan un poco las ramas, tampoco se va a arreglar mucho. Otra cosa que han hecho es eliminar una farola enorme que tenía unos cuantos focos que en su momento alumbraban lo suyo. En vez de arreglar esa farola ha sido eliminada, no sé si eso es muy efectivo para que haya más luz en el parque.

Modificación de la situación de las farolas para mejorar el alumbrado.


Regenerativo obligado

Acabé muy mal la media del domingo, con las piernas cargadísimas y hoy cuando me he puesto en marcha notaba todavía las piernas cansadas. Dejó secuelas la media, hacía tiempo que no tenía las piernas como hoy; sin embargo, cuando se tienen las piernas así lo mejor es salir y correr algunos kilómetros como regenerativo. Sin lugar a dudas, es mucho mejor mover las piernas que estarse quieto.

Quedamos como siempre a las siete en el punto de encuentro. Cuando llegué sólo estaba Joaquín, pero en los minutos de cortesía llegó Jesús. Los tres estábamos con las piernas cansadas, dos de nosotros de correr y Jesús de haber estaba trabajando en el campo el fin de semana. Es por esto que nos tomamos el entrenamiento muy tranquilos, charlando los unos con los otros y viendo en el reloj que el ritmo era casi siempre superior a seis minutos por kilómetro, que en el día de hoy era un ritmo óptimo. Sólo corrí 7,8 km en un tiempo de 47:39 al escalofriante ritmo de 6:05 min/km. Un buen regenerativo.

Después de la experiencia de la media he estado pensado qué pudo pasar, porque no estaba súper entrenado, pero algo había hecho y el ritmo que traté de llevar tampoco fue excesivo… Siempre desde mi punto de vista, claro. Una de las cosas que claramente me perjudicó fue el calor que hizo, que me provocó una pequeña deshidratación y eso que bebí en todos los puestos, aunque quizás no tanto como debiera. Otra de las cosas que tampoco me vino bien fue el haber estado el día antes bastante ocupado. Por la mañana estuve montando una rueda del patinete Xiaomi M365 que había pinchado y cualquiera que lo haya hecho alguna vez sabrá que es una tarea ardua. A mí me dejó heridas en las manos, los dedos de las manos doloridos y los músculos de los brazos muy castigados. Por la tarde, aunque me eché la siesta, estuve limpiando la casa y eso tampoco ayudó precisamente. Uno se va haciendo mayor y tiene que tratar de llegar lo más descansado posible a la carrera y eso implica pasar el día de antes lo más tranquilo posible. En la próxima media habrá que ponerlo en práctica.

Preparado para la media

Si la semana pasada estuvo bien cargadita de kilómetros -siempre desde mi punto de vista-, ésta tampoco se ha quedado atrás. La media maratón está cerca y yo iba escaso de kilómetros, así que me ha ocurrido como a los malos alumnos que se dejan todo para el final y tienen que hacerlo todo deprisa y corriendo.

El primer día de la semana que salí a correr fue el martes 5 de marzo y notaba las piernas cansadas del fin de semana, así que cuando Joaquín y Miguel aceleraron el paso, yo simplemente aumenté un poco el ritmo, pero tratando de mantenerme con Emilio II a un ritmo cercano a los cinco minutos por kilómetro. Fue un día bastante tranquilo en el que completé 9,6 km en 51:36 @ 5:21 min/km.

El jueves 7 de marzo propuse quedar a las 18:45 en el punto de encuentro para tratar de hacer tres vueltas o al menos dos vueltas y pico. Emilio II dijo que tenía problemas en las lumbares y que no bajaba. No completé las tres vueltas, pero casi, porque hice 14 km de los cuales hice 4 a umbral, pero no quisieron seguirme ni Joaquín ni Miguel ya que ellos habían apretado el martes. Totalicé 14 km en 1:13:48 @ 5:16 min/km

El sábado 9 de marzo lo primero que hice fue subirme a la báscula y me llevé una gran alegría porque marcaba 68,9 kg y eso significaba que por fin había bajado de esa bonita cifra de 69. Había quedado con Miguel a las diez, pero no sabía si en la calle peatonal o en el punto de encuentro. Llegué un par de minutos después de la hora fijada a la calle peatonal y no estaba por lo que sospeché que se había ido al parque. Fui trotando para allá y efectivamente allí estaba. Nos acercamos a saludar a los jubilados y nos pusimos en marcha, bajando Jesús con nosotros hasta el Parque Lineal. Cuando llevábamos cinco kilómetros Jesús se dio la vuelta y nosotros apretamos el paso para llegar al segundo puente y luego tratar de alcanzar a Jesús. Notaba las piernas cansadas del jueves, así que tampoco fui muy deprisa, pero tampoco muy despacio, sobre 4:40, pero acabó el parque y no veíamos a Jesús. Fue yendo por la iglesia de San Fermín, la que hicieron nueva hace pocos años, cuando lo vimos a lo lejos. Miguel apretó el paso y subimos hacia el Doce bastante deprisa y seguimos a buena marcha hasta que lo alcanzamos poco antes de llegar a la calle Doctor Tolosa Latour, de este modo llegamos los tres juntos al punto de salida, que era ahora la meta. Ellos se quedaron en ese punto y yo hice un poquito más para completar 12 km que hice en 1:02:07 @ 5:10 min/km

El domingo habíamos quedado a las nuevo donde siempre. Yendo hacia el punto de encuentro llegué a la altura de Miguel, que iba andando. Me paré con él y me dijo que se había levantado jodido de la espalda y que no podía correr, que le habían tenido que ayudar a ponerse los calcetines y las zapatillas.

En el punto de encuentro estaban Jesús, Ángel y Joaquín. Nos saludamos, deseamos una rápida recuperación a Miguel y nos pusimos en marcha. Propuse bajar al río y todos estaban de acuerdo, pero ellos dijeron que sólo iban a correr una hora por unos motivos u otros. La idea era hacer media hora por el Parque Lineal y luego darse la vuelta para volver por el mismo camino. Fuimos los cuatro juntos y cuando llevábamos un rato por el río aumenté el ritmo ligeramente pensando que los otros tres harían lo mismo, pero iba oyendo sus voces y cada vez las oía más lejanas. Cuando llegó el reloj a los treinta minutos me di la vuelta pensando que estarían cerca, pero no los vi. Aumenté un poco el ritmo, tampoco exagerado, pero seguía sin verlos, por lo que al final desistí y me centré en los 18 km que tenía pensado recorrer. Al llegar a la altura de la Caja Mágica crucé el río y luego di una vuelta a la cabeza calculando para llegar al punto de encuentro en Pradolongo con unos 13 km. Y la cosa me salió redonda porque en el punto de encuentro llevaba un poco más de esos trece previstos. Hice una vuelta al circuito típico de Pradolongo, pero en sentido contrario, un poco más deprisa de lo que había ido hasta entonces, tratando de bajar de cinco.

Acabé los 18 km un poco antes del final de la vuelta haciendo un tiempo de 1:34:45 @ 5:16 min/km. Luego me puse a trotar y más tarde a andar para completar el enfriamiento.

Acabé la semana con casi 54 km que para mí son una barbaridad. Después de estos entrenamiento debo decir que me encuentro preparado para hacer una media decente. Luego veremos qué nos encontramos.

Estanque de Pradolongo con un montón de aves disfrutando de su agua


Semana cargadita

Se acerca la media de Villarrobledo y hay que meter kilómetros, que luego 21 km se hacen muy largos si vas escaso de preparación, así que esta semana ha sido de bastante carga… Al menos para mí, ya que me he metido entre pecho y espalda casi 53 km. Es evidente que a alguien le puede parecer una birria, pero para mí no lo es.

El martes 26 de febrero tuvimos un día relajado y sólo dimos dos vueltas a Pradolongo, aunque Joaquín ya hablaba de hacer tres, pero yo me notaba aún cansado del fin de semana y sólo hice dos vueltas y muy tranquilo. Fueron 9,7 km en un tiempo de 56:27 @ 5:48 min/km.

El jueves 27 sí hicimos las tres vueltas y si el martes fuimos despacio, esta vez fuimos más despacio aún. El objetivo de las tres vueltas era meter kilómetros de cara a la media y tratar de quemar las porras del desayuno, que me metí unas cuantas.

Ya quedaban menos después de ingerir entre todos los compañeros unas cuantas porras y churros

De todos modos no fue mala táctica esto de ir despacio porque así se acostumbra el cuerpo a estar más tiempo en movimiento. Fueron 15 km en un tiempo de 1:27:55 @ 5:51 min/km. Eso sí, se nos pasaron las tres vueltas casi sin darnos cuenta porque fuimos de cháchara todo el rato.

El sábado quedamos Quique, Miguel y un servidor y bajamos al Parque Lineal para una tirada no muy larga, que aún se notaba en las piernas la tirada del jueves. Traté de hacer cinco kilómetros en el tramo intermedio sobre 4:30 y la cosa salió más o menos. Hice en total 12 km en un tiempo de 1:00:16 @ 5:01 min/km. No estuvo mal la cosa.

Por aquello de acumular kilómetros, el domingo también salimos y de nuevo fuimos al Parque Lineal, un magnífico sitio para correr. Hacía buena temperatura, así que aproveché para salir en manga corta. Salimos muy tranquilos, acompañados por parte del pelotón de jubilados, uno de los cuales nos estuvo contando alguna historieta que otra. Había planificado una tirada larga, pero metiendo unos kilómetros a umbral en medio de la tirada, haciendo dos kilómetros a umbral, uno al trote y otros dos a umbral. Y eso fue lo que hice, cuando llegué al kilómetro seis aceleré para hacer los dos primeros kilómetros a umbral, cerca de 4:15 y me salieron a 4:16 y 4:18. Traté de recuperar un poco en el siguiente y luego volví a tratar de hacer otros dos a umbral y éstos me salieron peor todavía, ya que los hice en 4:20 y 4:31, fatal, fatal. Yo creo que noté el cansancio del día anterior, que no fue precisamente de paseo. En total fueron 16 km en 1:24:57 @ 5:18 min/km. Y de este modo acabé la semana con una buena kilometrada.

¡Se me olvidaba! Antes de salir el domingo me subí a la báscula y marcaba 69,7 kg. No consigo bajar de 69 ni de broma y eso me jode.

Nuevo objetivo

En años pretéritos el objetivo principal del año era la maratón de Madrid. Desde que me diagnosticaron la condromalacia cambié ese objetivo por uno menos ambicioso y he entrenado estos últimos años lo mejor que he podido la Media Maratón de Villarrobledo.

Este año me había fijado de nuevo como objetivo la media de Villarrobledo, pero los quince días pasados en la antípodas me han hecho cambiar de objetivo porque allí no entrené mucho y me veo corto de preparación para llegar a esa localidad albaceteña como me gustaría. Es por eso que me he fijado un nuevo objetivo tres semanas después, que no es otro que la Media Maratón de Madrid. Hace muchos años que no corro esta carrera en condiciones y ya veremos cómo llego este año. Espero que bien.

La pega principal que tiene esta carrera es su precio, desde mi punto de vista excesivo. He pagado 25,60 € y me parece un pastón. Sí, ya sé que me dirán que es para ayudar al Club Marathon y tal y cual…

Cuando corrí por primera vez esta carrera, que no era una media sino 20 km, allá por 1996, el precio de la inscripción fue de 800 pesetas, o lo que es lo mismo, 4,80 €. Así que calculen Uds. lo que ha aumentado. En fin, vamos a lo que vamos.

Habíamos quedado a las 10:00 en el punto de encuentro y allí aparecimos Quique, Miguel y yo. Estuvimos saludando a los jubilados, pero no nos apuntamos a su grupeta. Bajamos al río e hicimos cuatro kilómetros de calentamiento y al pasar ese punto aceleré para tratar de hacer cuatro kilómetros a un ritmo cercano al umbral, tratando de bajar de 4:20. El último me costó, debo reconocer, ya que no pude bajar de ese ritmo objetivo y se me fue a 4:24; sin embargo, los otros salieron bien: 4:17, 4:17 y 4:20. Y aunque iba deprisa, Quique se fue por delante y Miguel se quedó por detrás esta vez. Hice en total 11,3 km en un tiempo de 57:00 @ 5:02 min/km.

Entrenando en las antípodas

He tenido la ocasión de ir a Australia a pasar unos días, concretamente a Sídney y debo decir que lo que he podido ver de allí, merece mucho la pena. Lo malo es que Australia es muy grande y se necesita mucho tiempo y dinero si quieres ver todo. Sólo hemos tenido ocasión de ver Sídney y Melbourne.

Si íbamos a estar allí quince días, no iba a estar parado, sin entrenar, así que salí unos pocos días, tampoco muchos. Antes de irnos para allá estuve buscando un sitio donde entrenar en Sídney y recomendaban un camino que va paralelo a la costa desde la playa de Bondi hasta Cogee o Bronte, que no sé si es lo mismo, pero lo he visto de las dos maneras. Debe ser un sitio muy famoso porque tiene incluso una página web. Son seis kilómetros de ida y otros tantos de vuelta, pero no llegamos a completarlo en ninguna de nuestras salidas. Hay que decir que es un camino con un montón de escalones tanto de bajada como de subida, por lo que es más para pasear que para correr. Lo más bonito son las vistas al mar y a esas bonitas playas de arena tan blanca y lo que más me llamó la atención fue el cementerio de Waverley en donde había un montón de tumbas mirando al mar. Me recordó la canción de Serrat de Mediterráneo. También me gustaron los graffitis de la playa de Bondi.

Uno de los graffitis que se puede ver en la playa de Bondi

El primer día de entrenamiento fue el 5 de febrero. Fuimos por este camino y llegamos hasta la playa de Clovelly y allí nos dimos la vuelta ya que se cumplió el quinto kilómetro y no era cuestión de hacer demasiados kilómetros. Hicimos esos 10 km en un tiempo de 1:04:08 @ 6:24 min/km. Es obvio que no nos matamos, pero no es fácil llevar un ritmo decente con tantos escalones y tanta gente pululando por el camino. Y esa semana sólo entrené ese día 🙁 Eso sí me sirvió para que los de Garmin me regalaran una bonita medalla conmemorativa del Año Nuevo Chino por haber corrido ese 5 de febrero. Por cierto, es increíble la cantidad de orientales que hay en Sídney. Bueno, increíble no, porque Asia oriental está muy cerca de Australia.

Medalla conmemorativa del Año Nuevo Chino

La siguiente semana fueron tres días de actividad, de los cuales entrené dos y el último día que estuve en tierras australianas participé en un Parkrun del que ya doy cuenta en otra entrada. Esos dos días de entrenamiento fueron también por ese bonito camino de la costa. El 13 de febrero llegamos casi a la playa de Clovelly, pero nos dimos la vuelta antes y además paramos antes de llegar al punto de partido, de este modo sólo hicimos 9 km en un tiempo de 58:00 en un ritmo también muy cansino, a 6:26 min/km.

El 15 de febrero de nuevo fuimos por el camino costero, pero esta vez nos dimos la vuelta en el cementerio de Waverley. Hicimos sólo 8 km, pero tratamos de hacerlos un poco más rápido que en días anteriores. Esta vez tardamos 49:07 @ 6:08 min/km. Tampoco nos matamos, la verdad, pero insisto que no es un camino para ir deprisa.