Siete corredores siete

Hoy nos hemos juntado en el punto de encuentro nada menos que siete compañeros pradolongueros: los dos Emilios, Joaquín, Miguel, Marisa, Jesús y un servidor. Puede parecer un número escaso, pero no lo es siendo un 26 de diciembre y con una temperatura bastante desapacible, sobre todo por el viento frío, que azotaba de lo lindo. Decía Emilio R., y posiblemente no le faltará razón, que estábamos allí pasando frío por el remordimiento que nos causaba el haber comido en exceso estos días. No diré yo que no…

En mi caso, lo más raro es que con hoy son cuatro días corriendo seguidos y eso si que se sale un poco de la normalidad, pero hoy tampoco nos hemos exigido demasiado, así que tampoco me ha venido mal.

Como vi que hacía bastante frío, salí a entrenar con dos camisetas. Una de manga corta debajo y otra de manga larga y además me puse guantes, así que aunque a la vuelta se notaba el aire, no iba mal.

Hicimos las dos vueltas típicas a Pradolongo totalizando 9,7 km en 55:03 @ 5:40 min/km. Este sí fue un verdadero entrenamiento de recuperación.

Sobre las Adidas Glide 8

Las Adidas Supernova Glide 8 han sido las peores zapatillas que he tenido. Y si no, desde luego ocupan un lugar en el pódium de las malas zapatillas. Las compré este pasado mes de julio por la nada despreciable cantidad de 84,90 €. Sí, ya sé que no son zapatillas de 150 €, pero ya 84 me parecen caras, muy caras. Las estrené el 16 de ese mismo mes y aunque ese primer día me dieron buenas sensaciones, con algo menos de 500 kilómetros ya tenían un boquete de consideración como contaba en esta entrada y como puede verse en la foto.


Un buen agujero

Y con 850 km las he tenido que tirar porque el pie casi se salía de la zapatilla al correr.


Un buen agujero perfectamente acompañado de otro agujero

Podría hacer una sesudo análisis de las zapatillas, pero como no soy ningún experto, sólo diré que son una basura y un auténtico paso atrás del modelo 7 al 8. No tengo ni idea de cómo será el 9, ni siquiera sé si lo han lanzado o piensan hacerlo, pero si siguen por ese camino, van de culo.


Y como esto no es un blog de material deportivo, decir que hoy también he salido para descargar las piernas de la carrera de ayer. Bueno, en un principio era para eso, pero luego se ha convertido en un entrenamiento duro porque hacía frío y aire y el terreno estaba muy blando, había zonas con barro, con grava suelta, con rodaduras de ruedas de tractor, charcos, con algo de lluvia… Un horror en definitiva.

El caso es que salí tranquilo por el camino del cementerio, giré a la derecha por el camino de Escalonilla a Rielves hasta llegar a la carretera que va hacia Burujón. Allí me di la vuelta, pero en vez de volver por el camino del cementerio me metí por un camino que hay junto a una casa en ruinas. Ese camino va dirección Gerindote y acaba juntándose con la carretera de Burujón.

El fallo fue meterme por ahí porque ese camino era el que estaba realmente mal y fue cuando empezó a hacer más frío y a llover un poco y eso me motivó a ir más deprisa. Como se había acabado la batería del reloj poco después de darme la vuelta, no tengo ni idea del ritmo al que iba ni tampoco exactamente lo que hice.

Calculo que hice algo más de once kilómetros y medio y a un ritmo más elevado de lo que debiera, ya que supuestamente era un día de recuperación.

Objetivo escatológico

Este fin de semana navideño me han invitado a pasar unos días de turismo rural, es decir, en casa de una amiga en su pueblo. Por supuesto, no iba a dejar las zapatillas en casa y más con el «regalo» que tenía en la suela. Así que el objetivo de hoy era simplemente correr por los caminos para dejar la moñiga allí donde pisara. Y por cierto, eso de que dicen que pisar una moñiga da suerte… Todo mentira, ayer en la lotería no me cayó ni el reintegro.

Como no tenía prisa, he salido a mediodía, esperando que el sol calentara un poco el ambiente. Como el día estaba soleado, aunque el aire era fresco, no se estaba mal. Además el dolor de garganta parece que ha remitido un poco, por lo que ha sido un entrenamiento magnífico.

He hecho sólo 8 km a un ritmo bastante llevadero ya que mañana toca carrera. He tardado 41:45 en recorrer esos 8 km a un ritmo de 5:13 min/km. Y lo más importante, después de terminar he observado con detenimiento la suela de la zapatilla y estaba perfectamente limpia. Objetivo cumplido.

La pela es la pela compañero

Han sido las Adidas Supernova Glide 8 las peores zapatillas que he tenido, al menos en los últimos tiempos. A los 400 kilómetros ya estaban rotas y he tenido que tirarlas a los 850 kilómetros aunque debería haberlo hecho antes. Sin ir más lejos, el domingo, en el cross, iba fatal, el pie parecía salirse de las zapatillas.

Harto de gastarme bastante dinero en unas zapatillas de «marca», esta vez he optado por lo contrario. Me he acercado al Decartón y he buscado algunas de su marca, que suelen ser las más baratas. Me he decidido por unas Kalenji Kiprun LD que según lo que se podía leer eran aptas para aquellos que corren de 3 a 6 días a la semana. Estas me han costado 59,99 € que es bastante menos dinero de lo que me he gastado últimamente en cualquier modelo de zapatillas.


Kalenji Kiprun LD

Así que hoy tocaba estrenarlas y con esa idea he salido hoy. A las 19:00 como siempre estaba en el punto de encuentro. Allí estaban Joaquín y los dos Emilios. Hicimos una primera vuelta tranquila y luego decidí apretar en la segunda, haciendo cuatro kilómetros en progresión. Pasamos de 5:45 a 4:47 y luego 4:37, 4:26 y 4:08.

Acabé bastante contento con las zapatillas nuevas. Tuve buenas sensaciones y lo mejor de todo, al quitármelas observé una bonita moñiga de perro en la suela. Dicen que eso da buena suerte. Veremos mañana que es el sorteo de la lotería.

Hice 9,7 km en un tiempo de 51:09 a un ritmo de 5:15 min/km.

El tío la Vara

El Tío la Vara es un personaje de ficción creado por José Mota en tono humorístico. Con esa vara, heredada de su padre, podría eliminar la tontería que hay en el mundo al grito de «sus voy a crujir vivos».

Pues bien, hoy uno de mis compañeros de entrenamiento iba vara en mano al estilo del personaje creado por Mota. Le pregunté cual era el motivo de correr con la vara y me contestó que no era para eliminar la tontería, sino para defenderse de los canes que por doquier aparecen en el parque de Pradolongo. Me contó que la semana pasada tuvieron un enfrentamiento con una dueña de perro. Según iban corriendo, un perro se puso a ladrar justo cuando pasaban, poniéndose en medio y a punto de provocar una caída. Uno de los compañeros dijo a la dueña del perro que le llevase atado, porque no era la primera vez que ocurría con ese mismo perro y esa misma dueña. La mujer se puso como loca, empezó a insultar a los corredores llamándolos desde lo más suave: «maricones», pasando por el consabido «hijos de puta» y similares. Luego cogió una piedra y trató de agredir al compañero.

Lo más curioso es que un par de semanas antes en el mismo parque de Pradolongo un perro había mordido a un chino y se había montado una tangana del copón, llegando a los puñetazos entre unos cuantos chinos que aparecieron por allí y al otro lado el dueño del perro y alguno otro. Correr por el parque se está convirtiendo en un oficio de riesgo.

No creo que fuese por la vara, pero hicimos un entrenamiento lentísimo. Dimos una primera vuelta tan despacio, que fuimos incapaces de llegar a un ritmo normal en la segunda vuelta. Hice 10 km en un tiempo de 58:08 a un ritmo de 5:48 min/km. Cuando llegué a casa estaba congelado ya que hacía bastante frío y casi no había sudado. En estos días tan fríos no se puede ir tan despacio, corre uno el riesgo de perecer de hipotermia. Por cierto, tengo que tirar las zapatillas porque están muy rotas y no voy ya nada cómodo.

El Club de Atletismo Zofío en el Cross Popular de Usera

Contaba en esta entrada que el 17 de diciembre se va a celebrar la primera edición del Cross Popular de Usera. He estado colaborando con la organización en la confección de los recorridos, especialmente del circuito de mayores, así que juego con ventaja ya que conozco el circuito a la perfección.

Tampoco es cuestión de quedármelo para mí solo, así que lo he ido compartiendo con todos aquellos que han expresado su deseo de conocer el circuito. Y hoy también he hecho el circuito con algunos que aún no lo conocían. Y de ellos, unos cuantos son miembros del Club de Atletismo Zofío que hará su presentación en sociedad en esta carrera. Confiemos en que el club tenga una larga vida. Desde luego pondré todo de mi parte para que así sea.

Después de tres sesiones de bastantes kilómetros, hoy tocaba un día algo más relajado. Hicimos tres vueltas al circuito de cross, las dos primeras a ritmo tranquilo y la tercera, ya solos mi tocayo y yo, a saco paco. Y nos dimos cuenta que el circuito aunque no es muy complicado, si vas a tope se hace duro ya que hay unas cuantas curvas y recurvas, bajadas y subidas que rompen mucho el ritmo. De todas maneras, hasta un 400 a tope se puede hacer muy duro. Además creo que se notaron los kilómetros del día anterior.

No conozco muchos circuitos de crosses, pero su dificultad se puede asemejar al Trofeo Marathon de Cross que se celebra en el Parque de las Cruces. Vamos, que no hace falta crampones para realizar el circuito. De hecho, si no llueve, no hace falta ni clavos.

Al final, con las tres vueltas totalizamos 9,8 km en un tiempo de 55:40 a un ritmo de 5:39 min/km.

Recordadlo, El domingo 17 a las 10:00 nos vemos en el Cross Popular de Usera, en el Parque de Pradolongo.

El temido flato

Uno de los enemigos del corredor es el temido flato. Pues hoy lo ha sufrido uno de los tres compañeros que compartíamos entrenamiento. Empezamos cinco compañeros y decidimos bajar al Parque Lineal para hacer unos cuantos kilómetros. La única chica del grupo, que está siguiendo un plan de entrenamiento para la maratón, tenía que hacer unas series, así que sólo nos acompañó hasta el principio del parque. Emilio dijo que tampoco quería apretar mucho, así que cuando empezamos a acelerar después del tercer kilómetro sólo quedamos tres.

Y lo cierto es que el trío íbamos a buen ritmo hasta que llegó el flato a unirse a nuestra fiesta. Lo primero que hicimos fue bajar un poco el ritmo para ver si se calmaba y algo debió mejorar porque el sufrido corredor siguió hablando mientras corríamos. Pero no creo que fuera muy confortable.

A la vuelta, de nuevo en el comienzo del parque nos volvimos a encontrar con la compañera de las series. Hicimos un último quinientos con ella -en muestra de solidaridad- y después de subir el lactato hasta las orejas nos marchamos a casa más contentos que unas castañuelas.

Completé 16,5 km en un tiempo de 1:22:16 a un ritmo de 4:58 min/km.

Lo curioso es que al llegar a casa me encontré sin querer con una artículo muy interesante que habla del flato: http://www.palabraderunner.com/el-flato-que-es-y-como-prevenirlo/

Antes de comenzar el entrenamiento me subí a la báscula y marcaba 69,3 kg. Ya veremos si consigo mantenerme en los sesenta y nueve este mes de diciembre, que es un mes de muchos execesos.

18 km no fueron nada

Contaba en la entrada del día anterior que había salido a correr con un remordimiento grande de conciencia. Pues bien, un día después todavía no se me ha pasado, así que me levanté con la idea de hacer bastantes kilómetros también, ya que los 18 km de ayer no fueron nada.

Había quedado de nuevo con mi tocayo después del «fiasco» de ayer y esta vez sí coincidimos, además ambos con la idea de hacer una buena kilometrada. Y para hacer kilómetros lo mejor es bajar al Parque Lineal.

Fuimos para allá un poco por encima de cinco y luego a la vuelta apretamos un poco, pero yo notaba las piernas cansadas del día anterior y me costaba llevar un ritmo alegre, pero tiré de arrestos y me defendí lo mejor que pude.

Hoy hacía más frío y encima estaba nublado, así que el paisaje no era ni mucho menos tan atractivo como el día de antes y además olvidé los guantes, así que llevaba las manos como para dar masajes.

Hicimos el circuito de ida y vuelta habitual por el Parque Lineal pero a la vuelta, en vez de subir por las maderas, dimos una pequeña vuelta para meter más kilómetros y en Pradolongo estuvimos mirando una parte del circuito de cross que no tenemos clara aún. Totalizamos poco más de 17 km en un tiempo de 1:30:18 a un ritmo de 5:17 min/km. De este modo, 17 de hoy y 18 de ayer, se me va limpiando un poco la conciencia.

Arroz con rabo de toro

Ayer nos invitó un compañero a comer porque el 31 de diciembre pasaba a «mejor vida», es decir, que dejaba de trabajar para dedicarse a la vida contemplativa. Pues bien, nos invitó a comer un arroz con rabo de toro que fue espectacular. En un principio no me pareció muy atractiva la combinación, pero estaba el plato para chuparse los dedos. Cuando trajo la cazuela, era enorme y pensaba que iba a sobrar gran parte, pero al final no dejamos casi nada. Pura gula. Si alguien tiene interés, el sitio es Casa Corrochano y está en el barrio de las Tablas, en Madrid.

El caso es que nos pusimos ciegos los unos y los otros y lo peor es que me fui con remordimiento de conciencia, así que cuando me he levantado he pensado que la única forma de compensar el exceso era hacerme un buen número de kilómetros.

Había quedado con mi tocayo a las nueve de la mañana, pero al final no he podido estar a esa hora y he salido una hora después y, por lo tanto, nos ha tocado a los dos correr en solitario.

He bajado al Parque Lineal y estaba precioso. Había helado por la noche, pero a las diez de la mañana hacía un sol espléndido y se estaba deshaciendo la escarcha de los árboles y arbustos. Una maravilla de paisaje, daba gusto correr por allí a pesar del fresquito. Mucha gente pensará que en Madrid son mejores sitios la Casa de Campo o el Retiro, pero el Parque Lineal merece mucho la pena y está mucho menos masificado. Lo único malo es que alguna vez te pasa alguna bicicleta a toda pastilla y eso que hay un carril para bicis y otro para personas, pero somos como somos.

Acabé realizando 18 km en un tiempo de 1:31:45 a un ritmo de 5:06 min/km y lo curioso es que sin mirar el reloj fui casi todo el camino un poco por debajo o un poco por encima de cinco. Muy, muy constante.

Bonito día otoñal

Llevamos un año un tanto raro en lo referente a la climatología; sin embargo hoy hacía un día típico de otoño con el cielo gris, fresquito y todo el suelo lleno de hojas. Un bonito día otoñal sin lugar a dudas. A ver si hay muchos así, pero con lluvia, mucha lluvia.

En el punto de encuentro sólo estábamos dos, pero suficiente para hacer un entrenamiento en condiciones. Como mi compañero tenía previsto correr al día siguiente salimos con la idea de no hacer muchos kilómetros y a un ritmo tranquilo. No era cuestión de que llegara cansado a la prueba.

Lo cierto es que el entrenamiento se pasó volando conversando de esto y lo otro. Fuimos muy entretenidos durante los 12 km que recorrimos en un tiempo de 1:03:08 a un ritmo de 5:15 min/km.