Muy buenas sensaciones

Ya estoy pensando en el próximo objetivo, que no es otro que la media de Villarrobledo. Así que hay que hacer entrenamientos a ritmo umbral para poder completar la prueba con garantías, por lo que he pensado ir a Pradolongo a hacer cuatro kilómetros a ritmo umbral. Haciendo caso omiso a Jack Daniels que tiene su famosa fórmula para calcular este ritmo y algunos otros, me he fijado un ritmo umbral de 4:15. No sé si es correcto o no, pero no andará muy lejos.

El entrenamiento a ritmo umbral es un entreno exigente. No llega a ser tan duro como hacer series, pero tiene su enjundia. Se trata de mantener un esfuerzo constante y eso implica, si vas por terreno llano, llevar un ritmo fijo. Si el terreno tiene subidas y bajadas, resulta difícil mantener ese esfuerzo constante sin tener «algo» que lo mida, así que lo mejor es buscar un terreno llano.

El circuito que hacemos en Pradolongo es más llano que otra cosa, pero tiene una subida interesante y el final de la vuelta es cuesta arriba. Muy suave pero para arriba. La jugada es entonces no hacer esa subida más dura, aunque la pendiente más suave, pero más larga, seguir haciéndola.

La verdad es que se me ha dado francamente bien. He comenzado haciendo cuatro kilómetros de calentamiento y luego he mantenido el ritmo decentemente: 4:16, 4:14, 4:14 y 4:17. Casi perfecto. Han salido en total 9 km en un tiempo de 45:29 @ 5:03 min/km.

Otra vez por la mañana

Tengo la fortuna de estar de vacaciones esta semana así que he aprovechado a salir hoy por la mañana. Lo peor es que el hecho de salir por la mañana provoca dejar tirado a Joaquín que ha sido un magnífico compañero este otoño y lo poco que llevamos de invierno.

Y de verdad que lo siento, pero hay que aprovechar las horas de luz. Así que a las once de la mañana, sin tener que madrugar mucho, he salido a Parque Sur con la idea de completar unos 10 km. Esto supone hacer tres vueltas y un poco más.

Hacía un día soleado, aunque algo fresco, pero una buena temperatura para correr. Hice una primera vuelta de calentamiento y luego he tratado de mantener un ritmo constante de aproximadamente 4:30. Y me ha salido más o menos bien, teniendo en cuenta que este parque cuenta con bastantes desniveles y mantener la misma velocidad kilómetro a kilómetro no es tan fácil.

Lo dicho, han sido 10 km, completados en un tiempo de 49:11 @ 4:55 min/km. Un buen entrenamiento.

Lluvia + viento = horror

Hemos estado mucho tiempo pidiendo que llegar el invierno y ya parece instalado en estos días. Hoy hemos salido y el terreno estaba mojado y aunque no llovía, el cielo estaba amenazador.

He salido con una amiga y me ha convencido de hacer 16 km. No estaba yo mucho por la labor, pero he pensado que no estaría mal, sobre todo después de ver en la báscula un peso de 68,9 kg. Según lo que nos propusimos Joaquín y yo, teníamos que bajar un kilo al mes. Y la cosa se ha ido cumpliendo hasta las navidades. Lógico. Supuestamente en estas fechas debería pesar 67,2 kg y estoy 1,7 kg por encima así que ya me puedo poner las pilas y bajar algo más de un kilo al mes para cumplir lo dicho.

La idea era hacer esos 16 km por el Parque Lineal. Según nos íbamos acercando a este parque íbamos escuchando cierto jolgorio, entonces hemos recordado que hoy se celebraba el Trofeo Paris. Sin duda, una de las carreras más atractivas del calendario madrileño, pero que llevamos unos años sin poder participar.

Cuando llegamos al parque estaban con las carreras de los niños. Se oía por los altavoces, a todo volumen, esa apasionante canción que decía así: en un pueblo italiano al pie de las montañas, vive nuestro amigo Marco… Los de mi generación, a la primera, identificamos la cancioncilla, pero no tengo tan claro que los niños de ahora la reconozcan.

A ritmo de heavy metal entramos en el parque y atravesamos hordas de niños y padres que se agolpaban cerca de la puerta buscando la línea de salida. Nosotros seguimos por el camino habitual buscando el río y marchando aguas abajo hacia el final del parque.

Íbamos a un ritmo bastante tranquilo, sobre 5:20, y a la ida iba haciendo bastante aire en contra y luego empezó a llover muy ligeramente. A la vuelta, el aire era ahora favorable, pero la lluvia arreció y empezó a ponerse la cosa desagradable. Con la ropa mojada, el aire azotando de lo lindo y la lluvia cada vez más fuerte ya iba uno deseando llegar a casa. De hecho, cuando pasé por la línea de salida del Trofeo Paris pensé que los participantes se iban a calar hasta los huesos, ya que la carrera todavía no había comenzado.

Totalizamos 16,6 km en un tiempo de 1:29:24 @ 5:23 min/km. Un entrenamiento un poco desagradable por el frío y por la lluvia, pero muy interesante para tratar de perder algunos gramos.

Con la comida en la boca

Los viernes salgo antes de trabajar y como ayer no salí a entrenar hoy he aprovechado a salir con luz solar. Me he decidido por el Parque Sur, al que voy poco por estar tan mal iluminado y hoy al ser aún de día era una buena ocasión para patearlo.

El problema es que he comido demasiado tarde y como no se puede demorar mucho para salir con sol, he salido con la comida aún en la boca. Así que he dado una primera vuelta tranquilo para ver si se asentaba y luego he apretado un poco, pero con precaución; sin embargo, me encontraba fenomenal e iba devorando kilómetros como si tal cosa. Es de aquellas veces que aún yendo a un ritmo fuerte, sientes como si pudieras hacer kilómetros y kilómetros y no cansarte.

Tenía pensado hacer diez kilómetros por el parque e iba viendo que el sol se ponía y no tenía muy claro si acabaría a oscuras y casi… En los dos últimos kilómetros el sol ya se había metido y era la luz del crepúsculo lo que permitía que aún hubiese claridad.

Lo cierto es que he acabado muy contento con el entrenamiento por el ritmo que he conseguido mantener sin aparente esfuerzo. Bueno, digo aparente porque al acabar sí estaba cansado, que uno no es infatigable. Han sido en total 10 km en un tiempo de 48:44 @ 4:52 min/km.

Adidas Glide 7 verdes para Reyes

La experiencia con las Glide 7 ha sido muy satisfactoria, así que he escrito a los RRMM para pedir unas zapatillas del mismo modelo, aunque de distinto color. Y debe ser que como he sido bueno, me han traído las zapatillas que quería y encima de un bonito y llamativo color verde.

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Adidas Supernova Glide 7 verdes

Igual que el día de Navidad o el de Año Nuevo, hoy también hay convocatoria conjunta. A las diez estábamos tres pradolongueros en el punto de encuentro y hemos bajado al Parque Lineal a hacer unos kilómetros. Yo estuve ayer con la familia celebrando la llegada de los RRMM así que -para variar- nos pusimos ciegos a comer. Esta vez roscón y chocolate. Así que yo quería hacer cuantos más kilómetros mejor.

He conseguido convencer a mis acompañantes de hacer una buena tirada, así que hemos ido hasta el final del Parque Lineal, cruzando el puente nuevo para dar la vuelta. De este modo hemos completado 16 km en un tiempo de 1:23:25 @ 5:13 min/km. Un buen entrenamiento para bajar algunos gramos de los muchos kilos adquiridos estas navidades.

VIII Carrera de Reyes de Yuncler

Hoy he participado en una de las carreras más «apetecibles» del calendario de Madrid y alrededores. Se celebra en Yuncler, pueblo de la provincia de Toledo, y se encuentra más o menos a 45 km de mi casa. Tampoco es mucho, en coche en poco más de media hora estás allí.

Nos acercamos tres componentes del grupo pradolonguero: dos chicas y un servidor y habiendo salido a las nueve y media, llegamos a Yuncler pasadas las diez en punto, una hora antes del comienzo de la prueba, así que nos dio tiempo a recoger el dorsal y la camiseta con mucha tranquilidad, ya que la fila para la recogida era corta.

Si el año pasado la temperatura era baja, este año aunque estaba nublado no hacía mala temperatura. Las chicas siempre son muy previsoras y hablaban de si me pongo pantalón largo, que si corto, que si camiseta de manga larga, que si de manga corta… Yo no tengo problema, corro con mi uniforme habitual de Proniño con camiseta de tirantes y pantalón corto ya sea verano o invierno, haga frío o haga calor. No pierdo el tiempo pensando si tengo que ponerme esto o lo otro. En este aspecto sigo las directrices de Mark Zuckerberg, Steve Jobs o el presidente Obama, que siempre visten igual y según Zuckenberg -el mandamás de Facebook- es porque hay muchas investigaciones que muestran que tomar decisiones pequeñas, incluso las relacionadas a qué ponerte en las mañanas, o qué desayunar, pueden cansarte.

A lo que iba, que tuvimos tiempo de sobra de recoger el dorsal, de ir al servicio, de cambiarnos, de hacernos una foto, de estirar y de calentar. Y porque no había más cosas que hacer…

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Pradolongueros posando ante los trofeos. Ahí fue lo más cerca que estuve de ellos

Unos minutos después dieron la salida. Primero salió un individuo en silla de ruedas, de esas de competición, que se le vio alejarse a toda pastilla. Y un minuto o poco más después salimos los demás.

El jueves, en la San Silvestre de Vicálvaro, me exprimí bien y sufrí bastante, así que hoy no tenía muchas ganas de volver a hacerlo. Salí con la intención simplemente de correr sin esforzarme en exceso; sin embargo, vi un poco delante de mí a una de las compañeras pradolongueras que se había acercado hasta allí y pensé que quizás no estaría mal ir a su ritmo siempre que no fuera demasiado exigente. Acompañando a esta chica iba un un chico llamado Pablo, amigo de Juanqui el del herbolario dBambú, que había salido con la idea de acompañar a esta chica y hacer de liebre.

Aunque hicieron el primero kilómetro bastante deprisa, luego bajaron algo el ritmo y como iba sin sufrir mucho decidí que no iba mal ahí. Además se nos juntó una chica muy joven que se batía con la compañera por ver quien llegaba primera a la línea de meta. Juventud y veteranía codo con codo.

Iba mirando a ambas y notaba que la joven parecía subir con mucha soltura las cuestas arriba, mientras que la veterana le sacaba algún metro en las bajadas, quizás debido a que la otra era demasiado generosa en el esfuerzo cuando la carretera se inclinaba. A todo esto, hay que decir que tampoco es que hubiera cuestas de mucha entidad, aunque en el primer kilómetro de cada una de las vueltas (cada vuelta era de casi cuatro kilómetros) había una cuesta bastante larga (de unos cuatrocientos metros) y luego otra más corta, la subida a la iglesia. Lo demás era más o menos llano.

Esa primera vuelta la completaron codo con codo -literalmente- ambas corredoras y parecía difícil que una se fuera a separar de la otra. Así que en la cuesta larga de la segunda vuelta se me ocurrió aumentar un poco el ritmo para ver si se quedaba la más joven, pero de nuevo demostró que iba algo más fuerte subiendo, así que cejé en mi empeño y volví a integrarme en ese pelotón de cuatro.

En la segunda cuesta, la de la iglesia, también demostró su fortaleza la más joven y subió en cabeza, pero debió dejarse las fuerzas que le quedaban porque una vez coronado el repecho cedió un metro. Me di cuenta del detalle y le dije a la compañera que era el momento, que había que sufrir un poco para dejarla y esta chica, que sufridora es un rato, apretó los dientes y la jovenzuela se fue quedando poco a poco. Ese metro inicial se convirtió en dos rápidamente, luego en cinco, posteriormente en diez y la brecha se fue haciendo más grande cada metro que avanzábamos.

Pablo iba indicando el ritmo al que íbamos y tratando de animar. Yo iba observando en cada giro la distancia que les iba separando y cuando pasamos por el kilómetro siete vi que la separación andaría por los cincuenta metros. La comenté que se podía relajar un poco, que la brecha entre ambas lo permitía y no sé si lo hizo o no, porque el último kilómetro fue el más rápido de todos.

De este modo se proclamó vencedora de la carrera, imponiéndose la veteranía a la juventud. Yo llegué un poco por detrás para no empañar la imagen de la ganadora, marcando un tiempo oficial de 32:57 netos y 32:59 brutos. Algo más de dos minutos del tiempo realizado el año pasado. Luego me di cuenta de que si hubiese hecho el mismo tiempo que el año anterior ¡¡¡hubiese quedado tercero de mi categoría!!!

Además de la primera clasificada, la otra componente pradolonguera también consiguió subir al cajón, siendo la primera de su categoría. Así que de los tres pralonguer@s que nos acercamos hasta Yuncler, sólo yo me quedé sin premio 🙁

Curiosamente en la entrega de trofeos hubo un problema ya que los primeros clasificados absolutos, que se supone se llevan el mejor premio, se quedaron sin ellos, ya que «sus» premios se los llevaron los seniors. Luego prometieron enviar al domicilio de cada cual los premios que les correspondían.

Después de la carrera vino el momento más esperado para los corredores que no optamos a otra cosa: las migas, los huevos fritos y la cerveza. Todo un detalle de esta localidad toledana, que no sólo agasaja a los corredores con estas ricas viandas, sino a todo el mundo que se pase por allí, hayan corrido o no. Yo comí sólo un huevo, pero hubo gente que se comió tres e incluso más. Pura ansia viva 🙂

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Sólo por esto merece la pena desplazarse hasta aquí

Toda la logística de la carrera se hace en un plaza donde hay una biblioteca y otro edificio que no sé si es el ayuntamiento. Pues bien, la biblioteca tiene el nombre de Félix Rodríguez de la Fuente y delante del edificio hay un busto en homenaje a este gran naturalista y divulgador. Creo, sin ningún género de dudas, que su serie documental El hombre y la Tierra consiguió despertar la conciencia ecológica en mucha gente de este país, entre los que me incluyo.

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Monumento a Félix Rodríguez de la Fuente

El busto está dedicado al gran Félix Rodríguez de la Fuente. Seguro que mi cuñado Paco, también gran naturalista, le encanta este homenaje.

Resumen año 2015

He tratado en el pasado año 2015 seguir las pautas del año anterior: menos carrera a pie y más bicicleta; sin embargo, no han salido las cosas como pensaba. He realizado 1456 km a pie (139 actividades) y 995 km (14 actividades) en bicicleta. El año anterior fueron 1488 km a pie (141 actividades) y 1079 en bici (16 actividades). Es decir que he disminuido -aunque poco- el kilometraje a pie, lo cual está bien, pero también he disminuido el kilometraje en bicicleta, lo cual no está tan bien. Y esto no me gusta demasiado porque no he cumplido uno de los objetivos que me fijé el año pasado de más bici y menos a pie, ya que cuanto menos corra y más monte en bici, mejor para mi rodilla izquierda.

En este 2015 he participado en 20 carreras, que es lo máximo en las que había participado otros años; sin embargo, mientras que el año pasado la exploración de nuevas carreras me llevó a conocer nueve carreras nuevas, este año sólo he conocido cinco. De estas nuevas, quizás sea la Carrera de Reyes de Yuncler la que más me ha gustado.

En la tabla se pueden ver las carreras en las que he participado en el año 2015 y el precio de la inscripción. Ha habido dos carreras que he corrido «by the face» porque me han dejado un dorsal, por eso aparecen consignadas con cero euros y señalizadas con un asterisco. Destacar la Carrera cívico-militar contra la droga que sigue siendo gratuita y ya es de las pocas que quedan en Madrid y alrededores. Aparecen en negrilla las carreras en las que he participado por primera vez.

En total me he gastado 137,8 € por los 163 € que me gasté el año pasado, pero este ahorro tiene truco, ya que la carrera más cara, que es la maratón de Madrid, me salió por cero euros gracias a que me cedieron un dorsal.

San Silvestre vicalvareña7,6 €
San Silvestre de Villaverde Alto1 €
Carrera del aceite5 €
Media de Villaverde12,5 €
Carrera de Gerindote10 €
Pachanga de las aficiones12 €
Carrera contra la droga0 €
Carrera de Portillo10,3 €
Carrera de Getafe10 €
Carrera de Torrijos6 €
Cross de Bajamar4 €
Carrera Proniño8,6 €
Carrera del árbol6 €
Carrera Ciudad de los Ángeles(*) 0 €
Carrera del río (por parejas)8 €
Maratón de Madrid(*) 0 €
Media de Villarrobledo10 €
Carrera de Parla10 €
Trofeo Marathon de cross3 €
Carrera de Yuncler16 €
20 carreras137,8 €

La mejor carrera de este 2015 ha sido, sin ninguna duda, la Maratón de Madrid, ya que mi participación fue totalmente inesperada y el desarrollo de la carrera fue muy satisfactorio, ya que pude completar el recorrido sin sufrir apenas y sin haber entrenado para la carrera.

Con mi tocayo en plena acción

La Media de Villarrobledo también fue una carrera de la que tengo un buen recuerdo. La estuve preparando, junto a Joaquín, en el primer tercio del año y se me dio bastante bien. La pena es que Joaquín no aguantara el ritmo que llevábamos y tuviese que ceder. Aún así aguantó como un campeón y acabó en el cajón.

Entrando en meta en la media de Villarrobledo

Y otra carrera en la que he disfrutado, pero de testigo, fue la del duelo Joaquín-Miguel en la Media de Villaverde, el mes pasado, donde lo acabé pasando mal, pero la satisfacción de vivir durante muchos kilómetros el duelo, fue muy interesante.

Sufriendo a mi compañero Joaquín que iba a tope

Mis objetivos para 2016 son más o menos los mismos que para el año anterior: menos correr a pie y más montar en bicicleta, aunque el objetivo más próximo es la Media maratón de Villarrobledo que se suele celebrar a mediados de marzo. Este año me gustaría también asistir a la prueba ciclista Gran Premio Canal de Castilla a la que desistí de hacerlo este pasado año por falta de entrenamiento.

Feliz y próspero 2016

Otro año más que ha caído y ya estamos en 2016, por lo que lo primero es desear feliz año nuevo a todo el mundo. Hay que tener en cuenta que este año no es uno cualquiera, ya que me caen cincuenta tacos, por lo que habrá que celebrarlo como corresponde.

De momento ha empezado como debe ser, corriendo y, además, en el Parque de Pradolongo, ¡qué mejor lugar! Pero lo mejor de todo, es la compañía. Hoy nos hemos dado cita unos cuantos y alguno de ellos que llevaba algún tiempo lesionado, así que más no se puede pedir.

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Un buen número de pradolongueros para comenzar el año con buen pie

Hoy era un día para tomárselo con tranquilidad, ya que ayer me exprimí de lo lindo en Vicálvaro y además el primer día del año tampoco es para ir a muerte. Así que dimos dos vueltas a un ritmo muy tranquilo, charlando sobre las sansilvestres del día anterior y de cuestiones variopintas. De esta forma, se hizo un entrenamiento muy ameno y cuando nos quisimos dar cuenta ya habíamos completado el entrenamiento.

Un gran placer compartir con los compañeros este primer entrenamiento del año y esperemos que haya muchos más y, sobre todo, que nos respeten las lesiones a todo el mundo.

Fueron en total 10 km en un tiempo de 55:31 @ 5:33 min/km.

XXXVI San Silvestre vicalvareña

Hoy he participado por décima vez en esta magnífica carrera y una vez más he salido muy contento. La única espinita que se me ha quedado clavada es haber fallado con la inscripción de Emilio y que se haya quedado fuera por mi culpa. Pero claro, de eso no tiene culpa la organización.

La carrera de los mayores comenzaba a las 11:45, por lo que habíamos quedado a las 10:15 en un principio y luego a las 10:05 en el punto de encuentro. Para no variar, llegamos con el tiempo justo a las 10:15 y Miguel, que se ofreció a llevarnos, segundos después. ¡Muchas gracias Miguel!

Nos montamos en su coche y a los pocos minutos estábamos en el barrio de Vicálvaro aparcando en el descampado cercano a la salida y meta de la carrera. Retiramos el dorsal sin ningún tipo de problemas y nos dieron con el dorsal una bonita camiseta de color azul.

Estuvimos haciendo un poco de tiempo, porque nos sobraba mucho y al rato nos hicimos una bonita foto:

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Mostrando el nombre del equipo. Foto cortesía de Mapi

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Pradolongueros en la San Silvestre de Vicálvaro

Como hacía una buena temperatura, dejamos pronto la bolsa en el guardarropa y salimos a calentar por la calle donde estaba situada la salida, arriba y abajo, arriba y abajo. Cuando ya llevábamos un buen rato calentando, me puse a estirar. Allí tuve un gran fallo por no mirar el reloj. Cuando quisimos acercarnos a la línea de salida, ya había muchísima gente y nos tuvimos que situar algo lejos de los primeros, pero ya era difícil poder avanzar alguna posición. Tuvimos que conformarnos.

Dieron la salida y el primer kilómetro fue un horror, ya que tuvimos que ir sorteando a todo tipo de corredores que iban delante de nosotros. Joaquín fue más hábil en el slalom y me iba sacando metros casi sin querer. Cuando pasamos por el primer kilómetro, que casualmente coincidió el hito con lo que marcaba el GPS vi que hicimos 4:10, por lo que ya se nos fueron unos cuantos segundos en nuestro intento de acercarnos a los 32 minutos en los 8 km que se suponía medía la carrera.

Pasado ese primer kilómetro me puse a la altura de Joaquín y nos pusimos al ritmo que habíamos previsto, un poco por debajo de cuatro. El circuito lo cambiaron el año pasado. Ahora hay que dar una única vuelta en vez de las dos típicas y se hacen unos cuantos kilómetros por una zona nueva del barrio de Vicálvaro. Se baja por el bulevar Indalecio Prieto y luego se vuelve a subir por el otro lado del bulevar. Esa vuelta por el bulevar se nota que es cuesta arriba porque hicimos ese cuarto kilómetro en 4:04.

Después de esta zona nueva se llega al Camino Viejo de Vicálvaro que es una zona más o menos llana y esta calle empalma con la calle de San Cipriano donde comienza una ligera bajada. La calle San Cipriano llega a la calle Minerva y comienza una bajada más pronunciada. Fue en esa zona donde Joaquín se me fue yendo poco a poco. Yo le miraba y me preguntaba, ¿cómo es posible que este hombre con esas piernas tan cortas baje tan rápido? Pues no conozco la respuesta, pero se iba y se iba y yo no era capaz de acercarme.

Se baja por Minerva, se hace un giro de ciento ochenta grados y lo bajado hay que subirlo. Empieza el tramo más complicado, porque justo después de ese giro está el punto kilométrico seis y ya es casi todo cuesta arriba. Se sube el tramo más largo y duro de la calle Minerva, luego hay una pequeña cuesta abajo y allí nos hizo la organización una bonita foto. Allí ya iba Joaquín con unos metros de distancia.

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Pasado el kilómetro seis, tratando de no descolgarme de Joaquín. Foto cortesía de la organización

Después de ese pequeño respiro la calle Minerva se torna cuesta arriba otra vez hasta llegar a la calle Villablanca donde empieza una larga recta que también es cuesta arriba. Este tramo se me hizo durísimo y Joaquín volvió a sacarme unos cuantos metro más. Sufriendo lo mío, por fin conseguí coronar esa cuesta prácticamente imperceptible, pero que se nota en las piernas y se llega a los últimos trecientos metros que ya son llanos. Ahí aceleré un poco y enseguida ya estábamos en la puerta del polideportivo. Sólo quedaba hacer el último esfuerzo y me apliqué de lo lindo porque veía que el cronómetro marcaba treinta y dos minutos y bastantes segundos y no quería ver el treinta y tres. Así que lo di todo en esos metros sobre la pista de atletismo y conseguí llegar con un tiempo oficial de 32:53 y un tiempo neto de 32:42 en la posición 67 de la general.

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Entrando en el polideportivo, casi en la meta. Foto cortesía de Mapi

La carrera me gustó todo excepto que en algunos tramos estaba el tráfico abierto aunque bien separado por conos. Pero resulta muy desagradable cuando vas a tope, necesitando hasta la última molécula de oxígeno, cruzarte con coches que van expulsando gases por el tuvo de escape. Nunca me ha gustado esto y creo que es una cosa que se debería evitar.

Por lo demás, muy bien, la recogida de dorsal y camiseta perfectamente señalizada y de fácil acceso. El ropero también muy bien se dejaba la bolsa y se recogía pronto y los vestuarios geniales para cambiarse y ducharse. La bolsa del corredor fue también generosa con un caldo Aneto, una camiseta técnica, una botella de agua, un bote de refresco, un zumo, una barrita de cereales y una bolsa de la compra muy fuerte y resistente, también de Aneto. Todo por un precio de inscripción de 7 € más 60 céntimos al hacerlo por Internet.

Me alegró encontrarme con Carlos, antiguo compañero del trabajo y también con José Manuel, antiguo vecino y gran atleta, al que al final no pudimos seguir. Por allí estaba también mi tocayo Miguel Angel con el que coincido de vez en cuando en alguna carrera. Está muy bien encontrarte con gente conocida, porque cada vez es más difícil con tanto «nuevo».

Entrenamientos mes de diciembre 2015

Después de correr hace dos días la San Silvestre de Villaverde, llegó el último entrenamiento del año. Fue el día 29 de diciembre y consistió un entrenamiento muy suave por Madrid Río haciendo el mismo recorrido que el del día 23. Tuvimos que acercarnos a una zona cercana a la Glorieta de Cádiz y desde allí nos acercamos a Madrid Río y fuimos dirección Casa de Campo, subimos por el Paseo del Embarcadero y poco antes de llegar a la valla vuelta por el mismo camino. Fueron unos 10 km a un ritmo entre 5:20 y 5:30 calculo a ojo porque no llevamos cronómetro. El domingo, el día de la San Silvestre, marcaba la báscula 69,4 kg. Me parece una barbaridad haber subido un kilo en una semana, tampoco es que me haya pasado tanto con la comida. No sé, no sé.

Es toda una tradición salir a correr el día de Navidad. La cena de Nochebuena suele ser copiosa (y eso que trato de controlarme lo más posible) y es una buena jugada salir a correr para desgastar un poco lo comido. Además este día también toca comida familiar, así que todo lo que se queme bien está. Había convocado un entrenamiento conjunto a las 11:00 en el punto de encuentro a todos los compañeros y compañeras pradolongueras que quisieran asistir y nos juntamos cuatro, que no está nada mal. Bajamos al Parque Lineal y nos cascamos 14 km a un ritmo algo más tranquilo que el día anterior. Lo único malo es que casi al salir del Parque Lineal me tropecé con una piedra y caí al suelo. Menos mal que llevaba guantes y manga larga, así que no me rocé en ninguna parte. Y con este día de Navidad han sido tres días corriendo seguidos, cosa que no suelo hacer, que añadido al entrenamiento que hice el lunes y la San Silvestre que haré el domingo, sumarán cinco día de entreno, parezco casi un profesional 🙂

Me gusta salir a correr el día de Nochebuena, es una tradición, igual que ir a hacer la ronda con los amigos por lo bares del barrio después y cantar villancicos. Así que quedé con Joaquín a las nueve de la mañana y bajamos al Parque Lineal. Al llegar al parque incrementamos el ritmo, aunque tampoco exagerado, y tratamos de mantener ese ritmo vivo durante todo el trayecto por el parque. Luego al salir, de vuelta a Pradolongo, ya bajamos la velocidad y volvimos más tranquilos. En total hicimos 14 km en un tiempo de 1:11:00 a un ritmo de 5:04 min/km. Por cierto, hacía un frío de mil demonios, andaba la temperatura por los dos grados únicamente.

Esta semana navideña estuve de vacaciones, así que el día 23 de diciembre lo aproveché para salir por la mañana con la luz del día. Fui con una amiga por Madrid Río, ya que por un asunto tuvimos que acercarnos a un lugar próximo a la Glorieta de Cádiz. Cerca de allí nos acercamos a Madrid Río y por allí hicimos el recorrido que he descrito en el último entrenamiento del año que, curiosamente, es el primero de esta entrada. Fueron en total 10 km en un tiempo de 50:38 @ 5:03 min/km. Los cinco kilómetros de ida fuimos a un ritmo no muy fuerte, pero sin dormirnos, y a la vuelta hicimos cuatro kilómetros a muy buen ritmo, bajando de 4:45.

El día 21 de diciembre, un día después de las elecciones generales salí a correr con una amiga para celebrar algo, no sé el qué, ¿quizás el fin del bipartidismo? Como salimos por la mañana, decidimos acercarnos al Parque Sur, porque por la noche, según cuentan, está muy mal iluminado. En un principio se nos pasó por cabeza hacer algunas cuestas, pero nos dimos cuenta que las cuestas de la Carrera del aceite nos habían dejado las piernas bastante cansadas y hacer otra vez cuestas… Mejor para otro día. Así que hicimos tres vueltas, tratando de no acercarnos demasiado a la A42 para no respirar demasiada mierda, aunque sospecho que un poco más dentro del parque tampoco soluciona nada. Hicimos tres vueltas y un poco más para completar 10 km en un tiempo de 52:39 @ 5:15 min/km. No está nada mal para haber corrido a tope dos días antes. Por cierto, que ya empieza a notarse que estamos en el mes de diciembre, porque la báscula marcaba hace un par de día 68,4 kg. Ya he vuelto a subir otra vez a los 68. Como lo hablaba el otro día con Joaquín, este mes de diciembre no sólo no vamos a perder ese kilo, sino que habrá que tratar de no coger muchos.

El 17 de diciembre estábamos a dos días del sábado 19, que era el día en el que llegaba una de las carreras más emotivas del año, la Carrera del aceite, que se celebra en mi pueblo, en Los Navalmorales. Así que no era cuestión de cansar las piernas en este último entrenamiento previo a la gran carrera. El año pasado había estado entrenando específicamente para esta carrera, haciendo muchos días cuestas, pero este año, el entrenamiento para la media de Villaverde me había desviado de este objetivo y dos días antes no iba a hacer ya gran cosa para mejorar el asunto, así que tranquilito, charlando con Joaquín completamos las dos vueltas y un poquito más para totalizar 10 km en 55:53 @ 5:35 min/km.

Parece que no, pero cuando salí el 15 de diciembre, una semana después de la media de Villaverde, todavía notaba las piernas algo cansadas y además tenía una bonita ampolla en el talón del pie izquierdo. La ampolla era debida a que el domingo no tenía ganas de correr, hacía frío para montar en bici y opté por ir a andar. Pero me pasé con la caminata y acabé haciendo 16 km. Curiosamente, llevo con las zapatillas corriendo desde abril y las primeras molestias que he tenido ha sido hoy ocho meses después de estrenarlas. Está claro que no se corre igual que se anda. A lo que iba, que entre eso y que el sábado tocaba carrera, no era cuestión de machacarse aún más la piernas, por lo que tocó entrenamiento suave. Y tan suave que fue que hicimos los 10 km en un tiempo de 57:03 @ 5:42 min/km. De hecho, según iba corriendo notaba que algo pegajoso me subía por la pierna, ¡¡¡era un caracol!!! Así de deprisa íbamos.

El 10 de diciembre fue el día después del gran reto. Resulta raro salir a entrenar un jueves y que el martes no haya habido entrenamiento, sino carrera, pero este año tocó así. Joaquín estaba pletórico, muy contento después de su gran carrera en Villaverde. También agradecido, decía que mi compañía le había venido muy bien para no entrenar solo estos días oscuros de otoño. Hoy, por supuesto, tocaba regenerativo, por lo que hicimos 10 km en un tiempo de 56:44 @ 5:40 min/km. Ritmo tranquilo y charla, como diría nuestro compañero Esteban, un orgasmo detrás de otro.

Después de correr la media de Villaverde, nos marchamos a casita y nos adecentamos todos, porque a las dos teníamos la gran cita de la temporada: la comida navideña pradolonguera 2015. Que estuvo realmente bien. Comimos de lujo, a muy buen precio y con una compañía inmejorable. Y en el barrio, muy cerca de nuestro amado parque de Pradolongo.

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Los veteranos corredores de Pradolongo rodeando al campeón del duelo

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Todos querían arrimarse a las chicas

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¡¡¡Y acabamos jugando al mus en el bar de Lico!!!