Malditas torrijas

Estamos en Semana Santa y una de las cosas típicas de este periodo es el hecho de comer torrijas. Y eso es lo que he hecho, ponerme ciego a torrijas. Eso y el fin de semana anterior han conseguido que el peso aumente. Hoy pesaba un kilo más que la semana pasada, por lo que ya estoy en 68,1 kg… y yo que quería quedarme en 65 para la maratón.

¡Qué difícil es perder peso y con que facilidad se gana!

Hoy también he salido con un amigo y aunque éste sólo ha recorrido 11 km, yo he seguido hasta completar 20 km. Aunque hoy debería haber hecho algunos kilómetros a ritmo M, he optado por tomármelo con calma. Primero porque mañana me toca tirada extralarga y segundo porque me notaba algunas molestias en la bola del gemelo izquierdo y en estos casos, mejor no forzar.

Es por esto que he ido tranquilo, dando dos vueltas a Pradolongo (10 km) y luego tres vueltas a Parque Sur (9 km), más lo que hay entre parque y parque. Pues bien, en la última vuelta a Parque Sur, cuando iba por el kilómetro 17 ¡ya me iban pesando las piernas! Mal augurio para mañana.

Hoy también he practicado la respiración nasal durante todo el recorrido y bueno, no he ido mal, sin embargo, igual que ayer, parece que la boca se reseca más. Habrá que seguir practicando, pero creo que la maratón voy a hacerla con la respiración «normal».

Respiración nasal

He leído A cien millas de Manhattan de Guillermo Fesser. Aparte de que me haya gustado o no, ha habido algunos capítulos donde habla de John Raucci y sus curiosas ideas sobre entrenamiento para corredores. Viene a decir que hay ciertas costumbres que tienen los entrenadores o corredores que no ayudan a correr mejor y que existen diversos aspectos que pueden ayudar a un corredor a mejorar su eficiencia. Mirando en internet he encontrado un artículo escrito por el mismo Raucci donde habla de cinco problemas que tiene un corredor y que se pueden mejorar:

  • El problema de las zapatillas de correr.
  • El problema de la respiración.
  • El problema de la actividad anaeróbica.
  • El problema de la alimentación.
  • El problema de la integración mente/cuerpo.

Sobre el tema de la respiración, que es de lo que quiero hablar comenta que la nariz está hecha para respirar, pero la boca no. Por lo que siempre se debe respirar por la nariz y dejar la boca para hablar y comer. Dice que si observamos a un recién nacido, el aire entra y sale por la nariz. Lo mismo ocurre en el reino animal, todos los animales respiran únicamente por la nariz. Pero no sólo eso; si hace frío, la nariz se encarga de calentar el aire que llega a los pulmones y si el aire está seco, la nariz lo humedece. Incluso tiene una serie de turbinas que impulsan el aire hasta la parte del diafragma de los pulmones. La boca es capaz de tomar aire, pero no se comporta de manera eficiente.

Pues bien, Raucci opina que es por la nariz por donde se debe respirar, sobre todo en una prueba atlética. En este entrenamiento he tratado de seguir sus directrices, respirando sólo por la nariz. Como iba acompañado de un amigo y éste iba a un ritmo algo más llevadero que el mío, he pensado que era una buena ocasión para practicar la respiración nasal.

Así que de los 16 km que hemos recorrido, durante 14 km iba utilizando sólo la nariz. La verdad es que resulta algo incómodo, porque hay que ir con la boca cerrada, aunque tiene la ventaja de que no entran moscas. Parece, además, que la boca se reseca y me hacía escupir con frecuencia. No sé, no he acabado muy convencido de la experiencia, habrá que practicar algo más para ver si me acostumbro.

Hemos bajado hasta el Parque Lineal y el paseo, a lo largo del río, estaba precioso ya que con la llegada de la primavera está todo verde. Da gusto verlo.

Inscripción maratón de Madrid

He formalizado mi inscripción a la maratón de Madrid. Cuarenta y cinco euracos de vellón me ha costado, no es ningún regalo, por lo que espero «amortizar» mi inversión consiguiendo una buena marca.

Logo maratón Madrid

Esta semana es la más dura y de más kilometraje. En ningún entrenamiento bajaré de los 15 km y el final de fiesta será el domingo con la típica tirada extralarga a falta de tres semanas para el día D. Si todo sale bien, esta semana me plantaré con algo más de 80 km, cosa inaudita para mí en un entrenamiento maratoniano, ya que en la preparación de años anteriores nunca había pasado de los 64 km.

Es por eso que hoy han caído 15 km. En vez de salir a la hora habitual he salido media hora antes para hacer una vuelta en solitario (5 km) y luego he dado un par de vueltas con los compañeros. Bueno, dos vueltas no, porque en mi tercera vuelta he apretado un poco y no han querido seguirme los muy jodíos. A su favor decir que los dos emilios y Enrique habían corrido la media universitaria el domingo y no era cuestión de que se machacaran mucho. Yo sí tenía ganas de apretar un poco después de trotar lastimeramente por los montes cercanos a Hernani este pasado fin de semana.

Por cierto, Enrique consiguió en la universitaria su MMP con nada más y nada menos que 1h22. ¡Enhorabuena Quique!

1ª vuelta (5 km): 24:49
2ª vuelta (5 km): 26:06
3ª vuelta (5 km): 23:00

Total (15 km): 1:13:55

Después del txotx

Entre la visita a la sidrería y el cambio de hora, me levanté más tarde de lo normal, pero nunca es tarde para un buen entrenamiento y si ayer la salida era para «preparar» el cuerpo para el txotx, hoy tocaba rebajar el exceso provocado por el evento.

El día amaneció soleado y debo decir que pasé calor durante el entrenamiento. Afortunadamente, había zonas sombreadas que amortiguaban el efecto de las altas temperaturas.

Hoy tocaba el sendero blanquiazul y resultó bastante más duro que el del día anterior, con subidas más largas y bajadas también más largas y bastante empinadas. Mis pies sufrieron de lo lindo en esas bajadas debido a la uña negra que tengo en el dedo gordo del pie derecho y el ojo de gallo que tengo en el meñique del otro pie. En este penoso estado en el que se encuentran mis pinreles, no parece lo más adecuado este tipo de circuitos.

Perfil sendero blanquiazul

En total realicé 19 km en 1h45 y llegué bastante cansado. No sólo por el duro circuito sino también por no haber dormido en condiciones y ¡hasta creo que me afectó el cambio de hora! Y es que no sabe uno que excusas poner…

Aparte de correr en plena naturaleza, en estos dos días he visto una fauna bastante diversa por esos caminos: perros, gatos, caballos, burros, gallinas, un avestruz y ¡¡¡hasta un erizo!!!

Total kilómetros recorridos esta semana: 57,5 km, unos cuantos menos que la semana pasada que fue una de las más largas.

Txotx

Este fin de semana he estado en Hernani a beber sidra. No solamente a beber sidra, se supone que era una visita cultural. De hecho, aparte de de Hernani he visitado Zarauz, Guetaria (impresionante la iglesia de San Salvador), Donostia (impresionantes pinchos) y Hondarribia, precioso -preciosísimo diría yo- pueblo en la frontera con Francia.

El título viene a colación porque en las sidrerías de esta zona se puede ir a degustar esta bebida a una bodega. En la bodega hay diversas kupelas o barricas donde se almacena la sidra y el sidrero abre la kupela al grito de ¡txotx! Entonces, la gente se aproxima a la barrica, coloca el vaso al final del chorro y de esta forma escancia tan preciado líquido. Se supone que cada kupela tiene un sabor distinto y la gracia es ir probando de todas para ver cual sabe mejor.

Pero no todo consiste en beber sidra. Para que los efluvios alcohólicos no se te suban a la cabeza en la sidrería te ofrecen una opípara cena, que es en caso de la sidrería Zelaia donde fuimos consistía en chorizo a la sidra, tortilla de bacalao, bacalao con pimientos, chuletón y postre. El postre tampoco era poca cosa: queso, nueces, dulce de manzana y tejas y cigarrillos de Tolosa.

Sabiendo lo que me esperaba por la noche, me levanté temprano, me puse las zapatillas y tomé la primera carretera que salía de Hernani con el ánimo de gastar unas calorías que iba a recuperar por la noche con creces. Curiosamente, antes de salir de la población encontré un cartel donde se veían un par de senderos que se podían hacer por los alrededores. Uno estaba marcado con señales verde y blanca y el otro azul y blanca. Opté por los colores del Betis.

Enseguida el camino se torna cuesta arriba, luego cuesta abajo, otra vez cuesta arriba, … Y así todo el rato. Llegado al kilómetro cuatro, perdí la referencia verdiblanca y bajé por una rampa muy empinada y muy mal de piso, por lo que tuve que bajar con muchísima precaución. Al terminar la bajada empalmé con un camino que me llevó a un polígono industrial junto al río Urumea donde pude disfrutar de algo más de tres kilómetros llanos. Luego la vuelta, pues otra vez subir y bajar.

Llegué a Hernani después de 14,4 km y 1h18 pensando que había hecho un circuito duro, pero no sabía lo que me esperaba al día siguiente por el otro sendero.

Hasta los #½&%$)(@ de la lluvia y el barro

El martes parecía que ya se había acabado el mal tiempo, pero hoy, otra vez, hemos vuelto a entrenar con lluvia y con el piso embarrado. Me he estado mordiendo la lengua por no decirlo pero ya no puedo más: estoy hasta las narices de tanta lluvia. Y luego viene la factura del agua diciendo que hay menos agua este año que el pasado ¿¿¿cómo es posible????

Ya tenía las piernas bastantes recuperadas del esfuerzo del fin de semana así que me había propuesto hacer cinco kilómetros a ritmo T (4:10), aunque veía que iba a ser difícil correr rápido ya que había mucho barro y muchos charcos y en algunos tramos me resbalaba. Además, no sé si por la lluvia o por las nubes, el forerunner no medía lo mismo que otras veces, los kilómetros eran más largos de lo habitual. No las tenía todas conmigo.

Así pasó, que no salió la cosa como pensaba. Los kilómetros los he hecho a 4:04, 4:11, 4:20, 4:09 y 4:20 (media de 4:13) como puede verse aquí. Lo cierto es que ha sido en los kilómetros donde es cuesta arriba donde se me ha ido el tiempo.

Después de estos kilómetros «fuertes», he esperado a Emilio y le he acompañado hasta su barrio para hacer algún kilometrillo más, por lo que en total han sido 13,98 km de entrenamiento en 1:11:35.

Jornada de recuperación

Hoy tenía las piernas bastante cansadas de la tirada extralarga del domingo. No tenía muchas ganas de correr, pero a veces es mejor correr a ritmo tranquilo que no hacer nada. Lo curioso es que excepto Ninfa todos los demás nos encontrábamos en un estado parecido ya que el que más o el que menos se había dado una buena paliza el fin de semana, ¡entre sábado y domingo me metí casi 49 kilómetros!

Pues eso, que fuimos tranquilos las dos vueltas a Pradolongo y con esos 10 km me conformé. No son muchos, pero sirven para estirar las piernas. Me parece que esta semana me la voy a tomar algo relajada en cuanto a kilometraje, aunque si me encuentro algo más recuperado el jueves trataré de hacer unos kilómetros a buen ritmo.

En total han sido 10 km en 56:05 a un ritmo de 5:35. Buena marcha para recuperar las patas. Detalles en Garmin Connect.

Ya ha llegado la primavera, por lo que he cambiado el banner de la cabecera del blog. Si sigues viendo el banner invernal, ¡¡refresca la página!!

Primera tirada extralarga

Hoy tocaba la primera tirada extralarga, es decir, una tirada con una distancia cercana o por encima de 30 km. En todas las ocasiones anteriores en las que he preparado una maratón he hecho una o ninguna tirada extralarga, sin embargo, ya que este año voy a intentar asaltar mi marca de maratón, he planeado dos tiradas extralargas y hoy ha sido la primera. Dentro de dos semanas, a tres de la gran prueba, toca otra.

He salido con la idea de hacer 30 km, pero al final he acabado realizando 32,5 en un tiempo aproximado a las dos horas y cincuenta minutos. Y digo tiempo aproximado porque cuando iba por el kilómetro 23, mi flamante Garmin Forerunner 405 se ha quedado sin batería. Por lo menos se ha quedado grabado en la memoria esos 23 kilómetros.

Ya me iba avisando durante el entreno, que la batería estaba bajo mínimos, pero pensaba que aguantaría hasta el final. Craso error, ahora sé que hay que el día antes -sobre todo si es tirada larga- hay que mirar el estado de la batería y recargar si no queda demasiado.

Cuando he salido, poco después de las 8:30, estaba lloviznando y veía que la cosa no paraba. Pensaba que si seguía lloviendo durante todo el rato iba a acabar como una sopa. Incluso había pensado una parada de emergencia para cambiarme de ropa a mitad de recorrido. Sin embargo, he tenido suerte porque pasado el km 10 ha dejado de llover y ha quedado un buen día.

Empecé tranquilo, muy tranquilo, rondando los 5:30/km, pero veía que no iba cómodo, por lo que aumenté el ritmo tratando de mantenerme entre 5:10 y 5:15. Ahí el forerunner me vino al pelo para controlarme porque en cuanto me descuidaba se me iban las piernas más deprisa de la cuenta.

En el kilómetro 12 hice mi primera parada técnica para eliminar líquidos, ya no podía aguantar más. En esos momentos me encontraba en el punto más lejano de casa, casi debajo del puente de la M-50, ya que había realizado un circuito parecido al que hice en la tirada de 24 km. Afortunadamente, el piso estaba en mucho mejor estado que aquel día.

Al empezar a correr había dejado en una papelera, junto al punto de encuentro habitual del parque de Pradolongo, una bolsa con un gel y una botella de Isostar. Así que cuando volví del río, ya en el kilómetro 22,5 hice la segunda parada técnica de la jornada para avituallarme. Me vino de miedo el gel y un buen trago de Isostar para afrontar las dos vueltas a Pradolongo que restaban.

Poco después, cuando fui a consultar el cronómetro, estaba totalmente en blanco, la batería estaba totalmente gastada, por lo que no tengo constancia del ritmo de los últimos nueve kilómetros, aunque traté de mantener el que llevaba anteriormente, un poco por debajo de 5:15. La verdad es que estas dos vueltas a Pradolongo se me hicieron laaaaaaargas, ya tenía las piernas algo castigadas, aunque podía mantener ese ritmo sin muchos problemas. Como curiosidad, decir que la batería acabó cuando llevaba dos horas, dos minutos y dos segundos de carrera. Muchos doses.

Vuelta y media después acabé el entrenamiento totalizando 32,5 km y un poco hasta las narices -por no decir otra cosa- de correr. Y es que se hace algo pesado hacer tantos kilómetros. Pero sin duda me va a venir fenomenal para la maratón y además, otra cosa buena y es que el tobillo, que me fastidié en Collado Villaba, no me molestó en exceso, parece que se va curando.

Esta semana he totalizado algo más de 73 km, mucha tela, mucha. Creo que ha sido la semana que más kilómetros he hecho de preparación para la maratón en toda mi vida.

De manga corta

Parece que está llegando, aunque tímidamente, el buen tiempo. Hoy ha sido, sin ninguna duda, el mejor día para correr climatológicamente hablando ya que no hacía nada de frío, el aire no se movía y el cielo estaba nublado, por lo que tampoco molestaba el sol. Un día perfecto.

Hoy, como casi todos los sábados, tocaba hacer kilómetros a ritmo de maratón. Elegí Parque Sur porque el circuito es más duro que Pradolongo, por lo que esos kilómetros a ritmo M tienen más valor que en un circuito totalmente llano.

El circuito en este parque tiene 3 km de longitud, por lo que la primera vuelta fue de calentamiento y luego hice otras cuatro a ritmo de maratón, dejándome algunos segundos en la subida más dura y tratando de minimizar esa pérdida en las zonas más favorables.

Los ritmo por kilómetro de esos 12 km recorridos a ritmo M fueron: 4:27, 4:31, 4:26, 4:28, 4:35, 4:24, 4:30, 4:29, 4:18, 4:32, 4:33 y 4:19. Y la media total: 4:28. Pienso que esa diferencia de +3 segundos con mi ritmo M no es demasiado importante, por lo que me fui a casa con la satisfacción del deber cumplido.

En total he recorrido 16,21 km en 1:16:05 a un ritmo de 4:45/km.

Como todos los días que voy a este ritmo en todas y cada una de las vueltas me asaltaban las dudas de si voy a poder mantener este ritmo durante todos los kilómetros de la maratón. Bueno, siempre queda la posibilidad de ir a 4:30 y que esos cinco segundos por kilómetro más me ayuden a soportar mejor el ritmo.

Me parece que me estoy descuidando con el tema de la alimentación. Hoy marcaba la báscula 67,5 kg. Después de los 16 km, había bajado un kilito.

Más deprisa, más deprisa

Siguiendo jugando con el Forerunner 405 hoy he introducido un entrenamiento de cambios de ritmo utilizando el programilla de Garmin conocido como el Training Center. Cuando escribo estas líneas leo que existe un programa gratuito mucho mejor que es el SportTracks, que habrá que probar.

El problema es que no he tocado los ritmos que vienen por defecto y en la zona que el programa llama SPRINT la velocidad máxima y mínima eran muy exigente, así que cuando iba a tope, a un ritmo aproximado de 3:45 el relojito no paraba de pitar y decir «Más deprisa». He acabado un poco harto del mensaje subliminal.

Hoy el grupo se ha escindido nada más empezar. El grueso optó por ir a la Caja Mágica y sólo Emilio el hombre radiactivo y yo nos quedamos en Pradolongo haciendo los cambios de ritmo.

El entrenamiento consistía en hacer cuatro kilómetros de calentamiento a ritmo tranquilo y luego hacer cinco cambios de ritmo haciendo tres minutos fuertes y minuto y medio de recuperación. Y para terminar, quince minutos de enfriamiento.

Los cambios de ritmo no me han salido mal del todo, aunque el cuarto ha sido algo flojo. La verdad es que no me ha costado demasiado ir a ritmos cercanos a 3:45 y es que una vez más me doy cuenta de que lo mío es más la velocidad que el fondo…

Cambio Espacio recorrido Ritmo Ritmo máximo
1 0,71 km 4:14 3:45
2 0,75 km 4:00 3:29
3 0,77 km 3:54 3:17
4 0,76 km 3:58 3:26
5 0,79 km 3:48 3:22

Un buen entrenamiento en el que hemos quedado bastante satisfechos tanto Emilio como yo y lo mejor es que ¡ya casi ha habido luz durante todo el entreno!