Hay que estar al loro

Hay que estar al loro porque en cuanto se descuida uno, se queda más tirado que una colilla. Eso es lo que me ha pasado hoy, que en la primera vuelta me lo he tomado con bastante calma y en la segunda vuelta ya ni veía a mis compañeros de entrenamiento. Y eso que me he puesto a 4:30 para tratar de alcanzarlos, pero su ventaja era ya enorme. El jueves me desquitaré…

Hoy hacía bastante calor. Decía un compañero que el termómetro marcaba 30º, pero me parece excesivo, aunque es probable que estuviéramos a veintitantos. Cuando salí de casa y cuando iba por los primeros kilómetros me encontraba mal, el calor me estaba afectando, tenía las piernas como piedras. Afortunadamente, según iban pasando los kilómetros me fui encontrando mejor.

Y es que el calor se hacía sentir y debido a ello, después de dar las dos vueltas, estábamos todos más secos que la mojama y, como siempre, las fuentes del parque sin funcionar. A veces no tienen grifo y a veces tienen grifo pero no tienen agua. Vamos, que no hay agua de ninguna manera. Así que quedamos en llevar una botella de agua para poder beber después del entreno.