XXVII Maratón Popular de Madrid

Hoy es domingo, 25 de abril, ha llegado el gran día. Se celebra la XXVII edición de la Maratón Popular de Madrid.

6:30 Suena el despertador. Me levanto y desayuno. Hay que llenar el estómago con tiempo ya que en caso contrario, durante la carrera puedes tener problemas.

8:30 Llegada al Palacio de Linares en la plaza de Cibeles. Allí nos encontramos siete de los nueve maratidianos que van a participar en la carrera. Nos hacemos la foto de rigor e inmediatamente después aparece uno de los rezagados. Me hago una foto con él para que no salga tan solo.

Foto de equipo antes de empezar Mapoma 2004

9:30 Se ha guardado un minuto de silencio, se han soltado unas cuantas palomas mensajeras y ¡todos a correr! Hemos tardado más de tres minutos en cruzar la línea de salida. Pero hay que tomárselo con tranquilidad, la carrera es muy larga. El cuartero calavera compuesto por Goyo (maestro espiritual), JuanMa (discípulo aventajado), Ramón (discípulo por necesidad) y un servidor nos tomamos las cosas con muuuuucha calma y hacemos los primeros kilómetros -que encima son cuesta arriba- muy despacito. A estas horas el calor ya se hace notar. Intento concienciar al grupo y especialmente a mí: el calor es mi aliado, el calor es mi aliado, el calor es mi aliado, …

Iñaki nos acompaña unos kilómetros con la bici y nos hace unas fotos para la posteridad.

El cuarteto calavera por Príncipe de Vergara

11:00 – km 16 Ramón se ha ido quejando de la rodilla y al pasar por la calle Serrano, que es donde tiene aparcado el coche no puede evitar quedarse. Le echamos de menos. El cuarteto se queda en un trío.

11:15 – km 18 Ramón se ha arrepentido y aunque renqueante, se vuelve a unir al trío, ahora somos de nuevo un cuarteto.

En la Glorieta de Bilbao está mi madre animando. También Jesús Mariño que corre unos metros con nosotros dándonos ánimos. Se agradecen, de verdad.

11:35 – km 20 Estamos en la calle Montera, avituallamiento líquido. El suelo está empapado y el empedrado se pone peligroso, hay que bajar con precaución. Llegamos a la Puerta del Sol y el gentío es tremendo, dejan un estrecho pasillo para que pasen los corredores. Tenemos la media maratón a un paso.

11:41 – Media maratón. Estamos en la calle Mayor y todavía se oyen algunas bromas. Por experiencia sé que a partir de ahora, bromas, las justas. El tiempo oficial en la media: 2:11:29

11:45 – km 22,5. Estamos empezando a subir Ventura Rodríguez, una de las cuestecitas con la que la organización nos obsequia un año sí y otro también. Empiezo a sentir dolores en la rodilla izquierda. Goyo comenta que es mejor bajar el ritmo. ¡Cómo se nota que es el maestro!

km 25 Ya no sé ni la hora que es. Llegamos a la Ciudad Universitaria, junto al metro hay un avituallamiento. Cogemos un poco de agua y… ¡ta-chán! Goyo ha desaparecido. El maestro ha dejado colgado a sus alumnos. El cuarteto se convierte en trío. La caló sigue apretando. Mentalmente pienso: el calor es mi aliado, el calor es mi aliado, …

km 29 Junto a San Antonio de la Florida JuanMa se encuentra con todas las mujeres de su familia: esposa, hermana y madre. El trío se convierte en dúo, pero yo voy muy tocado de la rodilla.

km 30,5 El dúo dura bastante poco, en la M-30 Ramón se cansa de ir al trote cochinero y se marcha hacia delante. Me quedo solo en la parte más jodida, pero así es la maratón.

km 31 La carrera pasa por un túnel debajo de la M-30. La rampa de salida es impresionante. Aquí fue donde el año pasado me dejé las últimas fuerzas que tenía. Así que este año me lo tomo con calma y subo la rampa andando. Después de la rampa empiezo de nuevo a correr.

km 32 Junto al lago de la Casa de Campo me pasa un quinteto de corredoras donostiarras. Si mal no recuerdo del equipo EASOARRAK (o algo así) y me engancho para no ir solo.

km 35 En el puente de Segovia ya ando muy fastidiado de fuerzas. Recojo una botella de agua en este avituallamiento, miro el reloj y veo que son las 13:10 y yo había quedado con mi mujer a las 13:30. Me pongo a andar para dar tiempo a que llegue Al final del puente me encuentro con mis hijos y con mi mujer. Marisa ha pensado hacer conmigo estos últimos siete kilómetros. Sigo andando a buen ritmo para recuperar un poco las piernas.

km 36 Junto al cementerio de San Isidro me pasa un grupo de corredores con un globo que marca 4h30. Me pongo a correr otra vez, el ritmo es llevadero. Cada vez hace más calor, pero yo sigo pensando: el calor es mi aliado, el calor es mi aliado, …

km 37,5 Mi mujer tiene ganas de hacer sus necesidades por lo que me pongo otra vez a andar esperándola, ¡menuda acompañante me he buscado!

km 38 Después de salvar la cuesta de la calle Segovia me pongo a correr con la idea de no parar ya hasta meta. La subida del Paseo Imperial está llena de “cadáveres” que van andando y a los que sobrepaso con facilidad. Acabo de ver un tipo vestido de novia, ¡a por él! Otro que cae.

Estos cuatro últimos kilómetros se me hacen eternos, pero la gente sigue andando y yo les paso sin piedad. Me encuentro a Andrés Padilla que me anima. Hay que seguir, hay que seguir, pero ¿qué oyen mis oidos? Una orquesta tocando a buen ritmo. ¡No puede ser! Mis piernas se han vuelto locas, ¡quieren ir más deprisa!

km 41 Llego a Atocha por un estrecho pasillo de gente. Me acuerdo de mi compañero de entrenamientos Gonzalo, excelente corredor y ahora convaleciente por el brutal y cobarde atentado del 11 de Marzo. Esto va por ti, campeón, sé que es poco lo que puedo ofrecerte, pero va por ti. Tienes que recuperarte y el año que viene estar corriendo aquí. Tú puedes.

Al poco llego a la zona vallada y Marisa tiene que dejar de acompañarme. Aprieto un poco más, que ya se divisa la meta a lo lejos. En los últimos metros la emoción me desborda y entro gritando como un poseso en la meta. Paro el cronómetro y miro mi tiempo: 4:33:05. No está mal para haber entrenado tan poco. El tiempo oficial final: 4:36:38.

Sorprendente, no me encuentro demasiado mal. Bebo, como y hago unos estiramientos. Otra maratón más en mis piernas. Ya estoy pensando en la del año que viene y en entrenar más.

Muchas gracias a todos aquellos que estuvisteis animando durante la carrera. Un buen grito de ánimo se agradece en cualquier momento de la carrera.

Sobre la organización, como comentó Goyo, falló un poco en el tema del agua. Creo recordar que el año pasado había más agua en más puntos. Desde mi punto de vista, algo peor que el año pasado. Por cierto, la cola de los dorsales acabados en cero, ¡impresionante! Parecía como si hubiese más gente con el dorsal acabado en cero que el resto. Creo que estuve casi 20 minutos para poder entregar la bolsa de ropa.