XXXVIII Media maratón de Fuencarral

Todo empezó a la hora de hacer la inscripción. Si querías camiseta, más tenías que pagar. En mi caso tengo camisetas para aburrir, así que dije que no, aún así no es que la cosa saliera regalada, que tuve que soltar 14,60 € por apuntarme. Ignoro si hubo otros tramos en los que era más barato apuntarse, pero ese precio «a pelo» no es un regalo precisamente. Mucho ha cambiado la cosa desde la primera vez que participé allá por 1997.

Luego siguió con el tema de recoger el dorsal. O bien lo hacías antes del día de la carrera o bien lo recogías el mismo día, pero soltando 3 €. Teniendo en cuenta que la calle Villaamail está bastante lejos de mi casa, si hubiese ido solo habría sido mejor soltar los 3 € porque según está el tema si vas en coche te lo gastas en gasolina. El caso es que el sábado fuimos en un coche a recoger tres dorsales y eso yo creo que sí es más barato que 9 €, que es lo que hubiese supuesto haber recogido el domingo los tres dorsales. Luego hablaremos de las fotos…

Debuté en esta prueba en 1997 y aunque en los primeros años intentaba hacerla todas las veces que podía, ya llevaba una temporada sin participar, once años en concreto.

119971:36:52
219981:38:05
319991:35:01
420001:39:05
520031:45:34
620051:39:30
720071:46:24
820091:42:19
920101:30:23
1020121:30:41

En los últimos días nos enteramos que la salida la habían retrasado a las diez, por lo que no hacía falta madrugar demasiado; sin embargo yo me levanté tres horas antes, a las siete, para desayunar en condiciones mi café con leche y dos tostadas.

Íbamos tres compañeros del Club Atletismo Zofío para participar en esta carrera y habíamos quedado a las ocho y media en el punto de encuentro para llegar con holgura de tiempo. Minuto arriba, minuto abajo, llegamos al sitio y salimos para el barrio de Fuencarral. Después de dar un poco de vuelta, aparcamos el coche junto al polideportivo de Santa Ana, donde acabó esta carrera unas cuantas ediciones, aunque ya llevan pocos años que han vuelto al sitio original en la calle Nuestra Señora de Valverde.

Como llegamos con tiempo y con el dorsal ya recogido se nos ocurrió tomar un café por aquello de tener una dosis extra de cafeína. En la misma calle donde está la salida y la llegada vimos un sitio abierto llamado Panadería Patio Baena donde vimos unos dulces que se me iban los ojos, pero me conformé con un café cortado. Los de la mesa de al lado pidieron una tostada de pan y puedo asegurar que es la tostada más grande que he visto nunca.

Hacía fresco, por lo que no apetecía mucho quitarse la ropa de abrigo y estuvimos mareando un poco, de tal modo que cuando fuimos a hacer uso del guardarropa, nos tocó esperar un poco y tuvimos poco tiempo para calentar, pero tuvimos tiempo de colocarnos en la línea de salida, aunque algo atrás ya que nuestras pretensiones no eran muy elevadas, nos conformábamos con no sufrir mucho y llegar los tres juntos a meta.

La última vez que participé fue en 2012, también un 12 de febrero, y en aquel entonces y durante casi toda la vida de esta carrera se hacía en el sentido horario, pero creo que fue el año pasado cuando lo hicieron en sentido antihorario, que a mí a priori me parecía más duro, ya que Herrera Oria es una señora cuesta, pero Jesús, el organizador, me aseguraba que la gente estaba haciendo mejores tiempos yendo en contra de las agujas del reloj. No me convenció mucho cuando me lo dijo, la verdad, y luego vi que de ninguna manera.

Bueno, a lo que íbamos, a las diez en punto dieron la salida y tardamos un rato en pasar la línea de salida, ya que estábamos muy atrás. Ese primer kilómetro, aunque favorable, no fue muy rápido por la gente a la que tuvimos que adelantar. Los siguientes siguen siendo favorables hasta un poco más allá del cuatro que viene una bonita cuesta arriba de unos dos kilómetros que termina en la Tapia del Pardo. Uno tramo más o menos llano y comienza una larga bajada hasta El Pardo adonde se llega aproximadamente en el kilómetro diez.

Por la carretera de El Pardo hacia Madrid hay unos cinco kilómetros más o menos llanos en los que íbamos rodando más o menos a 4:40 hasta que llegamos al quince y ahí se acabaron las tonterías. Hasta ese momento habíamos ido los tres juntos, aunque yo siempre medio descolgado, y pensaba que la subida a Herrera Oria iba a ser un «sálvese el que pueda», pero nos fuimos esperando los unos a los otros, total, tampoco nos jugábamos nada. Ese kilómetro 16, ya todo para arriba se nos fue un poco el tiempo, pero es que el siguiente kilómetro es tremendo y ahí se nos fue el kilómetro a 5:45, un minuto más lento que lo que llevábamos en el llano. El siguiente suaviza un poco porque hay un falso llano, pero el 18 también es de aúpa y también se nos disparó el tiempo. Afortunadamente ya habíamos pasado lo peor y aunque el resto seguía picando para arriba era más llevadero. Curiosamente fue en ese tramo final donde mejor me encontré y estuve tirando de mi compañeros tratando de alcanzar a una chica para que nuestra compañera tuviese alguna oportunidad de subir al cajón; sin embargo aunque la pasamos luego nos volvió a superar, aunque de todos modos llegar antes tampoco hubiera servido para hacer un puesto de honor.

Entramos los tres hermanados aunque a mí me dan un tiempo neto algo mejor al pasar detrás de ellos por la salida. Mi tiempo fue 1:40:38 prácticamente diez minutos más que la vez anterior hace once años. Pero contento por haber llegado los tres juntos y haber sido capaz de aguantar el ritmo.

Está claro que lo de las carreras populares es un negocio porque algunas carreras lo mercantilizan todo. Por ejemplo, esta carrera saca dinero por el precio del dorsal, por la recogida del dorsal el domingo, por si alguno «pica» y compra una camiseta de ediciones antiguas de ésta y otras carreras, ya que en el local de la recogida de dorsales también había una especie de mercadillo. Y por último, también se hace negocio con las fotos, ya que es una empresa la que las hace y las vende por el módico precio de 4,90 €. Eso sí, reconozco que las fotos están muy bien hechas y de gran calidad.

Esta vez no llevé la indumentaria del Club Atletismo Zofío, ya que ese día en Madrid se celebraba una manifestación por la Sanidad Pública, así que aproveché para manifestarme mientras corría.

XXVIII Media maratón de Fuencarral

Hoy, para celebrar mi cuadragesimosexto cumpleaños, me he acercado al barrio de Fuencarral con la intención de participar en la media maratón que se celebra en este barrio.

Era mi décima participación en esta carrera por lo que era una ocasión inmejorable para celebrar mi aniversario.

Había quedado a las nueve con los compañeros de MaraTID y aunque me levanté con tiempo llegué por los pelos al punto de encuentro. Afortunadamente allí estaba mi compi con mi dorsal, que generosamente había recogido el viernes. Otra carrera más que se apunta a la desagradable moda de hacer ir a los corredores días antes a recoger el dorsal y el chip.

Con los compañeros de MaraTID
Con los compañeros de MaraTID, foto cortesía de Iñaki

Un par de minutos después de las 9:30 dieron la salida después de guardar un minuto de silencio. Al grito de «a sus puestos» (lo que causó gran hilaridad entre los corredores) dieron el pistoletazo de salida y me puse en marcha sin tener muy claro el objetivo a seguir en la carrera. Sólo tenía claro que había que ir tranquilo hasta El Pardo.

En la bajada de Herrera Oria se me acopló un corredor al que le pareció adecuado el ritmo que llevaba. Juntos fuimos hasta la fatídica curva del cuartel donde empieza la primera cuesta dura de la jornada. Resultó muy bonito el acercamiento a El Pardo ya que al fondo se veía la sierra de Madrid toda nevada. En esos momentos empecé a sentir un frío de narices ya que la temperatura era unos cuantos grados menos que en la salida. Y en Fuencarral estábamos por debajo de cero.

En esa primera cuesta acorté la zancada y empecé a subir a buen ritmo esa primera dificultad, aunque sin darlo todo, que todavía quedaba mucho.

En la cuesta del cuartel
En la cuesta del cuartel, foto cortesía de Arganzboy

Acabó esa primera cuesta y me dispuse a afrontar la cuesta que acaba en la tapia del monte de El Pardo. De nuevo zancada más corta y para arriba. Esta cuesta se hace muy laaaaaaarga.

En la tapia ya habíamos pasado el 15 y tras el avituallamiento empieza una bonita cuesta abajo donde se puede estirar un poco la zancada. Ya iba pensando en la siguiente subida, la de Montecarmelo, y recordaba en mis primeras participaciones cuando se subía la cuesta del cementerio que era una subida bastante más dura que la actual; sin embargo, aunque más llevadera, se me hizo como siempre muy exigente y fue el peor momento de la carrera… pero ya se olía la meta.

La última subida, la que lleva a la puerta del polideportivo, se me hizo muy llevadera y casi sin darme cuenta ya estaba esprintando en la pista de atletismo buscando la meta.

En la última subida de la jornada
En la última subida de la jornada, foto cortesía de Macu

Fue en ese momento cuando tuve conciencia del tiempo que llevaba, ya que hasta ese momento no había mirado ni una sola vez el cronómetro. Ha sido de las pocas carreras en las que el tiempo realizado me importaba un pimiento.

Llegada, foto cortesía de runners.es
Llegada, foto cortesía de runners.es

Crucé la meta con un tiempo oficial de 1:30:41 en la posición 150 de casi dos mil clasificados. Curiosamente, es la primera vez que coincide la distancia medida por el forerunner con la distancia oficial, lo que me lleva a pensar que le faltaban metros a esta carrera, porque siempre el forerunner me ha medido más. Acabé muy contento porque aún siendo una carrera bastante dura acabé con muy buenas sensaciones y no muy cansado.

Después de la carrera, una bolsa del corredor muy bien surtida, ducha en los vestuarios, charla con los compañeros y rapidito a casa que tocaba comida familiar.

XXVI Media maratón de Fuencarral

Creo que hoy ha sido el día que más frío he pasado en una carrera. No soy el único, Enrique también era de la misma opinión. Cuando he terminado la prueba no podía hablar porque ¡tenía la mandíbula congelada! Y es que cuando llegamos al barrio de Fuencarral a eso de las ocho y media, el termómetro de la marquesina marcaba -4º C y uno de los que andaban por allí decía que en El Pardo había -7º C a esas tempranas horas de la mañana.

Una vez llegados al polideportivo de Santa Ana y descubrir que el bar ya no funcionaba y que el servicio era un pocilga inmunda, estuvimos deambulando por la calle Afueras a Valverde buscando un bar donde refugiarnos, hacer nuestras necesidades y calentarnos un poquito café en mano, pero no conseguimos encontrar nada abierto a esas horas.

Así que volvimos al polideportivo y después de las fotos de rigor, dejamos la ropa en el guardarropa, justo cuando empezó a formarse una cola inmensa para dejar la ropa. Desafiando al frío reinante, me quedé en pantalón corto y camiseta de hombreras, pensando que durante la carrera, con el calor generado por el ejercicio sería suficiente, pero me equivoqué, no conseguí entrar en calor en ningún momento.

Pradolongueros en Fuencarral 2010
Pradolongueros en Fuencarral 2010

Salí en posiciones muy delanteras y no creo que tardara más de cinco segundos en pasar por la alfombra de salida. Enseguida fui cogiendo el ritmo y cuando ya empezaba la bajada de Herrera Oria me adelantó mi compañero Fernando al que decidí no seguir para no quemarme antes de tiempo. Sabiendo lo que me quedaba después de llegar a El Pardo, seguí a un ritmo no demasiado exigente -quizás demasiado tranquilo-, aunque dejé atrás a un grupeto con el que había bajado. En el kilómetro siete llevaba 28:56 y eso incluso me daba esperanzas de bajar de 1h30, aunque faltaba lo peor y sabía que iba a ser difícil.

En las bajadas, aconsejado por Luis, adopté la técnica de acortar la zancada y aumentar la frecuencia. De esta manera se castiga menos a las piernas, ya que el impulso contra el suelo es menor y aunque quizás haya perdido algo de velocidad en las bajadas, creo que tengo las piernas realmente bien para el castigo que supone esta carrera.

Llegados a la curva fatídica del El Pardo empieza la carrera de verdad. La cuesta del cuartel empieza a poner las cosas en su sitio y algunos ya empiezan a pagar las alegrías de la bajada de los primeros kilómetros. Siguiendo los consejos de Luis, aflojé el ritmo antes de que la cuesta me obligara a hacerlo y aunque algunos se iban unos metros, luego los pasaba en la bajada. Subiendo esa cuesta me adelantó Antonio, un chaval del Gran Grupo Garabitas con el que hice casi toda esta segunda parte del recorrido. A éste se le veía sobrado en las cuestas arriba, pero parecía que podía aguantarle. Desde aquí sólo decirle ¡muchas gracias Antonio!

Al llegar el kilómetro 14, el cronómetro marcaba 59:06, todavía en tiempo de poder hacer 1h30, pero entonces empezaba el tramo más duro, ya que la pendiente de las rampas está entre un 5 y un 7%. Ese fue mi primer momento malo, pero es que ahí no queda otro remedio que apretar los dientes y sufrir. Después de este duro escollo, se pasa la tapia del Monte de El Pardo y la carretera se torna en bajada. Según avanzaba iba viendo en el horizonte las cuatro torres del denominado CTBA (Cuatro Torres Business Area) y pensaba en el curioso contraste entre estar corriendo en plena naturaleza y ver esos monstruos urbanos al fondo. En esos momentos me encontraba pletórico, estaba llegando al km 17 y me veía bien de fuerzas.

A partir del 18 la carretera es nuevamente ascendente y aunque existe algún falso llano es casi todo para arriba. Por Montecarmelo lo pasé lo mejor que pude y en la última cuesta después de pasar por encima de la carretera de Colmenar traté de acelerar un poquillo, pero se me atragantó esa corta, pero empinada cuesta. Ese fue mi segundo momento malo, pero gracias a Soco, una compañera de trabajo que estaba allí animando se me hizo algo más llevadera.

Después de coronar este repecho, ya estaba todo hecho. Sólo quedaba tirarse por la rampa de entrada a la pista de atletismo y zumbar a muerte los últimos 300 metros por la pista. Entré en meta con un tiempo según mi cronómetro de 1:30:23 que puedo considerar muy bueno, ya que es poco más de un minuto peor que en Getafe, pero la carrera es bastante más dura.

Maratidianos en Fuencarral 2010
Maratidianos en Fuencarral 2010

La organización nos obsequió con una bolsa del corredor bastante completa con camiseta técnica, bolsa-mochila marca Joma, medalla recuerdo de la carrera, llavero, cajita de apósitos Compeed para las ampollas, agua, botella de Aquarius de 1 litro, bote de Aquarius, batido de chocolate, barrita de cereales, una manzana y una bolsa de frutos secos. Muy generosa, la verdad.

Lo peor de todo fue el problema con el cronometraje, ya que según parece se estropeó la alfombra que registraba los tiempos en la llegada. Sin embargo, la organización ha tenido el detalle de devolver los 10 € de la inscripción.

Bueno, lo peor de todo no fue eso, sino el estado tan repugnante de los servicios. No he visto cosa más desagradable en mi vida. Es increíble que Mapoma, tan experta en estas lides organizativas no haya puesto servicios portátiles como en otras carreras. Aquí sí que les pongo un cero pelotero.

Tiempos por kilómetro y parciales acumulados:

1 4:11 4:11
2 4:07 8:19
3 4:12 12:31
4 4:05 16:36
5 4:08 20:45
6 3:50 24:35
7 4:21 28:56
8 3:49 32:46
9 4:18 37:04
10 4:22 41:27
11 4:23 45:50
12 4:17 50:07
13 4:14 54:22
14 4:43 59:06
15 4:30 1:03:36
16 4:59 1:08:36
17 4:07 1:12:44
18 3:58 1:16:42
19 4:33 1:21:16
20 4:29 1:25:46
21 4:14 1:30:00
21,097 0:23 1:30:23

Decía Bernardo, un buen compañero, que esta media maratón puede ser utilizada para extrapolar (mediante los puntos de Purdy) su resultado a la maratón de Madrid, ya que ambas son carreras duras. Pues bien, esta carrera ha supuesto un total de 484,37 puntos, lo que supone una marca en maratón de 03:10:50, por debajo de las tres horas y cuarto que me gustaría hacer.

XXV Media maratón de Fuencarral

Después de no haber corrido el año pasado tenía ganas de correr esta bonita y dura carrera que siempre me ha gustado. Sin embargo, a última hora tenía pensado no correr porque andaba recuperándome de una contractura en el gemelo (consecuencia de la media de Getafe) y no había entrenado mucho en las últimas semanas. Pero el sábado a la hora de acostarme, después de haber bebido y comido en demasía por culpa de la celebración del cumple de mi hijo decidí que iba a participar con la idea de compensar los excesos.

Nos encontramos un buen número de compañeros del equipo en la salida y salimos juntos un buen grupo: Jesús, Liborio, Emilio y un servidor. Al poco nos pasó Paco y poco después Fernando y Luis que bajaban lanzados por Herrera Oria. Ahí, en la bajada, empecé a notar que la contractura se dejaba notar en cuanto alargaba la zancada, por lo que decidí no forzar y vi como poco a poco el grupo con el que había salido se iba alejando irremisiblemente.

Fuencarral 2009
Posando en el Polideportivo de Santa Ana

Después de la bajada, yendo hacia El Pardo pude ver a Paco que me sacaba unos metros, por lo que me esforcé en contactar con él. Llegué a su altura poco antes de llegar a El Pardo y estuvimos conversando un poco, hasta que la carretera se empinó y ya nadie podía (ni quería) hablar. Esa primera cuesta la subí con energía, pero controlando que quedaba mucho. En la segunda cuesta, la más larga que acaba en la tapia de El Pardo adelanté a la chica que Jesús había conocido en el metro y que pensaba hacer una buena carrera. Parecía que le costaba un poco subir, pero luego pude comprobar que bajaba bastante mejor.

Perfil media de Fuencarral
Perfil realmente duro de la media Fuencarral (gracias a Luis)

Después de pasar la tapia de El Pardo, en la bajada que conduce a la vía del tren tuve que controlar bastante para llevar una zancada cómoda y que la contractura no molestase. En esa bajada la gente me adelantaba en manadas. Tras pasar por debajo de la vía, poco antes del km 18 la carretera vuelve a empinarse y aunque ya queda poco para la meta se hacen duros esos kilómetros. Ya sólo quedaba tirar de coraje porque las fuerzas escaseaban y la meta ya estaba cerca.

La nueva ubicación de la meta hace que la última cuesta, ya por las calles del antiguo barrio de Fuencarral, sea más corta, eso se agradece bastante porque la fatiga ya es grande. La entrada al polideportivo se hace por una cuesta abajo de bastante pendiente, por lo que tuve de nuevo que controlar en la bajada y apretar un poco en los 300 metros que transcurren por la pista de atletismo. Paré el cronómetro en 1:42:28 poco después de pasar el arco de meta. Los resultados oficiales se pueden consultar en este enlace.

Según eso, mi clasificación:

642 MIGUEL ANGEL GARCIA BLAZQUEZ 1:42:26 1:42:19 04:50

Acabo de leer un correo enviado por un compañero donde cuenta que entre el km 13 y el 14 un corredor se desplomó sin sentido y que la ambulancia tardó un buen rato en llegar. No se sabe qué ha sido de él. Siempre resulta triste leer este tipo de noticias. Espero que el pobre haya tenido suerte y se recupere de este accidente.

Tiempos por kilómetro:

1 4:40
2 4:26
3 4:33
4 4:19
5 4:20
6 4:10
7 4:05
Parcial 1 30:35
8 5:02
9 4:46
10 4:14
11
12 9:42
13 4:59
14 5:10
Parcial 2 34:19
15 5:13
16 5:50
17 4:47
18 4:43
19 5:37
20 5:15
21,097 6:07
Parcial 3 37:32

Claramente una carrera de más a menos, aunque en Fuencarral no hay otra manera de hacerlo.

XXIII Media maratón de Fuencarral

Hoy ha sido la primera vez que en una carrera mi tiempo neto coincide con el tiempo real: 1:46:24. Y es que Manolo, Francisco y un servidor nos colocamos en la primera línea de salida, junto a los más rápidos del pelotón. Fue una experiencia agridulce. Bien porque sales sin ningún agobio y se empieza a correr desde el primer centímetro, pero mal porque en toda la carrera no para de pasarte gente. En mi caso, me adelantaron nada menos que 782 corredores y eso es mucho pasar.

En primera línea de salida
En primera línea de salida

Hacía muchos años que en Fuencarral no nos dábamos cita tantos maratidianos. Ayer fue un verdadero éxito de participación, ya que nos dimos cita en la línea de salida al menos ocho corredores del equipo. La mañana era fresquita, pero las nubes se iban abriendo y empezaba a verse el sol. Por desgracia, hacía un viento bastante molesto que en algunas fases de la carrera molestaba bastante y que invitaba a buscar el abrigo de otro corredor.

El caso es que la carrera me resultó muy, muy dura. Sobre todo a partir del kilómetro 17 cuando se acaba la bajada de la tapia de El Pardo y se empieza a subir hacia el pueblo de Fuencarral. El paso por debajo de la vía de ferrocarril donde se inicia la subida supuso mi declive físico y a partir de entonces fui arrastrándome, recordando las sensaciones que se viven en los últimos kilómetros de la maratón. Sólo hay que ver que empecé los primeros kilómetros por debajo de 4:30 (ayudado de la cuesta abajo), los kilómetros intermedios por debajo de los cinco minutos y en esos últimos tres kilómetros, el ritmo bajó a más de seis minutos por kilómetro. Hoy tengo las piernas casi tan castigadas como si hubiese corrido una maratón. Y es que en esta media hay que estar muy bien físicamente para poder afrontarla con garantías.

Como anécdota, comentar que al finalizar la carrera me encontré con Ricardo, un vecino y compañero ocasional de entrenamientos que quedó ¡¡¡el tercero!!! Un auténtico monstruo.

XVI Media maratón de Fuencarral

Mal, lo he pasado mal, mi peor Fuencarral hasta la fecha. Y es que esta carrera no es ninguna tontería: o entrenas bien o sufres.

Foto de equipo Fuencarral 2000
Foto de equipo Fuencarral 2000

Los primeros 12 kilómetros fui acompañado generosamente por José Juan, que pudiendo ir más deprisa prefirió ir a mi ritmo. En el paso por el km 10 notaba que iba peor que otras veces, pero iba decentemente. En la primera cuesta arriba de consideración, la del cuartel, adelantamos al Caña que iba algo fastidiado. Ahí José Juan se marchó a su ritmo.

En la siguiente cuesta, que va desde el kilómetro 13 al 15, empecé a sufrir, aunque lo peor empezó en la siguiente bajada, una vez superada la tapia de El Pardo. No conseguía alargar la zancada por lo que manadas enteras de corredores me adelantaban si piedad. Al final de la bajada, Silvia animaba sin cesar a los compañeros.

¡Gracias Silvia!

La siguiente cuesta arriba, que sube hasta el cementerio, se me hizo muy dura aunque mantenía el tipo como podía. De nuevo en la cuesta abajo, nuevas manadas de corredores me adelantaban. En la última cuesta importante de la jornada, subiendo los Tres Olivos, ya no corría, reptaba. Sólo los ánimos de Soco, una compañera del trabajo que vino a animarnos, me hicieron llegar a la meta con algo de dignidad, realizando un tiempo de 1:39:05. Mi peor tiempo en esta carrera, ¡cuatro minutos más que el pasado año!

Agradezco de todo corazón la ayuda inestimable de los compañeros que se molestaron en venir a animarnos en esta desapacible mañana. Hago extensible este agradecimiento no sólo a Silvia y a Javier, sino a Soco por sus ánimos en un momento muy complicado.

XV Media maratón de Fuencarral

Un buen grupo de compañeros de MaraTI+D hemos corrido la XV edición de la Media Maratón de Fuencarral. El tiempo era bastante bueno -al final un poco caluroso- para correr. La organización falló, desde mi punto de vista, en dos puntos importantes: hubo problemas en la salida y el tráfico estuvo abierto en un sentido durante toda la carrera. Sin embargo la entrega de chips -sin fianza- y la recogida de éstos y los regalitos sí estuvieron bien.

fuencarral-1999
Foto de equipo antes de la salida

La salida fue un poco decepcionante, yo me encontraba a dos metros detrás de la pancarta de salida y delante de mi había la güeva de personal. De hecho, había más gente delante de mi que detrás. El locutor por más que decía que se pusiesen detrás de la pancarta, menos caso le hacían. Esto provocó cierto retraso en dar el pistoletazo de salida y que gran parte de la gente no recorriera los 21 km y 97 metros.

Mi posición dentro del lote era tan mala que cuando dieron la salida, tardé entre 30» y 45» en empezar a correr. Cuando me dejaron un poco de espacio empecé a apretar un poco, aunque sólo pude pasar el primer kilómetro en 5’48» -sospecho que estaba mal medido-. No conseguí en ningún momento encontrar un grupito que fuese a mi ritmo por lo que decidí ir a mi bola o lo que es lo mismo mantenerme sobre las 172 – 173 ppm en llano.

Bajando Herrera Oria me sorprendió el grito de ánimo de Silvia -muchas gracias-. Esto me agradó, saqué pecho y me lancé todavía más deprisa por la cuesta.

Mi intención era rebajar mi MMP de 1:36:52, así que cuando pasé los 10 km en 43:53 vi que la cosa iba bien. Era una gozada correr hacia el Pardo, mirar de frente y ver las montañas nevadas todas rodeadas de encinas. Sí, la cosa iba realmente bien. Poco antes del km 12 comenzó la «cuesta del cuartel», ya empezaban a oirse las primeras respiraciones forzadas de algunos. Al terminar esta cuestecilla, recordé las palabras de Juan Ignacio del pasado año: «Primera cuesta y sin novedad». Lástima que él no estuviera aquí, hubiera disfrutado tanto con la carrera…

Al poquito de esta primera cuesta, comienza la segunda, que es, además, la más larga de todas ellas. Al principio la pendiente suave no castiga demasiado pero las últimas rampas con verdaderamente exigentes. El hecho de estar abierta al tráfico impedía trazar las curvas por el camino más corto, como se hacía en años anteriores. Casi terminando la cuesta pude ver a Liborio que iba sufriendo lo suyo intentando llegar al km 15. El pobre acababa de salir de una gripe y no andaba muy fino. Le pasé en ese punto kilométrico y me lancé a tumba abierta a por la penúltima cuesta de la jornada.

Después de una larga bajada, poco antes de comenzar la cuesta que pasa por debajo de la vía del tren vi de nuevo a Silvia animando a los compañeros -gracias de nuevo-. Con renovados bríos me dispuse a atacar la cuesta más dura de pendiente aunque no muy larga, pensando que la meta ya estaba cercana. Después de la cuesta, justo enfrente del cementerio de Fuencarral, esponjas. Otra bajadita y la última cuesta.

Esta última cuesta ya transcurre en el barrio de Fuencarral, a lo largo del nuevo barrio de Los Tres Olivos. Subí todavía con energías y al llegar a la «cima», a falta de un kilómetro, vi a Bienve. Con éste en mi punto de mira, aceleré lo que pude, acercándome poco a poco. Veía que iba un poco tocado de su pie aunque no tuve ninguna oportunidad de cogerle. Cuando divisé el reloj de meta, marcaba 1:34:40. Eché toda la carne en el asador para intentar bajar de 1h35, pero no lo conseguí. Al final, aunque mi cronómetro marcaba 1:34:59, el tiempo oficial era de 1:35:01. No está mal, bajé 1:51 de mi mejor marca y llegué aún con energías. Mejor que sobre, que no falte.

XIV Media maratón de Fuencarral

Teníamos planeado correr cuatro miembros del equipo juntos la carrera, sin embargo, una serie de problemillas no permitió que eso sucediese. Y es que uno de los cuatro, que era Juan Ignacio estaba esperando con los chips y los dorsales a que llegasen los retrasados y al final ni vinieron. Eso hizo que no pudiera ponerse en la salida junto a nosotros.

Salimos algo lentos el primer kilómetro debido al atasco inicial, pero luego fuimos alegrando nuestra marcha según íbamos bajando Herrera Oria. Sobre el km 4 nos alcanzó Juan Ignacio y ya formado el grupo de cuatro empezamos a acelerar un poco más. Alguno de esos kilómetros nos acercamos a los cuatro minutos.

En el llano que conduce a El Pardo íbamos a una velocidad de crucero de 4:30, como habíamos planeado antes de la carrera. Llegados a la cima de la primera rampa, la paralela a la tapia del cuartel de transmisiones alguien dijo: «primera cuesta y sin novedad». Ciertamente, después de este primer obstáculo seguíamos los cuatro juntos.

Al encarar el segundo y prolongadísimo desnivel Juan Ignacio empezó a apretar y al poco tiempo siguió solo porque ninguno de los demás se atrevió a seguirle. Luego él habló de que tuvo una maravillosa experiencia mística.

Llegamos a la tapia de El Pardo, bajamos esos dos kilómetros que sirven para recuperar un poco el tiempo perdido (otra vez a 4:30) y de nuevo, tras pasar por debajo de la vía, vuelta a subir la cuesta de más desnivel hasta el cementerio de Fuencarral. Todavía seguía el trío.

Ya en la última subida, a la entrada de Fuencarral, Luis pegó un tironcillo y se escapó del grupeto. Jesús y yo nos quedamos mirándonos y Jesús pregunta «¿A dónde va ese tío?». Yo le contesto: «Qhkdue dfklhayuie fjajkffw …». Y es que ya ni hablar podía.

Al final llegué a meta con Jesús en un tiempo oficial de 1:38:05 que no está nada mal.

Y para terminar unos consejos de Javier:

Hay que calentar si se quieren obtener resultados óptimos. Esto incluye trotar unos minutos, a veces 15-20, a trote más suave del habitual. Se trata de calentar algo los músculos de las piernas, pero también poner a tono el mecanismo de suministro de energía, poniendo al cuerpo en predisposición de quemar las primeras grasas rápidamente. También hay que hacer los correspondientes estiramientos y finalmente algunos ejercicios de potencia (pequeños sprints, progresiones).

Los tiempos por kilómetro y parciales de la carrera:

1 5:22 5:22
2 4:19 9:42
3 4:15 13:57
4 4:11 18:09
5 4:04 22:13
6 4:03 26:17
7 4:34 30:51
8 4:25 35:16
9 4:33 39:49
10 4:43 44:23
11 4:30 49:03
12 4:28 53:31
13 5:00 58:31
14 5:01 1:03:33
15 5:20 1:08:53
16 4:34 1:13:28
17 4:32 1:18:01
18 4:47 1:22:49
19 4:56 1:27:45
20 5:25 1:33:11
21,097 4:54 1:38:06

XIII Media maratón de Fuencarral

Primera participación en esta media maratón tan dura y tan bonita. No tengo crónica de esta carrera, ya que estoy escribiendo esta entrada 26 años después, sólo sé que la hice en 1:36:52 tiempo que di por bueno ya que se trataba de mi segunda media y que la primera fue diez años antes.

Veo por las fotos que antes de la carrera sólo nos pudimos juntar cuatro compañeros de MaraTI+D…

Antes de la carrera de Fuencarral 1997

Y que la foto completa del grupo la hicimos después.

Después de la carrera, con aspecto de garrulón

De pie y de izquierda a derecha: Bienve, Ángel, Bernardo, Luis, Javier, Miguel Ángel. Y agachados: Jesús M., Jesús C. y Juan Ignacio.