XXXIII Maratón popular de Madrid

Hoy ha culminado todo el trabajo específico de entrenamiento que había comenzado a finales de diciembre. Después de pasar cuatro meses con frío, nieve y lluvia, hoy se ha cumplido esa regla no escrita que dice que el tiempo (meteorológico) que hará en la maratón es totalmente lo contrario al tiempo con el que has entrenado. Por lo tanto, tocaba calor y calor ha hecho. De hecho, creo que ha sido el día más caluroso que ha habido desde que acabó el verano.

En estas últimas semanas, sobre todo después de los dos seismiles, me había dado cuenta que tratar de acercarme a 3h15 era un objetivo muy complicado, por lo que me había marcado un tiempo de 3h20 como un objetivo realista. Sin embargo, viendo el calor que iba a hacer (a las siete de la mañana ya se veían 15º en los termómetros de las marquesinas), ya comencé a pensar en una horquilla entre 3h20 y 3h25, con la esperanza de poder hacer unos utópicos 3h23.

Dado que la carrera empezaba a las nueve, tres horas antes, a las seis de la mañana arriba que hay que desayunar bien. Pero lo primero es lo primero. Y no es otra cosa que echar lastre y subirse a la báscula. Marcaba 67,6 kg, medio kilo más que la semana pasada. Confío en que ese aumento de peso sea debido a que salgo con el depósito lleno de glucógeno, después de empezar el jueves una buena carga de hidratos de carbono. No problem.

A las siete habíamos quedado con Emilio para que nos acercara a la salida en su coche. Puntuales todos (Quique, Ninfa y un servidor), acabamos saliendo para Cibeles poco después de las siete y cuando llegamos estaba todo muy despejado. Tan pronto llegamos que los servicios todavía estaban precintados y yo ya tenía una necesidad perentoria de volver a echar lastre. Menos mal que había por allí un corredor bastante espabilado que iba rompiendo el precinto con los dientes de una llave. Me quité un peso de encima.

A las ocho había quedado con los compañeros de MaraTI+D en la verja del Palacio de Linares. El sitio estaba repleto de gente, ya que las escalinatas del Palacio de Telecomunicaciones estaban valladas y, por lo tanto, habían eliminado uno de los típicos puntos de encuentro. Saludos, charlas con los compañeros y quedo con Pedro y Liborio -dos compañeros de MaraTI+D– para salir juntos y luego tratar de ir cada uno a su ritmo.

Foto de equipo Mapoma 2010
MaraTI+D en la XXXIII Mapoma

A las ocho y media nos vamos yendo hacia la salida y vamos colocándonos lo más cerca que podemos del arco de salida. No estamos mal situados teniendo en cuenta que hay unas diez mil almas preparadas para salir. Más otras cinco mil que ocupaban la otra mitad del Paseo de Recoletos con intenciones de hacer sólo la carrera de 10 km. La verdad es que no me ha gustado nada el haber salido todos juntos. Hubiera sido mejor primero unos y luego otros, como en todos sitios. Espero que lo mejoren para años venideros, porque me temo que ha cuajado esto de los 10 km.

A la nueve pistoletazo de salida y en cuarenta y cinco segundos pasamos por encima de la alfombra de salida. Pongo en marcha mi cronómetro y empieza la aventura. En los primeros kilómetros Liborio iba pletórico y no hacía más que decirle que se fuera, que nos dejara, que iba sobrado, pero no me hacía mucho caso. A Pedro también le veía fuerte, pero trataba de pararle un poco, que todavía quedaba mucha carrera. Sospechaba que en cualquier momento me iba a quedar solo porque realmente los veía fuerte a los dos.

Mis compis tiraban fuerte, yo los frenaba
Mis compis tiraban fuerte, yo los frenaba, km 6

En el kilómetro 13 había quedado con Fernando, otro compañero de MaraTI+D que este año no corría, que nos iba a servir de cicerone durante un montón de kilómetros, animando, cogiéndonos agua, dándonos geles. Desde luego sin él, nunca hubiera llegado hasta donde llegué. En el km 14 me tomo el primer gel, que me sienta regular, ya que durante unos cuantos kilómetros noto que me molesta el estómago. En el km 17 me espera mi madre, me embarga una enorme emoción, se me saltan las lágrimas al verla. Me sirve de acicate para hacerlo lo mejor posible.

Poco después Liborio se fue por delante, ya le veía yo buenas piernas, por lo que Pedro y yo seguimos adelante a nuestro ritmo, clavando 4:45, segundo arriba, segundo abajo. Yo iba un poco extrañado porque el GPS no coincidía ni de coña con los kilómetros marcados por la organización. De hecho una vez llegado a meta, el cronómetro indicaba 42,76 km ¡¡¡más de 500 metros de diferencia!!!

Pasamos la media en 1:40:28 un pelín más lento de lo que yo había calculado, pero siempre mejor pecar de precavido que lo contrario. Poco después, en el 22, Pedro había quedado con un amigo, por lo que de nuevo íbamos cuatro en el grupeto, aunque un par de kilómetros después, ya en la Avda. de Valladolid Pedro decide aflojar un poco. Yo sigo mi ritmo, pero me quedo tranquilo porque al menos su tocayo le hace compañía. Voy muy, pero que muy bien de piernas.

Entramos en la Casa de Campo y el perfil se torna ascendente. Siempre se me ha dado mal el paso por la Casa de Campo, pero esta vez no estaba dispuesto a que volviese a suceder, por lo que aflojé un poco en la ida (que es cuesta arriba), para apretar un poquillo a la vuelta (que es cuesta abajo). Sobre el kilómetro 28 me encontré con Liborio, que parecía estar pasándolo mal. Luego me ha dicho que tuvo calambres hasta en las cejas. Demasiado ha hecho el hombre que ha conseguido llegar a meta después de los malditos calambres. Pasado ese punto kilómetrico me tomé el segundo gel que me ofreció Fernando. De nuevo el estómago estuvo quejándose unos kilómetros, pero pensé que esas molestias podían ser compensadas con un poco de energía extra.

A la salida de la Casa de Campo, junto a la boca de metro de Lago, hay un bonito repecho, donde te dejas una buena ración de fuerzas, aunque luego se compensa con la bajada de la Avda. de Portugal. Ese kilómetro (del 32 al 33) lo hice en 4:40. Me sorprendió ver que a esas alturas todavía pudiera ir tan fuerte.

Por el Paseo de la Virgen del Puerto
Paseo de la Virgen del Puerto, km 35

La siguiente broma -de mal gusto- de esta carrera es la cuesta de la calle Segovia, poco antes del km 36. Ahí también te dejas unas fuerzas preciosas. No subí demasiado mal, pero ya empezaba a notar los kilómetros recorridos y que las piernas no eran las mismas que al principio. Cosa obvia, por otro lado, como no paraba de repetirme.

Allí me esperaba Marisa que me acompañó hasta meta, dándome ánimos en cuanto me veía flojear un poco. Luego me confesó que me veía una carita que daba pena, pero que no me dijo nada para no hundirme en la miseria.

Desde que entré en la Casa de Campo, hasta este punto, iba adelantando corredores a manadas, pero subiendo el Paseo Imperial ya me iban adelantando a mí, por lo que muy bien ya no iba. Ya el ritmo había subido un poco por encima de 5:00/km, pero era algo que se podía asumir, eran ya muchos kilómetros en las piernas y parece que poco a poco se iba alzando el temible muro. Lo único bueno es que ya me estaba acercando al km 37, por lo que llevaba un kilómetro más en la buchaca.

Acompañado y animado por Fernando y Marisa, iba pensando únicamente en llegar al siguiente kilómetro, nunca en el total que quedaba y utilizaba el truco de pensamientos positivos, nunca negativos. Iba yendo cada vez a menos, pero no pegaba el petardazo brutal, por lo que la cosa no marchaba mal del todo. Parece que el muro no llegaba a levantarse del todo. Eso sí, ya había descartado las 3h23 previstas.

Hay que reconocer que desde la subida de la calle Segovia (poco antes del km 36) hasta el final, es duro, pero duro de narices. Subes ese repechón, luego el Paseo Imperial, luego Acacias, Embajadores, Ronda de Atocha, ¡¡todo es cuesta arriba!! En glorieta de Atocha, el perfil es llano, pero no es más que la calma que precede la madre de todas las cuestas, que no es otra que la subida de Alfonso XII, que si todavía te queda un gramo de fuerza, aquí te lo dejas.

Antes de Atocha estaba Esteban animando y nos sacó esta bonita foto. Ahí ya iba un poco fastidiado…

Pasado Embajadores en Mapoma 2010
Ronda de Atocha, km 38

Poco después, en Atocha estaba Rafa, también de MaraTI+D, haciendo fotos y animando como un campeón y encima hizo unos cuantos metros con nosotros. Muchas gracias, Rafa. Pero ni sus ánimos pudieron evitar que me dejara hasta el apellido en la subida de Alfonso XII. Fue, sin lugar a dudas, donde peor lo pasé. Afortunadamente, un grupo de pradolongueros estaba en la cima de este repecho animando y eso me vino bien. Por desgracia, la dureza no acaba ahí, sino que hasta la Puerta de Alcalá sigue subiendo y cuando giras, sigue subiendo hasta la entrada a El Retiro.

Después de coronar el repecho de Alfonso XII
Después de coronar el repecho de Alfonso XII, km 40

Afortunadamente, una vez que entras en el parque, es cuesta abajo, pero ya iba como pollo sin cabeza, tratando de llegar a la meta lo antes posible, pero con poca fuerza. Aún así, aceleré todo lo que pude, tanto que me tuve que controlar, ya que se me pasaba por la cabeza (y Marisa me advertía) la desgracia ocurrida en la media de Madrid.

Cuando pasé por la línea de meta, el reloj de meta marcaba 3:26:37, ¡¡¡había conseguido mejorar mi mejor registro en una maratón!!! Y lo mejor es que el tiempo neto es 45 segundos mejor. Nada menos que 3:25:52 que se convierte en mi MMP y que está dentro de la horquilla de tiempos (bueno, casi fuera) prevista.

Llegada a la meta de Mapoma 2010
Llegada a la meta de Mapoma 2010

Lo peor vino después de pasar la línea de meta porque las asistencias me debieron ver una carita… que me invitaron a sentarme en una silla de ruedas y me metieron en una de las carpas del SAMUR donde me tumbaron algo mareado en una camilla, me tomaron la tensión, me midieron la glucosa en la sangre y llegaron a la conclusión de que había llegado algo deshidratado y con la glucosa un poco baja. Después de media hora me dejaron irme aconsejándome que bebiese bebidas con azúcar durante todo el día. Me fui con una Coca Cola de dos litros debajo del brazo que me fui pimplando poco a poco hasta que terminé con ella.

Lo curioso de la deshidratación es que fui bebiendo agua en todos y cada unos de los puestos, que había cada 2,5 kilómetros. Echaba tres tragos y tiraba la botella. No sé si eso es poco o tenía que haber bebido alguna bebida isotónica. Habrá que tenerlo en cuenta para posteriores maratones.

Mi visita a la carpa del SAMUR hizo que me encontrase con pocos compañeros después. Sin mal no recuerdo, sólo vi a Josetxu, que se estaba aprovisionando bien, a Chema Bravo que me decía que le había resultado durísima la carrera y a Carlos, que tenía la buena cara que siempre tiene cuando acaba una maratón. Yo de mayor quiero ser como Carlos.

La verdad es que tengo que estar contento porque he conseguido hacer mi mejor registro en una maratón a pesar del calor, que me viene fatal. Y lo curioso es que la marca ha sido conseguida en la 18ª maratón que consigo terminar. Sin embargo, tengo la espinita de que mis acompañantes de los primeros kilómetros al final pincharan de una manera u otra. Una verdadera lástima.

Para terminar, agradecer a Luis de la Torre todas sus enseñanzas durante el periodo preparatorio, me ha venido de perillas sus consejos. Felicitar a Juan Ignacio porque ha conseguido terminar su 33 maratón de Madrid y haciendo su mejor marca en estos últimos años. También dar las gracias a Fernando por su inestimable ayuda ¡¡¡durante 28 kilómetros!!! Y a Marisa que me acompañó en la parte más dura. Tampoco puedo olvidarme de Rafa por acompañarme en el tramo más duro de la carrera. Los ánimos de mis compañeros pradolongueros me ayudaron muchísimo y, por supuesto, no quisiera olvidar a todas esas voces que animaban al grito de ¡venga MaraTI+D! Gracias a todos.

La enseñanza más positiva de esta maratón es que hay que tomárselo con mucha calma al principio, controlando la euforia, y que hay que tener muy claro cual es la marca que se puede hacer para poder fijar el ritmo. Y, por supuesto, hacer tiradas largas que es lo que te da el fondo necesario para llegar lo mejor posible a los últimos kilómetros.

En la primera media hice un tiempo de 1:40:28 y en la segunda, 1:45:24, por lo que la diferencia entre una y otra es de 4:56. Creo que nunca ha habido una diferencia tan pequeña entre las dos mitades, al menos en Madrid, y eso dice mucho de la táctica de haber salido tranquilo, ¡sin olvidar las tiradas largas!

Tengo las piernas bastante bien, algo cargadas de cuádriceps, pero también en una media se me cargan estos músculos. Se nota que estaba bien entrenado y que al ir estar menos tiempo corriendo sufren menos. Lo peor es que he acabado con la uña del pie izquierdo negra. Eso era lo que peor llevaba, ya que en las zonas de adoquines sufría un montón.

La clasificación y los tiempos de paso se pueden ver aquí. También se puede ver y/o descargar el diploma oficial.

Como cambia la cosa

Hoy estaba el parque de Pradolongo igual o más embarrado que el jueves. Y si el jueves me pareció un infierno cuando hice los dos seismiles, hoy me ha parecido que iba en la gloria, con el piso blandito, disfrutando mientras esquivaba charcos, un placer correr en ese terreno.

Y es que no es lo mismo ir a tope que tomarse las cosas relajadamente, no sólo por el ritmo, sino que incluso se cambia la percepción del terreno. Si ya dice Esteban que hay que ir tranquilo, para tener orgasmo tras orgasmo y nos empeñamos en no hacerle caso…

Lo cierto es que hoy sí he hecho caso de sus enseñanzas y he ido tranquilo, completando 11 km en 57:02 @ 5:08 min/km, contando ya los días que quedan para Mapoma y disfrutando de la rebaja de kilómetros.

Por cierto, ayer me encontré con Pedro y está fino, fino. Dice que va a por 3h20 y creo que lo puede conseguir. ¡Eh! que yo también estoy fino, hoy la báscula marcaba lo mismo que el sábado pasado: 67,1 kg.

El calor y la maratón

Existen personas que corren mejor con calor y otros que prefieren el frío para correr. Yo, desde luego, prefiero el fresquito, siempre que no haga un frío exagerado como este año en Fuencarral.

Aparte de eso, es un hecho objetivo que las altas temperaturas influyen en los tiempos a realizar en una carrera, especialmente en una maratón que es una carrera de más larga duración.

En las tablas de Daniels se puede ver el impacto de las altas temperaturas en la maratón. Lo primero que dice es que si la temperatura es de 16º o menor, no hay influencia, a no ser que la temperatura sea tan fría que sea imposible de aguantar.

Según va aumentando la temperatura, el registro va empeorando. Por ejemplo, si a 16º fuésemos capaz de hacer 3h15 (4:37/km) en la maratón, a 21º -sólo cinco más- el tiempo se nos iría a casi 3h18 (4:41/km). Y si ese día fuese realmente caluroso y la temperatura se fuese a 32º, el tiempo se dispararía a 3:23:47 (4:50/km). Haciendo la cuenta la vieja sale más o menos un segundo más lento por kilómetro por grado centígrado (a partir del los 16º).

Temperatura 16º C 21º C 27º C 32º C
Tiempo 3:30:00 3:33:09 3:36:18 3:39:27
Ritmo 4:59 5:03 5:08 5:12

Habrá que rezar para que haya una temperatura que ronde los 16º el día 25, no vaya a ser que la temperatura y la distancia nos funda a más de uno.

Hoy ha sido un día tranquilo, aunque creo que he hecho más kilómetros de los que debiera. He bajado al río, tratando de llevar un ritmo unos pocos segundos por encima de los 5:00/km. A la ida tenía que ir controlando para no ir más deprisa, pero a la vuelta, entre que hacía aire en contra y que es cuesta arriba, me ha costado más mantener ese ritmo. Al final he realizado los 15 km en 1:15:29 a un ritmo de 5:02/km. He corrido con las zapatillas Fila con las que empecé el año y ha sido terrible, he sufrido un montón con los ojos de gallo y en el lateral interno del pie derecho que me roza inmisericordemente. Esas zapatillas no me sirven para correr, necesito otras ya mismo.

Hoy estoy contento con mi peso, ya que he bajado a los 67,1 kg que ha sido mi peso mínimo desde hace lustros. Y es que en cuanto controlas la alimentación, el peso baja. Espero estar en 66 el día de la maratón, lo que supondría haber bajado diez kilos desde que empecé con la pauta alimentaria.

No sé si mañana correré la media de Madrid, ya que me ha llamado un compañero que podría conseguirme un dorsal, sin embargo, esta semana no he dormido bien, encima hoy me he despertado a las siete y mañana no me gustaría tener que madrugar también.

Malditas torrijas

Estamos en Semana Santa y una de las cosas típicas de este periodo es el hecho de comer torrijas. Y eso es lo que he hecho, ponerme ciego a torrijas. Eso y el fin de semana anterior han conseguido que el peso aumente. Hoy pesaba un kilo más que la semana pasada, por lo que ya estoy en 68,1 kg… y yo que quería quedarme en 65 para la maratón.

¡Qué difícil es perder peso y con que facilidad se gana!

Hoy también he salido con un amigo y aunque éste sólo ha recorrido 11 km, yo he seguido hasta completar 20 km. Aunque hoy debería haber hecho algunos kilómetros a ritmo M, he optado por tomármelo con calma. Primero porque mañana me toca tirada extralarga y segundo porque me notaba algunas molestias en la bola del gemelo izquierdo y en estos casos, mejor no forzar.

Es por esto que he ido tranquilo, dando dos vueltas a Pradolongo (10 km) y luego tres vueltas a Parque Sur (9 km), más lo que hay entre parque y parque. Pues bien, en la última vuelta a Parque Sur, cuando iba por el kilómetro 17 ¡ya me iban pesando las piernas! Mal augurio para mañana.

Hoy también he practicado la respiración nasal durante todo el recorrido y bueno, no he ido mal, sin embargo, igual que ayer, parece que la boca se reseca más. Habrá que seguir practicando, pero creo que la maratón voy a hacerla con la respiración «normal».

De manga corta

Parece que está llegando, aunque tímidamente, el buen tiempo. Hoy ha sido, sin ninguna duda, el mejor día para correr climatológicamente hablando ya que no hacía nada de frío, el aire no se movía y el cielo estaba nublado, por lo que tampoco molestaba el sol. Un día perfecto.

Hoy, como casi todos los sábados, tocaba hacer kilómetros a ritmo de maratón. Elegí Parque Sur porque el circuito es más duro que Pradolongo, por lo que esos kilómetros a ritmo M tienen más valor que en un circuito totalmente llano.

El circuito en este parque tiene 3 km de longitud, por lo que la primera vuelta fue de calentamiento y luego hice otras cuatro a ritmo de maratón, dejándome algunos segundos en la subida más dura y tratando de minimizar esa pérdida en las zonas más favorables.

Los ritmo por kilómetro de esos 12 km recorridos a ritmo M fueron: 4:27, 4:31, 4:26, 4:28, 4:35, 4:24, 4:30, 4:29, 4:18, 4:32, 4:33 y 4:19. Y la media total: 4:28. Pienso que esa diferencia de +3 segundos con mi ritmo M no es demasiado importante, por lo que me fui a casa con la satisfacción del deber cumplido.

En total he recorrido 16,21 km en 1:16:05 a un ritmo de 4:45/km.

Como todos los días que voy a este ritmo en todas y cada una de las vueltas me asaltaban las dudas de si voy a poder mantener este ritmo durante todos los kilómetros de la maratón. Bueno, siempre queda la posibilidad de ir a 4:30 y que esos cinco segundos por kilómetro más me ayuden a soportar mejor el ritmo.

Me parece que me estoy descuidando con el tema de la alimentación. Hoy marcaba la báscula 67,5 kg. Después de los 16 km, había bajado un kilito.

Olvido imperdonable

Cuando faltaban tres o cuatro kilómetros para terminar el entrenamiento me he dado cuenta de que había olvidado ponerme tiritas en los pezones y éstos me iban escociendo cosa fina. Ha sido un error imperdonable, ahora estoy lamentando el olvido.

El entrenamiento de hoy consistía en ir a ritmo de maratón durante unos cuantos kilómetros, en concreto había pensado en hacer unos diez u once kilómetros a ritmo M. Después de cuatro kilómetros de calentamiento, empezaba lo bueno. Y reconozco que me ha costado coger el ritmo y luego no es que fuera muy cómodo por debajo de 4:30. Sigo pensando que no voy a poder con los 4:25 durante 42 kilómetros… En este enlace de Garmin Connect se puede ver el detalle del entrenamiento y el ritmo llevado en esos kilómetros centrales del entreno.

Al contrario que la semana pasada que me pesé después de correr, he vuelto a pesarme antes de la carrera, para tener todos (o casi todos) los datos consistentes. Hoy marcaba 67,2 kg, parece que los 67 son una barrera infranqueable.

Almendro en flor
Ya están los almendros en flor, la primavera está cerca

Por cierto, hoy cumpliría mi padre 73 años.

Recién desayunado

Nunca me ha gustado salir a correr con la comida en la boca. Sin embargo, últimamente estoy probando a salir después de desayunar para tener reservas, sobre todo si la tirada es larga. Hoy no es que haya hecho muchos kilómetros, pero para acostumbrar al cuerpo a esta nueva experiencia. Lo cierto es que después de desayunar leche con pan con aceite y galletas, no he notado el desayuno durante la carrera, sólo algunos gases, pero no sé si producidos por el desayuno. Eso sí, si hay carrera seguiré con mi costumbre de desayunar entre dos horas y media y tres antes del comienzo de la prueba, ya que tengo comprobado que si tardo más en desayunar tengo la comida en la boca durante la carrera.

Para no variar, hoy también llovía durante el entrenamiento. Llovía con poca intensidad, pero no paraba; menos mal que hoy sólo he hecho 8,37 km (hasta un poco antes de La Caja Mágica) en 44:25 y no me he calado demasiado. Y no sólo llovía, sino que habían bajado las temperaturas y se notaba el fresco. Necesito unos guantes finos, ya.

Después de desayunar y venir de correr me he pesado. Hoy la báscula marcaba 67,1 kg, por lo que habría bajado la barrera de los nueve kilos en algo menos de cinco meses. Me parece algo increíble. Si pudiera llegar a sesenta y cinco para la maratón…

Y mañana, la media maratón de Collado Villalba, también conocida como La tragamillas, no sé porqué, sus razones tendrán… Aunque se celebra la IV edición nunca he participado en esta prueba y tengo ganas de hacerlo. Todo el mundo que ha participado me ha hablado bien aunque me han advertido que es durilla. Como curiosidad decir que es una prueba con un recorrido mixto de asfalto y caminos de tierra, que visto lo que está lloviendo, puede ser un auténtico barrizal y además, según la Agencia Estatal de Meteorología, mañana podría nevar en Collado Villalba. Tendré que abrigarme bien no sea que me quede congelado como en Fuencarral.

Tiempo en Collado Villalba
Cuota de nieve: 900. Altura de Collado Villalba: 917. Más claro agua.

De nuevo en la brecha

El jueves tuve un problemilla que me hizo parar poco después de pasar el primer kilómetro: tuve un ataque epiléptico. Menudo susto di a mis compañeros y desde aquí quiero agradecerles su ayuda. Todos se portaron magníficamente conmigo: Esteban, Andrés, Emilio II, Enrique, Ninfa y Macu. De todo corazón, MUCHAS GRACIAS A TOD@S.

A pesar del incidente, hoy ya estaba al pie del cañón, aunque me lo he tomado con calma, incluso más tranquilo de lo habitual. De todas formas, estoy contento, tampoco hay que obsesionarse con ir más deprisa o más despacio.

He aprovechado la segunda vuelta para hacer unos cambios de ritmo en la subidas. Sólo han sido tres cambios de ritmo, pero es más que nada.

1ª vuelta (5 km): 29:23
2ª vuelta (5 km): 27:52

Total (10 km): 57:15

Hoy sábado, de nuevo a la báscula. Ha marcado 67,5 kg, parece que ya me voy estabilizando en torno a los 67 kg.

¡Vaya pinta!

Hoy he estrenado unos calcetines largos que compré en Decathlon. Me han parecido muy cómodos, los gemelos iban calentitos. Reconozco que me ha gustado la experiencia. Dejaré estos calcetines para las carreras, aunque todavía tengo que «domarlos». Lo que tienen estos calcetines es que son cómodos, pero uno lleva una pinta que asusta.

Hoy tocaba 15 km a ritmo de maratón, así que he hecho los tres primeros de calentamiento y el resto tratando de mantener el ritmo de maratón que según Daniels es de 4:25. Reconozco que es un ritmo que me cuesta, no voy cómodo, no sé si es demasiado rápido.

He terminado los 15 km en 1:10:58 @ 4:44 min/km.

entrenamiento-20100220

Mañana toca tirada larga y he visto un circuito por el río que estoy deseando hacer, más allá del Parque Lineal.

Antes de salir a entrenar me ha tocado subirme a la báscula. Ésta marcaba 67,8 kg que son 200 g más que la semana pasada. Creo que me ha pasado factura que esta semana he estado comiendo en el trabajo y ahí como más que en casa y peor. Lo curioso es que después del entreno he vuelto a pesarme y la báscula marcaba 66,6 kg. De nuevo me parece mucha diferencia entre el antes y el después.

Fuencarral menos un día

La media de Fuencarral siempre me ha gustado. Desde que corrí la primera vez allá en 1997 he intentado correr todas las veces que he podido. Si no he participado es porque estaba lesionado.

Sin embargo, reconozco que cada vez se me da peor. No sé si será que me voy haciendo más viejo y me cuesta más subir o qué. El caso es que cada vez se me hace más dura. Por otro lado, este año me encuentro mejor que nunca y, por lo tanto, espero hacer una buena carrera y ¿por qué no? bajar mi mejor tiempo en esta carrera, que es de 1:35:01 conseguido hace once años.

Me acabo de dar cuenta, haciendo el recopilatorio de tiempos realizados, que si bien en un principio no fallé ningún año, a partir de 2000 voy en años alternos y además impares. Espero que este año que no es alterno y encima es par, sea mejor que los anteriores.

1997 1:36:52
1998 1:38:05
1999 1:35:01
2000 1:39:05
2003 1:45:34
2005 1:39:30
2007 1:46:24
2009 1:42:19

Y para los que no conozcan la carrera, aquí muestro un bonito perfil de los últimos kilómetros nueve kilómetros que es donde está la verdadera dureza de la carrera. Atención a esas franjas marrones que indican que la pendiente está entre el 5 y el 7%. Eso ya son palabras mayores.


Perfil de lo últimos kilómetros de la media de Fuencarral

Como todos los sábados, hoy había sesión de báscula. Han sido 67,6 kg los que marcaba. Eso quiere decir que estoy un kilo por debajo del peso que tenía en la víspera de Getafe. Y ese kilo supone, teóricamente, un minuto menos en media maratón. Eso me da motivos para soñar en acercarme a la hora y media, aunque reconozco que es complicado al ser una prueba tan dura, pero habrá que intentarlo…

Hoy no era cuestión de cansarse, que ya mañana tendremos lo nuestro, así que hemos salido a hacer unos pocos kilómetros suaves con algunos progresivos. Han sido 6,37 km recorridos en 35:27 haciendo cinco progresivos más bien cortos.

Y mañana, a darlo todo.