Hoy tocaban treinta kilómetros y en vez de hacerlo por el circuito del río, como había llovido bien por la noche y sospechaba estaría bastante embarrado se me ha ocurrido ir por el carril bici hasta la Casa de Campo, dar una vuelta a la tapia y volver por el mismo camino. Cuando estuve entrenando para los 100 km/24 horas hacía ese recorrido y salían unos 33 km, por lo que había que acortar algo del circuito de la tapia para no hacer tantísimos kilómetros.
¿Y qué parte eliminar? Pues el tramo de subida más duro que tampoco aporta demasiado. El caso es que haciendo ese recorte a ojímetro han salido 30,5 km, sólo un poco más de lo planeado.
Cuando salí me encontré con Felipe y sus colegas que curiosamente, ¡habían pensado hacer el mismo entreno! Como la salida es todo para arriba, me acoplé a su ritmo facilón, completando kilómetros a ritmos cercanos a los seis minutos por kilómetro. Llegué a la Casa de Campo con ellos y estuve un par de kilómetros más, hasta la explanada cercana a Prado del rey (kilómetro diez más o menos). Desde allí, decidí aumentar el ritmo y ya fui solo los dos tercios que restaban.
Hacía tiempo que no corría en la Casa de Campo y resultó tan placentero como siempre. Multitud de gente corriendo, muchos también en bicicleta y la vegetación exuberante, preciosa. Salí con dos geles y una botella de agua, ya que gracias a la indignante política del ayuntamiento de Madrid no queda prácticamente fuente que funcione en toda la ciudad. Iba dando un traguito cada kilómetro recorrido y al llegar al kilómetro 12 primer gel al coleto. El segundo, en el 24 ya fuera de la Casa de Campo. Pienso que me sentaron bien y no noté ninguna molestia en el estómago. Probaré la próxima semana a tomar un gel yendo a ritmo de maratón para ver si cae bien o no.
Desde que dejé a mis acompañantes, marché a un ritmo por debajo de 5:00 casi todo el rato, excepto cuando llegué al parque de Aluche que es todo cuesta arriba y con un viento en contra bastante molesto. Además el viento hizo que empezase a sentir frío, ya que de ayer a hoy la temperatura había bajado unos diez grados.
Después de sufrir un poco en ese parque, se llega al parque de Las cruces, donde ya empieza la bajada que abarca aproximadamente los últimos cuatro kilómetros. Aunque la rodilla izquierda me molestó casi todo el entrenamiento, aumenté el ritmo en esa última parte para terminar los 30,5 km en 2:39:59 a un ritmo de 5:15. Lo cierto es que quitando esas molestias en la rodilla acabé francamente bien, aunque con algo de frío.
A partir de esta semana, empezaré a bajar kilometraje para tratar de llegar lo mejor posible a la cita del día 17 de abril, cuyo objetivo será tratar de hacer MMP, que ahora es 3h25, si hace un buen día para ello y en caso contrario, me conformaría con bajar de las tres horas y media.