Primera tirada extralarga

Hoy tocaba la primera tirada extralarga, es decir, una tirada con una distancia cercana o por encima de 30 km. En todas las ocasiones anteriores en las que he preparado una maratón he hecho una o ninguna tirada extralarga, sin embargo, ya que este año voy a intentar asaltar mi marca de maratón, he planeado dos tiradas extralargas y hoy ha sido la primera. Dentro de dos semanas, a tres de la gran prueba, toca otra.

He salido con la idea de hacer 30 km, pero al final he acabado realizando 32,5 en un tiempo aproximado a las dos horas y cincuenta minutos. Y digo tiempo aproximado porque cuando iba por el kilómetro 23, mi flamante Garmin Forerunner 405 se ha quedado sin batería. Por lo menos se ha quedado grabado en la memoria esos 23 kilómetros.

Ya me iba avisando durante el entreno, que la batería estaba bajo mínimos, pero pensaba que aguantaría hasta el final. Craso error, ahora sé que hay que el día antes -sobre todo si es tirada larga- hay que mirar el estado de la batería y recargar si no queda demasiado.

Cuando he salido, poco después de las 8:30, estaba lloviznando y veía que la cosa no paraba. Pensaba que si seguía lloviendo durante todo el rato iba a acabar como una sopa. Incluso había pensado una parada de emergencia para cambiarme de ropa a mitad de recorrido. Sin embargo, he tenido suerte porque pasado el km 10 ha dejado de llover y ha quedado un buen día.

Empecé tranquilo, muy tranquilo, rondando los 5:30/km, pero veía que no iba cómodo, por lo que aumenté el ritmo tratando de mantenerme entre 5:10 y 5:15. Ahí el forerunner me vino al pelo para controlarme porque en cuanto me descuidaba se me iban las piernas más deprisa de la cuenta.

En el kilómetro 12 hice mi primera parada técnica para eliminar líquidos, ya no podía aguantar más. En esos momentos me encontraba en el punto más lejano de casa, casi debajo del puente de la M-50, ya que había realizado un circuito parecido al que hice en la tirada de 24 km. Afortunadamente, el piso estaba en mucho mejor estado que aquel día.

Al empezar a correr había dejado en una papelera, junto al punto de encuentro habitual del parque de Pradolongo, una bolsa con un gel y una botella de Isostar. Así que cuando volví del río, ya en el kilómetro 22,5 hice la segunda parada técnica de la jornada para avituallarme. Me vino de miedo el gel y un buen trago de Isostar para afrontar las dos vueltas a Pradolongo que restaban.

Poco después, cuando fui a consultar el cronómetro, estaba totalmente en blanco, la batería estaba totalmente gastada, por lo que no tengo constancia del ritmo de los últimos nueve kilómetros, aunque traté de mantener el que llevaba anteriormente, un poco por debajo de 5:15. La verdad es que estas dos vueltas a Pradolongo se me hicieron laaaaaaargas, ya tenía las piernas algo castigadas, aunque podía mantener ese ritmo sin muchos problemas. Como curiosidad, decir que la batería acabó cuando llevaba dos horas, dos minutos y dos segundos de carrera. Muchos doses.

Vuelta y media después acabé el entrenamiento totalizando 32,5 km y un poco hasta las narices -por no decir otra cosa- de correr. Y es que se hace algo pesado hacer tantos kilómetros. Pero sin duda me va a venir fenomenal para la maratón y además, otra cosa buena y es que el tobillo, que me fastidié en Collado Villaba, no me molestó en exceso, parece que se va curando.

Esta semana he totalizado algo más de 73 km, mucha tela, mucha. Creo que ha sido la semana que más kilómetros he hecho de preparación para la maratón en toda mi vida.

De manga corta

Parece que está llegando, aunque tímidamente, el buen tiempo. Hoy ha sido, sin ninguna duda, el mejor día para correr climatológicamente hablando ya que no hacía nada de frío, el aire no se movía y el cielo estaba nublado, por lo que tampoco molestaba el sol. Un día perfecto.

Hoy, como casi todos los sábados, tocaba hacer kilómetros a ritmo de maratón. Elegí Parque Sur porque el circuito es más duro que Pradolongo, por lo que esos kilómetros a ritmo M tienen más valor que en un circuito totalmente llano.

El circuito en este parque tiene 3 km de longitud, por lo que la primera vuelta fue de calentamiento y luego hice otras cuatro a ritmo de maratón, dejándome algunos segundos en la subida más dura y tratando de minimizar esa pérdida en las zonas más favorables.

Los ritmo por kilómetro de esos 12 km recorridos a ritmo M fueron: 4:27, 4:31, 4:26, 4:28, 4:35, 4:24, 4:30, 4:29, 4:18, 4:32, 4:33 y 4:19. Y la media total: 4:28. Pienso que esa diferencia de +3 segundos con mi ritmo M no es demasiado importante, por lo que me fui a casa con la satisfacción del deber cumplido.

En total he recorrido 16,21 km en 1:16:05 a un ritmo de 4:45/km.

Como todos los días que voy a este ritmo en todas y cada una de las vueltas me asaltaban las dudas de si voy a poder mantener este ritmo durante todos los kilómetros de la maratón. Bueno, siempre queda la posibilidad de ir a 4:30 y que esos cinco segundos por kilómetro más me ayuden a soportar mejor el ritmo.

Me parece que me estoy descuidando con el tema de la alimentación. Hoy marcaba la báscula 67,5 kg. Después de los 16 km, había bajado un kilito.

Más deprisa, más deprisa

Siguiendo jugando con el Forerunner 405 hoy he introducido un entrenamiento de cambios de ritmo utilizando el programilla de Garmin conocido como el Training Center. Cuando escribo estas líneas leo que existe un programa gratuito mucho mejor que es el SportTracks, que habrá que probar.

El problema es que no he tocado los ritmos que vienen por defecto y en la zona que el programa llama SPRINT la velocidad máxima y mínima eran muy exigente, así que cuando iba a tope, a un ritmo aproximado de 3:45 el relojito no paraba de pitar y decir «Más deprisa». He acabado un poco harto del mensaje subliminal.

Hoy el grupo se ha escindido nada más empezar. El grueso optó por ir a la Caja Mágica y sólo Emilio el hombre radiactivo y yo nos quedamos en Pradolongo haciendo los cambios de ritmo.

El entrenamiento consistía en hacer cuatro kilómetros de calentamiento a ritmo tranquilo y luego hacer cinco cambios de ritmo haciendo tres minutos fuertes y minuto y medio de recuperación. Y para terminar, quince minutos de enfriamiento.

Los cambios de ritmo no me han salido mal del todo, aunque el cuarto ha sido algo flojo. La verdad es que no me ha costado demasiado ir a ritmos cercanos a 3:45 y es que una vez más me doy cuenta de que lo mío es más la velocidad que el fondo…

Cambio Espacio recorrido Ritmo Ritmo máximo
1 0,71 km 4:14 3:45
2 0,75 km 4:00 3:29
3 0,77 km 3:54 3:17
4 0,76 km 3:58 3:26
5 0,79 km 3:48 3:22

Un buen entrenamiento en el que hemos quedado bastante satisfechos tanto Emilio como yo y lo mejor es que ¡ya casi ha habido luz durante todo el entreno!

Nos toman el pelo… y bien tomado

El día 20 de noviembre realicé una sugerencia vía web al ayuntamiento quejándome de la deficiente iluminación del parque de Pradolongo. Ayer, prácticamente cuatro meses después recibo contestación, la cual dice así:

Estimado vecino,

Le agradecemos que haya utilizado el Servicio de Sugerencias y Reclamaciones del Ayuntamiento de Madrid. En primer lugar le pedimos disculpas por el retraso en la respuesta. A continuación comunicarle que según nos comunican los servicios técnicos la anomalía a la que hace referencia se encuentra a día de hoy subsanada, habiéndose sustituido el reloj astronómico que controla el encendido y apagado de las luces.

Agradeciéndole su comunicación, reciba un cordial saludo,

Dirección General de Vías y Espacios Públicos

Aquí puede verse el documento con la sugerencia y la respuesta.

Resulta vergonzoso que hayan tardado casi cuatro meses en dar una respuesta y que ésta sea absolutamente falsa, porque sigue habiendo tramos sin iluminar por todo el parque… y bastantes. Y si no estoy satisfecho esto es lo que tengo que hacer:

En caso de querer formular alguna reclamación referente a esta contestación, es necesario abrir una nueva sugerencia o reclamación en www.munimadrid.es. No conteste vía correo electrónico pues su solicitud no podrá ser atendida.

Es decir volver a hacer la reclamación y esperar ¿cuatro meses? otra vez. Pues lo volveré a hacer, que no caiga en saco roto.

En fin, prefiero dejar este tema porque me enciendo y es que al ayuntamiento lo único que le preocupa es recaudar y todo lo demás es secundario.

Hoy, después de un fin de semana duro (al menos para mí) me lo he tomado con calma para recuperarme de lo trabajado y no cansarme mucho de cara al jueves que haré unos bonitos cambios de ritmo que tengo ya casi olvidados. Lo que sí he hecho es alargar algo más de lo normal el entrenamiento para totalizar 13 km en 1:12:17 a un ritmo de 5:33/km ideal para no machacarse mucho. Lo cierto es que el resto, excepto Macu, salieron desde el principio como almas que lleva el diablo. Algunos se metieron el domingo 26 km bastante fuertes y hoy siguen con la marcha. Pues nada, allá ellos.

Hasta Leganés

Jugando con Google Maps había visto que salía un camino desde el Cementerio Sur hacia Leganés y hoy me ha dado por probar esa nueva ruta. Es una manera de hacer más kilómetros sin irse demasiado lejos de casa, pero el recorrido es bastante simplón y sin una sola sombra en todo el trayecto ¡¡¡prohibido transitar por ahí en plena canícula!!!

Como curiosidad decir que en este nuevo circuito tuve que atravesar un rebaño de ovejas a la altura de Leganés Norte. Hacía bastante tiempo que no me topaba con un rebaño en pleno entrenamiento.

Haciendo un par de vueltas a Pradolongo y otra vuelta al nuevo circuito he completado 23 km que era más o menos lo que tenía previsto, un paso atrás para coger carrerilla y atacar el próximo domingo la primera tirada de 30 km.

Como puede verse en este enlace los 23 km han sido bastante tranquilos ya que he tardado 2:03:52 en recorrerlos a un ritmo de 5:22/km. Perfecto.

Esta semana he terminado con 64,6 km que para los que suelo hacer habitualmente está muy bien.

Olvido imperdonable

Cuando faltaban tres o cuatro kilómetros para terminar el entrenamiento me he dado cuenta de que había olvidado ponerme tiritas en los pezones y éstos me iban escociendo cosa fina. Ha sido un error imperdonable, ahora estoy lamentando el olvido.

El entrenamiento de hoy consistía en ir a ritmo de maratón durante unos cuantos kilómetros, en concreto había pensado en hacer unos diez u once kilómetros a ritmo M. Después de cuatro kilómetros de calentamiento, empezaba lo bueno. Y reconozco que me ha costado coger el ritmo y luego no es que fuera muy cómodo por debajo de 4:30. Sigo pensando que no voy a poder con los 4:25 durante 42 kilómetros… En este enlace de Garmin Connect se puede ver el detalle del entrenamiento y el ritmo llevado en esos kilómetros centrales del entreno.

Al contrario que la semana pasada que me pesé después de correr, he vuelto a pesarme antes de la carrera, para tener todos (o casi todos) los datos consistentes. Hoy marcaba 67,2 kg, parece que los 67 son una barrera infranqueable.

Almendro en flor
Ya están los almendros en flor, la primavera está cerca

Por cierto, hoy cumpliría mi padre 73 años.

Bajón repentino

He salido hoy muy ufano con intenciones de hacer cuatro kilómetros duros, a ritmo T, sin embargo no he conseguido mantener el ritmo de 4:10 en esos cuatro kilómetros; de hecho, sólo ha habido un kilómetro donde lo he hecho bien. Según Daniels, ese entrenamiento no sirve para nada, ya que cuando se trata de ir a ritmo T, hay que ir a ritmo T, segundo arriba, segundo abajo. De todas formas, pienso yo, para algo servirá, aunque no sea para aumentar el umbral de lactato, que es el objetivo de ese entrenamiento.

Ritmos llevados en esos cuatro kilómetros «duros»: 4:19, 4:17, 4:09 y 4:24 (aunque en este último paré antes de terminar ya que me llamó Miguel).

De todas formas, lo peor es lo que me ocurrió después, porque después de la parada y la subsiguiente charla con Miguel (habiendo recorrido casi 10 km) luego traté de hacer tres o cuatro kilómetros más tranquilamente, acompañando a Emilio. Sin embargo, tuve que parar cuando había recorrido algo más de dos porque me veía sin fuerzas, incluso me empezaban los ojos a hacer chiribitas. Así que paré y andandito hasta casa, donde me puse a comer como un loco porque me notaba vacío. Ya me pasó algo similar una situación casi idéntica.

Se pueden ver los detalles del entrenamiento en Garmin Connect. En resumen: 12,12 km recorridos en 1:02:44 a un ritmo de 5:10/km.

He caído en la tentación

Llevaba un tiempo con idea de comprar un cronómetro con GPS, después de que el cronómetro con «foot pod» no funcionara como es debido. Y después de la tragamillas, al no conseguir «cuadrar» las medidas, me he decidido. Hoy me ha llegado y he salido a estrenar. La verdad es que es una maravilla este invento.

Forerunner 405
Forerunner 405 negro

Ayer no pude correr por motivos laborales, así que hoy ha sido el primer día de entrenamiento de la semana y ha coincidido con el primer día con el aparatito, he recorrido 13,29 km en 1:10:54 a un ritmo de 5:20, dividido en dos partes, como se puede ver aquí y aquí.

IV Media maratón de Collado Villalba «la tragamillas»

He participado en la IV edición de la media maratón de Collado Villalba, también conocida como «La tragamillas» en homenaje a Antonio Ledesma, corredor local, al que se le conoce como «el tragamillas», inconfundible por su barba y pelos largos y canosos.

Un buen grupo de pradolongueros nos dimos cita para esta carrera, algo temerosos, ya que parecía que el día iba a ser un aquelarre meteorológico ya que daban incluso nieve el domingo en Collado Villalba. Sin embargo, hizo un día excelente para correr, sin aire y con algo de fresco, pero no llegué a sentir frío durante la carrera. Además la lluvia nos respetó y menos mal… porque la carrera transcurre en un 40% por caminos y ya estaban suficientemente embarrados y encharcados por las lluvias caídas en días anteriores.

Era la primera vez que participaba en esta carrera y la verdad es que he terminado bastante contento por la excelente organización y por la belleza del recorrido, sobre todo cuando transitábamos por los caminos, eso sí, obviando las zonas más embarradas y encharcadas en las que apenas se podía correr, sólo mantener el equilibrio.

Dado que la maratón de Madrid está cada vez más próxima me planteé esta carrera como un entrenamiento largo, por lo que antes del comienzo de la prueba ya me había metido casi siete kilómetros por aquellos caminos. Tenía la idea de hacer los 21 km restantes a ritmo de maratón para ir acostumbrando a las piernas (y a la cabeza) al ritmo que debería llevar el día 25 de abril.

Es por eso que salí tranquilo, tratando de no sobrepasar «mi» ritmo de maratón, que supuestamente es 4:25/km. Por desgracia, el cronómetro no andaba muy bien calibrado, por lo que no tenía demasiado claro el ritmo que debería figurar en el reloj para marchar al ritmo adecuado. La primera mitad, aunque es un tanto rompepiernas con subidas y bajadas es bastante llevadera.

Cuando iba con Emilio, justo después de pasar el punto kilométrico dos pisé un pedrusco y me torcí el tobillo izquierdo. Es lo malo que tiene esta carrera que transita por caminos. Aflojé el ritmo para amortiguar un poco el dolor y pude seguir aunque algo renqueante. Luego se fue calentando la zona y casi no noté el tobillo en toda la prueba.

Después de embarrarnos un poco y pisar también algo de asfalto, llegué al kilómetro siete donde traté de tomarme un gel para reponer algo de fuerzas (ya llevaba 14 en las piernas) y sufrí algunos problemillas en esa acción, primero para conseguir sacar el gel de la muñequera donde lo llevaba y segundo es que perdí un guante, lo que me hizo darme la vuelta a buscar tan «preciada» prenda. Ahí calculo que hice 400 metros de más y me di cuenta de que me sobraban los guantes, por muy finos que estos fueran y de que habrá que idear otro método para transportar los geles. En ese viaje de vuelta me crucé con Emilio que me iba persiguiendo a pocos metros. Luego me costó bastante volver a cogerle. Allí me di cuenta de que Emilio estaba peleando por el jamón ya que el citado tragamillas iba poco más adelante.

Pasado el kilómetro diez la carrera se torna complicada, empiezan las cuestas de más pendiente y ya no es que esté embarrado, es que en algunos tramos había verdaderos regueros donde era una odisea saber dónde poner el pie para no empaparte demasiado, aunque a esas alturas de carrera el que no llevaba los pies empapados es que iba levitando.

Entre el 12,5 y el 13,5 hay una bajada que es el preludio de una bonita cuesta que va desde el 14 hasta el 17 y donde empecé a notar que las piernas ya se iban cansando después de tanta tralla. Como pude traté de seguir el ritmo marcado, perdiendo segundos en las subidas y ganándolos en las bajadas. Disfrutando de algunas bandas musicales colocadas estratégicamente, llegué a los últimos tres kilómetros que son casi un calco de los primeros kilómetros de la carrera, en un terreno más parecido a un cross que a una carrera urbana, dejando algo de fuerzas para la última cuesta que conduce a la pista de atletismo, en la que apreté un poco, viendo que podía bajar de 1h35. Efectivamente, el reloj marcaba 1:34:51 cuando pasé por el arco de meta. Descontando el tiempo perdido en pasar por la alfombra de salida, el tiempo neto es de 1:34:30 según reza la clasificación oficial, que se puede ver en la web del organizador o en una copia que conservo aquí.

En los últimos kilómetros de la Tragamillas 2010
En los últimos kilómetros de la Tragamillas. Foto cortesía de Fernando Ruiz.

Después de llegar a meta, en el mismo estadio, pude disfrutar de un buen masaje, ya que llegué algo molesto del abductor izquierdo, quizás provocado por la torcedura del tobillo. La organización fue generosa con los corredores, porque además de masaje, había toda la cerveza que uno quisiera -sin alcohol, por supuesto- y la bolsa era abundante con camiseta técnica, agua, refresco, naranja, chocolatinas, zumo y alguna cosa más que seguro olvido. Las clasificaciones se podían ir viendo poco después de llegar y además enviaron un mensaje corto a cada corredor con su tiempo, puesto en la general y por categoría.

La entrega de premios fue también generosa con un jamón para los tres primeros de cada categoría y de la absoluta, por lo que muchos se fueron con dos jamones a casa. No es que tenga mucho interés en los premios, pero Emilio subió al tercer puesto del cajón en su categoría llevándose un bonito trofeo y un rico jamón… que espero comparta con los compañeros.

Respecto al planteamiento inicial de entrenamiento largo, quizás elegí una carrera muy dura para ensayar mi ritmo de maratón. Visto lo visto, creo que con 21 km hubiera tenido más que suficiente. Convertí un entrenamiento duro en uno muy duro y hoy estoy algo tocado del tobillo y del abductor. Además me di cuenta de que el ritmo de 4:25 va a resultar duro de mantener durante una maratón, aunque todavía queda mucho entrenamiento por hacer y desde luego no era la mejor carrera para comprobar este punto.

En resumen, una carrera muy bonita y distinta a todas, con una perfecta organización y bastante animación en distintos puntos de recorrido y con la única pega de encontrarnos tramos casi impracticables debidos a la cantidad de agua caída durante casi todo el invierno. Muy recomendable.

Tiempos aproximados (debido a la mala calibración del cronómetro) por kilómetro y acumulado:

1 4:37 4:37
2 4:31 9:08
3 4:31 13:39
4 4:31 18:10
5 4:28 22:38
6 4:26 27:04
7 4:28 31:32
Parcial 1 31:32
8 4:28 36:00
9 4:35 40:35
10 4:25 45:00
11 4:24 49:24
12 4:30 53:54
13 4:29 58:23
14 4:24 1:02:47
Parcial 2 31:15
15 4:28 1:07:15
16 4:41 1:11:56
17 4:30 1:16:26
18 4:32 1:20:58
19 4:24 1:25:22
20 4:18 1:29:40
21 4:24 1:34:04
Parcial 3 31:17
21,097 0:26 1:34:30

Recién desayunado

Nunca me ha gustado salir a correr con la comida en la boca. Sin embargo, últimamente estoy probando a salir después de desayunar para tener reservas, sobre todo si la tirada es larga. Hoy no es que haya hecho muchos kilómetros, pero para acostumbrar al cuerpo a esta nueva experiencia. Lo cierto es que después de desayunar leche con pan con aceite y galletas, no he notado el desayuno durante la carrera, sólo algunos gases, pero no sé si producidos por el desayuno. Eso sí, si hay carrera seguiré con mi costumbre de desayunar entre dos horas y media y tres antes del comienzo de la prueba, ya que tengo comprobado que si tardo más en desayunar tengo la comida en la boca durante la carrera.

Para no variar, hoy también llovía durante el entrenamiento. Llovía con poca intensidad, pero no paraba; menos mal que hoy sólo he hecho 8,37 km (hasta un poco antes de La Caja Mágica) en 44:25 y no me he calado demasiado. Y no sólo llovía, sino que habían bajado las temperaturas y se notaba el fresco. Necesito unos guantes finos, ya.

Después de desayunar y venir de correr me he pesado. Hoy la báscula marcaba 67,1 kg, por lo que habría bajado la barrera de los nueve kilos en algo menos de cinco meses. Me parece algo increíble. Si pudiera llegar a sesenta y cinco para la maratón…

Y mañana, la media maratón de Collado Villalba, también conocida como La tragamillas, no sé porqué, sus razones tendrán… Aunque se celebra la IV edición nunca he participado en esta prueba y tengo ganas de hacerlo. Todo el mundo que ha participado me ha hablado bien aunque me han advertido que es durilla. Como curiosidad decir que es una prueba con un recorrido mixto de asfalto y caminos de tierra, que visto lo que está lloviendo, puede ser un auténtico barrizal y además, según la Agencia Estatal de Meteorología, mañana podría nevar en Collado Villalba. Tendré que abrigarme bien no sea que me quede congelado como en Fuencarral.

Tiempo en Collado Villalba
Cuota de nieve: 900. Altura de Collado Villalba: 917. Más claro agua.