El GPS se ha vuelto loco

Hoy me ha pasado algo que nunca me había ocurrido con el GPS y es que me ha marcado un kilómetro ¡¡¡en poco más de un minuto!!! Se le ha ido la pelota total. No debe ser muy normal, ya que de hecho nunca me había pasado, pero hoy ha ocurrido, vaya si ha ocurrido. Pues ahí queda para la historia, el kilómetro once del entrenamiento lo hice a una velocidad (ni siquiera se puede hablar de ritmos) de 54,4 km/h. Tiembla Usain Bolt.

Como tengo carrera el domingo no quería hacer un entrenamiento demasiado fatigante, pero tampoco quería dejar pasar la oportunidad de hacer algo de «calidad». Así que pensé en hacer unos miles, pero tampoco muchos. Hablando con el Sr. Daniels me comentó que los miles debería hacerlos a 3:50. Así que después de 5 km de calentamiento con Quique empecé a acelerar y clavé ese primer mil en 3:49. El siguiente kilómetro fue de recuperación y me volvió a coger Quique, que decía que había entrenado casi nada, pero está claro que quien tuvo, retuvo. El segundo kilómetro fuerte lo hice en 3:48, también lo clavé. Y el tercer kilómetro después del de recuperación volví a clavarlo: 3:49. Luego después ya empezó el forerunner a hacer de las suyas, menos mal que por lo menos pude hacer lo miles tranquilo.

Tampoco se trataba de machacarme con las series, sólo de hacer ver a mis patas que se puede correr por debajo de cuatro, que vayan aprendiendo cómo. Ya veremos si el domingo soy capaz de ir a un ritmo similar o pego el petardazo.

Rebienvenido quiquerunner

Llevaba un tiempo acordándome de Quique, que le tengo que llamar, que le tengo que llamar… y por unas cosas u otras, se me ha ido pasando. Me ha producido gran alegría verle porque llevaba sin verle ¡¡desde junio!! Ha tenido un problema con una hernia y ya ha sido operado por lo que ya ha empezado a correr. Curiosamente, ayer nos encontramos un grupo donde había tres recién intervenidos: Quique, Andrés y Esteban. Espero la foto de Emilio II para dejar constancia del encuentro.

Lo cierto es que aunque el grupo era numeroso, unos no iban a correr, otros ya habían corrido y sólo comenzamos el entrenamiento cuatro: los dos emilios, Joaquín y un servidor. Y cuando terminó la primera vuelta, los dos emilios desaparecieron.

La idea era correr suave para recuperarme del esfuerzo de la carrera del domingo y pensando en la carrera del próximo domingo. No era cuestión de dejarse las fuerzas en este entreno, por lo que fui controlando en no aumentar el ritmo más allá de 5:00/km. Y vaya si lo hice, terminé el entrenamiento, consistente en una vuelta «vieja» y una vuelta «nueva», con un total de 10,3 km en un tiempo de 55:18 a un ritmo de 5:20/km. Muy tranquilo, tratando de recuperar las patas.

Como curiosidad, decir que hoy hace 25 años de un feliz encuentro.

Víspera carreril

Mañana toca carrera, así que hoy me he hecho un entrenamiento suave, de pocos kilómetros y con unos pequeños progresivos para llevar la sangre a las piernas. Se trata de la primera edición de la carrera proniño que organiza Telefónica para luchar contra el empleo infantil. Una bonita causa sin duda.

Me he despertado pronto y a las ocho ya estaba subido en la báscula, viendo que esta semana el peso anda por 67,7 kg. Ya me parecía irreal lo que pesé la semana pasada. Esto me lo creo más. He vuelto a bajar de la barrera de los sesenta y ocho.

Sólo han sido 5,2 km en un tiempo de 29:29 a un ritmo muy suave de 5:40/km. Genial para no castigar a las piernas para la carrera de mañana.

Joaquín ya va afinando

Hoy tenía pensado hacer cinco kilómetros a ritmo T. Si la semana pasada hice cuatro kilómetros a un ritmo T de 4:15 hoy era cuestión de hacerlo al mismo ritmo, pero un kilómetro más. Sin embargo, se ha pegado Joaquín a mi chepa y he ido un poco más rápido de lo previsto. Han salido los cinco a un ritmo de 4:11, demasiao pal body, el último kilómetro me ha costado.

Esto me hace pensar que quizás debería ser más prudente a la hora de intentar atacar los cuarenta minutos el próximo domingo en la carrera proniño. Quizás sería mejor tratar de hacer un minuto más e ir más tranquilo, que ya habrá tiempo.

El título venía a cuento porque en esos segundos cinco kilómetros Joaquín se ha pegado a mí y no he conseguido despegarle de mi chepa. Le veo realmente bien, enseguida se pone en forma. Al paso que va seguro que termina la maratón de Málaga.

El entrenamiento ha consistido en 5 km de calentamiento, pero a buen ritmo, 5 km a ritmo T (hoy ha sido 4:11) y casi un kilómetro de enfriamiento. Afortunadamente, hacía algo menos frío que el pasado martes.

Hoy he probado una crema calentadora que compré en su época y que no había utilizado y la verdad es que no he visto la utilidad. Cuando he empezado a notar calor es cuando ya había terminado. A lo mejor es que hay que darse la crema mucho antes de empezar y no diez minutos antes como he hecho.

Yo estoy con… La clandestina

Viendo que la maratón de Málaga me queda demasiado pronto y no me veo preparado, había pensado en participar en la maratón de Sevilla o en la de Valencia. Sin embargo, me he enterado a través de Luis que la maratón de Valencia, que se suele celebrar el tercer domingo de febrero, ha sido retrasada por una cacicada del alcalde de la localidad a una fecha indeterminada del mes de noviembre.

Es por eso que a Pepo se le ha ocurrido organizar una maratón en plan festivo ese 20 de febrero. No se trata de una carrera competitiva, sí reivindicativa, es un entrenamiento de 42 kilómetros donde se junta un grupo de amigos, cuantos más mejor. Así ha nacido La clandestina. Trataré de estar allí. En el foro de elatleta.com hay una entrada donde se exponen las razones que han movido a Pepo organizar esta maratón clandestina.

Aparte de todo este asunto de la clandestina, hoy tocaba rodaje de seis kilómetros a 4:30, pero en la primera vuelta han empezado a tirar Joaquín y el hombre radiactivo y he tenido que aguantarme mucho las ganas para no tirar a por ellos e ir más deprisa, ya que en esa primera vuelta no quería ir más deprisa de 5:00. Luego cuando me he puesto a 4:30 ya no he sido capaz de alcanzarles, iban muuuy deprisa. Algún kilómetro que he hecho a 4:30 se me ha hecho algo duro, nada que ver con el ritmo de 4:45 del pasado sábado en los que iba casi silbando.

En total he corrido 12,6 km en un tiempo de 1:01:34 a un ritmo medio de 4:52/km aunque esto último no tenga la menor importancia. Lo que realmente importa son los seis kilómetros que he clavado a 4:30.

Cuando he salido a eso de las siete, todavía hacía sol y la temperatura era agradable, pero cuando el sol se ha ocultado, hacía bastante frío. Habrá que ir pensando en mallas largas porque sentía el frío, sobre todo en las rodillas.

Entre que los días son ya muy cortos y que he hecho algo más que otros días, se me ha hecho de noche y para lo único que ha servido ha sido para ver UNA VEZ MÁS lo mal iluminado que sigue el parque. Habrá que salir con frontal cuando cambien el horario.

Es un placer sentir el sol en la cara

Hoy he salido a las nueve y media y todavía hacía fresquito, calculo que habría cinco o seis grados. Sin embargo, según iban pasando los kilómetros, el sol se iba alzando en el cielo y los rayos de sol me calentaban la cara, sintiendo un inconmensurable placer.

Me he levantado cansado todavía de la carrera de ayer. No habían transcurrido ni quince horas del último entreno cuando me ponía de nuevo en marcha, con sólo una raja de melón en el estómago. Estaba no sólo cansado, sino vacío, por lo que sospechaba que el entrenamiento se me iba a hacer duro, sobre todo porque pensaba hacer una buena tirada.

Y vaya si se me ha hecho duro, principalmente la primera vuelta que notaba las piernas muy cansadas. Luego he ido cogiendo un ritmo más o menos decente y parece que la cosa ha mejorado, pero me seguía costando.

Cuando me faltaban unos cuatro kilómetros para terminar me he encontrado con Macu y charla que te charla esos últimos kilómetros se me han hecho más llevaderos.

He totalizado 17,3 km en 1:33:52 a un ritmo de 5:24 y ha sido un buen entrenamiento… si estuviese preparando una maratón, que todavía no me he decidido. La descarga de combustible de ayer, el cansancio en las piernas y el largo kilometraje lo hace ideal para un entrenamiento maratoniano de fin de semana.

Ayer no me pude pesar, por lo que lo hice hoy al levantarme. La báscula marcaba 67,2 kg, número que no tengo que tener muy en cuenta ya que el día antes había entrenado. Al venir de entrenar volví a subirme a la báscula y el peso era de 66,3 kg ¡¡¡desde que no veía ese par de seises!!!

El cocido me pierde

Desde mi punto de vista, el cocido es la comida más exquisita que jamás he probado. Y hoy, como muchos sábados, había cocido en casa. No tan exagerado como el de la foto, pero hoy salido excepcionalmente rico. Una verdadera delicia.

Cocidazo
El afamado cocido de Las Becerras

Pues bien, después de haber ingerido un buen plato de cocido acompañado de un rico vino, pensaba que las iba a pasar canutas en el entrenamiento, pero me ha venido bien tener cosas que hacer en casa, ya que no he parado desde la comida hasta las seis y media que he salido. Y me he encontrado realmente bien.

He hecho cuatro kilómetros de calentamiento y después me he puesto a un ritmo un poco por debajo de 4:45 y así iba muy cómodo. A ese ritmo, más o menos constante, he hecho ocho kilómetros por el circuito de Parque Sur que no tiene nada llano. Para terminar, kilómetro y pico de «enfriamiento». En total he corrido 13,4 km en un tiempo de 1:05:44 a un ritmo de 4:54. La verdad es que he acabado muy contento porque iba cómodo con el ritmo y porque la comida no me ha perjudicado en absoluto.

Además me ha sorprendido el peso después de la carrera porque la báscula marcaba 67,2 kg, peso que hacía tiempo que no veía. Si es que no hay nada como un buen cocido.

Buscando el ritmo T

El pasado jueves comentaba que según las tablas de Daniels del mes de enero, el ritmo T era de 4:10. Como ya ha pasado bastante tiempo y el estado de forma ha cambiado, ahora estoy buscando mi ritmo T. Si la semana pasada probé con 4:20 hoy he probado con 4:15.

He hecho cinco kilómetros de calentamiento y los siguientes cuatro al posible ritmo T: 4:11, 4:17, 4:17 y 4:09. Cuando iba por el segundo kilómetro iba algo obligado, pensaba que era demasiado rápido para ser un ritmo a umbral, pero luego iba algo mejor. Tengo que volver a probar a este ritmo antes de ir más rápido.

Según Daniels este ritmo estaría comprendido entre el ritmo de un diez mil y el de una media e imagino que por ahí debe estar. Estoy deseando hacer ya un diez mil para ver mi estado de forma actual.

Entre unas cosas y otras he totalizado 9,7 km. Me hubiera gustado llegar hasta los diez kilómetros, pero me he detenido a charlar antes de la cuenta, pero tampoco creo que 300 metros más o menos vayan a ningún sitio. Cuando tengo que aumentar el kilometraje tiene que ser este fin de semana, que estoy empezando a perrear demasiado.

Y siguiendo la racha, mañana viernes le toca a Estebán pasar por el quirófano. Afortunadamente no es tan grave como lo que le tocó a Andrés, pero siempre impone ponerte en las manos de un cirujano. Mucha suerte Esteban y nos vemos en Pradolongo lo más pronto posible para seguir de orgasmo en orgasmo.

Por cierto, ¡¡saludos Antonio!!

Me encanta esta foto

No sé si es la foto más bonita que me han hecho corriendo, pero me gusta, me gusta mucho. Lo único que lo estropea es el dorsal 353, pero no se puede pedir todo.

Corriendo por Torrijos

Corriendo por Torrijos

La foto fue hecha por alguien de la Asociación Atlética Torrijos, que son los organizadores de la carrera de Torrijos. Una carrera que me gusta cada vez más y eso que sólo llevan tres ediciones.

El caso es que no sabía que hacer con esta foto, si ponerla en la entrada de la carrera o no hacer nada. Así que he aprovechado esta entrada del entrenamiento del martes para colocarla.

Hoy es festivo en toda España, así que he aprovechado para salir a entrenar algo tarde, cerca de la una de la tarde. La verdad es que prefiero salir más pronto, pero salir más tarde tiene la ventaja de que los músculos están más calientes. Ha sido un entrenamiento tranquilo, pero he aprovechado la segunda vuelta para hacer tres cambios de ritmo en las tres cuestecillas que hay.

Domingo por la tarde

Hoy ha sido un domingo atípico, ya que he ido a correr por la tarde. Y de eso hacía mucho tiempo, pero mucho. Los domingos, desde tiempo inmemorial, acostumbro a realizar jornada matutina, que ya me toca forzosamente hacerlo por la tarde entre semana.

Lo peor es que como llevo sueño atrasado me he echado una buena siesta, sí de esas de pijama y orinal y cuando he salido a correr me encontraba mal, me molestaba un montón la tripa y no hacía más que expulsar gases a diestro y siniestro. Ha sido de eso días que se pasa mal corriendo. Menos mal que era un día largo y según iban pasando los kilómetros iba mejorando la cosa.

Es curioso que con todo lo que llovió ayer el parque no estuviera embarrado, eso demuestra que la tierra estaba ávida de agua y que ha absorbido todo el líquido que ha caído. La verdad es que ya iba siendo hora de que lloviese.

En total han sido 14 km en un tiempo de 1:14:58 a un ritmo bastante tranquilo de 5:21/km, dejándome llevar por mi compañera de entrenamiento.

Por cierto, esta mañana se ha celebrado la carrera de San Nicasio, en la que había pensado participar, pero que al final no lo he hecho. Me ha pillado demasiado cerca de las vacaciones. Y como no he ido a Leganés, he pensado en correr la carrera que organiza Telefónica contra el trabajo infantil. Aparte de que parece una buena causa, se trata de un diez mil homologado por RFEA, ideal, por lo tanto, para ver el momento de forma en que me encuentro.

Hoy tocaba pesada, ya que ayer no lo hice. Y estaba algo asustado porque en las vacaciones siempre se descuida uno, pero la báscula marcaba 68,7 kg, algo menos que cuando me fui a Berlín, eso indica que no me relajé en los entrenos.