Mejor de día que de noche

He empezado de vacaciones navideñas antes incluso que los niños que van al cole. No era mi intención hacerlo, pero las circunstancias me han obligado ya que he tenido que quedarme de cuidador de una amiga que tiene un dolor horroroso en el bazo provocado por una tendinitis o una bursitis en el hombro. Ese dolor no le permite hacer prácticamente nada.

Entre unas cosas y otras salí cerca de la una a correr. Fui a Parque Sur y comprobé lo bien que se corre de día, mucho mejor que de noche. Corrí 11 km haciendo 7 km de ellos a ritmo de maratón, sobre 4:40. Curioso ver que los tres primeros kilómetros los hice en 4:37.6, 4:37.7 y 4:37.7. Los clavé y eso que el terreno varía mucho en esos tres kilómetros. El resto tampoco se me fueron mucho: 4:36.5, 4:38.5, 4:36.8 y 4:44.2. No estuvo nada mal el entreno, muy regular, yendo fuerte y con muy buenas sensaciones.

Fueron en total 11 km en un tiempo de 53:41 @ 4:53 min/km. Casi un minuto menos por kilómetro que el martes.

Diecisiete mil kilómetros no son pocos

El domingo en la Carrera del aceite el Garmin 405 hizo su último servicio. En el tiempo que lo he tenido el cacharrito ha consignado 17171 kilómetros que además de ser un montón de kilómetros es un bonito número capicúa.


Mi Garmin Forerunner 405 después de su último servicio

El punto débil del 405 es la correa. Se me ha roto unas cuantas veces y si ahora lo dejo en un cajón es porque vuelve a tener la correa rota. También se rompió en su momento la pinza que se utiliza para cargar la batería; sin embargo la batería, que suele ser lo que más se rompe, aguantó estos casi nueve años.

Lo compré en marzo de 2010 así que me ha durado ocho años y nueve meses aunque este periodo de tiempo no es continuo porque en febrero de 2015 compré el Forerunner 10 y dejé el 405 sólo para las carreras. Por cierto el FR 10 sí que es una maravilla porque en los casi cuatro años que llevo con él no he tenido ningún problema.

Cuando he salido a correr tenía las piernas bastante cansadas, así que he ido despacio, muy despacio, completando 9,7 km en un tiempo de 56:56 @ 5:51 min/km. No sé si alguna vez he hecho un entrenamiento tan lento.

Mejor dejar que te muerda

Si el martes contaba la movida que tuvo nuestro compañero Pepe con un perro, hoy también la hemos tenido. Íbamos corriendo cuatro pradolongueros por el camino que solemos hacer. Dimos la primera vuelta y comentábamos que parecía que había menos perros de lo habitual, probablemente porque hacía un día un tanto desapacible con frío y viento.

Ya no nos quedaba mucho de la segunda vuelta, íbamos por el estatua Tres cuando un perro ha salido detrás de nosotros ladrando como un salvaje. Uno de mis compañeros, ya harto de la situación, se ha vuelto con intenciones de dar una patada al perro. Enseguida ha llegado la dueña del perro al grito: «como des una patada al perro te doy una patada en la cabeza». Como comentaba en la anterior entrada, se ha llegado a la absurda situación de que un perro tiene más derecho que una persona.

Según decía la chica en cuestión hay que tener empatía con el perro. No sé muy bien que es tener empatía con el perro, pero desde luego el animal tiene poca empatía con el corredor.

Ante este tipo de situaciones lo mejor va a ser dejar que te muerda el perro y luego denunciar al dueño del animal, porque no veo otra alternativa. Esto no tiene remedio.

Al final lo de menos es señalar que hice 9,7 km en un tiempo de 54:16 @ 5:35 min/km. Lo importante es que sobrevivimos.

Por cierto, hoy es Santa Lucía. Me encanta este día porque en la creencia popular, se cree que a partir de este día los días empiezan a estirarse, es decir, que hay más horas de sol. Según parece no es cierto, porque si bien antes del calendario gregoriano el día de Santa Lucía coincidía con el solsticio de invierno, ahora es el 21 de diciembre. O sea, que nos toca esperar aún ocho días para que tengamos más horas de sol.

Tenía que suceder y sucedió

Estábamos en el punto de encuentro cuando ha llegado Jesús y nos ha contado un grave incidente que tuvieron el sábado protagonizado ¡cómo no! por un perro. Un trío de pradolongueros daba su vuelta habitual por el parque cuando un perro de buen tamaño vino lanzado a por ellos. Golpeó a Pepe en la rodilla y cayó al suelo como una pluma. Al caer debió poner el brazo mal y se le salió el hombro de su sitio. Tuvieron que llevarle urgentemente al Doce de octubre y ahora anda el hombre con el brazo en cabestrillo, dopado como dice él para no sentir el dolor. Confiemos en que se recupere pronto y bien el bueno de Pepe y podamos verle de nuevo corriendo por el parque.

Llevo desde 1995 corriendo por el Parque de Pradolongo y algunos llevan mucho más tiempo, como por ejemplo Pepe, que corre desde hace lustros. Pues bien, ha sido en los últimos años cuando los «enfrentamientos» entre corredores y perros se ha hecho más habitual. Antes era raro tener algún roce con un perro, pero ahora es un día sí y otro también. Tengo la sensación de que los dueños de los perros consideran que su mascota tiene preferencia a los corredores y no tienen ningún pudor en dejar a los perros sueltos y siempre es el corredor el que tiene la culpa. Lamentable la educación de algunos dueños de perros.

A ver si pronto hacen el recinto para perros en el parque y se soluciona este problema aunque lo dudo porque los perros irán sueltos hasta llegar al recinto en cuestión. Ya veremos.


Debido a la noticia salimos algo apesadumbrados a realizar el entrenamiento y con más precaución si cabe que otros días y afortunadamente no tuvimos ningún incidente, por lo que pudimos completar las dos vueltas sin problemas.

Hice en total 9,7 km en un tiempo de 54:12 @ 5:35 min/km.

Corriendo entre olivos

Este fin de semana he estado visitando tres bonitas ciudades jienenses: la capital, Úbeda y Baeza. Son tres ciudades que merece la pena visitar, tienen muchas cosas dignas de ver.

Aprovechando que el hotel estaba en Baeza he salido a hacer unos kilómetros por los alrededores. Vi un camino que salía más o menos paralelo a la carretera de Ibros.

Yendo por ese camino me di cuenta que Baeza está en un alto porque la ida era toda favorable y la vuelta fue toda cuesta arriba. En el coche ya había comprobado que el camino hacia Úbeda es igual, hacia abajo.

Todo el camino lo hice entre olivos y pude ver que ya estaban recolectando el fruto de la oliva, la aceituna. Siempre me ha llamado la atención que alguien llame oliva a la aceituna, cuando para mí la oliva es el árbol. Leo por internet que dependiendo de la zona geográfica lo llaman de una manera u otra.

A lo que iba, que la ida se hizo llevadera, excepto un tramos que es de una pendiente bárbara. Como es lógico, la vuelta se hizo durilla y la cuesta de pendiente bárbara si a la ida tuve que ir reteniendo, ahora a la vuelta tuve que tirar de riñones y aún así costó lo suyo. Lo mismo hubiera subido más rápido andando.

Hice en total 9,8 km en un tiempo de 55:01 @ 5:37 min/km y luego por la tarde notaba los muslos bastante cargados.

Como no hice ninguna foto mientras corría, pongo una foto de la Plaza de Santa María, uno de los sitios que más me gustó de Baeza.


En la Plaza de Santa María, en Baeza

¡Qué bonito está el Parque Lineal!

Aprovechando que es festivo hoy jueves hemos quedado por la mañana a las nueve. Salimos Quique, mi tocayo y yo únicamente porque nadie más se animó y como no podía ser de otra manera bajamos al río.

En un principio tenía pensado hacer unos cinco kilómetros a ritmo umbral, sobre 4:22, pero ya desde el comienzo vi que iba algo cansado de piernas. Hicimos tres kilómetros de calentamiento hasta llegar a la orilla del río. Ahí aumenté el ritmo y después de ese primer kilómetro más fuerte traté de ponerme a 4:30 y así fuimos tres kilómetros, al lado de mis compañeros, que se dignaron no tirar.

Bueno, faltando como kilómetro y medio para llegar a las tablas sí se puso violento Quique y salió como una exhalación. Nosotros aumentamos el ritmo e hicimos ese medio kilómetro un poco por debajo de 4:10, pero no hubo forma. Quique está a años luz de mí.

Un poco antes de que Quique nos sacara los ojos iba mirando el río y la vegetación del Parque Lineal y me di cuenta lo bonito que está ahora en otoño. Una maravilla. No será el sitio más bonito de Madrid, pero es un lugar que merece mucho la pena.

Desde las tablas fuimos más tranquilos hacia el punto de encuentro donde dimos punto final al entrenamiento y de este modo fueron en total 11,3 km en un tiempo de 56:45 @ 5:01 min/km.

Más fuerte de lo que yo pensaba

Salimos cuatro pradolongueros y dimos una primera vuelta algo más rápida de lo habitual, ya que me desespera un poco ir tan despacio y me puse a tirar desde el primer metro.

En la segunda vuelta no fui yo el que tiraba, sino mi tocayo que está más fuerte de lo que yo pensaba. Lo comprobé en la carrera que hubo en el barrio hace unos días y lo vi en el día de hoy que se iba alejando casi sin esfuerzo mientras Joaquín y yo yendo a un ritmo sobre 4:40 veíamos como cada vez estaba más lejos.

Al final incluso apretamos más, pero no hubo forma, está en una gran condición. Persiguiendo a mi tocayo hice en total 9,6 km en un tiempo de 49:14 a un buen ritmo de 5:07 min/km.

Tirada medio larga al estilo JD

Después de haberme probado ayer y ver que no fui mal del todo planeé hacer una tirada medio larga, pero no de cualquier modo, sino siguiendo los consejos de Jack Daniels que siempre en las tiradas largas recomienda no sólo ir a ritmo fácil, sino meter algo de calidad en la parte intermedia.

De este modo fui calentando hacia el Parque Lineal y cuando llevaba cuatro kilómetros aceleré el paso para tratar de hacer dos kilómetros a ritmo umbral o un poco más rápido incluso. Salió ese dos mil a un ritmo de 4:18. Luego fui un kilómetro a ritmo de recuperación e hice un segundo dos mil de nuevo un poco por debajo de mi ritmo umbral. Ese segundo dos mil salió a un ritmo de 4:20 o sea, bien.

Luego después ya subiendo desde el río fui más tranquilo y de este modo hice en total 12 km en un tiempo de 1:02:25 @ 5:12 min/km. Parece que ya estoy recuperado de mi enfermedad aunque noto todavía cierto picor en la garganta.

Correr antes de comer

Mucha gente dice que corre para hacer «hueco» en el estómago. No es mi caso, corro porque me gusta correr, no hay otro motivo. Pero si con ello consigo tener menos tripa, pues miel sobre hojuelas, pero vamos, está claro que si no quieres tener tripa o comes con mesura o corres tropecientos kilómetros a la semana.

Hoy teníamos la comida pradolonguera y no salí a correr por hacer hueco, sino a probar cómo estaba porque el jueves no pude salir porque me encontraba mal y ayer viernes estaba peor todavía.

Salí con una amiga que también había estado pachucha por Parque Sur y dimos tres vueltas a un circuito de tres kilómetros. Yo veía a mi amiga más floja porque había estado peor y le dije de dar sólo dos vueltas, pero fue ella la que quiso dar las tres. Y la tercera debería habérsela ahorrado porque iba fundidilla.

Hicimos las tres vueltas a Parque Sur totalizando 9,3 km en un tiempo de 52:03 @ 5:33 min/km.

Y después de la carrera y una ducha reconfortante, fuimos a comer todos los pradolongueros que quisieron y pudieron.


Pradolongueros celebrando la Navidad 2018… Con margen

Imposible contentar a todos

Me ha tocado la ingrata tarea de organizar la típica comida navideña pradolonguera. Lancé la sugerencia de hacer la comida el sábado 1 de diciembre y curiosamente hoy estábamos cuatro en el punto de encuentro y ¡tres no podían venir! Una posibilidad es cambiar de día, pero estoy convencido de que si cambiamos habrá otros que no podrán venir, así que habrá que dejar la fecha y quien pueda bien y quien no, ¡mala suerte!

Hice dos carreras el fin de semana y ninguna superó los cinco kilómetros; sin embargo, notaba las piernas bastante cansadas, así que hoy era un día de relajación. Y tanto que nos relajamos que hicimos los primeros cinco kilómetros en más de media hora.

Luego para que no quedara tan descarado aumentamos un poco el ritmo, pero tampoco fue la cosa como para tirar cohetes. Completé 9,6 km en un tiempo de 55:26 @ 5:44 min/km.