XXX Carrera del Árbol

Se celebra en Vallecas todos los años una carrera no competitiva organizada por el Club Deportivo el Árbol. El distintivo de esta carrera es que todos los llegados a meta son obsequiados con un árbol, bueno más concretamente, un esqueje de árbol.

A punto estuve de no poder participar, porque hice la inscripción el 15 de mayo y ya ni me acordaba que los días de recogida de la camiseta dorsal eran el martes, miércoles y jueves. Tenía la creencia de que al igual que todas, el dorsal se debería recoger el viernes y el sábado. Todo ufano, el viernes por la mañana entré en la página web de la carrera para ver el lugar de recogida de la camiseta y descubrí, para mi desgracia, que ya se había acabado el plazo. Busqué un número de contacto en la web y llamé al presidente del club que organiza el evento para ver si había manera de conseguir la camiseta. Le estuve llorando un poco y accedió a permitirme que fuese el sábado al polideportivo de Palomeras a por las camisetas de marras.

Así que el sábado a las tres en punto estaba en el polideportivo de Palomeras. La actividad allí era frenética. Estaban preparando las bolsas que iban a regalar a los corredores y había multitud de voluntarios introduciendo productos diversos en las bolsas. Gracias a la amabilidad de esta gente nos hicimos con nuestras bonitas camisetas que al día siguiente lucían esplendorosas 😉

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Con nuestras bonitas y llamativas camisetas

Este año habían decidido aumentar el kilometraje de cuatro a cinco kilómetros, no sé muy bien por qué, así que tocaba meterse un kilómetro extra entre pecho y espalda. Al tratarse de una prueba no competitiva decidimos salir los cuatro componentes de la foto al ritmo del más lento, por lo que empezamos muy tranquilos y muy tranquilos seguimos hasta el final, excepto uno de los componentes del grupo, que ya cansado de ir a ritmos sobre los seis minutos decidió cuando faltaba algo menos de dos kilómetros acelerar el paso. Así que nos quedamos sólo tres que llegamos a meta en buena comunión.

Una vez traspasada la línea de meta, fuimos obsequiados con una botella de agua, un Aquarius y una bolsa de deporte muy mona donde había diversos regalos: un tetrabrik de caldo Aneto, unos balón de baloncesto deshinchado, un zumo, un batido y un contenedor de basura de los amarillos, para envases, en miniatura muy útil para utilizarlo como contenedor de lapiceros y bolígrafos. Todo por el precio de 6 € más 20 céntimos de comisión.

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Contenedor amarillo miniatura

El burrito no venía en la bolsa del corredor ni dentro del contenedor. Lo adquirí en la tienda solidaria del Refugio del Burrito. Y ya aprovecho a publicitarlos, por si alguno quiere ayudar a esta organización que se encarga del cuidado y protección de estos animales frente a una vida de abandono y sufrimiento, mientras otros aún juegan un papel vital en la vida y felicidad de muchas personas. Ellos son el alma de todo lo que hacemos aquí en El Refugio del Burrito.

XXXVII Carrera Popular Ciudad de los Ángeles

He participado, por segunda vez, en la Carrera Popular Ciudad de los Ángeles. Se celebraba nada menos que la XXXVII edición de esta carrera, lo que la convierte en una de las más longevas de las populares de Madrid. Este año ha dejado de ser gratuita, pero el precio de la inscripción de sólo 3 € es prácticamente simbólico.

Llegamos sobre las 8:20 al lugar donde está ubicada la meta/salida y ya hacía bastante calor, lo que me dio muy mal rollo. Para correr prefiero el frío, sin ningún género de dudas. Pero en esta época del año, es más fácil que salga un día caluroso que frío.

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Posando con una amiga antes de comenzar la carrera

La carrera son tres vueltas a un circuito de algo menos de 3,3 km, con alguna pequeña cuesta que se hace notar, más si cabe debido al calor. Sobre todo hay un bonito repecho al final de cada una de las vueltas que se me hizo duro, más duro en cada una de las vueltas.

Siendo mi 228ª carrera popular, sufrí dos errores de principiante, debido sobre todo a las prisas. El primero de ellos fue no hacer doble nudo a los cordones de las zapatillas. Eso provocó que sobre el kilómetro tres se me desabrochara la zapatilla izquierda. Tuve que parar a atarla porque no iba nada cómodo con el cordón en ese estado.

El segundo error fue no hacer doble nudo a la otra zapatilla aprovechando esa parada. Eso provocó que en la siguiente vuelta tuviera que volver a parar. Estas dos paradas aparte de hacerme perder algunos segundos, consiguieron que el ritmo fuese un tanto irregular y que no consiguiera ir cómodo en ningún momento. Bueno, las paradas y que no ando muy fino últimamente como ya me di cuenta en el entrenamiento del martes.

Salí con la idea de hacer sobre 42 minutos, aunque en mi fuero interno creía que quizás pudiera hacer 41. La idea era ir in crescendo en cada una de las vueltas, por lo que iba controlando con el cronómetro el ritmo. Hice el primer kilómetro en 4:18 y aunque fue algo más lento de lo pensado lo di por bueno debido al atasco que sufrí en los primeros metros.

En el segundo vi en el cronómetro que el ritmo bajaba de cuatro minutos, por lo que traté de calmarme un poco, que me veía algo acelerado, aunque el ritmo alto era debido a que el terreno es favorable. Al bajar algo el ritmo hice ese kilómetro en 4:04. La cosa iba bien.

El tercer kilómetro, aunque empecé con el problema de la zapatilla, se fue a 4:19 y el cuarto, en el que tuve que parar a atarla sólo conseguí hacer 4:33, se me irían quince o veinte segundos en la parada. Hasta ese momento iba junto a una chica y al volver a ponerme en marcha vi que iba unos cincuenta metros delante de mí. Traté de acercarme a ella, pero no era posible, no marchaba todo lo bien que me hubiese gustado.

Visto lo visto, ya había desechado aumentar el ritmo en la segunda vuelta. Me conformaba con seguir al ritmo que había hecho en los primeros kilómetros y más o menos así fue, hice el quinto y el sexto en 4:16 y 4:19, pero pasado ese sexto kilómetro se me desabrochó la otra zapatilla y entre que volví a parar y que aflojé algo el ritmo al beber agua y la cuesta, hice ese séptimo kilómetro el peor de todos, en 4:55.

Ahora venían dos kilómetros favorables. Hice el octavo en 4:17 y el noveno, ya muy cansado y muy acalorado se fue a 4:27. En la última cuesta de la jornada me adelantó David, el de Danone, me animó, pero ya iba muy mal y no pude ni seguirle. También salió ese kilómetro (bueno, sólo fueron 800 metros) en 4:27. Salieron en total 9,8 km.

Total que entre esos problemas y que no iba nada fino, sufrí bastante y llegué a meta con un tiempo oficial de 43:05. Un tiempo no muy allá, pero cuando no se puede, no se puede.

Aunque a mí se me dio fatal, la amiga con la que había venido hizo una buena carrera y consiguió auparse al tercer puesto del cajón.

No me veo, no me veo

El calor no me gusta nada para correr. Yo no sé las veces que lo habré dicho. Ya lo dice Jack Daniels que el calor es uno de los mayores enemigos del corredor. Él calcula que cuando la temperatura sobrepasa los 16º C (que se corresponden con 60º F) el rendimiento del corredor empieza a disminuir y lo justifica diciendo que la sangre, que debería estar llevando oxígeno a las piernas, se encarga además de dirigirse a la superficie de la piel para refrescar. Ese menos aporte de oxígeno a las piernas provoca la bajada del rendimiento.

Pues no sé si será el calor o qué, pero no me veo, no me veo para la carrera del domingo. Se me están quitando las ganas de ir el domingo a la Ciudad de los Ángeles. Espero que mañana esté más optimista.

Como ayer no pude salir a correr, estuve de profesor particular, he salido hoy viernes, pero solo. Y ya que estaba solo, he ido a Parque Sur para cambiar un poco la rutina. Y es cierto que hacía menos calor que el martes, no sé si porque era más tarde, pero se notaba, vaya si se notaba.

Sin mirar el reloj, sin controlar el ritmo he dado tres vueltas al parque totalizando 9 km en un tiempo de 45:12 @ 5:01 min/km. El caso que el ritmo medio no ha estado mal, pero ni aún así me veo para el domingo.

Terrible caloret

No ha llegado el verano todavía, ni siquiera el cuarenta de junio y está haciendo un calor horripilante en Madrid. Hoy andaba el termómetro cerca de los treinta grados y se corría fatal, con la boca seca y una sensación de sed horrible.

Aún así, después de una primera vuelta tranquila, hemos apretado de lo lindo en la segunda, haciendo kilómetros a 4:15, 4:11, 4:19 y 4:27. Los tres primeros más o menos como pensaba, pero en el último iba muerto ya y bastante he hecho con poder bajar de 4:30 que no lo veía ni posible.

Poco después de pasar ese último kilómetro de la segunda vuelta, he parado enseguida, ya que he visto a una amiga que andaba por allí y me he quedado hablando con ella. Me ha venido bien porque estaba totalmente fundido.

Me estaba probando para la carrera del domingo, pero ya he visto que no estoy nada bien. Me tocará sufrir.

En total han sido 9,2 km en un tiempo de 46:28 @ 5:02 min/km. Un poco triste porque no me veo en buena condición y bastante harto del calor.

Nos atrae como un imán

Hoy hemos salido en bici. La segunda vez esta temporada, así de triste es. Y como casi siempre, las bicicletas nos han dirigido por el carril bici hasta San Martín. Parece como si este pueblo nos atrajera como un imán. La verdad es que el carril bici que va desde Madrid hasta esta localidad, aunque está un poco abandonado, provoca mucho «tráfico» de bicicletas y uno de los que sacan beneficio es el San Marcos, que siempre está lleno de ciclistas desayunando.

Hacía algo de fresco a eso de las nueve de la mañana así que decidí salir con manguitos. Y menos mal, porque sólo me los quité ya cuando veníamos de vuelta.

Como siempre, el viento se hace notar. Viento en contra para allá, sobre todo al rodear Perales del Río, pero después de subir la Marañosa el terreno es favorable y aunque el viento se nota, no impide el avance. Una vez en San Martín, parada en el San Marcos a desayunar y vuelta a casa.

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En la terraza del San Marcos, con mi maillot de la ONCE y mi rodilla magullada

A la vuelta el viento era favorable, pero en algunos tramos daba también en contra. Es increíble lo del viento. Ya lo dice uno de los puntos de la ley de Murphy del ciclismo: el viento dará de cara siempre.

De todos modos, la vuelta se nos hizo más dura. No sé el motivo. Hicimos unos 54 ó 55 kilómetros entre la ida y la vuelta.

Furacín, milagrosa pomada

Hoy he quedado temprano, a las 8:30, con Miguel. La convocatoria estaba abierta a todo pradolonguero viviente, pero no ha venido ninguno más. No problem, entre los dos nos bastamos y nos sobramos para devorar kilómetros como quien no quiere la cosa.

Me he levantado francamente bien. Es increíble, pero gracias a la pomada Furacín, las costras ya han desaparecido, tanto las del hombro como las de la rodilla, por lo que el movimiento del brazo y de la pierna ya es casi perfecto.

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Furacín, milagrosa pomada

Hemos ido al Parque Lineal, pero no con la idea de hacer el circuito completo, sólo llegar al último puente y vuelta. Y para ir para allá, fenomenal. Como siempre suele ocurrir, viento a favor y avanzando sin esfuerzo pensando ¡qué bien voy hoy! A la vuelta, lo normal, a luchar contra el viento.

Los kilómetros a la vera del río han sido a buen ritmo, segundos por debajo de cinco; sin embargo, subiendo para el barrio ya iban costando los kilómetros. En total hemos hecho 14,6 km en un tiempo de 1:15:43 @ 5:10 min/km.

Reconociendo el circuito de la Carrera del Zofío

Es una gran satisfacción para mí poder decir que este año tendremos una nueva edición de la Carrera Popular Barrio del Zofío, organizada por la Asociación de Vecinos, con los cuales colaboro. La carrera se celebrará el 21 de junio, por lo que ya falta justo un mes. Y debo decir que la cosa ya está lanzada. Por el módico precio de 7 € el corredor puede optar por correr la prueba de 5 km o la de 10. Aparte de las carreras de «mayores» también hay carreras para niños.

Podéis encontrar más información en la página web de la carrera.

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Cartel de la XIV edición de la Carrera Popular Barrio del Zofío

Pues bien, Joaquín tiene esta carrera entre ceja y ceja y dice que una vez a la semana hay que hacer el circuito para ir interiorizándolo. Así que desde el punto de encuentro, que está en el recorrido de la prueba, hemos seguido el itinerario, yo atento al GPS para ver si coincide con lo medido años anteriores, no sea que nos hayan robado o añadido algún metro.

Llegados a la cuesta de la calle Fornillos, mis compañeros han empezado a zumbar y me he quedado solo con Emilio. Luego éste al volver al punto de encuentro se ha largado a su casa y he tenido que apretar los dientes para alcanzar a los que iban delante de mí. Y ya con la inercia, una vez alcanzados he seguido a ese ritmo, sobre 4:30, para ver cómo respondían las piernas, sobre todo la rodilla izquierda que todavía está algo dolorida. Y la verdad es que no me ha molestado demasiado, parece que las heridas, ya cicatrizadas, no molestan demasiado.

En total han sido 9,8 km en un tiempo de 49:07 @ 4:58 min/km. Muy contento con la evolución de las heridas provocadas por la caída de hace una semana.

Con Iñaki

Hoy hemos tenido el placer de ser acompañados por el gran Iñaki. Alguna vez ya ha venido con nosotros, por lo que espero que esta no sea la última.

Después de los saludos y presentaciones de rigor nos hemos puesto en marcha, a un ritmo bastante tranquilo. A mí todavía me molestaba algo el brazo izquierdo y la pierna del mismo lado de la caída, por lo que tampoco era cuestión de ir muy deprisa; sin embargo, nuestro nuevo acompañante se ha puesto charla que te charla con Joaquín y nos han ido sacando metros y metros casi sin querer.

Pero Joaquín estaba ansioso de apretar el ritmo y ha dejado a nuestro invitado solo, por lo que se ha visto abocado a esperarnos ya que no conoce el circuito todavía. Ahí él ha bajado algo el ritmo y nosotros lo hemos aumentado, aunque no mucho y así hasta el final, haciendo las dos vueltas, es decir, 9,6 km en un tiempo de 50:56 @ 5:18 min/km.

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Un bonito selfie después de la carrera

Mejorando de las heridas

El tortazo del jueves me está dando guerra. Esa noche la pasé fatal, casi no dormí. El viernes me encontraba bastante mal con dolores en el hombro y la rodilla. El sábado ya lo pasé algo mejor y hoy me he levantado con ganas de probar cómo ando de las lesiones.

Y no ando muy fino todavía. Cada vez que mi pie percutía sobre el suelo, el hombro me dolía. La rodilla iba como si tuviese un añadido que hacía el efecto similar a correr con mucha barriga, que va moviéndose a un lado y a otro. Después de unos kilómetros me he dado cuenta de que iba mejor si el brazo no iba en movimiento. Así que he corrido braceando con un brazo y el otro quieto, con la mano prácticamente en la ingle, que era la postura en el que la doblez del brazo provocaba menos molestia.

La rodilla ha ido mejorando poco a poco según pasaban los kilómetros. Ese bamboleo del principio cada vez era menos y sólo notaba el pequeño dolor de las heridas, pero la rodilla está muy bien comparada con el hombro.

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La recuperación de la rodilla anda por buen camino

Me dado una vuelta en Pradolongo y otra en Parque Sur totalizando 8 km en 45:20 @ 5:40 min/km. Un ritmo muy lento, pero contento tengo que estar para como estoy.

Correr es más peligroso de lo que parece

Hoy he salido a correr a eso de las ocho, por lo que me tocó correr en solitario. Tenía idea de hacer unos cambios de ritmo una vez calentase las piernas, para ver cómo andaban los músculos después de la maratón.

Como mañana es festivo en Madrid, había bastante gente por el parque. Unos celebrando sus cumpleaños, otros paseando, otros ensayando bailes, otros jugando al baloncesto, otros, simplemente, sentados en el suelo, merendando.

Llevaba ya casi cuatro kilómetros cuando hice el primer cambio de ritmo. Fuerte, pero no muy largo. Antes de acabar la primera vuelta ya había hecho otros dos cambios más.

En la segunda vuelta, en la recta paralela a la Avenida de los Poblados, hice el cuarto cambio. Y el quinto en la ligera subida que hay hacia el hito del primer kilómetro. Justo cuando iba a la altura de las canchas de baloncesto, en el máximo esfuerzo del cambio, se me cruzaron dos niñas de no más de cinco años. Ni pude frenar ni pude esquivar a una de ellas y viendo que el encontronazo era inevitable, cuando ya caíamos los dos traté de rodearla con mis brazos y girar sobre mí mismo para que ella no se diese contra el suelo. Resultado: arañazos en hombro, brazo y rodilla izquierda y en ambas manos. Además del labio hinchado del cabezazo que me dio la pobrecita.

Lo peor de todo es que al final la niña también se golpeó contra el suelo y tenía una pequeña herida en la cabeza. Estuvimos tratando de consolarla y dije a su madre que la llevara al Centro de Salud, por si acaso. Poco más podía hacer, me dirigí a una fuente cercana y me limpié las heridas con el agua a presión. Me fui corriendo a casa, antes de que se enfriaran las heridas y no pudiera ni andar, con mucha pesadumbre en la cabeza, no pudiendo olvidar a la niña pequeña y el desagradable accidente.

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Así acabó mi hombro

Al final no llegué a seis kilómetros y sólo me dio tiempo a hacer cuatro y medio cambios. Pero nada de eso importa.

Tendré que pensarme otra vez salir a correr en vísperas de festivo tan tarde, que hay demasiada gente en el parque. O si salgo, evitaré ir deprisa.