VIII Carrera popular villa de Torrijos

Un año más me he acercado a esta localidad toledana a participar en su carrera popular y otro año más que he acabado más contento que unas castañuelas de la experiencia.

Ya lo he dicho por activa y por pasiva que me parece una de las mejores carreras de cuantas conozco y año a año lo siguen demostrando los miembros de la Asociación Atlética Torrijos.

No tenía muy claro cuanto podía dar de sí, ya que la última carrera en la que me «exprimí» fue la Carrera Proniño, así que me fijé la meta de hacer sobre 42 minutos. Y si pudiera bajar de esta marca, miel sobre hojuelas.

Traté de salir controlando el ritmo, pero me fui animando y picando con otros corredores, sobre todo con un individuo vestido de color naranja que me adelantaba una y otra vez acortando por las aceras. La verdad es que da igual llegar un puesto antes que después… pero jode este tipo de acciones.

La carrera consta de dos vueltas idénticas y en la primera pasé bajo el arco de meta con 20:38. Así que vi factible hacer los 42 minutos previstos e incluso bajar. Muy mal se me tenía que dar la segunda vuelta.

Y peor se me dio, porque notaba que me flojeaban uno poco las fuerzas y veía en el reloj que los kilómetros iban cayendo con tiempos peores de los que me hubiese gustado.

Este año han cambiado el circuito para evitar ciertas revueltas que se hacían en el último kilómetro. Además con el cambio, hay un tramo que vas por la sombra de los árboles del paseo. Lo que se gana por un lado, se pierde por otro, porque el tramo por el paseo es sobre tierra, con la consiguiente pérdida de algunos segundos y después de acabar el paseo y girar 180º el camino es ligeramente ascendente. Muy ligeramente, pero se nota.

El espécimen recortador de aceras me había sacado bastante en esa segunda vuelta, pero ya cerca de meta vi que le iba recortando el terreno, así que traté de acercarme a él para darle matarile en los últimos metros. Y la verdad es que llegamos juntos a meta, aunque habría que ver la foto finish para determinar si conseguí sobrepasarlo o no.

El tiempo oficial fue de 41:54 lo que indica que la segunda vuelta (21:16) fue bastante peor que la primera (20:38), pero es que últimamente no soy capaz de controlarme al principio y voy demasiado deprisa en los primeros kilómetros. Llegué el 87º de la general y el 32º de mi categoría. Ni bien ni mal, sino todo lo contrario.

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Llegando a meta, apretando los dientes para adelantar al recortador (foto cortesía de la organización)

Al llegar a meta fuimos obsequiados con una medalla y una toalla. Algunos metros más allá había diversos tenderetes con melón, bocadillo, refresco, agua y cerveza con patatas fritas a discreción. Antes de comenzar la carrera nos habían regalado una bonita camiseta técnica de manga larga. Y todo por 6 €. No está nada mal. Una magnífica carrera que hay que agradecer al buen hacer de la Asociación Atlética Torrijos.

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Después de llegar a meta, con nuestras flamantes toallas

Según el GPS: 9,88 km en 41:56 @ 4:15 min/km # VDOT = 48,4 # T = 4:22 # M = 4:39

Siguiendo el España-Grecia

Hoy hemos empezado, como casi siempre últimamente, sólo Joaquín y un servidor. Al rato ha aparecido Luismi y estaba escuchando la retransmisión del partido de baloncesto España-Grecia, lo cual nos ha venido de perillas para saber cómo iba la cosa.

Ya llevábamos casi la primera vuelta completa cuando se ha puesto a nuestro lado y no faltaba mucho para que acabase el partido y he pensado «lo mismo acabamos el entrenamiento y no ha acabado el partido». Y me he equivocado, pero no mucho la verdad. Afortunadamente el partido ha caído de parte de los españoles para jolgorio de los aficionados al baloncesto. A mí es un deporte que me gusta, pero no lo sigo demasiado. Lejos queda ya aquellos años que disfrutaba del Estudiantes con asiduidad.

El entrenamiento de hoy consistía en hacer cinco kilómetros de calentamiento y luego cuatro a ritmo umbral. Un ritmo que todavía no sé cual es y sigo buscando. Si la vez anterior que hice un entrenamiento similar calculé a ojímetro un ritmo de 4:30 hoy había pensado en 4:25 para ver cómo iba la cosa.

Define Daniels el ritmo umbral como aquel ritmo exigente pero sin llegar a ser estresante del todo. El problema es que resulta difícil medir las sensaciones. Salieron los kilómetros en 4:25, 4:28, 4:23 y 4:23. Bastante bien, la verdad. Creo que quizás mi ritmo umbral sea un poco más exigente. Veremos la carrera del domingo lo que me dice.

Totalicé 9.69 km en 48:21 @ 4:59 min/km cansado, pero con buenas sensaciones.

Con Pepe Isbert

Hoy hemos estado en Guadalix de la Sierra, calcando un entrenamiento que hicimos el año pasado. Saliendo desde Madrid enfrente del instituto San Fernando por el carril bici que va paralelo a la M-607.

El carril llega a Colmenar Viejo y luego sigue a Soto del Real, allí donde muchos políticos y gentuza similar tienen una bonita parcela. Desde Soto tiramos hacia Guadalix, pero ya no había carril bici, así que anduvimos por el estrecho arcén que tiene esa carretera.

Hacía un día fresco o incluso alguno diría que frío y, por supuesto, ventoso. Así que cuando llegamos a Guadalix y paramos a desayunar nos tocó meternos dentro del local para no quedarnos helados por el sudor y el frío.

Un cafetito con barrita con aceite y tomate y de nuevo a la flaca para volver al punto de partida, pero antes de salir de Guadalix nos hicimos una foto con Pepe Isbert asomado a la balconada del ayuntamiento de Guadalix.

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Con Pepe Isbert al fondo

A la vuelta, en vez de volver hacia Soto, fuimos directamente hacia Colmenar por la M-625, que tiene unas bonitas subidas. A mi acompañante le costó lo suyo sortear esas cuestas, pero con su tenacidad llegamos a Colmenar donde volvimos de nuevo al carril bici.

Y se nota que en sentido Madrid el terreno es favorable, porque fue cuando íbamos más rápido. Pronto dimos caza a una pareja que iban más o menos a nuestro ritmo y nos pusimos un poco a rebufo. Luego pasó un pelotón y nos quedamos descolgados. De la otra pareja, uno iba bastante cascadete y su compañero le estuvo esperando, así que volvimos a acoplarnos a ellos. Durante el camino nos quedábamos, contactábamos y poco a poco fuimos llegando a nuestro destino que, casualmente, era el mismo que el de los otros dos.

Hicimos unos 76 km en un tiempo de 3h25 a una media de algo más de 22 km/h. No es nada destacable. Está claro que el ciclismo no es lo nuestro… aunque nos guste.

Con prisas

A las ocho en punto hemos quedado en el punto de encuentro. Tenía bastante prisa y no tenía otra opción que quedar pronto. Mi tocayo también tenía cosas que hacer este sábado por la mañana, así que sólo nos encontramos los dos en el punto de encuentro habitual.

Está el jodío fino, fino. Entre que anda mucho y fácil y que yo notaba las piernas cargadas de las cuestas del jueves, me costó ir a su ritmo. En estos casos siempre se nota quien va mejor porque al hablar en ningún momento le falta el resuello, mientras que al otro bastante tiene con no perder el paso.

Por aquello de las prisas sólo teníamos previsto hacer una hora, lo que suponía más o menos hacer doce kilómetros. Al final hicimos muy poco más, 12,2 km, en un tiempo de 59:43 @ 4:53 min/km. Un buen ritmo para mis cansadas piernas.

Antes de salir a correr tocaba subirse a la báscula y estaba algo temeroso después de la visita a Bélgica. Marcaba 70,5 kg que es un poco menos que la anterior pesada. No consigo bajar de setenta, pero al menos no he aumentado.

Lo que le gusta a Emilio II

Hoy hemos hecho un entrenamiento de los que le gustan a Emilio II. Y no sé el motivo por el que le gusta, porque es muy sufrido. Consiste en subir cuestas a cascoporro a buen ritmo en las subidas y trotando en las bajadas.

El bueno de Joaquín está dispuesto a hacer un buen papel en Pareja y comentó, no sé si medio en broma, que debería de hacer algunas cuestas, ya que esa carrera es durilla. La verdad es que me lo tomé en serio y le propuse ir a Parque Sur a hacer unas cuestas.

Y allá que fuimos. Una primera vuelta de calentamiento y luego cinco cuestas más o menos seguidas. Un poco de trote y luego a repetir las cinco cuestas. La verdad es que se hace duro el entrenamiento, pero prometimos volver a seguir haciéndolo. Ya veremos si lo cumplimos.

Entre ir de un parque a otro, en hacer las cuestas y luego acompañar un poco a Joaquín completé 11,6 km en 1:06:47 @ 5:43 min/km. Es una media ridícula, pero lo importante es el esfuerzo hecho en las subidas.

Día de perros

Hoy ha sido un día de perros y no me refiero meteorológicamente hablando; sino en el sentido estricto de la palabra. Estábamos en el punto de encuentro charlando tan ricamente cuando escuchamos unas voces poco amistosas. Una pareja con un par de perros cada uno reprendían a un individuo que llevaba a su perro, de buen tamaño, suelto y el can había ido a por ellos. Tampoco lo dimos demasiada importancia, nosotros a lo nuestro.

Empezamos a correr Joaquín, Jesús y un servidor y Jesús se iba quejando de su rodilla, estaba bastante dolorido y acabó retirándose al finalizar la primera vuelta. Él pensaba que quizás no debería haber bajado y es probable que lo mujer hubiese sido quedare en casa en reposo.

Ya en esa primera vuelta me tocó frenar al cruzarse un perro, pero en la segunda vuelta, parecía que todos los perros del mundo iban a por nosotros. Aquel perro que ladraba a los de su especie nos lo volvimos a encontrar. Tocó parar. Luego nos sorprendió otro que su afán era adelantarte rozándote por debajo de la rodilla. Dos veces me lo hizo. Posteriormente otro más. Al final perdí la cuenta de los parones a los que me vi forzado. Pero bueno, tampoco me quejo al menos no me tiraron o mordieron.

Alguno puede pensar que odio a los perros, pero nada más lejano de la realidad. Eso sí, prefiero a los gatos.

De esta forma, entre can y can, completé 10 km en 52:47 @ 5:16 min/km

Bois de la Cambre

Como el parque del otro día no me pareció demasiado grande, decidí ir al que llaman, en francés, Bois de la Cambre o Ter Kamerenbos en neerlandés. Es un parque muuucho más grande que el del cincuentenario y otra concepción. Mientras el otro es un parque totalmente planoy recto, éste cuenta con diversas irregularidades: subidas, bajadas, curvas, un lago, etc. Es mucho más ameno para correr.

La única pega, en mi caso, es que se encuentra a algo más de tres kilómetros del hotel donde estoy alojado, pero aún así merece la pena hacerse casi siete kilómetros entre la ida y la vuelta para poder hacer por allí unos kilómetros. El parque merece mucho la pena de visitar. La única pega que se puede poner es que está abierto al tráfico, pero se puede correr por distintos senderos que te alejan un poco de los coches.

Como curiosidad, decir que tiene un lago en el que hay una isla a la que se accede en barca. En la isla hay un restaurante y, la verdad, debe ser muy agradable tomarse allí una cerveza… o un café, a elegir.

Pero no iba a eso precisamente, sino a sudar los gofres que me había manducado en días anteriores. Porque curiosamente, los gofres es una de las comidas típicas de Bélgica. No sé si eso dice mucho de los belgas… Pero bueno, lo compensan con la cerveza, que tienen muchas y están muy ricas.

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Dándole al gofre. Ingiriendo calorías para el resto del mes

Lo cierto es que me encantó el parque, es una pasada correr por allí y no debo ser el único que lo piensa porque aunque fuimos a temprana hora ya había unos cuantos corriendo por allí. Nosotros paramos para inmortalizar el momento.

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En el Bois de la Cambre, con el lago (y la isla) a la espalda

Después de hacer el recorrido por el parque, vuelta por donde habíamos venido, por la Avenue Louise, buscando el hotel. En el camino nos encontramos con el Palacio de Justicia, que es un edificio descomunal (dicen por ahí que fue por un tiempo el edificio más grande del mundo). No pudimos evitar hacernos otra foto con este monumento tan monumental.

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Delante del Palacio de Justicia

Entre el garbeo por el parque y la ida y la vuelta se nos fue el kilometraje a 12 km. La ida bastante lenta, ya que era cuesta arriba y nos pilló en frío y la vuelta más rápida por justo lo contrario. Hicimos el recorrido en 1:05:02 @ 5:25 min/km.

Por cierto, si alguien se plantea si visitar o no Bruselas, se lo aconsejo. Hemos estado en Bruselas, Brujas y Gante y son tres sitios preciosos. Y si te gusta la cerveza, es el paraíso, me río yo de Adán y Eva.

Parc du Cinquantenaire

No sé si es algo de vicio o es que me gusta coleccionar carreras por los parques o es que simplemente debo entrenar con regularidad. El caso es que voy a pasar cuatro días en Bruselas y como sólo había entrenado el martes, no era cuestión de pasar toda la semana con un único entrenamiento, así que me llevé las zapatillas.

Antes de ir a la capital de Bélgica estuve mirando sitios de interés que visitar y, por supuesto, sitios donde se puede correr en la ciudad. Y uno de los sitios que aconsejaban es el Parque del Cincuentenario o como dicen los franceses el Parc du Cinquantenaire o para rizar el rizo, en neerlandés, el Jubelpark.

Es un parque conmemorativo de la independencia de este país y consta de una zona verde con árboles, césped y en uno de los laterales del parque, en la zona norte, hay campos de fútbol y distintos artilugios para hacer ejercicio. Además en la parte sureste se encuentran un bonito edificio en forma de U donde se puede divisar en el centro una cuadriga parecida a la que se puede ver en la Puerta de Brandemburgo en Berlín.

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Edificio en el Parque del Cincuentenario

Desde el punto de vista de un corredor, es un parque no excesivamente grande, ya que sólo ocupa 30 hectáreas, y para hacer kilómetros tienes que dar unas cuantas vueltas para acá y para allá.

Hice unas cuantas más o menos por el perímetro, unas en sentido horario, otras al revés; unas yendo de norte a sur, otras en diagonal. La verdad es que acabé un poco harto de dar vueltas y eso que para llegar hasta allí desde el hotel donde estoy hospedado hay que hacer unos cuantos kilómetros y otros tantos de vuelta.

Además para llegar hasta allí hay que patearse unas cuantas aceras y unas cuantas calles y casi todas empedradas. No me extraña que los ciclistas belgas dominen las clásicas de adoquines.

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Calles adoquinadas en Bruselas

Al final no calculé bien la distancia o di más vueltas de la cuenta y acabé haciendo algo más de 11 km en un tiempo de 58:23 @ 5:14 min/km.

Ahora toca coger ritmo otra vez

Después de un verano un tanto irregular, ya va siendo hora de coger ritmo otra vez y eso implica, primero, entrenar de manera constante y segundo, hacer algún día de ritmo vivo. No hablemos de series que me pongo malo.

Hoy he salido más tarde de lo habitual y los compañeros ya estaba terminando, así que me ha tocado entrenar solo. Tampoco pasa nada, he entrenado solo durante muchos años y he sobrevivido hasta ahora 😉

Salí a buen ritmo desde el principio y la primera vuelta fue rápida. En el primer kilómetro de la segunda vuelta apreté un poco más y luego traté de hacer los 3,6 km a un ritmo de 4:30, buscando el ritmo umbral que debería corresponderme a estos momentos de la temporada.

Salieron esos kilómetros a un ritmo de 4:30, 4:29, 4:30 y 4:24. Bastante bien, muy ajustado. Quizás es que esos 4:30 no sean el ritmo umbral, teniendo que en cuenta que estábamos a 27 grados. Habrá que seguir buscando.

En total fueron 9,6 km en un tiempo de 47:12 @ 4:52 min/km.

Hablaba yo de reencuentro

Hablaba en la entrada del entrenamiento anterior del reencuentro con los compañeros, pero hoy sí ha sido el día del reencuentro de verdad, ya que nos hemos dado cita nueve pradolongueros en el punto de encuentro habitual. Y no exagero, que hay constancia gráfica del encuentro.

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No han salido muy enfocados los pradolongueros, pero mi nariz, perfecta

Salimos todos juntos, pero enseguida se hicieron dos grupos. Uno más numeroso que fue hacia el Parque Lineal y otro más pequeño que se quedó en Pradolongo. Yo estuve con los primeros que fuimos hacia el río.

No tenía pensado correr hoy, ya que lo había hecho ayer, pero por ver a los compañeros hice lo posible por acercarme. Pero de todas formas, prefería ir tranquilo porque notaba los tendones de aquiles muy tirantes, como siempre me ocurre cuando corro dos día seguidos.

Salimos despacio y tan tranquilos íbamos, que hicimos los cinco kilómetros de ida a un ritmo de 5:54 min/km. Luego apreté un poco los dos siguientes kilómetros, pero aflojé posteriormente, no era cuestión de lesionarse.

Hicimos 10 km en un tiempo de 55:38 @ 5:34 min/km.