Correr es una actividad de riesgo

Correr tiene sus riegos, desde lo más simple que es tropezarse y caer al suelo o que te tire un perro o te muerda a otros más fastidiados como que te atropelle una bici o un patinete en un carril bici, que te lleve un coche en un paso de cebra, que te pegue un tiro algún cazador cuando entrenas por algún camino y lo que he visto esta mañana, que un coche te caiga encima.

Porque esta mañana yendo por el carril del Parque Lineal hemos visto un coche accidentado que se había salido de la M-40, había golpeado a un árbol y el árbol había caído en el carril, ocupando todo el ancho del carril. Imagino que no habrá pillado a nadie corriendo o yendo en bici porque hubiera sido una verdadera mala suerte.


Coche accidentado en el carril del Parque Lineal

El caso es que había quedado con mi tocayo a las 9:30 y como ayer hicimos un entrenamiento duro hoy planeamos un entrenamiento más relajado pero metiendo más kilómetros. Salimos del barrio ya con el cronómetro en marcha y al llegar al parque de Pradolongo nos encontramos con una pareja de pradolongueros que se animaron a venir con nosotros.

Bajamos los cuatro al Parque Lineal y al llegar a la vera del río aceleramos un poco y los dos compañeros que se habían animado a acompañarnos se quedaron atrás, a su ritmo. Fue poco después de que se quedaran cuando llegamos al lugar del accidente. Para poder continuar había que subir hacia donde estaba e coche, rodearlo y volver a bajar al carril. Eso fue lo que hicimos y seguimos a un ritmo sobre cinco minutos el kilómetro hasta llegar al puente donde siempre cruzamos a la margen izquierda del río.

Esta vez no cruzamos ya que hace unas semanas han abierto un camino que sigue por la margen derecha, subiendo un tramo, siguiendo por un llano y bajando para empalmar con el camino habitual. Es un poco tonto lo de subir para luego bajar, pero bueno, un poquito de dureza no viene mal.

Pero la verdad es que notaba las piernas bastante cansadas del entrenamiento de ayer y eso que tampoco era un ritmo exagerado, pero ya noto mucho salir a entrenar después de entrenar el día anterior, sobre todo después de un entrenamiento duro. Se van notando los años.

Fueron en total 16 km en un tiempo de 1:23:23 @ 5:12 min/km.

Lo que no gustó nada de nada es la noticia que me dio la báscula, porque antes de salir me pesé y marcaba 70,4 kg que es mucho. Necesito ponerme en 68 lo más pronto posible.

Hemos tenido suerte

El día de salida era ayer jueves por la tarde, pero como hoy es fiesta en Madrid decidimos -algunos- dejar el entrenamiento para hoy en vez de salir ayer y hemos tenido una suerte tremenda porque ayer estaba lloviendo de lo lindo a la hora que solemos entrenar. Así que nos hemos ahorrado agua y ganado sol. ¡Mucho mejor!

Salimos cuatro pradolongueros porque en el último momento la única fémina que iba a venir no pudo y decidimos bajar al río. Uno de ellos dijo que no quería hacer mucho, pero que nos acompañó hasta el comienzo del parque.

Fuimos tres kilómetros bastante tranquilos en nuestra aproximación al parque. Bajamos por el camino de madera, recién puesto y resultaba placentero pisarlo, una gozada. Ya a orillas del río se cumplió el tercer kilómetro y apreté con intención de hacer 5 km a un ritmo de 4:25 que es ahora más o menos mi ritmo umbral. De este modo pasamos de hacer el tercer kilómetro a 5:33 a hacer el cuarto a 4:22. Un buen cambio. Y seguimos a un ritmo muy semejante durante los otros cuatro: 4:25, 4:21, 4:20 y 4:24 consiguiendo, por lo tanto, una media de 4:23 min/km que está dentro del margen previsto. Mi tocayo siguió un poco más e hizo un último kilómetro desatado a 4:07 o así me dijo. Dice que entrena poco, pero aún así zumba de lo lindo.

Subimos del río hacia Pradolongo ya a un ritmo más tranquilo y conseguimos completar 12 km en un tiempo de 1:01:17 @ 5:06 min/km. Un buen entrenamiento a buen ritmo.

No ganamos para sustos

Hoy hacía un día un tanto desagradable para salir a correr ya que estaba chispeando y hacía frío, pero como había quedado con Joaquín, no le iba a dejar solo y él no me iba a dejar solo a mí. Así que salimos los dos.

Estuvimos unos minutos de cortesía en el punto de encuentro pero como no vimos a nadie salimos únicamente él y yo. No había transcurrido el primer kilómetro cuando tuve que parar porque un perro de buen tamaño se nos puso por delante. Arranqué de nuevo y pocos metros después apareció el mismo perro como una bala y a punto estuvo de tirarme. No me tiró, pero me dio un susto tremebundo, así que de nuevo tuvimos que pararnos hasta que la dueña del perro vino a coger al animal.

Esto es el cuento de nunca acabar aunque según parece en el Pleno de la Junta Municipal van a presentar una proposición para que hagan una zona para perros en el parque. Esperemos que sea aprobada, hagan la zona canina y de una vez podamos entrenar sin temor, aunque sospecho que los dueños de los perros van a seguir igual. Apostaría lo que fuese a que los perros irán sueltos fuera de la zona. Tiempo al tiempo.

Con el miedo en el cuerpo seguimos entrenando a ritmo tranquilo totalizando 9,8 km en un tiempo de 55:53 a un ritmo de 5:41 min/km.

Si hay que madrugar se madruga

La idea era salir el sábado, pero por asuntos personales no pudo ser, así que hablé con mi tocayo para salir el domingo y me dijo que sí, pero que tenía que ser pronto porque llevaba prisa. Sin problemas, si hay que madrugar se madruga para entrenar con un compañero.

A las 8:30 estaba en el punto de encuentro acordado con mi compañero y después de unos breves estiramientos salimos a entrenar. Bajamos como el otro día al Parque Lineal y pasado el tercer kilómetro aumentamos el ritmo, aunque no tanto como el día anterior. El caso es que nos salió un ritmo muy regular entre 4:35 y 4:40, haciendo ocho kilómetros a una media de 4:36. La verdad es que no era mi intención rodar tan rápido, pero salió así y así fuimos.

Totalizamos 14,7 km en un tiempo de 1:11:34 @ 4:52 min/km. Sin duda un buen entrenamiento como el día anterior.

No todo va a ser correr

Tuve algún que otro contacto con un bloguero que tenía un blog denominado No todo va a ser correr. El hombre dejó de actualizar el blog y no sé si es porque dejó de correr o simplemente se cansó de escribir. El título del blog proviene de una canción del gran Javier Krahe que se titula No todo va a ser follar.

El título de la entrada viene a cuento porque tengo la suerte de poder contar con la amistad de un grupo de compañeros que corren por el parque y que nos hacemos llamar pradolongueros. Y no sólo nos dedicamos a correr, también tenemos tiempo para hacer otras cosas distintas. Por ejemplo, el día 6 de octubre quedamos para la Primera Jamonada Pradolonguera. Sí, ya sé que es un poco tarde para hablar de un asunto que transcurrió hace casi un mes, pero no lo quiero olvidar.

Una de las compañeras pradolongueras que había sido obsequiada con un jamón por subir al cajón en una de las carreras decidió invitar al resto de pradolongueros a tan delicioso manjar. Y no sólo hubo jamón en la quedada, Jesús y Miguel hicieron sendas tortillas y otros trajeron la bebida y algunas otras cosas de picar. Pasamos una buena mañana rodeados de compañeros y disfrutando de nuestro querido parque Pradolongo. La pena es que algunos no pudieron asistir 🙁 pero es prácticamente imposible que nos juntemos todos.


Pradolongueros en plena quedada jamonera

Después de contar esto, decir que aunque el otro día entrenamos por la tarde hoy pudimos hacerlos con luz solar ya que al ser festivo quedamos por la mañana. Salimos cuatro hacia el Parque Lineal y el cuarteto se dividió en dos cuando sobrepasamos el kilómetro cuatro. Mi tocayo y yo aceleramos el ritmo y la otra pareja siguió a un ritmo más tranquilo. Hicimos cinco kilómetros a ritmo umbral que yo recordaba a 4:22 y que luego descubrí era 4:25. Hicimos 4:24, 4:26, 4:24, 4:18 y 4:15, obteniendo una media de 4:21, más rápido de lo que debiera.

Totalizamos 12,8 km en un tiempo de 1:05:42 @ 5:08 min/km. Un buen entrenamiento sin duda.

Búrpi

Empecé hace unos días a realizar un ejercicio que se denomina búrpi en castellano o burpee en inglés. El nombre viene del inventor de este ejercicio, un tal Royal H. Burpee. Es un ejercicio para medir la resistencia anaeróbica, algo de lo que solemos carecer casi todos los corredores populares.

Según este artículo de la Wikipedia, la prueba de Burpee de resistencia cardiovascular involucra el uso total del cuerpo en cuatro movimientos:

  1. En cuclillas con las manos sobre el suelo.
  2. Se extienden ambas piernas atrás y a su vez se hace una flexión de codo.
  3. Se vuelve a la posición número 1.
  4. Desde la posición anterior se realiza un salto vertical.

Dependiendo del número de búrpis que se puedan hacer se puede saber la resistencia cardiovascular de cada uno. Así, si eres capaz de hacer entre 0 y 30 tu estado es malo. Entre 31 y 40, normal. Y así sucesivamente. Ni que decir tiene que aunque no lo intenté, no hubiera hecho más de 30 ni de broma porque el primer día hice sólo cinco y acabé con las pulsaciones a mil.

Hice el primer día sólo 5 búrpis y tengo intención de hacer uno más cada día para llegar al 31 de diciembre haciendo 76 ejercicios. Ya veremos si soy capaz. Se supone que haciendo estos ejercicios mejoraré la resistencia cardiovascular y podré correr más rápido. Bueno, lo de correr más rápido me lo acabo de inventar, pero creo que existe relación.

Hoy tocaba hacer 14 búrpis y además de eso he corrido 9,7 km en un tiempo de 56:19 @ 5:47 min/km. Un ritmo tranquilo para recuperar las piernas del domingo.

XIX Carrera cívico-militar contra la droga

Hoy nos hemos dado cita un buen número de pradolongueros en la Casa de Campo y todo hay que agradecérselo a Pepe que amablemente nos ha inscrito a todos ¡¡¡muchas gracias Pepe!!!

Igual que el año anterior habíamos quedado a las 8:45 en el punto de encuentro para ir trotando hasta el Urogallo, al lado del lago de la Casa de Campo, lago que por cierto está en obras y sin agua. La distancia recorrida desde el punto de encuentro hasta el Urogallo fue de 8,4 km, pero fuimos a un ritmo tranquilo y cuando llegamos al destino y vimos al resto de compañeros aún no había llegado Pepe con los dorsales, pero en poco tiempo apareció. Nos dio los dorsales, nos lo prendimos en el pecho y nos hicimos una bonita foto de grupo.


Un montón de pradolongueros en la carrera

Después de retratarnos dejamos la ropa en el coche de un compañero. Entre unas cosas y otras se nos echó encima la hora de salida por lo que fue dejar la ropa e ir directamente a la salida donde nos colocamos muy cerca de los primeros, pero aunque salimos tan cerca de la línea de salida, fue un tanto caótica porque mucha gente que se había situado en primera línea salió muy despacio y algunos incluso andando, así que el primer kilómetro se nos fue a 4:26 cuando otras veces lo hemos hecho a cuatro y poco.

En un principio íbamos a formar un trío, pero la fémina se quedó por detrás y no fue capaz de contactar con nosotros, así que compusimos un dúo que se mantuvo unido toda la prueba. Yo fui tirando todo el rato sintiéndome muy fuerte durante toda la carrera y llegando a meta pletórico, sin esa sensación de llegar muerto, haciendo los últimos kilómetros con mucha energía y no como, por ejemplo, el domingo pasado que los últimos dos kilómetros se me hicieron durísimos.

Llegué a meta con Joaquín, lo cual es un triunfo porque en las dos ediciones de esta carrera en la que había intentado ir con él me había dejado. Según mi cronómetro hice un tiempo de 25:59 en una distancia de aproximadamente 6,2 km. Como a medio minuto llegó la tercera componente del terceto que no pudo seguir el ritmo que marcamos durante toda la carrera. Acabé muy contento porque me noté muy fuerte durante toda la carrera, parece que mi entrenamiento secreto está dando sus frutos.

Cogimos la bolsa del corredor que se componía de una botella de agua, una camiseta y una mochila de cuerdas. Demasiadas cosas para haber sido gratis, aunque me molaba más la ración de combate que daban hace años.

Fuimos al coche de un compañero a por la ropa y desde allí al kiosco de La bicicleta, lugar de reunión de los Garabitas, donde nos esperaba Emilio. Nos tomamos un café -casi todos- con media tostada de aceite y tomate que nos supo a gloria. Y después de recuperar fuerzas, a casita, a donde nos acercó Emilio muy amablemente.

233 es mucho

Fui el otro día a recoger los análisis y me llevé una desagradable sorpresa porque tenía 233 mg/dl y eso sobrepasa los 200 mg/dl que consideran el límite de lo malo. Y eso que hago ejercicio regularmente, porque en caso contrario lo tendría por las nubes. Tendré que hacer caso a las recomendaciones del médico y cortarme con algunas comidas, lo cual me puede venir bien no sólo para bajar el colesterol sino también para bajar de peso.

La verdad es que tampoco lo pienso mucho, aunque eso no es óbice para que un día me dé un arrechucho, pero no es cuestión de tenerlo presente siempre… Sólo a la hora de comer.

En el punto de encuentro estaban Joaquín, Emilio, Jesús y Miguel, así que montamos un pelotón de cinco pradolongueros. Hice la primera vuelta tranquilo y en la segunda apreté para ir a un ritmo de 4:30 más o menos que considero como ritmo umbral. En un principio iba solo, pero luego Joaquín apretó para cogerme. Luego aceleró más y estuve dudando si seguir su ritmo o seguir al mío. Opté por la segunda opción porque la idea era hacer cuatro kilómetros a umbral y no hacer un entrenamiento muy duro. Los hice a 4:23, 4:35, 4:26 y 4:29 que salen a una media de 4:28. Me encontré bastante bien, iba muy fácil, mejor incluso que la semana pasada que ya me veía bien. Hice 9,6 km en un tiempo de 51:27 @ 5:19 min/km.

Más contento que unas castañuelas

Como contaba el domingo, por primera vez en mi vida he conseguido quedar segundo en una carrera. Evidentemente no tenía muchos rivales porque si los hubiese tenido ni de broma habría conseguido el segundo puesto, pero eso ya es problema de los demás, no mío.

Pues eso, que salí a correr más contento que unas castañuelas y si otras veces me remuerde la conciencia ir muy lento, hoy iba tan feliz, a ritmos sobre los seis minutos paladeando mi segundo puesto y también, todo hay que decirlo, relajando las piernas, que aunque tampoco corrí a ritmo de récord del mundo, las tenía cansadas.

Así al trantrán completé los 9,6 km en un tiempo de 55:31 @ 5:45 min/km. Y todo con una sonrisa de oreja a oreja.

I Cross solidario en marcha por el cáncer de mama

Se ha celebrado en el parque de Pradolongo, al lado de mi casa y donde entreno habitualmente, un cross de nombre tremendamente largo: I Cross popular solidario de Usera en marcha por el cáncer de mama. Y ahora que lo escribo me doy cuenta que el nombre no parece muy apropiado ya que por, en una de sus acepciones, viene a significar «A favor o en defensa de alguien o de algo». Y en este caso imagino que no se hace el cross para estar a favor del cáncer ni a defenderlo.

Dado que se celebraba al lado de casa, que era gratuito y por una buena causa y aunque sabía que los organizadores no son nada del otro mundo, me animé a apuntarme por pasar la mañana y tratar de hacer más visible el tema. Es cierto que iba si ninguna pretensión ya que estaba bastante cansado debido a que el viernes había estado cavando participando en una de las actividades de voluntariado y el sábado hice 16 km a buen ritmo.

La prueba de los mayores comenzaba a las 11:30, pero una hora antes bajé a por los dorsales y a por la camiseta conmemorativa que era de color rosa, color relacionado con el cáncer de mamá, como se puede apreciar en los lacitos que han llevado algunas personas este fin de semana por este motivo.

Recogí los dorsales y me sorprendió porque había más gente de la que había pensado ya que me pareció que el evente no había sido muy publicitado. De hecho, en internet era imposible encontrar información. Sólo había visto el anuncio en Twitter, pero nada de recorridos ni cosas semejantes. Me habían contado que el circuito era de algo más de un kilómetro y había que dar ¡¡¡cinco vueltas!!! para totalizar seis kilómetros.

Recogí mi dorsal y el de una amiga, estuve charlando con un compañero de entrenamiento y me fui a casa a prender el dorsal y ponerme la camiseta rosa. Llegué con mi amiga, dimos una vuelta al circuito y nos pareció que no tenía un kilómetro ni de broma, así que si teníamos que dar cinco vueltas no íbamos a hacer ni cinco.

Somos un grupo de aproximadamente veinte pradolongueros; sin embargo sólo nos dimos cita ocho de esos veinte. Resulta curioso que pudiendo correr al ladito de tu casa una carrera gratuita algunos elijan no ir y otros prefieran ir a carreras pagando y es que los corredores somos muuuuuuy tontos (yo también me incluyo).


Pradolongueros posando antes de la carrera

Antes de tomar la salida pregunté a un tipo de la organización si había categorías en la carrera de mayores y me dijo que no, que era categoría única para todos aquellos nacidos antes del 2000. Me había hecho ilusiones de poder subir al cajón en mi categoría, porque veía muchos jóvenes pero no tantos mayores, pero mis esperanzas se esfumaron cuando me dijo lo de la categoría única.

Junto a la carrera se celebraba también una marcha y es por eso que en el arco de salida nos juntamos un buen número de personas, aunque no todos con intenciones de correr. Dieron la salida con un par de minutos de retraso y como salí de los primeros, cuando me quise dar cuenta iba el séptimo de la carrera. Un compañero que iba conmigo me animó diciéndome: «este es tu parque, ves a por el pódium».

Y eso hizo que me subiera la adrenalina y que aumentara un poco el ritmo. Primero fueron cayendo algunos jovenzuelos que salieron con mucha alegría. Luego una chica que salió también fuerte. En la segunda vuelta ya iba tercero, pero no tenía muy claro que pudiera con el segundo, pero en mi cabeza martilleaban las palabras que me había dicho mi compañero: «este es tu parque». Y claro que lo es, estaba jugando en casa y eso me dio un plus.

A mitad de la segunda vuelta, después de haber esquivado a unos cuantos grupos de gente que iban andando pude adelantar al segundo clasificado. Al hacerlo apreté todo lo que pude para que no se pusiera a mi rebufo. Ya iba con las piernas muy cansadas, pero pensé que él también las llevaría, así que apreté y apreté todo lo que pude.

Acabé la tercera vuelta y el objetivo era tratar de esquivar a la gente que iba andando y buscar la ruta más corta y con menos barro, lo que implicaba ir avisando a los de delante para que se fueran apartando y con un rápido eslalon buscar la posición más óptima. De vez en cuando, en las esquinas, iba echando un vistazo hacia atrás por si se acercaba el tercero, pero no veía nada. O lo tenía muy cerca o se había quedado muy lejos.

Cuando acabé la cuarta vuelta ya quedaba algo menos de un kilómetro para terminar y me dije que eran menos de cinco minutos de sufrimiento y eso ¿qué es? No es nada. Traté de al menos mantener el ritmo y a falta de trescientos metros aceleré todo lo que pude por si acaso venía alguien con intenciones aviesas. Pasé por meta según mi reloj con un tiempo de 20:22 para una distancia según el GPS de 4,7 km bastante por debajo de la distancia oficial de seis kilómetros, quedando el segundo de la carrera por primera vez en mi vida. Lo curioso es que mi amiga también quedó segunda en la clasificación femenina, así que fue curioso que ambos subiéramos al cajón en la misma posición.


En el segundo escalón del cajón

Es totalmente inexacta ya que no son 6 km y he visto que falta gente, pero guardo la clasificación de la carrera. ¡Qué no se me pierda! No siempre aparece uno como segundo clasificado de una carrera.