Sabía que iba a pasar

Y pasó. Hoy ha estado todo el día lloviendo. Sabía que si salía sin protegerme los pezones me iba a rozar y he salido sin ninguna protección. ¿Qué ha pasado? Que ahora me escuecen a rabiar. Y todo por no hacerme caso a mí mismo. Cuando dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra pienso que no tienen razón, que tropieza unas cuantas veces más. Espero que sea la última, por mi bien.

A eso de las seis y media estaba cayendo el diluvio universal. De hecho me planteaba si salir. Sin embargo, las nubes se han comportado y sobre las siete ya casi ni llovía. Así que impermeable y al punto de encuentro donde pensaba me iba a encontrar a uno o ninguno. Craso error, al final hemos sido tres los que nos hemos juntado para entrenar.

Como el parque estaba impracticable, hemos decidido salir por el carril bici que, al menos, tendría menos barro; aunque sí algún charco que otro como han podido comprobar nuestros pies, que han llegado ligeramente empapados.

Carril bici hasta Aluche y vuelta de nuevo a Pradolongo. Terreno ascendente en la ida (25:30) y lo contrario en la bajada (23:00). En total 58:30 para recorrer 10,6 km según openrunner.com que hubiesen sido una maravilla corriendo bajo la lluvia, pero que se han convertido en una tortura en los últimos kilómetros por las rozaduras en los pezones. Y es que no hay que olvidarse de las tiritas que ya había probado a utilizarlas y dan buen resultado.


Carril bici Pradolongo-Aluche

Gracias a los forofos del running he encontrado una foto de la carrera de Aranjuez donde aparezco dando el todo por el todo en el último kilómetro de la carrera, calculo que a unos 200 metros de la llegada. Gracias forofos.


A muerte hasta meta

La primera vez

Hoy ha sido la primera vez que he visitado a un fisioterapeuta sin que estuviese lesionado y es que no el mala idea ir al menos una vez al mes al fisio para que compruebe si las piernas están bien o muy cargadas o si pasa algo raro. Si consigo recordarlo, iré todos los meses a que me den un repaso.

Esta noche he ido a ver a Josefa y me ha estado estirando a base de bien las piernas. Espero que los estiramientos me hagan bien, aunque estoy convencido de que sí. Como siempre me ha aconsejado que estire antes de correr y, sobre todo, después de la carrera. Lo que pasa es que aconseja estirar mucho más tiempo de lo que yo hago, ya que cuando llevo un cuarto de hora no sé ya que músculo estirar y ella me habla de estirar al menos media hora. Bueno, tampoco se puede hacer todo lo que te dicen, ¿no?

XXVI Carrera popular villa de Aranjuez

Todavía no me lo puedo creer. Después de tantos años en el mundillo de las carrera populares, es la primera vez que consigo bajar de cuarenta minutos en un diez mil. Es decir, correr por debajo de cuatro minutos el kiómetro. Y ha sido en Aranjuez donde lo he conseguido, no obstante es una de las carreras más llanas de cuantas se celebran. Ya puedo decir que uno de mis sueños atléticos ha sido realizado. Ya sólo me falta bajar de 1h30 en media maraton. Veremos si soy capaz.

Lo cierto es que el día amaneció bastante frío. Cuando salíamos de Madrid el termómetro marcaba -4,5º, pero por fortuna no había viento, lucía el sol y el frío era más llevadero. Según nos acercábamos a la villa y corte, subió un poco la temperatura, pero no mucho…

Llegamos casi dos horas antes a Aranjuez y nos libramos de los atascos y problemas de aparcamiento que suele haber. Estuvimos apuntando a los niños a sus pruebas y viendo cómo corrían. Siempre una delicia ver a los más pequeños dejándose la piel desde el primer metro. Pensé que esa debía ser mi estrategia, salir fuerte desde el comienzo. Sin embargo, este año la salida era por cajones. Según el tiempo que hubieses escrito a la hora de realizar la inscripción, así salías. Yo había puesto 41 minutos que fue el tiempo que hice el año pasado y me correspondía el tercer cajón. Eso podría costarme muchos segundos perdidos en la salida. Lo malo es que estaba oyendo a la gente y muchos decían que habían puesto que su marca era de 36 minutos cuando no iban a bajar de 50 y eso iba a suponer un obstáculo añadido.

Tuve una suerte tremenda ya que un amigo del equipo Danone me dejó el dorsal de una compañera suya que no podía venir a la carrera. No me importó llevar el nombre de María Angustias en el pecho con tal de poder salir lo más delante posible, aunque eso supusiera alguna chanza que otra.


Antes de la carrera con mis compas de MaraTI+D

Después de saludar a un montón de conocidos tanto de MaraTI+D como de compañeros pradolongueros, me coloqué en el primer cajón con la adrenalina a tope. Dieron la salida y en menos de tres segundos crucé la línea de salida lanzado a toda pastilla. El primer kilómetro, dejándome llevar por los más rápidos, lo pasé en 3:45. Demasiado deprisa, pensé, pero no me veía nada mal. En el segundo kilómetro hay una pequeña cuestecilla, camino de un polígono industrial, ahí el tiempo se me fue a 4:05, pero lo di por bueno ya que era en subida. El tercer kilómetro también fue demasiado rápido, ya que hice 3:49. Sin embargo, a partir de ese momento me calmé un poco y pasada la ansiedad inicial, empecé a ir a un ritmo algo más tranquilo.

Resulta curioso que yendo bastante rápido, para mí, la gente me adelantaba como si tal cosa. Y es que da igual el ritmo que lleves, siempre habrá gente que te adelante. Hagas lo que hagas.

En el kilómetro cinco, ya dentro de los jardines del Príncipe miré mi cronómetro y marcaba 19:35. Ya me veía bajando de los cuarenta minutos si no pinchaba brutalmente… Y fue desde ese momento cuando dejó de adelantarme gente y empecé a adelantar yo. Eso mostraba que mi ritmo era bueno y que algunos habían salido con más alegría incluso que yo.

Delante de mí iban dos corredores del equipo Danone, compañeros de mi amigo que me había cambiado el dorsal y me sirvieron de liebre para no disminuir el ritmo. Antes de salir de los jardines alcancé a uno y poco después de salir, al otro, que se puso a mi espalda y no me dejó hasta meta.

Desde la salida de los jardines hasta que se dobla para coger las cuestecilla del kilómetro nueve, hay una carretera recta y larga que se me hizo interminable, por más que buscaba el giro, no llegaba el momento del giro. Esos kilómetros los pasaba un segundo o dos por debajo de cuatro. La cosa iba bien.

Sobre el km 8,5 se gira bruscamente a la derecha y comienza la segunda cuestecilla de la jornada, que no es gran cosa si llegas con algo de fuelle. Yo debía llevarlos porque subí bien y sabía que coronando el repechito llegaba el km 9 y desde allí es favorable hasta meta. Pasé esa última dificultad y aceleré (o eso pensaba yo) hacia la meta, donde llegué todo feliz con un tiempo oficial de 39:33 y neto de 39:30 que se convierte en mi MMP. Pero no sólo eso, sino que es la primera vez que bajo de 40 minutos y la primera vez que consigo pasar de los 500 puntos de Purdy. Esa puntuación de 514,9 puntos indican que ha sido mi mejor prueba en cualquier distancia desde que corrí mi primera popular, la media Universitaria del 87, hace ya más de 22 años.


Después de la carrera con mis compas pradolongueros

Tiempos por kilómetro:

Kilómetro Ritmo por km
1 3:45
2 4:05
3 3:49
4 3:56
5 3:55
Primera mitad 19:32
6 3:59
7 3:57
8 3:59
9 4:04
10 3:56
Segunda mitad 19:58
Tiempo total 39:30

Jornada de reflexión

Resulta curioso que a estas alturas de la vida tenga posibilidad de acercarme a esa barrera mítica (para el corredor popular) de los cuarenta minutos. Y es que después de Akiles veo factible hacerlo. Luego en carrera, ya veremos.

Pero antes que nada, decir que la báscula ha marcado 70,2 kg por lo que ya son más de seis kilos con les que he perdido desde mediados de octubre. Parece una bobada, pero cuando corro me noto muy ligero y eso se nota cuando quieres ir más deprisa.

Aranjuez siempre me ha gustado, he de reconocerlo, y es que desde que empecé en el mundillo de las populares, sólo me he perdido las ediciones de 1998 y 2000. Además siempre ha sido una carrera especial porque debido a sus fechas habitualmente hemos aprovechado esta carrera para quedarnos a comer y celebrar, de alguna manera, las navidades.

Mañana sería, por tanto, la duodécima vez que participo en esta carrera y estos son los tiempos que he realizado en anteriores ediciones.

1996 53:36
1997 49:23
1999 42:17
2001 46:14
2002 55:46
2003 52:31
2004 44:27
2005 42:38
2006 51:24
2007 44:53
2008 41:47

Celebración navideña

Como todos los años, nos hemos reunido un buen grupo de compañeros corredores para celebrar la Navidad en un bar del barrio. Ya queda lejos aquellos años que tomábamos lo que llevaba cada uno a la intemperie. Ahora estamos calentitos en el bar y como casi siempre, dimos buena cuenta de todas las viandas que pasaron por la mesa, aunque algo quedó…

Creo que este año nos hemos juntado un buen grupo, más gente que nunca, como atestigua la foto.

Además hemos convencido a Emilio II para que se apunte a Vicálvaro, por lo que somos unos cuantos los que vamos: los dos emilios, Quique, Miguel, Ninfa y un servidor. Una buena representación, aunque no tan numerosa como Aranjuez.

Rompiendo la rutina

Habitualmente, martes y jueves solemos dar dos vueltas a Pradolongo. Lo normal es que sea una primera vuelta tranquila y la segunda más fuerte. Sin embargo hoy, hemos decidido hacer un entrenamiento diferente, haciendo cambios de ritmo en esa segunda vuelta. Eran tres cambios de ritmo yendo tres minutos fuerte y dos y medio suaves, aunque como nos ha sabido a poco, la última cuesta la hemos hecho también fuerte. Tampoco he querido emplearme demasiado a fondo para no castigar las piernas de cara a la carrera de Aranjuez.

Además en la primera vuelta hemos roto nuestro habitual circuito para ir a reservar al bar donde mañana celebraremos la Navidad los pradolongueros.

El domingo pensaba que Akiles era la segunda carrera que más veces había corrido, sin embargo, acabo de darme cuenta de que es Aranjuez la segunda, ya que he participado once veces desde aquel lejano diciembre de 1996.

1ª vuelta (5 km): 32:12
2ª vuelta (5 km): 24:55

Total (10 km): 57:08

Para Santa Lucía mengua la noche y crece el día

Eso dice el refrán popular. Y es que el día de Santa Lucía, el 13 de diciembre, se supone que marca un cambio de tendencia. Los días se han ido acortando hasta esta fecha y a partir del 13, empiezan a aumentar las horas de luz. Y se agradece.

Para celebrar el cambio de tendencia y aprovechando que tenía las piernas cansadas del domingo, nada mejor que un entrenamiento a ritmo relajado. Dos vueltas a Pradolongo charlando con unos y con otros. Por cierto, hoy hacía bastante fresquete. Cuando he llegado a casa, cero grados (podía hacer el chiste que ni frío ni calor, pero está ya muy visto).

1ª vuelta (5 km): 28:34
2ª vuelta (5 km): 28:30

Total (10 km): 57:05

Y, sorpresa, hoy lucía el parque de Pradolongo con -casi- todo su esplendor. Parece que por fin han arreglado parte del problema de iluminación. ¿Habrá servido de algo las quejas/reclamaciones?

XXIX Trofeo Akiles

En una mañana fresquita, pero no tanto como decían las previsiones, un trío de pradolongueros nos hemos dado cita para correr la que es, sin lugar a dudas, la carrera más bonita de cuantas se celebran en Madrid. Se trata del Trofeo Akiles, una carrera ya veterana organizada por el Club Akiles de Atletismo. Y para mí, un año más puedo decir que la organización ha rayado casi en la perfección. Tan «casi» que no se me ocurre ninguna pega que poner… ¿quizás un poco escasa la bolsa del corredor? Pero eso son menudencias.

A eso de las ocho y media llegábamos al aparcamiento habilitado por la organización para este evento, cuando todavía no había prácticamente coches. Carlos, un buen amigo de Emilio II, nos acercó generosamente en su coche ¡¡¡muchas gracias Carlos!!! Y en su coche compartimos asiento con su perro, que también iba a meterse entre pecho y espalda los 10 km, aunque Carlos ya nos advertía que eso era pan comido para su can.

Con tanto tiempo por delante, pudimos recoger chip y dorsal sin ningún problema. Estando en esos menesteres, me encontré con Rafael, hermando de Juan Ignacio y estuvimos un buen rato charlando. Viendo el frío que hacía entramos en uno de los quioscos que hay junto al lago y estuvimos tomando café para no quedarnos fríos. La verdad es que me sentó de vicio ese cafetito con leche calentito.

Sobre las nueve y cuarto fuimos al guardarropa a dejar la bolsa con la ropa y nos pusimos a calentar, no sin antes hacer una parada a saludar a los compañeros de MaraTI+D. Allí ya cada uno se fue por su lado, pero Quique me acompañó y después de saludar seguimos calentando, haciendo unos progresivos para poder salir ya con las pulsaciones altas y los músculos calientes. Al poco coincidimos con Ninfa y Emilio que venían de hacer una cabaña. Ambos con los cuadriceps algo agujeteados después del cross de Patones que corrieron el día anterior; sin embargo a Emilio II y Carlos no parecía importarles haber corrido ayer y allí estaban dispuestos a tomar la salida.

Me coloqué junto a Emilio y Quique cerca de la línea de salida y cuando sonó el pistoletazo salimos a toda pastilla, como si nos fuese la vida en ello. Quique se marchó en el primer metro y Emilio se descolgó al paso del primer kilómetro. En ese momento me pasó Ambrosio como un ciclón. Este hombre es incombustible.

En esos primeros kilómetros no me encontraba demasiado bien, ya que todavía tenía el desayuno en la boca ¡¡¡y eso que había desayunado dos horas y media antes!!! Aunque iba a buen ritmo, tenía la sensación de que lo iba a pasar mal, pero seguía apretando.

Después de pasar el tramo más complicado y empezar a bajar del cerro de Garabitas, pasamos por el kilómetro cinco. En ese momento miré el reloj y me pareció que marcaba 21:47, por lo que me parecía complicado llegar a los 42:00. Eso me azuzó y apreté un poco más en la bajada, aunque controlando un poco para no desbocarme en ese terreno tan favorable.

Después de bajar Garabitas vi a Esteban animando al personal y me indicó que Quique estaba cerca. Sabía que muy cierto no podía ser, pero me motivó aún más. Seguía buscando en la lejanía la espalda de Quique, pero al que vi fue a Ambrosio, que se convirtió en mi objetivo. Veía que poco a poco le iba comiendo el terreno. Y sobre el kilómetro 8,5 le pude pasar. En esos momentos iba eufórico porque algunos kilómetros (los más favorables) los había pasado a menos de cuatro minutos.

Pasando el nueve, el terreno es ligeramente descendente y ahí eché toda la carne en el asador. Por megafonía iba oyendo que el tiempo era inferior a cuarenta minutos y eso me iba motivando cada vez más. De hecho, me parecía imposible que así fuese porque eso indicaba que no sólo podía bajar de 42 minutos, sino ¡¡¡que podía hacer mi mejor marca personal!!! Y así fue, entré en meta más feliz que unas castañuelas con un tiempo bruto de 40:53 y neto de 40:48, bajando mi mejor tiempo, que databa de 1999, en 51 segundos. Brutal, el subidón que me dio cuando entré en meta fue brutal. Ni en mis mejores sueños se me hubiera ocurrido que en Akiles fuera a hacer mi MMP. Y no sólo eso, sino que en Aranjuez pienso rebajar ese tiempo, optimista que es uno…

Lo mejor es que salimos todos contentos. Quique porque había conseguido bajar de 40 cuando había pasado una noche fatal debido a las toses. Emilio porque había hecho 43 después de correr en Patones y yo porque uno no consigue MMP todos los días. Un día redondo.

Por cierto, la clasificación se puede ver aquí.

Esta vez sí conservé en la memoria del cronómetro los tiempos por kilómetro, no como en Rivas que lo borré sin querer. Estos son los tiempos:

14:10
24:12
34:31
44:19
53:56
Primera mitad21:10
63:48
73:56
84:05
94:04
103:42
Segunda mitad19:38
Tiempo total40:48

Soltando las piernas

Mañana es el trofeo Akiles, hoy salgo a correr con la idea de soltar un poco las piernas de cara a mañana. He salido con Fran que cada vez está más perro, al paso que va sólo va a correr cuando vaya a una carrera. La idea es hacerlo lo más tranquilo posible, por lo que su compañía es perfecta.

Hemos dado dos vueltas a Parque Sur, totalizando 6 km y yendo a un ritmo cercado a los 6 min/km, ideal para no machacarse las piernas. No sé si lo que estoy haciendo es apropiada para mañana o es mejor no hacer nada o es mejor hacer otra cosa. De momento probaré esto a ver que tal me va.

Es Akiles la carrera que más veces he corrido después de Mapoma, en total diez participaciones, que serán once si consigo terminar la carrera. Espero que sí. Y además confío en hacer mi mejor marca en esta carrera que ahora mismo es de 42:48 de hace tres años, ya que pienso que puedo hacer cerca de 42 pelaos.

Estos son los tiempos que he realizado en todas las ediciones del Trofeo Akiles en las que he participado:

1996 56:55
1997 52:59
2001 45:24
2002 44:22
2003 53:30
2004 45:49
2005 43:02
2006 42:48
2007 46:15
2008 43:47

Hoy tocaba, como todos los sábados, control de peso. Estoy bastante contento con el resultado porque la báscula marcaba 70,8 kg. Yo pensaba que me iba a resultar imposible llegar a 69, pero ahora lo veo factible, aunque la Navidad se va a encargar de romper la progresión. En total desde que empecé con el plan de adelgazamiento, he bajado 5,5 kg.

Un poco nervioso

Ayer tuve un mal día en el trabajo, luego por un malentendido llegué media hora tarde al entrenamiento, por lo que cuando empecé a correr estaba algo nervioso. Normalmente hacer deporte suele calmarme bastante, sin embargo, ayer no fue así y cuando terminé seguía nervioso. Pero bueno, ya me calmaré.

Como llegué media hora tarde, me encontré con mis compañeros cuando me quedaba poco para llegar al primer kilómetro. Ahí me uní a ellos y completé esa primera vuelta en compañía. Luego hice la segunda solo. En un principio tenía pensado hacer esa segunda vuelta sobre 4:30 para ver las sensaciones de cara a la carrera del domingo, pero en vista de lo mal iluminado que está el parque decidí rodar tranquilamente y procurando fijarme bien donde pisaba.

Con eso de los nervios olvidé comentar a los compañeros que habíamos quedado el sábado a las 18:00 en el Decathlon. Se lo recordaré vía sms.

1ª vuelta (4 km): 21:28
2ª vuelta (5 km): 24:53

Total (9 km): 46:21