¡Qué mal lo he pasado!

Hacía años que no faltaba al trabajo por enfermedad, pero he estado dos días sin poder ir con fiebre, dolor de cabeza y debilidad en general. Un virus según parece. Por supuesto, tampoco he ido a correr estos días, por lo que ¡he estado más de una semana sin correr!

Rogaba hace unos días porque llegase la primavera, pero este cambio de estación me ha sentado fatal, aunque espero que después de ésta, esté otro montón de años sin caer enfermo. Todo el mundo sabe que correr protege la salud.

Hoy he salido sin ninguna pretensión, sólo con la idea de correr por correr, así que me he dejado el cronómetro en casa y a seguir los dictados de las piernas. Y no me he encontrado nada mal. En un día caluroso he completado 12 km a un ritmo tranquilo. Después de nueve días sin ponerme las zapatillas, esta docena de kilómetros me ha sabido a gloria bendita.

Ayer me subí a la báscula y marcaba 68,9 kg. Parece que la enfermedad me ha mantenido en el peso.