Como si estuviera enfadado

Cualquiera que hubiese presenciado el entrenamiento de esta tarde podría haber pensado que estaba enfadado con mis compañeros, pero nada más lejano de la realidad. Por algún extraño motivo que ni yo mismo soy capaz de entender hoy me apetecía ir a buen ritmo, así que me he puesto a tirar del grupo desde el primer metro.

Y tanto que he tirado, que cuando me he dado cuenta estaba más solo que la una y el resto de la gente iba por detrás a su bola. Luego ese grupo trasero también se ha roto y tres me han alcanzado y los otros cuatro han seguido tranquilos.

Ese terceto venía a buen ritmo y juntos hemos aguantado una vuelta, luego Quique ha acelerado y el grupo se ha desintegrado. Quique y Miguel por delante, Emilio por detrás y un servidor entre unos y otro. Pero yo, a mi ritmo, tratando de marchar sobre 4:45. Me encontraba muy bien a ese ritmo y así he seguido hasta el último kilómetro que he apretado un poco más, pero sólo un poco.

En total han sido 10 km en 48:59 @ 4:54 min/km. Un entrenamiento algo solitario, pero a muy buen ritmo y, por supuesto, a una alta frecuencia de zancada.

Frecuencia de zancada y dolor de rodilla

Copio textual el título de un artículo que he leído en correrdescalzos.es. Según el artículo aumentar la frecuencia de zancada se reducen las fuerzas de carga sobre las rodillas y, en consecuencia, podría servir como estrategia de rehabilitación para corredores con dolor patelofemoral.

La molestia que tengo en la rodilla (creo) no es un dolor patelofemoral, pero todo lo que sea menos carga en las rodillas es genial para mí. Así es como empecé a tratar de elevar la frecuencia de zancada y yo creo que me viene bien. Estudios aparte, basándome sólo en la experiencia, creo que es mucho mejor aumentar la frecuencia que la amplitud de la zancada. Yo trato de ponerlo en práctica siempre que puedo, aunque a veces, sobre todo cuando voy acompañado, me resulta difícil.

Hoy hacía un frío del carajo, sobre todo por culpa del aire que hacía. Cuando soplaba de cara era realmente demoledor. En estos días tan desagradables no apetece nada correr, menos mal que el saber que otros compañeros están en el punto de encuentro ayuda a quitarte las malas ideas de quedarte en casita. La temperatura era sólo de 7º C, pero con una sensación térmica de 4º C. Muy desapacible, la verdad.

En estos casos estamos todos deseando acabar cuanto antes el entrenamiento. Tanto es así que he pasado de hacer el añadido extra para completar la decena de kilómetros, por lo que me he quedado en 9,6 km en un tiempo de 50:03 @ 5:10 min/km. Los siete primeros kilómetros muy relajados y luego apretando un poco en los últimos 2,6 km. Lo mejor, acabar y volver a casa.

Poda brutal

El pasado domingo con aquello de la lluvia no me fijé demasiado, pero hoy me he dado cuenta de que en el Parque Lineal han hecho una poda brutal. Yo no entiendo mucho de árboles, pero han dejado algunos que no se van a recuperar jamás. Me ha parecido realmente triste, incluso he llegado a pensar que la poda ha sido realizada por algún maleante con la idea de coger leña. La verdad es que me he quedado un poco perplejo.

No es habitual salir un sábado para hacer la tirada larga, pero suelo acompañar en estas tiradas a una amiga y ella no podía el domingo, así que hemos adelantado un día el entreno largo y lento. Trato de que lleve un ritmo sobre 5:30 (que ya es rápido para este tipo de entrenamiento), pero cabezona que es ella no quiere ir tan despacio, dice que se le hace demasiado largo. Lo curioso es que de eso se trata, de hacer un entrenamiento suficientemente largo en el tiempo que el cuerpo se vaya acostumbrando a quemar grasas para utilizarlas como combustible. Si no estás suficiente tiempo entrenando, el cuerpo no puede tirar de las grasas. Y esto hay que entrenarlo también.

Hemos hecho un entrenamiento que Hal Higdon llama carrera 3/1 que consiste en dividir el kilometraje en cuatro partes y hacer las tres primeras a ritmo lento y la última a ritmo de maratón más o menos. Como hoy tocaba hacer 14 km, diviendo en cuatro partes, sale la cuarta parte en 3,5 km. Para cronometrarlo de manera más sencilla, hemos tomado esa última parte de 4 km en vez de 3,5. De esta forma, hemos recorrido la primera decena de kilómetros a un ritmo cercano a 5:25 y los últimos cuatro en 5:13, 5:12, 5:04 y 4:58. Curiosamente, en esos cuatro últimos kilómetros se sube todo lo que hay que subir en este circuito, que no es poco. Así que esos números tienen mucho mérito, aunque tampoco consiste el entrenamiento en acabar tan rápido, pero esta chica es incontenible.

Lo dicho, hoy han sido 14 km en un tiempo de 1:14:34 @ 5:20 min/km.

Antes de salir, pesada semanal. Hoy marcaba la báscula 69,5 kg, 200 g más que la semana pasada. Se nota que ya está llegando la Navidad y sus ricos dulces. En eso yo también soy incontenible.

Así me gusta más

La experiencia del martes no me gustó demasiado, ayer me dolía la rodilla bastante. No vuelvo a probar ritmos tan rápidos. Con esa idea en la cabeza salí hoy, mejor acelerar un poco la primera vuelta y en la segunda un pelín más, pero sin abusar.

Salimos despacio y el primer kilómetro lo hicimos muy despacio, a 5:47. Decidí acelerar un poco buscando una frecuencia de zancada alta y ya el segundo kilómetro lo hice en 5:22 y el tercero, un poco por encima de los cinco, a 5:02. Traté de estabilizar el ritmo sobre 4:50, que es como mejor voy y más o menos lo conseguí, aunque un poco por arriba.

Mucha mejor media que el pasado martes y muchas mejores sensaciones, sobre todo la rodilla, que iba bastante bien. No así el talón del pie derecho que no llego a mejorar, aunque ya he comprobado que esa molestia es independiente del ritmo al que vaya.

En total fueron 10 km en 50:28 @ 5:03 min/km y muy contento con el resultado. Me fui a casa con los deberes bien hechos.

Tensando la cuerda

Siempre se ha dicho que los niños están continuamente tirando de la cuerda para ver hasta donde aguanta la paciencia de sus padres. A los corredores nos pasa lo mismo, vamos tirando de la cuerda para ver hasta donde podemos llegar sin rompernos, sin lesionarnos.

Hoy hemos empezado como habitualmente, tranquilos, muy tranquilos. En la primera vuelta el kilómetro más rápido ha sido ¡¡¡a 5:40!!! En la segunda hemos empezado acelerando un poco, pero sin pasarnos, pero a falta de tres kilómetros, a saco Paco. Séptimo kilómetro en 4:26 y el octavo, tensando la cuerda a 4:02. Los seiscientos metros restantes, también a buen ritmo, a 4:09. Me he pasado tres pueblos en este final de entrenamiento y ahora la rodilla la noto tocada. Si ya no estoy para estos trotes, ¿dónde voy acelerando tanto?

Esto de ir una primera vuelta tan despacio y luego acelerar tanto no me conviene en absoluto, prefiero ir algo más rápido en la primera y luego acelerar un pelín más en la segunda, pero sin llegar a ir excesivamente deprisa. Tendré que planteármelo así de ahora en adelante. Mi rodilla me lo agradecerá.

En total han sido 9,6 km en 50:48 @ 5:16 min/km. He tensado la cuerda, pero afortunadamente, parece que no se ha roto, aunque haya quedado debilitada.

Ni un alma

Hoy ha llovido bastante, desde por la mañana hasta por la noche. Pero lo malo no es la lluvia, sino que también hacía frío y la acción combinada de estos dos elementos es realmente desagradable.

Me levanté más o menos pronto y observé que llovía considerablemente, así que pensé que podía desayunar y esperar un par de horas para salir, con la idea de que escampase un poco. No fue así, dos horas después seguía lloviendo tanto o más que antes.

Normalmente cuando llueve no suele hacer mala temperatura así que trato de llevar poca ropa para que se seque pronto, pero hoy al hacer frío se me presentaba un dilema interesante: poca ropa para que se seque pronto, pero con la posibilidad de pasar frío o mucha ropa para no pasar frío, pero ir con la ropa mojada largo trecho. Al final he optado por protegerme contra el frío saliendo con doble camiseta, mallas largas y una gorra. La gorra es imprescindible cuando llueve, evita que se meta el sudor en los ojos.

Se veía venir que íbamos a ver poca gente entrenando. Cuando la climatología es adversa, el personal se queda en casita tan ricamente. Sobre todos las bicicletas, ¡sólo hemos visto una! cuando en un domingo normal te cruzas con cincuenta casi sin querer.

De todos modos, ha sido un entrenamiento agradable, aunque haya sido todo el rato bajo la lluvia. Incluso hubo un momento, cuando llevábamos cinco kilómetros que parecía que arreciaba la lluvia, menos mal que sólo ha sido un amago, en seguida ha vuelto a ser un agradable chirimiri.

Ha sido el primer entrenamiento sobrepasando la hora de carrera, ya que hemos hecho 12 km en un tiempo de 1:03:56 @ 5:20 min/km. Ritmo habitual de este tipo de entrenamientos, algo más deprisa de lo que deberíamos, pero resulta difícil contener a mi compañera de entrenamientos.

La báscula marcaba ayer 69,3 kg, sigo manteniéndome en el erótico número. La verdad es que tampoco me controlo demasiado como para bajar, pero mientras nos suba…

Sensaciones inmejorables

Hoy ha sido uno de esos días que más que correr parecía que levitaba sobre el suelo. Ya antes de llegar al punto de encuentro me veía bien, muy bien. Hemos hecho dos kilómetros al ritmo habitual, pero las piernas me pedían más así que me he puesto al ritmo de crucero que mejor me va, sobre 4:50 y a ese ritmo he hecho unos cuantos kilómetros, incluso he llegado a hacer el octavo kilómetro en 4:28, pero a esa velocidad ya no voy tan cómodo.

No sé si ha sido por las quejas telemáticas, pero hoy el parque estaba muy bien iluminado, quizás con alguna pequeña zona de sombra, pero en la mayor parte del parque se veía a la perfección, así que hemos vuelto al circuito habitual, con el añadido adicional para completar la decena de kilómetros. Confiemos en que el parque siga igual de iluminado todo el invierno.

De esta forma he completado 10 km en 48:47 @ 4:53 min/km, con inmejorables sensaciones durante todo el recorrido. He llegado tan pletórico a casa que he empezado a pensar en cual va a ser mi próxima maratón…

Encuentros en la tercera fase

Hoy tocaba día de recuperación. Los 10 km de la carrera del domingo me han dejado las piernas algo cansadas, con algunas agujetas en los cuádriceps, por lo que hoy tranquilo, tranquilo.

Iba concentrado en lo mío, mirando al frente más que a los lados cuando he oído una voz que me pedía les echase la pelota que había escapado del campo de fútbol. Yo, bien mandado que soy, he ido hacia la pelota y cuando he vuelto la cara hacia la cancha he quedado deslumbrado por los ¡¡¡treinta y seis focos!!! que iluminaban el césped artificial. Me sentía como en la película Encuentros en la tercera fase.

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Cartel de la película

Por lo demás, poco que decir, día muy tranquilo y fresquito, trotando más que corriendo. Tanto es así que he recorrido 9,5 km en 57:21 @ 6:01 min/km. Un verdadero regenerativo.

Durante el entrenamiento íbamos hablando de poner alguna queja al ayuntamiento para ver si iluminan el parque. Tanto Miguel como yo ya lo hemos hecho y Quique dice que también va a hacerlo él. Veremos si hace efecto. Hice copy+paste de las quejas de todos los años, por si alguno quiere también copiarlo.

El Parque de Pradolongo, situado en el distrito de Usera, tiene serios problemas de iluminación. Desde hace tiempo, la mayoría de las farolas no funcionan y la distribución de las farolas con luz es muy irregular. Eso provoca que haya extensas zonas del parque que permanecen en total oscuridad, ya que resulta difícil encontrar una farola con luz en cientos de metros a la redonda. El problema no sólo afecta a la gente que atraviesa el parque para ir al metro o al tren, o que utilizan el parque para pasear o realizar actividades deportivas. También la falta de luz provoca que el parque se haya convertido en un lugar peligroso que los vecinos tratan de evitar y que ha ocasionado y puede volver a ocasionar graves sucesos.

IV Pachanga de las aficiones

El año pasado participé en la III edición de la denominada Carrera de las aficiones. Lo hice con la idea de acompañar a una amiga que trataba de mejorar su marca en 10 km. Este año me he vuelto a apuntar, pero no sé muy bien el porqué, ya que se trata de una carrera muy desagradable por dos motivos: hay que recoger el dorsal un día antes y la salida no está en el mismo sitio que la llegada por lo que es casi obligatorio dejar la ropa en el guardarropa.

La carrera comenzaba a las nueve por lo que había que espabilar ya que hay que ir en metro hasta la salida ¡y suerte que no vivo demasiado lejos y puedo ir luego corriendo hasta casa!

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Camino a la salida, cómodamente en el metro

Habíamos quedado en la puerta cero los compañeros maratidianos para hacernos la foto de rigor, pero llegamos algo tarde, menos mal que nos esperaron unos minutos.

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Foto de grupo, predominando los colchoneros

Después de la foto, me dirigí a los camiones para dejar la mochila. Después de unos cuantos minutos, cuando me disponía a soltar la mochila, el chico que recogía los bártulos dijo que se habían acabado las pulseras por lo que no recogía ninguna más. Bueno, no problem, me dirijo a otro camión, espero la cola y cuando voy a dejar la mochila, lo mismo, se han acabado las pulseras. Empiezo a ver que las puertas de todos los camiones se cierran y un numeroso grupo de gente se queda con los chismes en la mano. Resulta inconcebible que una carrera donde el 99% dejará la mochila se acaben las pulseras, ¿qué cálculo hicieron estos tíos? Así que no me queda más remedio que correr con la bolsa en la chepa.

Comienza la carrera, salgo detrás de mi amiga y veo que se va alejando poco a poco. Lleva un ritmo que no soy capaz de seguir, aunque me esfuerzo para no perder su estela. A mitad de carrera, cerca de Colón, consigo alcanzarla y ya no la dejo en toda la prueba. Pasamos por el Congreso y se oyen improperios de todo tipo, se nota que la gente está contenta con sus representantes. No sé si es por el asco que produce o por la cuesta arriba, pero es ahí donde más esfuerzo se gasta. Se pasa por Sol, por la calle Mayor, por San Francisco el Grande y Puerta de Toledo. Allí comienza la última cuesta abajo que lleva hasta la antigua fábrica de Mahou. Desde allí, una bonita cuesta arriba hasta casi meta, donde llegué con un tiempo oficial de 46:53 por 46:54 de mi compañera de aventuras.

http://connect.garmin.com/activity/402224521

Ayer fue día de pesada. La báscula marcó exactamente lo mismo que el sábado anterior: 69,4 kg. No bajo, pero por lo menos no subo.

En 2004 corrí Canillejas por última vez. Cuando fui a dejar la mochila no me la cogieron, se había agotado el cupo, exactamente lo mismo que hoy. Entonces taché esa prueba de mi calendario. Nueve años después, tacho otra carrera del calendario.

NO VUELVO A CORRER ESTA PACHANGA.

Caminar después de cenar

De nuevo el señor McGregor me ayuda a completar otra entrada. En su charla nos habló que lo que él llama el paseo chino, que es como denomina el paseo de después de comer o cenar. Según parece lo único que tiene son ventajas. De este artículo he sacado algunas ventajas:

  1. Controla la glucemia. Un paseo después de cada comida reduce el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Según un estudio de la Universidad de Washington, tres paseítos cortos (15 minutos a buen ritmo) funcionan mejor que uno de 45 minutos. El más efectivo para mejorar los niveles de azúcar es el de después de cenar, cuando la producción de insulina se reduce. ¿Lo ideal? Salir media hora después del postre: es cuando la glucosa empieza a inundar la sangre. El ejercicio ayuda al páncreas a secretar insulina y a eliminarla del torrente sanguíneo.
  2. Mejora la digestión. La actividad física acelera el metabolismo, lo que se traduce en unas digestiones más rápidas y un mejor tránsito intestinal. Pasea sobre todo después de una cena copiosa, que puede provocar acidez e insomnio.
  3. Protege tu corazón. Según la Academia Americana del Corazón, el ejercicio mínimo necesario son 10.000 pasos diarios (media hora de caminata). Ayudan a reducir el colesterol, la presión arterial y el riesgo de enfermedades cardiovasculares, además de quemar unas 500 calorías.

El martes después de cenar salimos a dar un paseo de unos veinte minutos, aunque hubiese ido a correr pocas horas antes. El miércoles también salimos, pero hoy se nos ha hecho demasiado tarde, ¿seguiremos haciéndolo?

Antes de salir a caminar y, por lo tanto, antes de cenar he ido a correr. Me he dado cuenta durante el entrenamiento que donde me encuentro más cómodo es llevando un ritmo entre 4:45 y 4:50. A ese ritmo la frecuencia de zancada es óptima para la rodillas. Tendré que tratar de ir a esa velocidad.

En total han sido 10 km y me he encontrado bastante bien, sobre todo esos tres kilómetros que he ido aproximadamente a 4:50 min/km.