El otro día estuve en el Decarton y acabé llevándome unos guantes que costaban a un euro. Sorprendente precio. No pude contenerme y acabé con un par de guantes en el bolsillo. Hoy los he estrenado ya que a la hora de salir estábamos un grado o dos bajo cero. Ha hecho tanto frío por la noche que la tierra del parque estaba dura como una piedra, casi daba igual correr por el parque que por asfalto.
Después del día duro del jueves, hoy tocaba un día a ritmo tranquilo, casi de recuperación. Salí por Pradolongo para castigarme lo menos posible e hice un par de vueltas sin mirar el reloj, dejando que mis piernas marcaran el ritmo. Totalicé 11 km en un tiempo de 57:21 a un ritmo de 5:12.
Había olvidado comentar que el jueves estuvo con nosotros entrenando Gonzalo, que hacía un montón de tiempo que no venía. Nos comentó que se había cambiado de casa y ahora vivía más lejos por lo que le pilla peor llegar al parque. Gonzalo sigue siendo una magnífica persona.