Hoy me ha pasado algo que nunca me había ocurrido con el GPS y es que me ha marcado un kilómetro ¡¡¡en poco más de un minuto!!! Se le ha ido la pelota total. No debe ser muy normal, ya que de hecho nunca me había pasado, pero hoy ha ocurrido, vaya si ha ocurrido. Pues ahí queda para la historia, el kilómetro once del entrenamiento lo hice a una velocidad (ni siquiera se puede hablar de ritmos) de 54,4 km/h. Tiembla Usain Bolt.
Como tengo carrera el domingo no quería hacer un entrenamiento demasiado fatigante, pero tampoco quería dejar pasar la oportunidad de hacer algo de «calidad». Así que pensé en hacer unos miles, pero tampoco muchos. Hablando con el Sr. Daniels me comentó que los miles debería hacerlos a 3:50. Así que después de 5 km de calentamiento con Quique empecé a acelerar y clavé ese primer mil en 3:49. El siguiente kilómetro fue de recuperación y me volvió a coger Quique, que decía que había entrenado casi nada, pero está claro que quien tuvo, retuvo. El segundo kilómetro fuerte lo hice en 3:48, también lo clavé. Y el tercer kilómetro después del de recuperación volví a clavarlo: 3:49. Luego después ya empezó el forerunner a hacer de las suyas, menos mal que por lo menos pude hacer lo miles tranquilo.
Tampoco se trataba de machacarme con las series, sólo de hacer ver a mis patas que se puede correr por debajo de cuatro, que vayan aprendiendo cómo. Ya veremos si el domingo soy capaz de ir a un ritmo similar o pego el petardazo.