Piedralaves, segundo día

Hoy tocaba un día largo… y estaba en terreno desconocido; sin embargo, el día antes había salido con un lugareño a realizar una ruta andando y me había dado instrucciones de por donde ir si quería hacer bastantes kilómetros.

Había dejado de llover y aunque en algunos tramos (donde no era cuesta arriba o cuesta abajo) había grandes charcos, por el resto se podía ir más o menos bien. Como se trataba de hacer más kilómetros que el día anterior la solución más sencilla era tirar montaña arriba y ampliar el círculo por el que correr. Dicho y hecho, me levanté temprano, me calcé las zapatillas y me puse a subir y subir. Tanto, que pasado el kilómetro quince iba más quemado que la moto de un hippie. Menos mal que poco después llegué a una zona de menos pendiente y algo más allá a una fuente.

Perfil

A partir de ese punto, el terreno es favorable hasta los últimos dos o tres kilómetros que transcurren por la carretera que va de Piedralaves a Casavieja que son fundamentalmente llanos.

Aunque el terreno es duro, merece la pena por el paisaje por donde transcurre.

Bosque

Agua y nubes

Entre tanta subida y bajada, acabé totalizando 25 km en un tiempo de 2:24:16 @ 5:46 min/km y cuando escribo estas líneas me doy cuenta de que tengo unas agujetas de aquí te espero. Pero merece la pena, sin duda alguna.

Perros, vacas y aire puro

Este fin de semana hemos ido a Piedralaves a pasar unos días, en concreto estuvimos en el Centro de Turismo San Roque, un sitio que está magníficamente bien, por si le interesa a alguien.

Cuando le sacan a uno de sus lugares habituales de entrenamiento, en las semanas más críticas del entrenamiento para una maratón, empieza a sentir incertidumbre de qué hacer, de cómo actuar, por dónde correr. No queda más remedio que lanzarse a los caminos armado con un GPS y tratar de buscar un camino que te permita hacer kilómetros y kilómetros.

Hoy sábado tenía pensado hacer unos 15 km y estando en un terreno montañoso al ritmo que pudiese. Además de no conocer el terreno, había otra dificultad añadida, ya que ayer empezó a llover y cuando salí a entrenar todavía seguía lloviendo, aunque con menos intensidad que en la víspera. De todas formas, no tomé especiales precauciones, sólo una gorra que impedía que el sudor arrastrado por las gotas de lluvia entrara en los ojos.

Salí por un camino dirección al pueblo de Piedralaves, esquivando los charcos que iba encontrando a mi paso, hasta llegar a la carretera. Vuelta hacia el CTR y caminos por aquí y por allá, perseguido por perros, cruzándome con vacas, pero respirando aire puro, oliendo a campo y viendo regueros de agua a diestro y siniestro. Daba gusto correr por allí.

Camino por la sierra de Gredos
Este camino invitaba a correr

Arroyuelo
Había agua por doquier

Entre caminos sin salida, charcos a mansalva, zarzas que se enganchaban en la ropa y en la piel y demás «inconvenientes» que hay por la sierra, conseguí completar con una sonrisa de oreja a oreja 16 km en un tiempo de 1:29:39 @ 5:36 min/km.

Ayer me pesé antes de venir para acá. La medida no tiene la misma validez que las habituales del sábado por la mañana, ya que no es lo mismo pesarse el día después de haberse machacado corriendo que hacerlo después de un día de reposo, por eso no hay que hacer mucho caso a los 67,7 kg que marcó la báscula.