II Milla de Carabanchel

Por segundo año consecutivo me he acercado al madrileño barrio de Carabanchel para participar en la milla que allí celebra el club Triatlón Carabanchel. Después de haber estado entrenando para la media de la semana pasada, no es la prueba más propicia, pero si no tienes ninguna pretensión, todas son buenas. Si el año pasado vine acompañando a un joven conocido, esta vez vine con mi amiga habitual.

Debieron tener algo de lío con las inscripciones o los correos porque a mí me llegó un correo varios días antes dándome información sobre el día de la carrera y sin embargo a mi amiga ni pío. Tuve que escribir para preguntar y me contestaron rápidamente que sí estaba inscrita en tiempo y forma.

La milla se celebra en la calle de la Torta junto al pinar de San José y no queda muy lejos de casa, así que no tuvimos mucha prisa. A las nueve salí de casa y en un cuarto de hora estábamos retirando el dorsal, que fue entregado de manera diligente. Mi amigo aprovechó el servicio químico que habían instalado a la vuelta de la esquina.

Yo ya conocía el circuito del año pasado y se lo estuve enseñando a mi amiga aprovechando para calentar, ya que ella salía en la primera tanda. Me encontré por allí, igual que el año pasado, a mi antiguo compañero de MaraTI+D Alberto, con el que estuve charlando un rato. El circuito no es en absoluto llano. Mirando desde el arco de salida/llegada, existe una ligera bajada hacia un lado y una ligera bajada hacia el otro, así que toca subir y bajar dos veces por vuelta. Eso sí el desnivel es muy pequeño.

Ella estaba muy preocupada porque estando en la línea de salida estaban cuatro y las otras tres tenían pinta de correr mucho, así que decía que iba a llegar la última; sin embargo, según se iban acercando las diez de la mañana empezó a poblarse la línea de salida y ya se tranquilizó un poco. Dieron la salida y las chicas Máster se pusieron en marcha. Mi amiga salió un poco tranquila y luego fue apretando, llegando en una meritoria quinta plaza con un tiempo según su crono de 7:18 y oficial de 7:16. Está bien que te quiten unos segundos.

Cuando llegó a meta me quité la ropa de abrigo, porque la mañana era fresca, hice unos progresivos y me fui hacia la línea de meta. El speaker decía que iba a correr el campeón de Madrid de la milla y el subcampeón de España de 800 metros, pero luego viendo los tiempos no sé si realmente corrieron o no. Dieron la salida y salí a tope, aunque reconozco que en las cuestas abajo no soy capaz de desarrollar toda mi velocidad y en las cuestas arriba, tampoco, porque me cuesta. El que sí iba como un tiro era Alberto, que al poco de empezar me sacaba ya lo suyo.

Había puesto el reloj para que pitara a los 400 metros y había calculado que para ir a un ritmo de 4:00 min/km tenía que hacer los 400 metros en 1:35 y el primer tramo lo clavé. El segundo ya se fue a 1:36 y el tercero a 1:37. En el último cuatrocientos ya apreté lo que pude y lo hice en 1:35. Llegué a meta con un tiempo, según mi cronómetro, de 6:28.7 que coincide hasta las décimas con el tiempo oficial. Lo hice un par de segundos peor que el año pasado, pero este año hacía algo más de viento y creo que eso ha perjudicado a todo el mundo.

En pleno esfuerzo con el pinar de San José al fondo

Después de la milla estuvimos trotando un poco por el pinar, tratando de esquivar los charcos porque el día anterior había llovido lo suyo. Hicimos cinco kilometrillos por allí para bajar las pulsaciones y hacer algún kilómetro más de entrenamiento. El año que viene, si puedo, volveré a estar en la Milla de Carabanchel.

I Milla de Carabanchel

Hoy por segunda vez he participado en una milla. Bueno, quizás la primera, porque cuando participé anteriormente en una milla no medía 1609 metros porque si lo hubiese medido, los cuatro primeros habrían batido el récord del mundo. Esto sería a mediados de los ochenta en una milla organizada por el club deportivo de la facultad de Matemáticas de Madrid.

Esta vez la prueba no se realizaba en la Ciudad Universitaria acabando en la pista de ceniza, sino que acababa y comenzaba en el madrileño barrio de Carabanchel junto al pinar de San José.

No tenía ni idea de lo que podía hacer, pero pensé que si lo hacía en 6:15 hubiese sido una buen marca; sin embargo al ver el circuito ya me pareció que esa marca iba a resultar muy complicada ya que el circuito no era llano en absoluto, tampoco es que hubiese que subir el Tourmalet, pero llano no era ni un solo metro, todo ligera subida y ligera bajada con cuatro giros de 180º donde también se pierden segundos, desde luego nada que ver con una milla en pista que aunque hay giros no son tan pronunciados.

Estando en plena preparación para la maratón de Madrid me acerqué por allí más que nada por acompañar a un chaval al que conozco que quería medirse en esa distancia. Había quedado con él y me acercó con su coche hasta una calle próxima a la salida/meta. Aparcó el coche a unos quinientos metros de la salida y fuimos paseando hasta allí en una agradable mañana, fresca pero ni mucho menos fría, ideal para correr.

Había varias categorías, entre ellas Master masculino que era donde yo participaba, mientras que el compañero participaba en Senior masculino. Estuvimos calentando por el pinar y a las diez nos aproximamos a la calle de la Torta para ver la primera de las pruebas, la Master femenina. Había abundancia de participantes del club Triatlón Carabanchel, que organizaban la prueba. También había muchos de un club llamado BreatheSport que creo también es de este barrio.

Un cuarto de hora más tarde que las chicas salieron los de mi categoría, yo algo desanimado por las ligeras cuestas y los giros, aun así salí a toda pastilla, para mi nivel, en esos primeros metros de subida, que pronto fueron favorables, yendo unos segundos por debajo de cuatro en ese terreno. Después de un giro de 180º ese terreno favorable se convierte en ligera cuesta y esos segundillos que había ganado en la bajada se perdieron en la subida. Luego se baja un poquito, otro giro de 180º y se sube hacia la meta para completar la primera vuelta, 800 metros. Como en la primera vuelta, se baja hasta el siguiente giro de 180º y antes de ese tercer giro se cumplió el kilómetro que hice en 3:59. Seguí más o menos al mismo ritmo, ya no daba más de sí, apretando los dientes para llegar a meta en el menor tiempo posible que fue 6:26 según mi cronómetro, algunas décimas menos según la clasificación oficial.

En pleno esfuerzo terminando la milla

A las 10:45 comenzó el compañero que salió un poco retrasado. En la primera vuelta iba el séptimo o el octavo, pero luego fue remontando y acabó tercero. Hizo una gran carrera con un tiempo de 4:53, algo más de minuto y medio más rápido que yo. Mientras esperábamos a que subiera al cajón estuvimos viendo las pruebas de los más pequeños y la verdad es que es reconfortante ver que hay niños y niñas que practican atletismo y que serán los futuros campeones del mañana.

El compañero en el cajón

Estando por allí esperando al podium me crucé con un chico que me sonaba un montón su cara, pero que no le ubicaba, luego gracias a Strava vi que era Alberto, un antiguo compañero de MaraTI+D con el que corrí varias carreras, entre ellas la de su debut con el equipo en los 10 km pedestres de Usera de 1999 donde gracias a su ayuda hice en aquel entonces mi mejor marca en 10 kilómetros marcando 41:39 que me costó un montón de años superar. Después de recoger su trofeo me despedí de mi compañero que tuvo la gentileza de llevarse mi ropa de abrigo y yo me hice 10 millas más para completar un entrenamiento largo de cara a la maratón, ya a un mes vista.