Otra sesión de fisioterapia

Había quedado con Josefa para que me diese otra sesión esta última semana. Hoy era el día y antes de ir a visitarla pensé en trotar un poco para ver exactamente donde me dolía. Hice una vuelta al trote a Parque Sur, unos tres kilómetros, y me sorprendió que las molestias en el glúteo eran inexistentes, pero que ahora lo peor eran los dolores por detrás de la rodilla.

Me dijo Josefa que se trataba de problemas en los isquiotibiales, por lo que se enfocó en ellos en la sesión de fisioterapia. Veremos si entre hoy y la semana pasada puedo participar en la maratón.

Curiosamente, hoy soy más optimista que ayer, pero no basta sólo con ser optimista.

Treinta y cinco años ya

El pasado martes, hace dos días, nuestro querido parque de Pradolongo cumplió nada menos que 35 años desde que fue inagurado el 6 de febrero de 1983. Como reza el monolito que se puede ver a la entrada del parque, entrando por la calle Rafaela Ybarra esquina Ricardo Beltrán y Rozpide, justo al lado de nuestro punto de encuentro.


Foto obtenida del Twitter de Pradolongo Se Mueve @PradolongoSM

Según cuenta el diario del País en este artículo de su edición del 7 de febrero de hacer treinta y cinco años:

El distrito de Villaverde cuenta oficialmente desde ayer con 11.200 metros cuadrados más de zonas verdes, correspondientes a la primera fase del parque de Pradolongo, situado frente al polideportivo municipal de Orcasitas. La fase inaugurada por el alcalde Enrique Tierno, en un acto semielectoral, ha sido realizada en los últimos ocho meses, con un coste de 130 millones de pesetas, y será continuada en el momento en que la Gerencia Municipal de Urbanismo termine de expropiar los 74.800 metros cuadrados previstos, que harán del nuevo parque el cuarto en extensión de todo Madrid, por detrás de la Casa de Campo, el parque del Retiro y el parque del Oeste.

Desde primeras horas de la mañana los vecinos del barrio de Villaverde comenzaron a acercarse al nuevo parque con objeto de adornarlo, ver al grupo de animación Bululu, escuchar a la charanga Carracuca y, sobre todo, darse una vuelta por las 11.2 hectáreas de terreno abierto a la calle Rafaela Ibarra y a la carretera de Carabanchel-Andalucía. Como consecuencia de la gran afluencia registrada, -había unas 5.000 personas-, el aparcamiento construido junto al parque, en la calle Rafaela Ibarra, quedó saturado, y el alcalde Enrique Tierno tuvo que estrechar, a su llegada, cientos de manos antes de poder acceder al puentecillo donde cortó una tela de gasa blanca a modo de acto inaugural. El parque así estrenado se compone por el momento de una serie de plazas circulares, unidas por sendas que delimitan espacios en donde se han plantados olmos, plátanos y árboles de hoja caduca. Alrededor de estos árboles se han colocado bancos y mesas ya que las zonas así tratadas se han concebido como abiertas al público, a diferencia de la zona perimetral cubierta de césped y arbolada con pinos y cedros.

Acabo de darme cuenta al pegar esta información que en 1983 la zona donde está el parque pertenecía al distrito de Villaverde; sin embargo, ahora pertenece al distrito de Usera ya que en 1987 hubo una reestructuración municipal y surgió este distrito de terrenos pertenecientes a Villaverde y Carabanchel.

Cuento esto porque el entrenamiento de hoy ha tenido poca historia, ya que ha sido uno de los más lentos que he hecho desde que tengo uso de razón. La verdad es que se trataba principalmente de probar cómo andaba la lumbalgia después de haber pasado ayer por las manos de Josefa y la prueba ha sido positiva. Espero que haciendo los estiramientos que me ha mandado me quite el dolor de una vez por todas, aunque no tengo claro si se me pasará si sigo corriendo.

Hice los 9,6 km en un tiempo de 55:24 @ 5:45 min/km. Una media realmente pobre.

Se obró el milagro

Ayer tuvimos una novedad. Una joven galga vino a correr con nosotros y tuve tan mala suerte que me torcí el tobillo izquierdo y me hice un bonito esguince. Parecía menos grave que otros que me he hecho en el tobillo porque no se hinchó mucho, pero aunque intenté seguir noté que no iba bien la cosa.

Siempre que he tenido un esguince he ido a Milagros «la curandera» para que me lo arregle y hoy lo he vuelto a hacer. Y como las otras veces, llegas fatal, te frota con alcohol de romero, te mueve el pie hasta hacer «clac» y te lo venda. Termina con un consejo: estar tres días sin que se moje la venda y sin quitarla. Nada más fácil. Y como nuevo: esta mañana casi no podía andar y ahora ando, ¿qué más puedo pedir?

Así que la cosa es fácil. Esperar tres días para quitar la venda y unos cuantos días más hasta ver el tobillo en condiciones y luego empezar a trotar. Si no fuera por Milagros estaría fácilmente un mes -como poco- sin poder correr.

esguince_antes esquince_despues
Antes de visitar a Milagros Esguince ya arreglado