XXI Cross popular Salvemos el pinar de la Elipa

Tercer año consecutivo que participo en esta carrera y no sé si será una apreciación mía, pero esta vez me ha parecido que había más participantes que las otras dos veces. Nos presentamos entre el pinar de la Elipa cuatro compañeros del Club Atletismo Zofío en un día bastante fresco porque había neblina y no dejaba pasar los rayos de sol.

Fuimos en el coche de Emilio hasta allí, pero no encontramos sitio cerca del pinar, así que tuvimos que ir hasta el cementerio de la Almudena a aparcar. Desde allí, atrochando, llegamos al lugar donde está situada la salida y la llegada. Retiramos los dorsales en un momento, hicimos algo de tiempo, dejamos la ropa de abrigo en el guardarropa y ya vestidos de romanos nos hicimos la foto. Esa foto tan bonita con el Pirulí envuelto en niebla.

El Club Atletismo Zofío en el Cross Salvemos el pinar de la Elipa

Estuvimos calentando un poco porque como ya he comentado el día era frío y a las doce en punto dieron la salida. Mi objetivo no era otro que terminar sin tener que parar porque me doliese la rodilla ya que de nuevo en los entrenamientos previos a esta carrera me había tocado parar por la puñetera rodilla izquierda.

Así que salí a un ritmo normal, que no podía ser muy rápido porque estoy entrenando poco y mal y así fui sufriendo en las subidas y sufriendo aún más en las bajadas porque aunque no había barro las bajadas estaban muy mal porque tenían muchas piedras, el terreno era muy irregular y además en algunos tramos con algunas grietas y en otros muchas raíces.

Iba dando vueltas a la cabeza de por qué me había metido en estos berenjenales porque en estas carreras hay más que perder que ganar. Pensaba que dos meses antes me caí entrenando y todavía me duele el hombro derecho, tanto que me despierto todas las noches por el puñetero hombro. Pues eso, pasándolo mal en las subidas y con cincuenta ojos en las bajadas fueron transcurriendo las tres vueltas y pico. Llegué a meta con un tiempo, según mi cronómetro, de 27:16 con el que me puedo dar con un canto en los dientes ya que no estoy para más, de hecho me conformaba con terminar y el tiempo me daba exactamente igual.

Tuve suerte de no caerme, pero no la tuvo Emilio que se cayó en la primera vuelta. Menos mal que este hombre es más duro que el pedernal y siguió hasta completar el recorrido como si tal cosa. Teniendo en cuenta que 78 años le contemplan, el tío siguió sin despeinarse y sólo una vez llegado a meta se limpió un poco la herida de la rodilla derecha y como nuevo. Yo de mayor quiero ser como él.

XX Cross popular Salvemos el pinar de la Elipa

El grueso del Club Atletismo Zofío se acercó al barrio de la Elipa para participar en el cross organizado por la Asociación Vecinal La Nueva Elipa. Se trata de una prueba que forma parte del circuito de la Unión de Carreras de Barrio y este por circunstancias coincidió con otra prueba del circuito, la de Canillejas, por lo que no todos los del club que corrimos ese día participamos en la misma prueba.

Como la carrera comenzaba a las doce, no hizo falta madrugar. Me levanté a las nueve, desayuné como un día normal y a las once estábamos en el punto de encuentro donde ya nos esperaba Emilio con su coche, el cual nos acercó hasta casi la línea de salida donde aparcamos y desde allí fuimos a recoger el dorsal dando un agradable paseo bajo un muy agradable sol de invierno que calentaba lo suyo. No podía faltar la foto con el Pirulí al fondo.

Los compañeros del Club Atletismo Zofío con el Pirulí al fondo

Este año se pudo hacer la inscripción por internet por lo que sólo tuvimos que recoger el dorsal y creo que eso agilizó la entregar de dorsales y minimizó el número de corredores que se apuntaron el mismo día. Es por eso que la salida se dio puntualmente minuto arriba, minuto abajo.

Salí con la idea de no perder de vista al compañero Simba, que está siempre a un gran nivel, pero sólo le pude aguantar un kilómetro porque en cuanto llegó la bajada se fue sin que yo pudiera hacer nada por remediarlo. Seguí a mi ritmo sufriendo de lo lindo en las cuestas arriba y bajando fatalmente lo subido, pensando en quien me manda a mí apuntarme a esta carrera tan dura.

Se acercó Juan Carlos, otro compañero del club ahora en standby, a saludarnos y me alegró sobremanera verle después de lo que ha pasado. Además tuvo el detalle de hacernos unas bonitas fotos como se puede ver

En pleno esfuerzo, foto cortesía de Juan Carlos

Tenía en la cabeza, tratando de recordar la del año pasado que eran dos vueltas y un poquito, pero me equivoqué porque eran tres y un poquito, pero como sí recordaba que eran unos cinco y medio kilómetros, no me pilló de sorpresa dar una vuelta más, aunque mis piernas no estuvieran muy de acuerdo.

Por supuesto que no conseguí alcanzar a Simba, de hecho, me fue sacando cada vez más. Llegué a meta según mi cronómetro de 26:45 para un distancia aproximada de cinco kilómetros y medio, un tiempo un poco mejor que el del año pasado aunque el circuito era ligeramente distinto.

Hubo premio para una de las compañeras del Club Atletismo Zofío ya que llegó segunda de su categoría y también para el incombustible Emilio que con sus 77 añazos se llevó el trofeo al más veterano. Emilio es sin duda todo un ejemplo para todos.

Posando con sus trofeos y la plantita que nos regalaron al llegar a meta

XIX Cross popular Salvemos el pinar de la Elipa

Por vez primera he participado en esta prueba, una más de la Unión de Carreras de Barrio. Es por ello que nos animamos un buen grupo de compañeros de equipo a participar en la prueba.

Como la carrera comenzaba a las doce, pero había que inscribirse antes, habíamos pensado en estar allí una hora antes, por lo que a las 10:45 habíamos quedado en Plaza Elíptica, ya que Emilio se había ofrecido a llevarnos. Salí de casa con tiempo, pero olvidé la cartera y el teléfono y cuando llegué a Plaza Elíptica no vi a nadie, cosa que me extrañó porque suelen llegar siempre antes de la hora. Como no tenía teléfono no pude llamar a ninguno para ver el punto exacto de la plaza, cosa que no habíamos aclarado. Iba moviéndome de una lado a otro, pero nada, que no los veía. Pasaba el tiempo y me iba poniendo cada vez más nervioso, maldiciendo haber olvidado el teléfono. Al final opté por correr todo el perímetro de la plaza, en algún sitio debían estar. Y efectivamente, allí estaban cansados de esperarme, en un sitio que desde donde yo esperaba no los podía ver. Me disculpé con mis compañeros aún sabiendo que no tenía perdón.

Por mi retraso no llegamos al punto de inscripción una hora antes, pero aún así no tardamos mucho en inscribirnos. Aquí volví a demostrar mi torpeza porque costaba 2 € la inscripción al no haberlo hecho antes y como había olvidado la cartera tuve que pedir prestado a Emilio los dos euros. Nada, peor no podía ser. Allí nos esperaba un compañero que venía de participar en la carrera de Tetuán y se iba a marcar un doblete. Y no era el único.

Hacía un día soleado, pero bastante fresco, además con un viento muy desagradable. Es por esto que tratamos de mantenernos con ropa de invierno todo el tiempo posible. Estuvimos reconociendo el circuito al que había que dar tres vueltas y me pareció bastante duro, pero no me pilló de sorpresa porque ya me habían dicho que el circuito se las traía. Dimos una vuelta y luego seguimos calentando por la explanada junto a la meta y cuando ya habíamos dejado la ropa y nos habíamos hecho la foto, dijeron por megafonía que retrasaban la salida un cuarto de hora porque aún había gente apuntándose.

Con los compañeros y el Pirulí a la espalda

A las doce y cuarto dieron la salida y salí con cierta precaución porque el camino es estrecho en algunas zonas y de muy mal piso. En la zona de las escaleras, cuesta abajo, me pasaban a toda pastilla, pero trataba de mantener el tipo en las subidas, aunque algunas eran muy empinadas y poco más que trotar se podía hacer.

Vi a Tino, uno de los compañeros de la Unión de Carreras de Barrio, y fui a por él. Pronto le adelanté y me quedé sin referencia, así que iba fuerte, pero no a tope, porque en este tipo de carreras con tantas cuestas no sé bien mantener el ritmo adecuado.

Iba quedando cada vez menos y veía que me iba acercando poco a poco a una chica que me precedía. En el último tramo eché toda la carne en el asador y conseguí adelantar a esta chica casi en la línea de meta. Cosa que no me supo nada bien, porque siempre queda feo adelantar a alguien en el último metro, pero bueno, iba lanzado y no me iba a frenar. Según mi reloj, la carrera no llegaba a los seis kilómetros anunciado ni de lejos, ya que marcó 5,6 kilómetros que con el erro que tienen los GPS deben ser cinco kilómetros y medio. Para esa distancia hice un tiempo de 27:19 que es un tiempo bastante mediocre, pero la carrera es bastante dura y mi estado de forma es regular. Ya vendrán tiempos mejores.

Cuando llegaron los compañeros estuvimos viendo si nos quedábamos o no, porque quizás la compañera podía haber subido al cajón, pero como era tan tarde y seguía haciendo frío, nos fuimos sin saber qué había pasado. Luego descubrimos que habíamos hecho bien porque la compañera quedó a las puertas del podium, pero no fue de las tres primeras.

En fin, habrá que venir otro año y mejor preparado.