X Carrera popular barrio del Zofío

Hoy he participado en la X edición de la carrera barrio del Zofío. Se trata de una carrera de barrio en la que no se utiliza chip, cosa casi inaudita en estos tiempos. Tampoco es que haga falta, toda la vida ha habido carreras sin chip y se ha cronometrado correctamente; sin embargo, la Agrupación Deportiva Marathon que se encargaba de la parte técnica de la carrera falló en este punto y no ha habido clasificación por tiempos. Yo que corrí sin cronómetro sólo sé que hice un tiempo de 49 y pico. Aunque es un tiempo un poco birria, estoy muy contento porque la contractura que me trae de cabeza no me dio ningún problema.

Según la clasificación llegaron a meta 161 corredores. Puede resultar a simple vista un número escaso, pero teniendo en cuenta que el año pasado llegaron 92, el incremento ha sido espectacular, de hecho desbordó las previsiones.

Antes de comenzar, nos dimos cita un notable grupo de pradolonguer@s, que corríamos en casa. Nos hicimos una bonita foto antes de salir con nuestra flamante camiseta. También había bastantes corredores de la competencia, del parque de enfrente, del Parque Sur, entre ellos Yolanda García Manzano que llegó la primera de las mujeres.

Pradolongueros en la carrera del Zofío
Pradolongueros en la carrera del Zofío

Desde el domingo pasado que participé en la carrera proniño, no había vuelto a correr. Como tenía pensado correr esta carrera había pensado que si entrenaba podía estropearme, así que decidí no hacer nada y probar en la carrera. Y creo que el resultado ha sido satisfactorio: más kilómetros recorridos, más deprisa y casi sin molestias al final. Me ha venido bien el descanso.

La carrera comenzó a las nueve de la mañana, una hora antes de lo que ha sido habitual, por orden municipal. Esto obliga a levantarse pronto, pero tiene la ventaja de que el calor es algo más llevadero que a horas más tardías. Aún así, ya hacía calor a esa hora. Al contrario que otras carreras más multitudinarias, que la gente se agolpa en la línea de salida bastantes minutos antes de la hora de comienzo, hoy la línea de salida estaba vacía cuando todavía faltaban escasos minutos para el comienzo. La gente estaba más atrás charlando los unos con los otros, disfrutando de la sombrita. Casi a punto de dar la salida, la gente se fue acercando a las posiciones delanteras y poco después sonó el pistoletazo. Bueno, lo del pistoletazo es un decir.

Se comienza cuesta abajo, pero poco antes del primer kilómetro empieza una bonita subida por la que hay que pasar dos veces. Luego una bajada, luego otra subida y así sucesivamente. Es una carrera bastante rompepiernas excepto cuando transita por el parque de Pradolongo que es totalmente llana; sin embargo dentro del parque hay muchas curvas y contracurvas que también te rompen el ritmo.

Salí con un compañero y una amiga, aunque en el segundo kilómetro se fue quedando atrás el compañero. Yo seguí con mi amiga el resto de la prueba y me dio la sensación de que iba algo obligada, pero después de llegar a meta me comentó que había llegado sobrada, que podía haber apretado más, pero que visto que no iba a poder avanzar ninguna posición en la clasificación se dejó llevar un poco. De hecho, hizo peor tiempo que el año pasado.

Después de subir y bajar unas cuantas cuestas, llegamos a meta donde la organización me reservaba un bonito chaleco reflectante y me envió a uno de los cruces por donde pasaban las carreras de los niños para impedir que los coches se saltaran el cruce y atropellaran a los participantes. Allí estuve un tiempo, aunque no mucho ya que sólo tuve que controlar la primera carrera de los niños. Luego volví a subir a la línea de meta/salida para hacer unas fotos. Pueden verse las fotos de las llegadas en este enlace (gracias a Eva) y las de los diferentes pódiums, aquí.

Entrando en meta
Entrando en meta

Me encantó un detalle que tuvo la organización, que organizó una prueba para discapacitados. En el barrio está ubicada una dependencia de la Fundación ANDE y varios discapacitados participaron en la prueba ayudados por algunos corredores que se prestaron gustosos. Fue realmente emocionante ver como estas personas eran aclamadas por todo el público presente. Al final, medallas para todos ellos, que se fueron más contentos que unas castañuelas. Lo dicho, un detallazo, un gesto que demuestra que las pequeñas organizaciones tienen tanto derecho o más a sobrevivir en este mundo de las carreras, que visto lo visto, parece que sólo las grandes tienen los parabienes del ayuntamiento.

Carrera para discapacitados en el barrio del Zofío
Carrera para discapacitados en el barrio del Zofío

Carrera para discapacitados en el barrio del Zofío
Todos los asistentes, mayores y pequeños se ofrecieron a ayudar

Después de las carreras y de las ceremonias del pódium se celebró un sorteo en el que todos esperábamos el regalo estrella: el jamón; sin embargo, este año nos tuvimos que conformar con un juego de gafas de bucear y el correspondiente tubito. No siempre nos va a tocar el premio más gordo, bastante suerte tuvimos, que a otros no los tocó nada.

Antes de correr pasé por la báscula, siguiendo la rutina semanal. Esta vez marcaba 68,4 kg casi un kilo menos que la semana pasada. Esto ya me gusta más.

II Carrera Proniño

Hoy he participado en la II edición de la carrera Proniño. Se trata de una carrera cuyo objetivo es recaudar fondos para contribuir a la erradicación del trabajo infantil, una labor que viene realizando desde hace años Proniño, el programa más importante de Fundación Telefónica.

Debido a que Telefónica es la organizadora de la carrera, los compañeros de MaraTI+D habíamos pensado en hacer algo especial con la idea de llamar la atención sobre el tema, dentro de nuestras posibilidades. El plan consistía en llevar unas camisetas nuevas que hacían referencia a la fundación Proniño y tratar de ir todos los del equipo juntos a un ritmo asequible para todos y si alguno se rezagase, se le esperaría en el km 9 para reagruparnos y entrar todos a mogollón en meta enseñando unas letras con la palabra PRONIÑO; sin embargo, el plan empezó a torcerse porque se nos olvidaron las letras…

Siguió torciéndose porque, como sucede siempre, nada más empezar la carrera unos tiraron para adelante, otros hicimos el grupo planeado y los menos se quedaron rezagados y eso que el ritmo del grupo «principal» era de aproximadamente seis minutos por kilómetro. Reconozco que ir al trote me venía de perillas porque todavía no estoy recuperado de la lesión.

Disfrutando de la animación, que era próxima a cero, fuimos consumiendo kilómetros achicharrándonos (y eso que era temprano) en las zonas más despejadas y refrescándonos un poco en las zonas de sombra. En el kilómetro nueve, según lo previsto, paramos el grueso de la tropa para esperar a los más rezagados. Además, alguno de los que habían ido deprisa volvieron sobre sus pasos después de llegar a meta y también hicieron bulto. Después de esperar bastantes minutos y conseguir cierta reagrupación hicimos el último kilómetro en un gran pelotón, entrando en meta un buen número de componentes del equipo.

Poco después de comenzar la marcha, en el kilómetro nueve, había un fotógrafo que nos hizo unas bonitas fotos.

Las fotos han sido sacadas de fotorunners.blogspot.com.

¡¡¡Muchísimas gracias!!!

Agrupados
Agrupados buscando la meta…

Carrera Proniño 2011
…aunque yo iba algo descolgado…

Llegada a la meta
…pero llegamos a la meta todos a mogollón

No sé si al final conseguimos el objetivo de hacernos notar, pero acabamos todos muy contentos por haber conseguido ir juntos un buen número de kilómetros.

En este caso, el tiempo es lo de menos, pero lo anoto por costumbre. El tiempo oficial fue de 1:04:59, mientras que el neto fue unos minutillos menos: 1:02:23.

Lo peor es que a partir del kilómetro cinco empecé a notar la contractura que me está fastidiando últimamente y que ahora, por la tarde, me sigue molestando.

Hoy la báscula me ha dicho que me he pasado un montón. El caso es que controlo bastante de lunes a viernes, pero los findes son demasiao pal body. Marcaba ni más ni menos que 69,3 kg. Yo creo que era debido a la cantidad de cervezas, que todavía no había eliminado 😉

XXXIV Maratón popular de Madrid

Hoy he participado en la XXXIV edición de la maratón de Madrid. Si conseguía terminar hubiera supuesto mi decimonovena maratón terminada. Y tengo que decir que sí, que ya van diecinueve completadas, la mayor parte de ellas en Madrid.

Como siempre, llegué con bastante antelación a Cibeles, bien acompañado de Emilio, Joaquín y Emilio II. Lo primero fue ir al servicio a soltar lastre. Como el año pasado, muchos estaban precintados, por lo que haciendo uso de la navaja que llevé para tal fin hice un favor a los que esperaban pacientemente en los que sí habían sido ya habilitados.

Pradolongueros + Garabitas
Pradolongueros + Garabitas (gracias a Emilio II)

Después de realizar los deberes, me dirigí a la verja del Palacio de Linares donde estaba establecido el punto de encuentro con los compañeros de MaraTI+D. Allí, antes de la hora, me encontré con los más madrugadores. Según se iba acercando la hora, fueron apareciendo más compañeros, aunque algunos llegaron tarde, lo típico.

Viendo que el fotógrafo oficial del equipo no llegaba, el sobrino de Juan Ignacio nos hizo una foto con su cámara que imagino nos enviará cuando pueda. ¡¡¡Muchas gracias José María!!!

Por el hecho de esperar a los retrasados, cuando traté de llevar mis enseres al guardarropa, la cola ya era de impresión. Estuve bastante tiempo para soltar la bolsa y pegarme con el resto de gente para poder salir de la ratonera que se había formado, por lo que no pude llegar a la línea de salida con el tiempo holgado como pretendía, pero haciendo uso de los codos, me acerqué bastante. De hecho sólo tardé treinta y ocho segundos en pasar por la alfombra inicial. Un cero para Mapoma en el tema del guardarropa.

Había planeado hacer toda la carrera con Joaquín por lo que salimos juntos. Luis, un compañero de MaraTI+D, nos esperaba en el kilómetro 17 con la idea de hacer 25 km como entrenamiento para la maratón de Praga. Debo agradecer a Luis su ayuda durante toda la prueba, ya que sus ánimos, el ritmo que nos marcó y el agua que nos iba cogiendo durante esos kilómetros nos vino de perillas para completar el objetivo.

La salida como siempre algo caótica. El mezclar a la gente que corre 10 km con los que corren la maratón es una idiotez supina, que sólo sirve para hacer la foto de la salida y para que todo el mundo esté fastidiado en la salida y tarde en coger el ritmo. ¿Tan difícil es retrasar quince minutos la salida de una prueba y la otra? Otro punto negativo.

Salimos con prudencia Castellana arriba para no excedernos en el ritmo y al poco pasamos al globo de las 3h30, por lo que pensamos que íbamos bien. Sobre el kilómetro siete adelantamos a otro globo de 3h30 que marchaba a un ritmo de 4:30 y que nos hizo pensar que a los corredores que lo seguían iban a sufrir un buen calentón. Poco después pasamos por una marquesina que marcaba 11º, se me puso una sonrisa de oreja a oreja. Aunque el cielo estaba casi totalmente despejado, la temperatura era muy buena para correr.

Por el kilómetro 10 pasamos en 46 minutos. La cosa marchaba bien en el primer cuarto de carrera. Seguimos a un ritmo bastante aceptable, bajando un poco la marcha en las subidas y alegrando un poco las piernas en las bajadas. En esta parte, en los tramos más favorables, el cronómetro marcaba un ritmo de cuatro y treinta y pocos e iba un poco asustado por si me había equivocado de ritmo; sin embargo, era el tiempo previsto en la calculadora que un buen día nos hizo llegar Manolo y que gracias a que el año pasado fue el mismo recorrido pude afinar muy bien. Algún día tendré que hablar de este invento, francamente útil para calcular los tiempos de paso.

Poco después de pasar el kilómetro 15 hice uso del primer gel que llevaba preparado, que llevaba fijado en el costado del pantalón con un imperdible. Creo que me vino francamente bien, además no me causó ningún efecto colateral, ya que el año pasado la ingesta de los geles me revolucionaron un poco las tripas.

Al pasar por el 17, en plena calle Fuencarral recibimos ánimos de los pradolongueros allí apostados y se nos unió Luis, que ya no nos abandonó hasta la línea de meta.

Entrando en la Gran Vía con Luis y Joaquín
Entrando en la Gran Vía con Luis y Joaquín (galería de Angelín Granizo)

La cosa marchaba viento en popa hasta llegar al túnel con el que nos había obsequiado la organización debido a los palmeros. Una bajada muy pronunciada y una subida aún peor que no hizo más que machacar un poco más las piernas y que nos eliminó uno de los puntos más atractivos del recorrido, el Palacio de Oriente. Ese túnel fue aprovechado por mis dos acompañantes para vaciar la vejiga. En mi caso, como sudo bastante, elimino el líquido por los poros de la piel y me ahorro tener que parar. Eso tiene sus ventajas y sus inconvenientes, ya que si se suda mucho se pierden sales y pueden llegar los temidos calambres.

Poco después pasamos por la media maratón. Miré el reloj y llevábamos 1h37 ¡¡¡clavamos el tiempo previsto!!! Quizás unos segundillos más porque enseguida el crono pasó a marcar 1h38, pero bien, muy bien. Se acaba Ferraz, se baja el Paseo Moret y en Paseo del pintor Rosales vimos como a doscientos metros el globo de las 3h15. Ahí me asusté de verdad, me parecía que íbamos demasiado deprisa para el objetivo de 3h20, así que conminé a mis acompañantes a bajar un poco el ritmo, aunque la bajada hasta el Puente de los franceses se hace rápida.

Según íbamos bajando por el Paseo de Camoens (km 23) me pareció ver a algunos metros por delante a un compañero de MaraTI+D. Según los puntos de encuentro, sólo podía ser Luis, pero recé para que no fuese así. He seguido los entrenamientos de Luis para esta maratón y han sido terriblemente concienzudos y muy bien ejecutados. No podía ser que fuese él, no podía ser que fuese él.

Por desgracia, sí era él. En la Avda. de Valladolid (km 24) me puse a su altura y estuve unos metros con él invitándole a seguirnos, pero decía que no iba, que no sabía lo que le pasaba, pero que no iba. Le comenté que con el entrenamiento que llevaba seguramente se recuperaría y podía acabar bien.

Una vez pasado el 25 llega una bajada criminal para entrar en la Casa de Campo. Me gustan muy poco ese tipo de bajadas, que te dejan los cuádriceps machacados, pero es lo que hay. La entrada en la Casa de Campo y hasta casi el kilómetro 29 es cuesta arriba. Hay que tomárselo un poco con calma para luego recuperar esos segundillos a la vuelta. Buscando ese punto kilométrico se nos unió Paco, el hermano de Joaquín para acompañarnos hasta meta. Ya íbamos cuatro en el grupo.

Se llega al punto más alto de la Casa de Campo y se empieza a bajar. Enseguida se llega a la alfombra del kilómetro 30 donde miré otra vez al cronómetro y vi que marcaba 2h20 (un minutillo más que lo previsto) e hice el rápido cálculo mental de que si quedaban doce kilómetros y éramos capaces de hacer una media de cinco minutos, teníamos las tres horas y veinte en el bolsillo, pero claro, quedaba lo peor, lo más duro.

Tenía previsto tomarme el otro gel sobre el kilómetro 32, pero lo olvidé, ya la cabeza va sólo pensando en dar una zancada más y luego otra, no en florituras. Un par de kilómetros después noté algo raro en el costado y ¡era el gel! Me lo tomé y el efecto no debió ser inmediato porque cruzando el Puente de San Isidro empecé a notar las piernas como piedras. Entonces pensé que si el año pasado llegué casi fresco al kilómetro 37, este año que había empezado antes a estar fastidiado, me iba a costar más llegar. Llegamos al kilómetro 35 y volvía a mirar el reloj: habíamos tardado sólo 23 minutos en ese último cinco mil y eso me animó aunque las piernas no fueran finas del todo.

A partir de entonces, ya sólo pensaba en el siguiente kilómetro, nunca en los kilómetros totales que quedaban. Eso resulta muy eficaz psicológicamente, ya que resulta muy sencillo recorrer sólo un kilómetro, pero si piensas que te quedan siete u ocho, puedes sentirte algo desmoralizado.

La cuesta de la calle Segovia no se me dio mal, como en todas las cuestas anteriores, aflojé un poco el ritmo y lo subí al tran tran, adelantando gente que ya se ponía a andar. Coroné la cuesta y allí me estaba esperando una buena amiga con un plátano. Días atrás había llegado a la conclusión de que si a Nadal le viene bien el plátano en sus partidos de tenis, a mí también me tendría que sentar bien, aunque me quedaba algo de duda porque no había probado a comer esta fruta en carrera. Ella también se unió al grupo, por lo que ya íbamos cinco en pelotón. Luis seguía marcando el ritmo y muchas veces animando al público que se mostraba frío en algunos tramos.

Resulta curioso lo difícil que puede llegar a ser algo tan sencillo como masticar cuando vas muy cansado. Casi no se puede hacer ese gesto tan simple como es abrir y cerrar la boca. No sé si fue debido a ese esfuerzo extra en abrir y cerrar la boca, pero la cuesta del Paseo Imperial se me hizo dura, quizás lo más duro de la carrera. Luego se corona y hay un pequeño tramo algo favorable, prácticamente lo único fácil hasta la entrada al parque de El Retiro.

El Paseo de las acacias y su continuación la Ronda de Atocha se me hizo muy largo, pero moderadamente duro. Pensaba que iba peor, pero el reloj marcaba ritmos cercanos a 5:15 y eso me hizo venirme arriba, ¡el año pasado por estas calles iba peor! Llegamos a Atocha y el grupo marchaba compacto, aunque a Joaquín empezaba a pasarle factura las pocas tiradas largas que había realizado en el entrenamiento. Ese fue el punto donde empezó a quedarse descolgado. Su hermano Paco se quedó con él y el pelotón se dividió en dos trozos: Luis, mi amiga y yo por delante; Joaquín y Paco un poco detrás.

Subiendo Alfonso XII pude ver a mi amigo y vecino Antonio que marchaba de aquellas maneras. Yo subí bien, dentro de lo que cabe en una cuesta tan puñetera, y me iba acercando poco a poco a su espalda. Los gritos de ánimo de los compañeros pradolongueros me vinieron francamente bien para terminar de coronar la cima. Pronto llegué a la alturade Antonio, sobre el kilómetro 40. Le animé mientras que trataba de pasarle, pero me fue cerrando poco a poco al tiempo que aceleraba. Se marchó unos metros. No problem, yo seguí a mi ritmo, no tenía ningún interés en llegar antes que él.

Llegamos a la Puerta de Alcalá y aunque el camino sigue siendo ascendente, ya se adivina la entrada al parque de El Retiro. Volví a acercarme a la espalda de mi amigo y todo emocionado grité aquello de ¡¡¡ya sólo queda un kilómetro de gloria!!! De nuevo este hombre volvió a acelerar, pero visto lo visto, imaginé que volvería a cazarle, aunque no tenía ninguna pretensión de ello.

En el kilómetro de gloria
En el kilómetro de gloria (galería de Carlos)

El año pasado, cuando llegué a meta, me sentaron en una silla de ruedas y me llevaron directamente a la carpa de Sanidad. Según me iba acercando a meta iba pensando en esta circunstancia y en vez de apretar para llegar a meta con el menor tiempo posible, iba contemporizando para llegar lo más relajado posible a la meta; total, que más da unos segundos más o menos. Con los brazos en alto y dando gritos como un cosaco pasé la línea de meta comprobando que el reloj cambiaba de 3h20 a 3h21, pero más contento que unas castañuelas ya que había conseguido rebajar mi mejor marca en una maratón en más de cinco minutos.

Esta maratón ha sido, sin lugar a dudas, la mejor de todas. Había entrenado bien y pensaba que si la temperatura se portaba, podía alcanzar una marca de tres horas y veinte minutos ¡¡¡y lo conseguí!!! Según la organización, acabé con un tiempo de 3:21:01, aunque para lo que a mí me importa, un tiempo neto de 3:20:23, clavando las previsiones, llevando un ritmo muy regular durante toda la carrera y manteniendo el tipo bastante bien en la zona más dura de la carrera.

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Llegando a meta, más contento que unas castañuelas

Una vez traspasada la línea de meta, mi único afán era beber y beber y mejor, bebidas con azúcar, el cuerpo me lo pedía. Empecé a tomar todo lo que encontraba: gatorade, fanta, coca cola y un zumo, además de agua en abundancia. Me vino francamente bien para recuperarme, porque comer no es que me apeteciese mucho.

Joaquín llegó casi un par de minutos después que yo, también bastante contento, después de haber ido juntos casi 40 kilómetros. Fue una pena que no pudiera aguantar ese último tramo, pero llegó con un tiempo neto de 3:22:05.

Esperamos a Emilio, el hombre radiactivo, para que nos acercara en coche y nos marchamos a casa con la satisfacción del deber cumplido. Emilio de nuevo dio el do de pecho. Acabó con un tiempo neto de 3:31:59, que hubiese sido inferior si no entra acompañado de su nieto en meta. Una vez más dejó clara su regularidad y su buen hacer. En un principio aparece séptimo de su categoría, pero mirando los que están delante de él hay unos cuantos tramposos que no completaron el recorrido. Según lo que he visto, su puesto es el tercero del cajón. Impresionante lo de este hombre.

Muchas gracias a todos los que me habéis ayudado durante la prueba. A Joaquín por venir conmigo desde la salida hasta casi la meta. A Luis por tirar de nosotros, acercarnos agua en los puestos de avituallamiento y animarnos durante 25 km. A Paco por animarnos durante un porrón de kilómetros también, asustándonos de vez en cuando conque se nos acercaba Emilio por detrás. Y agradecer esos gritos de ánimo y el trozo de plátano con que me obsequió mi buena amiga en el último y más duro tramo de la carrera.

VII Media maratón de Villarrobledo

He tenido la suerte de poder participar en la VII edición de la media maratón de Villarrobledo. Digo suerte porque se trata de una de las carreras mejor organizadas que he visto, con un ambiente fenomenal y un recorrido muy atractivo. Además, para redondear la jornada la climatología se portó bien, quizás un poco de viento, pero no mucho.

El único pero es la lejanía de esta localidad, que se encuentra a más de 200 km de Madrid, lo que nos obligó a darnos un buen madrugón y a eternizarnos a 110 km/hora por esas carreteras. Afortunadamente llegamos con tiempo suficiente para recoger los dorsales, estirar y calentar unos minutillos.

El culpable de que fuésemos a esta carrera es Joaquín, un compañero de entrenamientos natural de esta localidad. Estaba especialmente motivado porque corría como local y podía llevarse algún trofeo, según le había comentado un paisano suyo. Por este motivo, hice toda la carrera con él tratando de que se llevase el premio. Para su desgracia, el fallecimiento de un tía suya la noche anterior había provocado que durmiese muy poco, por lo que no se veía en buena condición.

Excepto el primer kilómetro que hicimos cada uno por nuestra cuenta, el resto fuimos codo con codo durante la carrera. Flaqueó en algunos momentos, pero traté de animarle, pero lo que más le animó fue ver a un paisano suyo en una de las revueltas. Eso hizo que aumentáramos un poco el ritmo y pocos kilómetros después, sobre el 16,  conseguimos sobrepasar a su «enemigo» local. Desde allí a meta, volvió a sufrir otra pequeña crisis pero la superamos disminuyendo un poco el ritmo.

Viendo que podíamos bajar de la mítica barrera de la hora y media aceleramos el paso lo que pudimos, pero justo unos metros antes de atravesar la línea de meta cambiaron los dígitos del 29 al 30. Llegué a meta con un tiempo bruto de 1:30:04 aunque neto de 1:29:51 y muy contento porque conseguí bajar de 1h30 por segunda vez en mi vida, pero sobre todo, por haber ido con el compañero toda la carrera, aunque él, que salió un poco antes, se quedó con un tiempo neto de 1:30:01. Una copia de la clasificación de la carrera se puede encontrar aquí.

Aparte de sacar un listado de las clasificaciones, la empresa cronometradora daba unos tickets a cada cual que lo solicitase con los tiempos brutos y netos y los puestos realizados. Aquí está el mío.

Ticket con el tiempo realizado
Ticket con el tiempo realizado

Como comenté al principio, la organización rozó la perfección. Antes de la carrera, muy bien la entrega de chips y dorsales y el guardarropa, sin ninguna cola. Durante la prueba, multitud de voluntarios en los cruces, agua cada cinco kilómetros y –esta es la única pega- los kilómetros raramente señalizados ya que casi todos estaban en la parte baja, sobre la acera en unas minúsculas señales de tráfico y otros estaban arriba, pegados en algunos rótulos de tiendas. Pero lo mejor fue después de la carrera ya que la bolsa del corredor era abundantísima: camiseta técnica, calcetines, agua, bebida isotónica, naranja, manzana,  bote de lentejas, ajos, queso y ¡botella de vino de la tierra! Además de la bolsa del corredor, habían dispuesto varias hileras de mesas y una barra donde se podía disfrutar de vino, cerveza, queso, chorizo, lomo, frutos secos, patatas fritas y alguna cosa más que seguro ya no recuerdo. Todo por la módica cantidad de 8 €.

La jornada fue redonda porque varios de mis compañeros consiguieron un trofeo. Mi compañero de fatigas durante la carrera consiguió al final el tercer puesto de su categoría de los locales. Emilio, con sus 65 añazos, se hizo con el primer puesto en su categoría. Otra compañera hizo su MMP en la distancia (bajó seis minutos dejando su marca en 1:45:44) y también se subió al cajón, siendo la tercera de su categoría. Todo un festival de trofeos.

Dos campeones
Dos campeones

II Carrera por las enfermedades raras

Hoy se ha celebrado la segunda edición de la carrera por las enfermedades raras en las inmediaciones del lago de la casa de campo. Aunque hacía un poco de viento, el sol brillaba en el cielo y hacía que resultase un buen día para correr.

Como todavía estoy medio lesionado no tenía ninguna pretensión, sólo acabar a un ritmo tranquilo. Pero como iba a acompañar a una amiga, al final he ido a su ritmo, a poco más de 4:30. Lo bueno es que no he tenido ninguna molestia durante los casi cinco kilómetros de la carrera. Según el GPS el recorrido ha sido de 4,87 km y mi tiempo oficial: 22:08. Mi acompañante lo hizo mucho mejor ya que paró el crono en 22:07, siendo la sexta de su categoría. Como curiosidad, hoy era mi primera carrera en la categoría de Veteranos B y acabé el vigésimo de esta categoría.

Carrera por las enfermedades raras 2011
Carrera por las enfermedades raras 2011

Una copia de la clasificación se puede ver aquí, aunque la clasificación oficial se encuentra en la página web de la Agrupación Deportiva Marathon.

Después de recoger la botella de agua, el vaso de Aquarius y la chocolatina, salí corriendo hacia casa para hacer algún kilometrillo más, ya que los cinco me supieron a poco 😉

Salí trotado de la Casa de Campo hacia el río Manzanares, para correr por el carril bici/paseantes que transcurre paralelo al río. Pasado el estadio Vicente Calderón el carril estaba cortado por lo que tuve que subir a Marqués de Vadillo y desde allí callejeando hasta el parque de Pradolongo, para terminar en casa. El recorrido total de este entreno post carrera fue de 8,7 km y lo hice en 46:22 a un ritmo de 5:19.

Para mi desgracia, yendo por el carril empezó a molestarme un poco el esguince (y eso que no había pisado mal ni nada por el estilo) y también un poco la sobrecarga del gemelo. Al paso que voy, me parece que me va a costar salir de estas lesiones.

Había olvidado comentar que poco después de levantarme, pasé por la báscula y ésta marcaba 68 kg. Ando ahí, ahí, justo en el límite que no me gustaría sobrepasar.

XXXI San Silvestre vicalvareña

Una vez más termino el año participando en la San Silvestre vicalvareña. Y un año más que acabo realmente contento. Se trata de una carrera perfectamente organizada en todos los sentidos y con mucha animación por parte de los vecinos de Vicálvaro.

La carrera comenzaba a las 11:45 y aproximadamente una hora antes estaba aparcando el coche cerca del polideportivo donde comienza y termina la carrera. Rápidamente recogí el dorsal, me encontré con Carlos que me comentó que había estado enfermo y no iba a correr y poco después apareció Manolo al que estuve saludando. Minutos después dejé la ropa en el guardarropa y me puse a calentar y estirar.

Puntualmente se dio la salida y los casi mil participantes nos dispusimos a completar los ocho kilómetros de los que constaba la prueba. Este año habían colocado el arco de meta en contrameta y se habían ahorrado 200 metros, por lo que el recorrido total era de aproximadamente 8 km exactos. Con esta medida procuraban evitar el embudo que se producía años anteriores y creo que ha acertado de pleno.

Un poco cansado de sufrir en las últimas carreras decidí tomarme ésta como un entrenamiento a ritmo umbral. Según Daniels el ritmo a seguir era de 4:12, tratando de ir no a una velocidad constante, sino mantener una intensidad fija. Eso conlleva ir más rápido en las cuestas abajo y algo más lento en las cuestas arriba.

El recorrido es bastante rompepiernas por lo que es difícil mantener el mismo ritmo. Procuraba en los pocos tramos llanos que el tiempo anduviese entre 4:10 y 4:15.

Al no ir a tope, se me hizo la carrera bastante llevadera y al pasar por el kilómetro siete decidí olvidarme de ese ritmo umbral y aumentar la velocidad para darme el gustazo de adelantar gente en los últimos metros. Al contrario que en Aranjuez que el último kilómetro se me hizo eterno, aquí pude disfrutar de estos últimos mil metros.

Esprintando con unos y con otros, llegué a meta con un tiempo oficial bruto de 33:00 y un tiempo neto de 32:51 en el puesto 111. La clasificación de la carrera se puede ver aquí.

Después de la carrera, me encontré con Manolo que me comentó había llegado sobre el puesto veinte y que quizás pudiera obtener algún premio ya que se daban cinco por categoría. Al final no pudo ser, la categoría de veteranos está muy cara.

La bolsa del corredor estuvo muy bien, con camiseta técnica contenida dentro de una bolsa rígida, agua, aquarius, panchitos y alguna cosa más. Francamente bien surtida para los 5 € de inscripción.

Después de recoger la bolsa de corredor, fui al ropero a por la bolsa y en el vestuario me di una duchita de los más plancentero.

La organización me pareció de diez. No encuentro ningún pero que se le pueda poner. Por favor, seguid así.

XXVII Carrera popular villa de Aranjuez

No ha podido ser. El objetivo era hacer sobre 39:15 o al menos rebajar mi MMP de 39:30 y ni una cosa ni otra. Al final me he quedado en un tiempo de 39:43 oficioso, que son 39:47 que marcaba mi cronómetro menos cuatro segundos que tardé en cruzar la línea de salida.

Y eso que se dieron las mejores circunstancias posibles porque la temperatura era ideal, sobre los diez grados, el circuito es rápido, tenía una buena posición en la salida… pero fui demasiado ambicioso y salí más fuerte de lo que hubiese debido y en la segunda parte no iba. Ni siquiera sufriendo era capaz de aumentar la velocidad. Los números lo dicen bien claro: hice los primeros cinco kilómetros en 19:21 y los últimos cinco en 20:22 ¡¡¡un minuto más lento!!! Fui poco realista porque si hubiese hecho caso a la carrera del pasado domingo no tenía que haber salido tan fuerte, pero había que intentarlo… y fallé. Otra vez será. Ahora a pensar en el próximo objetivo que es la media de Getafe.

Este año llegamos más apurados que otras veces. A las 10:15 estábamos en Aranjuez apuntando a los niños que corrían cuarto de hora más tarde. Por los pelos pudimos apuntarlos. Y a esa hora ya había atasco para entrar en Aranjuez. En esos momentos llovía un ligero chirimiri, que tardó poco en dejar de caer. Corrieron los niños y poco después fuimos viendo caras conocidas. Primero los compañeros de MaraTI+D y luego poco a poco fuimos encontrando a los compañeros de entrenamiento. Algunas fotos antes de la carrera, un poco de calentamiento, estiramientos y con toda la parafernalia al final llegué con el tiempo justo para meterme en el cajón de salida.

Con los compañeros de MaraTI+D
Con los compañeros de MaraTI+D

Los pradolongueros estrenando camiseta conjuntamente
Los pradolongueros estrenando camiseta conjuntamente

Salí demasiado deprisa, siempre detrás de mi amigo Antonio, a unos diez metros. Lo utilicé de referencia y quizás eso fue un error. El caso es que anduve a diez metros toda la carrera y no pude alcanzarle y al final en el último kilómetro se me fue definitivamente.

Poco más que contar de la carrera, que la táctica fue mala y que el último kilómetro se me hizo muy largo y, por lo tanto, llegué algo frustrado a la meta, aunque pronto se me pasó, ya que he vuelto a bajar de cuarenta, que nunca es fácil.

Llegando a meta en Aranjuez 2010
Llegando a meta en Aranjuez 2010

La organización creo que estuvo bien aunque tuvo algunos detalles que indican que se les va de las manos. Se supone que había 4.500 corredores y las infraestructuras siguen siendo las mismas que yo conozco desde que empecé a correr esta carrera en el año 1996. Y puedo asegurar que entonces seríamos un 10% de los que había hoy.

Para ir al servicio había unas colas terribles, por lo que la gente optaba por hacerlo al campo. Las duchas en el polideportivo escasas y tipo mili: mucha gente y el agua muy fría, como sólo puede estarlo en el mes de diciembre. Además uno de los vestuarios femeninos fue invadido por los del género opuesto por lo que las mujeres tuvieron que quedarse aún más apretadas, con el mismo problema del agua y algunas protestando -con razón- ante semejante atropello. Pues eso, que algo tienen que cambiar porque se les va de las manos.

En este enlace se puede ver una copia de la clasificación de la carrera, que no sé si será definitiva porque al menos con mi tiempo se han equivocado totalmente. Aparezco con un tiempo neto de 39:09 ¡¡¡que más quisiera yo!!!

Los tiempos por kilómetro:

tiempos-aranjuez-2010-3

Antes de la carrera me subí a la báscula y marcaba 67,3 kg. Prácticamente tres kilos menos que el año pasado en estas mismas fechas. Esos tres kilos presagiaban una mejor marca que el año pasado, pero por lo visto no sólo importan los kilos.

VII Carrera popular de Navidad de San Martín de la Vega

Hoy se ha celebrado en San Martín de la Vega la VII edición de la carrera popular de Navidad. Nunca había participado y la verdad es que me ha gustado la carrera. Lo único malo ha sido la cola para retirar el dorsal y el chip y luego también había cola para recoger la camiseta conmemorativa. Espero que afinen esas menudencias para que la carrera sea una carrera de diez.

Hacía un gran día para correr con un tiempo fresco y cielo nublado. Lo único malo es que el piso estaba algo mojado, pero tampoco suponía ningún problema.

Antes de comenzar la carrera nos hemos encontrado con Miguel y Pedro y mi tocayo ha decidido ir conmigo. Sabía que iba a ir poco tiempo conmigo porque ya le conozco y suele ir más rápido. Pedro ha pensado en ir con una amiga que me había acompañado hasta San Martín.

Salimos algo retrasados, tardando unos diez segundos en pasar la línea de salida y el primer kilómetro ha sido un poco nervioso porque siempre hay gente que sale muy despacio y ocupando las primeras posiciones.

Como eran dos vueltas idénticas, la táctica era dar una primera vuelta más tranquila para no desfondarme como en Alcalá y luego tratar de mantener un buen ritmo en la segunda vuelta y tratar, si se pudiera, de apretar un poco.

Poco después de pasar kilómetro y medio dejé de seguir a mi compañero y tocayo, ya que veía que su ritmo era superior al mío. Prefería ir más tranquilo. Iba un poco asustado porque comentaban en la salida que había un fuerte repecho entre el kilómetros tres y cuatro. Afortunadamente, este año habían eliminado esa subidita y la carrera fue bastante llana en su totalidad.

En la primera vuelta hice un tiempo de 19:57 y ya veía difícil acercarme a mi objetivo, que era hacer un tiempo de 39:45.

Poco antes de terminar esa primera vuelta se me unió un paisano de la localidad y nos fuimos animando mutuamente el uno al otro, aunque al final me sacó unos segunditos.

Creo que la táctica de tomarme la primera parte con calma fue efectiva, porque en la segunda pude mantener el ritmo sin muchas dificultades y no sufrí como un perro como me pasó en Alcalá, que unos primeros kilómetros demasiado rápidos me fundieron para el resto de la prueba.

El hecho de haber guardado algunas fuerzas hizo que pudiera apretar en el último kilómetro, siendo el más rápido que hice en toda la prueba (3:38). De todas formas, pienso que los kilómetros no estaban bien señalizados porque algunos los hacía sobre 4:10 y otros sobre 3:50 y el desnivel que había tampoco era para marcar tanta diferencia entre uno y otro kilómetro.

Según iban pasando los kilómetros veía imposible alcanzar el objetivo e incluso veía difícil bajar de cuarenta minutos, esa barrera mítica. Sin embargo, las pocas fuerzas que me quedaban las utilicé para esprintar en los últimos metros y paré mi cronómetro con un tiempo de 39:59. O sea que la segunda vuelta la he hecho en 20:02, sólo cinco segundos más que en la primera.

El tiempo neto oficial según la organización ha sido de 39:57 por lo que he acabado satisfecho de la carrera aunque no haya podido cumplir lo previsto inicialmente. Tengo una copia de la clasificación de los primeros doscientos corredores y del resto de ellos.

En la tabla se pueden ver los tiempos por kilómetro, aunque el total sale algo menos al redondear.


Tiempos por kilómetro

Carrera de Navidad de San Martín de la Vega
Carrera de Navidad de San Martín de la Vega

En la foto se puede ver lo bien conjuntados que íbamos mi amiga y yo antes de empezar la carrera, estrenando oficialmente la camiseta de pradolongueros. Mi amiga hizo su MMP con 46:31 pero sólo la sirvió para hacer novena de su categoría. Y es que el nivel en esta carrera era muy elevado.

Ayer estuvimos los pradolongueros que quisieron y pudieron ir de cena. Lo que empezó con unos aperitivos que tomábamos después del entrenamiento (pasando más frío que vergüenza) un día antes de Navidad, se convirtió en una cena con todas las de la ley. Nos juntamos unos cuantos, la verdad. Si me pasan alguna foto, ya subiré alguna para dejar prueba de tan magno acontecimiento.

Y con esta carrera consigo alcanzar el absurdo reto correr al menos una carrera oficial en cada uno de los meses del año. Reto que, por cierto, nunca antes había conseguido… Aunque tampoco lo había intentado.

Estas son algunas de las carreras realizadas:

Enero Media de Getafe
Febrero Media de Fuencarral
Marzo Media de Collado-Villalba
Abril Maratón de Madrid
Mayo Media de Jadraque
Junio Carrera de San Juan (Leganés)
Julio Trofeo de San Lorenzo
Agosto Carrera de Mocejón
Septiembre Carrera de Torrijos
Octubre Carrera de Fuensalida
Noviembre Carrera GRUTEAR (Alcalá de Henares)
Diciembre Carrera de San Martín de la Vega

XI Carrera popular GRUTEAR

Hoy he participado en la XI edición de la carrera popular GRUTEAR. Se trata de una carrera que se celebra en Alcalá de Henares organizada por GRUTEAR, que una asociación sin ánimo de lucro que ayuda a la rehabilitación de alcohólicos y otras adicciones.

Cuento esto porque la organización es muy de estar por casa. No sabían ni donde estaba la línea de salida, ni el sentido de la marcha; se ha retrasado la salida, los kilómetros estaban marcados de aquella manera, los dorsales eran de papel y con la lluvia… Un poco desastre, pero llevadero.

Hoy daban una probabilidad de un 80% de lluvia. Además parece que a las once iba a caer el diluvio universal, pero la lluvia nos ha respetado durante toda la carrera, cayendo sólo una fina llovizna.

Había quedado con Manolo a los pies de la estatua de Cervantes y allí nos estaba esperando. Nos dio los dorsales y siguió con su entrenamiento maratoniano. Habíamos quedado a la hora de la salida para tratar de bajar de cuarenta minutos en la carrera.

Poco después nos encontramos con Ana y Macu con las que estuvimos charlando un ratillo y nos hicimos la foto de rigor a los pies del excelso escritor de El Quijote.

Pradolongueros en la carrera GRUTEAR
Pradolongueros en la carrera GRUTEAR

A las 11:09 se dio la salida con nueve minutos de retraso después de esperar a que acabasen los niños su prueba y de tratar de colocarnos todos en una imaginaria línea de salida que nadie sabía donde estaba. Sonó el pistoletazo y salí a toda pastilla. Y ese fue el más grande error que pude cometer, ya que me fundí en esos primeros kilómetros. En el segundo kilómetro llevaba 7:28, mucha tela, pero me hice la falsa ilusión de que iba bien. En el tercer kilómetro ya me había dado cuenta de que había quemado muchos cartuchos en el comienzo.

La prueba transcurre por el centro de Alcalá, por calles adoquinadas en su mayor parte y con giros bastante bruscos. La lluvia había provocado que muchas curvas eran pistas de patinaje. Más de uno acabó en el suelo. Afortunadamente para mí, iba con Manolo que se conocía el circuito como la palma de su mano y me iba indicando los puntos más conflictivos.

Al pasar por línea de meta por primera vez (eran dos vueltas de 5 km) el cronómetro marcaba 19:37 y pensaba que aunque había salido algo fuerte no tendría problemas para bajar de cuarenta minutos, pero me confundí.

La segunda vuelta, ya algo cascado, aflojé un poco para tratar de mantener un ritmo algo más llevadero y no ir permanentemente ahogado. Manolo, que iba de paseo a mi lado, iba viendo que no me podía ayudar demasiado. Yo iba demasiado justo.

Con Manolo en plena carrera
Con Manolo en plena carrera, foto sacada de su blog

Yendo justito como iba, la segunda vuelta se me hizo algo larga. Empezaba a sentir alguna molestia en la tripa, aunque eso no provocaba que fuera más o menos lento. En estos kilómetros me iban adelantando algunos corredores, no demasiados, pero algunos, lo que me demostraba que mi ritmo no era muy allá.

Pasado el kilómetro ocho salió un coche de un garaje que nos dio un buen susto a un grupillo de tres o cuatro. Yo iba tan pegado que no pude ni insultar, pero Manolo lo hizo por todos. La verdad es que pudo haber provocado algo serio. Afortunadamente sólo se quedó en un susto.

Cuando ya quedaba media vuelta a la plaza de Cervantes, apreté los dientes todo lo que pude y llegué a meta cuando mi cronómetro marcaba 39:59. Ahí, ahí, iba a estar ese sub-40. Al final no pudo ser, el tiempo oficial ha sido de 40:00. Vamos, que lo he clavao. La clasificación se puede encontrar aquí o en una copia que conservo aquí.

Después de la carrera, botella de agua, bote de resfresco y camiseta de algodón. Todo por 7 € que costaba la inscripción.

Lo mejor vino después de que llegase a meta porque una buena amiga consiguió realizar su MMP con un tiempo oficial de 47:03. Todo un tiempazo. Además llegó la octava de las chicas. Muy, pero que muy bien.

Avituallamiento en la primera vuelta
Avituallamiento en la primera vuelta

Esta carrera hace la 17ª carrera de la temporada 2010. La temporada que más carreras he corrido en mi vida, superando las 16 del año 1999. Además sólo me queda correr una carrera en diciembre para cumplir ese tonto reto de correr al menos una carrera en cada uno de los meses del año. Y en diciembre tengo previsto correr al menos tres: San Martín de la Vega, Aranjuez y San Silvestre vicalcareña.

Antes de la carrera me tocó subir a la báscula y ésta marcaba 67,9 kg después de la celebración de cumpleaños en la que estuvimos ayer. No me puedo quejar.

I Carrera popular villa de Fuensalida

Hoy se ha celebrado en Fuensalida, pueblo de la provincia de Toledo, la primera edición de la carrera popular villa de Fuensalida. Se trata de una carrera de 6,6 km por las calles del pueblo.

Pradolongueros en Fuensalida
Pradolongueros en Fuensalida

Aunque nos hemos librado de la lluvia, ha hecho un viento bastante molesto durante toda la prueba, entorpeciendo el avance en algunos momentos, pero empujando de culo otros.

Haciendo caso omiso del dios Eolo, he ido a tope desde el primer metro hasta el último y he acabado muy contento porque he conseguido incluso mejorar lo previsto.

He terminado los 6,6 km con un tiempo oficial de 25:29 a un ritmo de 3:51/km y he conseguido más de 500 puntos de Purdy. Es la cuarta vez que consigo pasar la frontera de los 500 puntos. Impresionante. Las clasificaciones se pueden encontrar en la página web de la ADAF, que es la organizadora de la carrera o en una copia que guardo aquí

Por otro lado, este tiempo supone una mejora del VDOT de las tablas de Daniels, por lo que de nuevo vuelvo a tener otros números de referencia:

  • VDOT: 52,8
  • Ritmo T: 4:04
  • Ritmo M: 4:18
  • Ritmo I: 3:44
  • Ritmo R: 3:28

La carrera me ha parecido muy bien organizada, con la única pega de no tener los kilómetros señalizados, pero por lo demás muy bien. Pero lo que ha sido increíble ha sido la post-carrera. En una pequeña barra han empezado a servir cervezas (o refrescos para quien quisiera) y han sacado raciones de queso, chorizo y salchichón, sandwiches y sartenes de migas riquísimas. Una pasada, la verdad es que la organización se ha volcado con los corredores. Y todo por el módico precio de 5 €.

Degustando unas deliciosas migas
Degustando unas deliciosas migas

Lo mejor de la mañana es que una buena amiga ha subido a lo más alto del cajón en su categoría, con un tiempo bastante bueno de 30:05.

En lo más alto del pódium
En lo más alto del pódium