XXVIII Media maratón de Fuencarral

Hoy, para celebrar mi cuadragesimosexto cumpleaños, me he acercado al barrio de Fuencarral con la intención de participar en la media maratón que se celebra en este barrio.

Era mi décima participación en esta carrera por lo que era una ocasión inmejorable para celebrar mi aniversario.

Había quedado a las nueve con los compañeros de MaraTID y aunque me levanté con tiempo llegué por los pelos al punto de encuentro. Afortunadamente allí estaba mi compi con mi dorsal, que generosamente había recogido el viernes. Otra carrera más que se apunta a la desagradable moda de hacer ir a los corredores días antes a recoger el dorsal y el chip.

Con los compañeros de MaraTID
Con los compañeros de MaraTID, foto cortesía de Iñaki

Un par de minutos después de las 9:30 dieron la salida después de guardar un minuto de silencio. Al grito de «a sus puestos» (lo que causó gran hilaridad entre los corredores) dieron el pistoletazo de salida y me puse en marcha sin tener muy claro el objetivo a seguir en la carrera. Sólo tenía claro que había que ir tranquilo hasta El Pardo.

En la bajada de Herrera Oria se me acopló un corredor al que le pareció adecuado el ritmo que llevaba. Juntos fuimos hasta la fatídica curva del cuartel donde empieza la primera cuesta dura de la jornada. Resultó muy bonito el acercamiento a El Pardo ya que al fondo se veía la sierra de Madrid toda nevada. En esos momentos empecé a sentir un frío de narices ya que la temperatura era unos cuantos grados menos que en la salida. Y en Fuencarral estábamos por debajo de cero.

En esa primera cuesta acorté la zancada y empecé a subir a buen ritmo esa primera dificultad, aunque sin darlo todo, que todavía quedaba mucho.

En la cuesta del cuartel
En la cuesta del cuartel, foto cortesía de Arganzboy

Acabó esa primera cuesta y me dispuse a afrontar la cuesta que acaba en la tapia del monte de El Pardo. De nuevo zancada más corta y para arriba. Esta cuesta se hace muy laaaaaaarga.

En la tapia ya habíamos pasado el 15 y tras el avituallamiento empieza una bonita cuesta abajo donde se puede estirar un poco la zancada. Ya iba pensando en la siguiente subida, la de Montecarmelo, y recordaba en mis primeras participaciones cuando se subía la cuesta del cementerio que era una subida bastante más dura que la actual; sin embargo, aunque más llevadera, se me hizo como siempre muy exigente y fue el peor momento de la carrera… pero ya se olía la meta.

La última subida, la que lleva a la puerta del polideportivo, se me hizo muy llevadera y casi sin darme cuenta ya estaba esprintando en la pista de atletismo buscando la meta.

En la última subida de la jornada
En la última subida de la jornada, foto cortesía de Macu

Fue en ese momento cuando tuve conciencia del tiempo que llevaba, ya que hasta ese momento no había mirado ni una sola vez el cronómetro. Ha sido de las pocas carreras en las que el tiempo realizado me importaba un pimiento.

Llegada, foto cortesía de runners.es
Llegada, foto cortesía de runners.es

Crucé la meta con un tiempo oficial de 1:30:41 en la posición 150 de casi dos mil clasificados. Curiosamente, es la primera vez que coincide la distancia medida por el forerunner con la distancia oficial, lo que me lleva a pensar que le faltaban metros a esta carrera, porque siempre el forerunner me ha medido más. Acabé muy contento porque aún siendo una carrera bastante dura acabé con muy buenas sensaciones y no muy cansado.

Después de la carrera, una bolsa del corredor muy bien surtida, ducha en los vestuarios, charla con los compañeros y rapidito a casa que tocaba comida familiar.

LIII Trofeo Marathon de cross

Hoy ha tocado madrugar. Me apetecía correr el cross organizado por la Agrupación Deportiva Marathon y había que estar antes de las 8:45 para tratar de obtener un dorsal… si había sobrado alguno de los que pusieron a la venta.

He tenido suerte, cuando he llegado sobre las 8:30 había dorsales disponibles y por tres módicos euros me han vendido el dorsal, el número 20 nada menos.

Hay desde mi casa hasta el colegio donde entregaban los dorsales, cuatro kilómetros cuesta arriba, así que a ritmo tranquilo, realizando un buen calentamiento. A esos cuatro hay que añadir una vuelta al circuito y unos progresivos, por lo que cuando he salido estaba bien caliente,

Durante la vuelta de reconocimiento me he encontrado con Javier, amigo de la Agrupación Deportiva Marathon a quien he estado saludando y con quien he compartido los últimos minutos hasta la salida. Gracias Javier por permitirme dejar la sudadera.

Sólo un minuto después de la hora prevista (9:15) sonó el disparo de salida y a tope por los caminos, curvas, contracurvas, subidas y bajadas. Enseguida cogí mi posición en la carrera y fui tratando de mantener un ritmo regular. Creo que lo conseguí porque en la segunda vuelta sólo me adelantó un corredor, pero yo adelanté a tres.

Contrariamente a la vez que corrí hace dos años, que se me hizo terriblemente dura, hoy he ido francamente bien, incluso se me ha hecho corto el recorrido. El único pero es que quizás estaba algo cansado del entrenamiento de ayer y ya en el primer kilómetro lo notaba las piernas. Quizás ese cansancio no me ha permitido ir más veloz.

En la línea de meta un buen sprint me ha llevado a terminar la carrera con un tiempo oficial de 20:15 y aunque no he conseguido el objetivo de bajar de veinte minutos, creo que he hecho una buena carrera. Siempre comparo los tiempos con una carrera de asfalto y no tiene nada que ver, porque en el cross es un continuo parar y arrancar que no te permite llevar un ritmo constante. Lo dicho 20:15 en 5,15 km a un ritmo de 3:56 min/km en un cross está muy bien, aunque sea un cross no muy complicado.

Trofeo Marathon de cross 2012
Trofeo Marathon de cross 2012 (foto cortesía de la forera crys de elatleta.com)

Viendo la clasificación oficial, he acabado en el puesto 60 de 244 participantes, siendo el 43 de categoría de veteranos. No está mal. Además las sensaciones al acabar y durante la prueba fueron buenísimas. Guardo una copia de las clasificaciones por si acaso.

Con la carrera de hoy más el trayecto de ida más el de vuelta, que han supuesto 21,7 puntos, acabo la semana con 63,4 puntos, tratando de alejarme de los novatos de colegio.

XIII Media maratón de Getafe

Hoy se ha celebrado la XIII edición de la media maratón de Getafe. Una carrera en la que habitualmente hace mal tiempo, o bien frío, o bien lluvia; sin embargo, hoy ha hecho unas condiciones inmejorables para correr: soleado, temperatura agradable y ni una pizca de viento. Ideal para realizar una buena marca, ya que el terreno es bastante llano en casi su totalidad.

Hace dos años, en esta misma carrera, conseguí bajar por primera vez de hora y media en la distancia, haciendo 1:29:18 y hoy salía con la idea de poder mejorar esa marca, tratando de bajar algún segundillo de la hora y los veintinueve minutos. Para ello había calculado seguir un ritmo entre 4:12 y 4:13 durante toda la carrera.

Antes de la salida de la media de Getafe
Antes de la salida de la media de Getafe

Había quedado con Pedro y Joaquín para tratar de ir todos juntos, pero Pedro estaba algo lesionado y Joaquín no las tenía todas consigo, por lo que en el kilómetro cuatro o cinco me había quedado solo y así estuve gran parte de la carrera, porque no conseguía acoplarme a ningún grupo.

Fui bastante regular, haciendo bastantes kilómetros al ritmo previsto, sobre 4:13. Ganando algunos segundillos en las bajadas y perdiendo algunos en las subidas. Bueno, no es que hubiera muchas subidas, sólo una en cada vuelta, pero se hacía algo larga, sobre todo la segunda vez, cuando ya íbamos por el trece. De hecho, creo que fueron los peores kilómetros para mí, desde el doce o el trece hasta el avituallamiento del quince.

Tras recoger el agua, me pasó un grupo del que tiraba un corredor que llevaba en su camiseta la leyenda LANDES. Me sonaba ese nombre del foro de elatleta.com y me pareció que llevaban un ritmo que podía seguir, aunque fuera algo más rápido que el mío. Fue un acierto seguirlos, porque empecé a adelantar a gente y soportaba el ritmo sin problemas. Estuve unos cuantos kilómetros detrás de LANDES y poco antes del 19 adelanté a Lorenzo, un amigo de Pedro, de Getafe y sobre el 20 adelanté a José Luis, uno de los habituales del parque de Pradolongo, que hizo un carrerón. Gracias LANDES por servirme de ayuda.

Ya quedaba muy poco para la meta y empieza una bajadita que lleva hasta la puerta del polideportivo. En esa bajada me adelantó un grupo en el que iba una chica llamada Henar, a la que sus acompañantes animaban para que llegara a meta lo antes posible. Me sirvió de acicate, aunque ya iba a tope, pero pude apretar un poco más cuando entré en el estadio y vi la línea de meta.

Volando voy...
Volando voy… (foto cortesía de Emilio II)

Ya a todo lo que daba de sí, llegué a la meta cuando el minutero del reloj ya había pasado de 27 a 28. Pero no me importó, ya que conseguí hacer mi mejor marca personal y es que la marca obtenida de 1:28:07 me parece estratosférica para mí y tengo que sentirme más que feliz con ella.

Extraordinaria marca la de Quique, que paró el crono en 1:21:33 consiguiendo su MMP y también gran marca de una amiga pradolonguera que hizo su MMP con 1:43:58.

Una extraordinaria mañana de atletismo.

XIII Trofeo Paris – 5 km

Hoy se ha celebrado en Madrid, en el Parque Lineal del Manzanares, otra edición del Trofeo Páris, organizada por el club de atletismo del mismo nombre. Tradicionalmente han celebrado varias carreras el mismo día: los 10 km, carrera de la mujer, campeonato de veteranos y carreras para niños. Este año han cambiado un poco: carreras infantiles, carrera de 10 km y carrera de 5 km.

Por probar, me inscribí a la carrera de 5 km, en la que había poca participación, aunque eso no lo sabía antes de la prueba. Salimos trotando desde casa hasta el Parque Lineal, recogimos el dorsal y estuvimos animando a los participantes de la carrera de 10 km. Vimos a bastantes conocidos que peleaban contra el crono en esta bonita carrera. Y algunos otros, animando al personal.

Después de acabar los de la decena de kilómetros, estuvimos calentando, haciendo algunos progresivos y pocos minutos antes a la línea de salida, donde había bastante holgura entre la gente, pudiendo llegar hasta la línea de salida desde el final, sin esfuerzo. A la hora prevista, nos dicen que esperemos cinco minutos más, no se por qué. Otro poco de calentamiento y no pasaron ni dos minutos cuando ya estábamos otra vez tras la línea de salida, por si acaso…

Escucho el «preparados, listos, ya» y salgo a tope, aprovechando que el primer kilómetro es cuesta abajo. Hay que ganar unos segundillos que seguro se pierden luego en el último, que es cuesta arriba. Pasó esos primeros mil metros en 3:36, no muy lejos de la cabeza de carrera. Asombroso, estoy muy cerca de ellos, no hay mucha gente entre el primero y yo, me da un subidón. De todas formas, ya empieza a estirarse la carrera y en el primer giro para tomar el camino de tierra ya se van alejando mucho. A mi lado va un tipo que me marca muy de cerca, juntos pasamos el segundo kilómetro en 3:47. Todavía incluso algo deprisa.

Mi compañero circunstancial va demasiado cerca de mí. Primero me da un codazo, luego tropieza con mi pie, luego vuelve a tropezar. Me vuelvo un poco mosqueado y le digo que va a acabar tirándome. Se disculpa y acelera el paso, por fin. Se va alejando a buen ritmo, no sé qué hacía a mi chepa. El tiempo en el kilómetro tres es 3:54, ahora algunos segundos más despacio de lo previsto. Poco después llego al puente que atraviesa el Manzanares, el paso es estrecho y hay que hacer dos giros de noventa grados, ahí se va un poco el tiempo, quizás. Veo delante de mí a un corredor que podría alcanzar, me concentro en ese objetivo, pero paso el kilómetro cuatro en 4:03, ¡demasiado lento! Empiezo a notar el esfuerzo, pero ya sólo queda uno.

No consigo acercarme al que va delante de mí y sin embargo empiezo a oír como animan a una chica que va detrás de mí. Ahora el objetivo es que no me adelante. Llegamos cerca del kilómetro cuatro y medio y el camino se empina considerablemente. Ahora echo toda la carne en el asador. Sigo oyendo los gritos de ánimo a la chica que me persigue. En plena cuesta oigo los gritos de ánimo de José Manuel, igual que antes los de otros compañeros y amigos y me da un extra de motivación. Llego al camino de madera. Veo un arco al fondo y un poco más allá el arco con el reloj de meta. Ahora sí que hay que ir a muerte. Cuando consigo distinguir las cifras del reloj de meta, veo que marca poco más de 19 minutos. Sigo apretando los dientes y paso bajo el arco de meta con un tiempo de 19:18, dos segundos menos de lo previsto. La primera mujer, que no era otra que la gran Aurora Pérez, llegó poco después de mí, pisándome los talones.

Al final conseguí llegar en un tiempo bastante aceptable y en la posición decimoquinta. Bastante contento con el tiempo… ¡y con la posición!

Después de la carrera, devolución del chip y camiseta, agua y refresco a cambio. De todas formas, el precio de la inscripción (10 €) ronda la barrera de lo caro, aunque los organizadores se escudan en que no tienen prácticamente ninguna ayuda, cosa que no pongo en duda. De todas formas, creo que la organización estuvo francamente bien y el entorno el maravilloso. Siempre es un placer correr por un sitio donde entrenas con regularidad.

Lo mejor vino después, porque una buena amiga consiguió subir al pódium como segunda veterana de esta prueba de cinco kilómetros, gracias a la extraña reglamentación de esta prueba que considera a los tres primeros como ganadores absolutos de la carrera (lo normal) y luego hace una clasificación de veteranos sin contar a esos tres primeros. Dándose la curiosa circunstancia de que el primer senior se puede quedar fuera del pódium si llega después de tres veteranos.

Salida de los 5 km del Trofeo Páris
Salida de los 5 km del Trofeo Páris, gracias al forero Digilogic de elatleta.com

Con los 17,7 puntos que me ha reportado esta carrera, sumo 60 en toda la semana. Según Daniels -a quien ya no sé si hacer mucho caso- 50 puntos son los que haría un novato de escuela secundario, mientras que 100 sería los que haría un alumno avanzado de secundaria. Vamos, que he obtenido poco más que un novatillo recién llegado. No sé si algún día llegaré a avanzado.

XXXII San Silvestre vicalvareña

Una vez más, para terminar el año atléticamente hablando, nos hemos acercado al madrileño barrio de Vicálvaro a participar en la XXXII edición de la San Silvestre que allí se celebra.

En el polideportivo de este barrio, donde están ubicadas la meta y la salida, habíamos quedado unos cuantos pradolongueros y un número indeterminado de maratidianos que al final se redujo a tres. Juntos nos hicimos una bonita foto.

Pradolongueros y maratidianos en la San Silvestre vicalvareña
Pradolongueros y maratidianos en la San Silvestre vicalvareña

Aunque es una carrera de sólo ocho kilómetros, es una prueba durilla porque excepto llano, tiene todo lo demás: ligera subida, ligera bajada, subida dura y bajada también pronunciada. De todas formas, el propósito era hacerla lo más rápido que pudiese y comprobar si mejoro o no en velocidad. Y es que la maratón, vuelvo a decirlo, te deja las piernas lentas, cosa lógica por otra parte.

Salí a toda pastilla, tanto que no vi el primer kilómetro 🙂 pero pasé el kilómetro dos en 7:50 por lo que consideré que el ritmo era bueno y que más rápido me iba a ser difícil ir. Así fue, me mantuve más o menos y apretando los dientes en las subidas y tratando de relajar un poco en las bajadas fueron pasando los kilómetros, consiguiendo llegar a la meta cumpliendo el objetivo de bajar de treinta y dos minutos, ya que el tiempo en meta fue de 31:52 bruto y 31:49 neto, según la clasificación oficial. Me hubiera gustado hacer menos tiempo, pero… es lo que hay. Tengo que seguir trabajando.

Mi compañera pradolonguera se quedó con la miel en los labios, ya que se quedó en la cuarta posición a sólo dos segundos de la tercera.

Llegando a meta
Llegando a meta (foto cortesía de Gerardo Manzano)

Como en años anteriores, esta carrera no me ha defraudado en absoluto. Muy buena organización, buen precio de inscripción (seis euros) y buena bolsa del corredor, consistente en camiseta técnica, gorra, monedero de muñeca, agua, refresco y bolsa de panchitos. Aparte de todo esto, el hecho de celebrarse en un polideportivo, también teníamos acceso a un vestuario con su correspondiente ducha. Y no olvidarse del sorteo de embutidos, que aunque llevo unos años que no me toca nada, es bastante generoso. Espero que nadie me pregunte por qué prefiero esta sansil a la vallecana.

Diploma San Silvestre vicalvareña 2011
Diploma San Silvestre vicalvareña 2011

Antes de salir hacia Vicálvaro me subí a la báscula y marcaba 67,8 kg, que teniendo en cuenta que acababa de desayunar no está mal, ya que calculo que unos 300 gramos de más sí tenía en el estómago y es que me está costando controlarme estas fiestas.

IX Carrera del aceite

A las 7:30 sonaba el despertador. Teníamos un largo viaje hasta Los Navalmorales, donde nos esperaba la IX edición de la carrera del aceite. Ya participamos hace dos años en esta prueba y nos gustó bastante, además es bonito volver a tu pueblo… aunque sea  por Navidad.

Por no leer el reglamento en detalle, pensaba que la carrera comenzaba a las once horas cuando en realidad era una hora después. Es por eso que nos causó extrañeza la poca gente que había por allí cuando retiramos el dorsal. Más raro todavía fue cuando faltando media hora nos despojamos de la ropa de abrigo y comenzamos a calentar y no sólo nadie lo hacía, sino que estábamos casi en familia.

Viendo que aquello no cuadraba de ninguna manera, me acerqué a secretaría y me sacaron de dudas: la carrera daba comienzo una hora más tarde. Mi compañera de viaje empezó a reprocharme el madrugón, pero ya no tenía remedio.

Antes de la salida de la carrera del aceite
Antes de la salida de la carrera del aceite, con la Sierra del Santo al fondo

Aunque el sol lucía radiante, la temperatura era baja, por lo que decidimos abrigarnos un poco e ir a reconocer el circuito, que no era el mismo que habíamos recorrido hace dos años. El actual consistía en dar tres vueltas (para totalizar 4,8 km según la organización) a un circuito que comenzaba llaneando por asfalto, para girar a derechas y meterse por un camino que se iba alejando del pueblo hasta llegar a una curva cerrada a la izquierda que iba poco a poco tornándose cuesta arriba. La cuesta iba endureciendo su pendiente hasta llegar de nuevo al pueblo donde acababa el camino de tierra y empezaba una cuesta abajo de bastante pendiente que llegaba hasta el arroyo que separaba los dos antiguos pueblos. Al cruzar el arroyo, de nuevo cuesta arriba hasta llegar a la carretera donde acababa la cuesta y donde ya se veía a unos trescientos metros la línea de llegada que era donde acababa también cada una de las vueltas. En resumen, un circuito bonito, medio cross, media carrera de asfalto, aunque corto y duro.

Detalle del recorrido
Detalle del recorrido

Dado que hace doce días me metí una maratón entre pecho y espalda, mi intención era de hacer un entrenamiento con dorsal como el domingo pasado; sin embargo, calentando me encontré con un viejo conocido, que ni siquiera sabía que corría, y no podía permitir que llegase antes que yo. Salí controlando al sujeto, pero en cuanto el terreno se tornó ascendente le pasé y al poco alcancé a una chica con la que hice casi toda la carrera. Se llamaba Irene y debía ser muy popular porque era animada en varios puntos del recorrido.

Junto a ella fuimos adelantando a diversas chicas que la precedían y eso la sirvió para llegar la quinta de las chicas. Yo llegué unos metros por delante con un tiempo oficial de 20:16 según la clasificación cuya copia he subido aquí. Aunque la distancia, según la organización era de 4,8 km, el GPS marcaba casi cinco, por lo que lo dejaremos en 4,9 km teniendo en cuenta la precisión del GPS. Bastante contento con mi prestación aunque preguntándome si he obrado bien o he hecho el canelo yendo a todo trapo.

Me ha sorprendido la participación femenina. Sin temor a equivocarme, afirmo que es la carrera que mayor porcentaje de chicas había de todas en cuantas he participado, el 30% de la participación era femenina.

Mi compañera de viaje consiguió hacerse con el quinto puesto de su categoría y subió al cajón para recibir una garrafa de cinco litros del líquido que da nombre a la carrera. Al final el viaje y el madrugón merecieron la pena.

Interesante premio en forma de garrafa de aceite
Interesante premio en forma de garrafa de aceite

VIII Carrera popular de Navidad de San Martín de la Vega

Por segundo año consecutivo he participado en esta carrera popular, que coincide en el tiempo con el Trofeo Akiles. Reconozco que la carrera de la Casa de Campo me gusta mucho, pero es bueno probar otras alternativas.

Después de correr el martes la maratón de Málaga, no es que tuviera muchas ganas de participar en otra carrera, pero por acompañar a una amiga, me desplacé hasta San Martín, pueblo al que tengo cierto cariño por haber pasado por allí infinidad de veces con la bicicleta.

Antes de la salida en San Martín de la Vega
Antes de la salida en San Martín de la Vega

Aunque notaba las piernas francamente bien, ni por un momento se me pasó por la cabeza tomármelo en serio, por lo que me lo tomé como un entrenamiento con dorsal. No era cuestión de apretar en una carrera que ni iba ni me venía, aún así salí demasiado deprisa ya que el primer kilómetro lo hice en 4:30, dejándome llevar por la estela de mi compañera de aventuras. Decidí calmarme y traté de buscar un ritmo cercano a 5:00 que parecía bastante llevadero.

Se trata de una carrera con bastantes curvas y recurvas a un circuito al que hay que dar dos vueltas. Lo recordaba bastante bien del pasado año y he comprobado que el circuito es exactamente el mismo, no tiene muchos metros llanos, todo es ligera bajada o ligera subida, pero muy ligeras en ambos casos. A mí se me hizo muy llevadero.

En plena carrera
En plena carrera, gracias a Photo Finish

Al llegar a meta, mi cronómetro marcaba 49:33, aunque el tiempo oficial es de 49:41 según atestigua la clasificación oficial. Mi compañera aparece con un tiempo oficial de 47:35 y por poco se sube al cajón, ya que quedó cuarta de su categoría. Es curioso lo de las carreras porque el año pasado hizo un minuto menos y ¡quedó novena!

Por cierto, nivelón en los primeros puestos, ¡los tres primeros consiguieron bajar de treinta minutos!

Para terminar, unas observaciones sobre la organización. Desde mi punto de vista, tuvo dos fallos clamorosos. El primero es no disponer de guardarropa, aunque sí lo hubo el año pasado y el segundo, teniendo tres servicios portátiles, sólo estaba abierto uno de ellos. Este último es un fallo menor y quizás no sea achacable a la propia organización, sino a la empresa que se encarga de esos menesteres, pero ellos deberían, en última instancia, resolverlo. De todas formas, he leído que en el Trofeo Akiles, la organización rozó el esperpento.

II Maratón ciudad de Málaga

Hoy, día de la constitución, se ha celebrado la segunda edición de la maratón de Málaga, en la que he tenido ocasión de participar.

Hasta esta ciudad andaluza me he desplazado junto a Joaquín, un compañero de entrenamientos, con el que llevaba desde agosto preparando esta prueba. Aquí habíamos quedado también con Serrano para formar un grupo con un objetivo común.

En la feria del corredor con Martín Fiz
En la feria del corredor con Martín Fiz

El objetivo era tratar de acercarnos a las tres horas y quince minutos. Yo tenía muy claro que para conseguir esa marca tenían que ponerse todas las circunstancias a nuestro favor; sin embargo cuando llegamos al estadio Ciudad de Málaga vimos que soplaba un viento de poniente con bastante fuerza. Esto obligaba a cambiar la estrategia y tratar de buscar un grupo más numeroso en el que refugiarse. Además no parecía que fuese muy sencillo encontrar un grupo así con sólo 700 participantes.

El recorrido consiste en un circuito de dos vueltas, una pequeña de 15 km y otra más grande de 27. Casi todo el recorrido es junto al mar y lo peor de todo (lo pésimo me atrevería a decir) es que está abierto al tráfico en su mayor parte.

Nada más salir Joaquín se marchó de mi compañía porque se encontraba francamente bien. Serrano se mantenía un poco detrás.

Al final de la primera vuelta, que coincidía con el final de la maratón, vimos que el viento era muy fuerte y en contra. Obviamente todo el mundo pensó que el final se iba a hacer duro. Me llamó la atención que yendo en medio de un grupo de ocho o nueve personas, el viento en contra se hacía notar y mucho. Allí empecé a pensar que el alcanzar el objetivo me iba a costar lo suyo.

Pasado el km 15, el grupo en el que iba acoplado aceleró y tuve que elegir entre ir en un grupo a un ritmo más rápido del previsto o seguir a mi ritmo aunque me quedase solo. Elegí la segunda opción.

No llegué a ir solo del todo porque la que a la postre fue cuarta clasificada estuvo bastantes kilómetros conmigo. En compañía de esta chica pasé la media en 1h35, más o menos lo previsto. Iba francamente bien haciendo kilómetros a 4:32 ó 4:33; no obstante sabía que esto no significaba nada porque quedaba la mitad más complicada.

Cerca del 24 estaba mi familia, cuyos ánimos (y medio plátano) me vinieron de maravilla.

En el km 24
Muy cerca del km 24

Poco después empecé a ver la camiseta naranja de Joaquín que parecía ir perdiendo posiciones. Sobre el 27 le di alcance y me comentó que iba fatal, con dolores en la tripa que pensaba le iban a obligar a parar. Enseguida se quedó atrás, poco antes de llegar al punto más al este del recorrido, en el 29, donde volvemos hacia el punto de partida que es también la meta. En el 30 mi cronómetro marcaba 2h17 y pensé que ya casi seguro las tres horas y cuarto se marchaban porque ya iba algo más lento esos kilómetros, aunque no iba nada mal del todo.

Pasado el 34 el recorrido se aleja del mar y se interna en el centro histórico de Málaga. Mi compañera de aventuras pisó el acelerador y se marchó a toda pastilla. Me quedé más solo que la una pero el ritmo seguía siendo aceptable, sobre 4:45 y seguía adelantando corredores. Todavía controlaba la situación.

Para mi desgracia, llegado al 38 empecé a sufrir viento frontal, como en la primera vuelta, pero ahora no había grupeto donde refugiarse. El fuerte viento, unido al cansancio acumulado, hicieron que esos últimos kilómetros fueran realmente duros. Desde la media hasta ese punto había ido pasando corredores, pero ahora la tendencia se había invertido. Pienso que lo he pasado peor que en las cuestas finales de Mapoma.

Al llegar al 41, sólo quedaba el kilómetro de gloria, pero al contrario que en Madrid que se hace en El Retiro, rodeado de gente que te anima, aquí la animación es escasa y no deja de ser un kilómetro duro más. No sé muy bien de donde, pero saqué unas poquitas fuerzas de flaqueza y aceleré un poquillo, presentándome en la meta con un tiempo oficial neto de 3:18:29, en el puesto 110 de la general y 16 de mi categoría. Contento porque he conseguido una nueva MMP, pero algo triste por haberme alejado del objetivo previsto. Otra vez será, pero me parece que no en Málaga porque no me ha gustado nada que el circuito estuviese abierto al tráfico. Eso sí, si se obvia este «pequeño» detalle, la organización estuvo francamente bien. Sobre todo me parece destacable la cantidad de fruta que había en los puestos de avituallamiento y la cantidad de éstos que había.

En la meta
Llegando a meta

Serrano llegó poco después, haciendo una mejor marca personal de 3h20. Joaquín pasó las de Caín y se tuvo que conformar con 3h39, dice que pinchó las cuatro ruedas.

XXXV Media maratón de Moratalaz

Hoy he participado en la decana de las populares de Madrid: la media de Moratalaz, que hoy celebraba su trigésima quinta edición. La intención era realizar un ensayo general de cara a la próxima maratón: mismo ambiente, misma vestimenta, mismas zapatillas y mismo ritmo. Dado que la intención es llevar un ritmo entre 4:30 y 4:35 en la maratón, ese era el objetivo en esta media.

Amablemente me acercó Emilio II al polideportivo donde había quedado con Fernando y Carlos, dos compañeros de MaraTI+D. Había mucha gente merodeando por la zona de entrega de dorsales y chips, con la cantidad de carreras que había hoy en Madrid y alrededores. Luego me enteré que se habían agotado los dos mil dorsales que habían fijado de cupo. Reconozco que me sorprendió encontrar a tanto personal.

Media de Moratalaz 2011
Media de Moratalaz 2011

Después de la foto nos encontramos con Nelson y su padre, también asiduos de Pradolongo, que nos indicaron donde estaba el improvisado ropero. Dejamos los bártulos allí y empezamos a trotar para no salir con las piernas frías.

La salida se retrasó casi quince minutos de la hora prevista, así que tuvimos que esperar un poco más de la cuenta, nada importante. La calle donde daban la salida está dividida por una pequeña mediana. En uno de los lados había un arco y en el otro, no. Nos pusimos en el lado del arco ya que suponíamos que había alfombra, pero resultó que no había. Fueron más espabilados los que se pusieron en el otro lado de la calle porque estaba más despejado.

Con tanta gente por delante, el primer kilómetro fue un continuo slalom, pero poco a poco se fue aclarando la carrera. Traté de mantener el ritmo previsto y fui viendo como se iban escapando poco a poco mis compañeros.

En el kilómetro cinco observé un choque generacional. Félix, un corredor popular de toda la vida, fue arrollado en el avituallamiento por un joven corredor que impulsivamente trató de coger una botella de agua sin ninguna consideración, llevándose por delante al veterano corredor, que montó en cólera. Parece que las nuevas generaciones vienen apretando fuerte y no tienen ningún reparo en las canas que encuentran en su camino. Muy triste.

Seguían pasando los kilómetros y me encontraba muy cómodo a ese ritmo cercano a 4:30, un pelín más lento en las subidas, aunque luego recuperaba en las bajadas. Sobre el kilómetro doce observé a un individuo bastante alto con camiseta de la Asociación Atlética Moratalaz que iba haciendo marcha atlética (más tarde me he enterado que se trata de Miguel Angel Prieto, excelente marchador). Pensé que iba a poder adelantarle a los pocos kilómetros, pero éstos iban pasando y me acercaba muy poco a poco a su espalda.

Al final consiguió sacarme de mis casillas y en el kilómetro 17 empecé a acelerar porque veía que llegábamos a meta y no iba a ser capaz de pasarle. Que cosas tan absurdas le pasan a uno por la cabeza cuando va corriendo…

Ya acelerado, cerca del kilómetro 19 conseguí adelantar al marchador y con el miedo en el cuerpo seguí acelerando por si acaso, total ya quedaban sólo dos kilómetros a meta.

La proximidad del polideportivo me dio un plus y apretando los dientes, olvidándome ya del ritmo previsto llegué a meta haciendo un tiempo de 1:32:08. Por desgracia, esta carrera mantiene su seña de identidad de toda la vida: nunca ha estado bien medida. La distancia de esta media, según mi Garmin, es de 20,7 km, que teniendo en cuenta el error de medida, debe estar por los 20,5 km. No sé si para bien o para mal, con los últimos acelerones, el ritmo se me fue a 4:25, algo más rápido de lo previsto.

Después de la llegada a meta, un caldito calentito que me sentó bastante bien, botellita de agua, bote de Nestea y camiseta técnica conmemorativa. Todo por diez euracos, un precio aceptable para ser una media maratón, aunque todavía recuerdo cuando corrí la primera vez, allá en el lejano 1998 que el precio era de veinte duros.

I Media maratón de Castilla-La Mancha

El sábado por la tarde, un primer grupo expedicionario pradolonguero formado por siete corredores se desplazó a Ciudad Real para participar en la primera edición de la media maratón de Castilla-La Mancha, que este año por primera vez se celebraba junto a la maratón. Un segundo grupo, el de los dos emilios, iba a llegar el mismo día de la carrera, poco antes de empezar.

Llegamos, fuimos al hotel a dejar los chismes y desde allí a recoger el dorsal a la Plaza Mayor. Para nuestra desgracia, este año no hubo el ágape tradicional con que la organización agasajaba a los corredores en el museo municipal López Villaseñor. Nos dijeron que su ausencia era cosa de la crisis y tuvimos que conformarnos con cenar alguna cosa en un local de comida rápida.

El domingo, con aquello del cambio de hora, a las seis ya estaba con los ojos como platos, así que aproveché para desayunar pronto y preparar con mimo los útiles de correr. Por eso, con mucho tiempo de antelación llegamos a la línea de salida donde incluso nos dio tiempo a tomar un café aparte de calentar, hacernos fotos y charlar con la gente del Gran Grupo Garabitas que había desplazado un buen número de efectivos a esta ciudad castellano-manchega.

Antes de la salida de la media, con muchos GGGs
Foto de grupo, antes de la salida de la media, con muchos GGGs

Ya conocía la carrera por la maratón que hice en 2008, por lo que sabía que la media consiste en dar sólo una vuelta de las dos que conforman la maratón entera. Tengo que reconocer que no es una carrera bonita, ya que parte de la prueba transcurre por polígonos industriales y otra buena parte consiste en ir y volver a Miguelturra por una carretera abierta al tráfico separando por conos el carril para los coches y el carril para los corredores. Resulta peligroso y muy desagradable ir corriendo al lado de coches que van y vienen casi rozando los conos.

La animación en Ciudad Real es ciertamente escasa, excepto en el tramo donde está la salida y meta; sin embargo, cuando se cruza por el centro de Miguelturra, la animación es excesiva. Hubo un momento que tanto tamborazo y tanto estruendo me dejó totalmente anonadado, tanto que casi no sabía donde estaba. El tramo de Miguelturra hasta Ciudad Real se hace durillo porque ya llevas bastantes kilómetros en el cuerpo y hay algunos repechitos que consiguen que te vayan abandonando las fuerzas poco a poco. Afortunadamente, desde la entrada a la ciudad de Ciudad Real hasta meta (unos dos kilómetros) el recorrido es favorable y se puede recortar un poco el tiempo perdido en esos repechos.

Tenía previsto salir con Jaquín con la idea de bajar de la hora y media. Con unos minutos de retraso sobre las nueve y media dieron la salida y enseguida nos pusimos a un ritmo de crucero de 4:15 que era lo previsto para realizar esa marca. Los primeros 10 km (42:23) salieron bajo el guión previsto, incluso ganando unos segundillos al crono. En esos primeros kilómetros se nos unió un corredor que nos acompañó casi toda la carrera, siempre a nuestras espaldas, pero que no se quedaba en ningún momento. Pasando esa primera decena de kilómetros, coincidiendo con el avituallamiento en la salida de Ciudad Real y que era cuesta arriba tuvimos una pequeña pérdida de segundos, pero al poco volvimos a marchar al ritmo deseado.

Entre el 13 y el 14 nos adelantó Paco, el hermano de Joaquín, que iba a realizar la maratón entera. Eso nos dejó un poco tocados porque además nos pasó como si tal cosa, a un ritmo endiablado. Luego pagó estas alegrías y se le hizo la segunda vuelta muy dura, pero aún así consiguió hacer 3h15 que no es mala marca; sin embargo nosotros perdimos otro puñado de segundos debido al shock producido por el adelantamiento.

Después del animado paso por el centro de Miguelturra, de nuevo empezamos a transitar por calles muy solitarias de esta localidad y ya saliendo, en el kilómetro 16, se puso a tirar nuestro acompañante. Iba más fuerte que nosotros dos porque cuando llegaron los repechos fue separándose muy poco a poco, sin que fuéramos capaces de seguirle. Pasé dos o tres kilómetros un poco delicados porque veía que no sólo se iba el acompañante, sino que veía que Joaquín también me dejaba tirado. Menos mal que llegamos al kilómetro 19 y el perfil era un poco más favorable; sin embargo, ya veía que la cosa iba a estar muy justa, sobre todo porque un kilómetro después el tiempo era de 1:25:25 (íbamos 25 segundos peor). Sólo quedaba echar toda la carne en el asador en ese kilómetro y pico para tratar de conseguir el objetivo.

Y así fue, sacamos fuerzas de flaqueza y ese último tramo fue el más rápido de todos, consiguiendo marcar un ritmo de 4:06 y bajando por los pelos de la hora y media. El tiempo oficial ha sido de 1:29:55, aunque hice algunos segundos menos de tiempo neto, llegando en el puesto 81 de la general y siendo octavo de mi categoría. Mi compañero de aventuras hizo un segundo más pero se aupó al tercer puesto del cajón de su categoría. Emilio, para no perder la costumbre, se hizo con el primer puesto de su categoría de mayores de 60 años y eso que dentro de dos semanas cumplirá 66 tacos. Este hombre no para de sorprenderme. Y para terminar, la única componente femenina del grupo pradolonguero también subió al cajón. La expedición fue todo un éxito.

Llegando a meta en la media de Castilla-La Mancha
Llegando a meta en la media de Castilla-La Mancha

Como curiosidad, decir que en esta carrera es en la única donde el dorsal ha hecho honor a su nombre. La manera que tuvo la organización de distinguir a los que iban a hacer la maratón de los que iban a hacer la media fue que los más vagos llevaran dos dorsales, uno en el pecho y otro, en el dorso. Nunca lo había visto hasta ahora.

Para terminar fuimos a comer al Hotel Guadiana donde Juan Julián del Gran Grupo Garabitas había reservado para una treintena de personas. La comida fue extraordinaria y muy bien de precio y la compañía, excepcional. Gracias Juju por tus desvelos.

Reponiendo fuerzas después de la carrera
Reponiendo fuerzas después de la carrera

Lo único malo es que acabé con la uña del dedo gordo derecho bastante mal. Ya estaba la cosa fea, pero me dolió bastante en los últimos kilómetros, como si se me fuese clavando. Me sangró durante ese último trecho y desde que paré después de meta no puedo andar con normalidad. La uña ha pasado de estar de color negra, a un color gris sucio, muy mosqueante.

Aprovecho para decir que aunque el sábado no corrí, sí me subí a la báscula. Marcaba 67,1 kg gracias a la gran cantidad de kilómetros que me metí la semana anterior, porque ésta ha sido de poco kilometraje.

Para terminar, dar las gracias a Emilio II (y a Cristina) por las dos primeras fotos y a Juan Julián por la segunda.