Nos atrae como un imán

Hoy hemos salido en bici. La segunda vez esta temporada, así de triste es. Y como casi siempre, las bicicletas nos han dirigido por el carril bici hasta San Martín. Parece como si este pueblo nos atrajera como un imán. La verdad es que el carril bici que va desde Madrid hasta esta localidad, aunque está un poco abandonado, provoca mucho «tráfico» de bicicletas y uno de los que sacan beneficio es el San Marcos, que siempre está lleno de ciclistas desayunando.

Hacía algo de fresco a eso de las nueve de la mañana así que decidí salir con manguitos. Y menos mal, porque sólo me los quité ya cuando veníamos de vuelta.

Como siempre, el viento se hace notar. Viento en contra para allá, sobre todo al rodear Perales del Río, pero después de subir la Marañosa el terreno es favorable y aunque el viento se nota, no impide el avance. Una vez en San Martín, parada en el San Marcos a desayunar y vuelta a casa.

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En la terraza del San Marcos, con mi maillot de la ONCE y mi rodilla magullada

A la vuelta el viento era favorable, pero en algunos tramos daba también en contra. Es increíble lo del viento. Ya lo dice uno de los puntos de la ley de Murphy del ciclismo: el viento dará de cara siempre.

De todos modos, la vuelta se nos hizo más dura. No sé el motivo. Hicimos unos 54 ó 55 kilómetros entre la ida y la vuelta.

Furacín, milagrosa pomada

Hoy he quedado temprano, a las 8:30, con Miguel. La convocatoria estaba abierta a todo pradolonguero viviente, pero no ha venido ninguno más. No problem, entre los dos nos bastamos y nos sobramos para devorar kilómetros como quien no quiere la cosa.

Me he levantado francamente bien. Es increíble, pero gracias a la pomada Furacín, las costras ya han desaparecido, tanto las del hombro como las de la rodilla, por lo que el movimiento del brazo y de la pierna ya es casi perfecto.

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Furacín, milagrosa pomada

Hemos ido al Parque Lineal, pero no con la idea de hacer el circuito completo, sólo llegar al último puente y vuelta. Y para ir para allá, fenomenal. Como siempre suele ocurrir, viento a favor y avanzando sin esfuerzo pensando ¡qué bien voy hoy! A la vuelta, lo normal, a luchar contra el viento.

Los kilómetros a la vera del río han sido a buen ritmo, segundos por debajo de cinco; sin embargo, subiendo para el barrio ya iban costando los kilómetros. En total hemos hecho 14,6 km en un tiempo de 1:15:43 @ 5:10 min/km.

Reconociendo el circuito de la Carrera del Zofío

Es una gran satisfacción para mí poder decir que este año tendremos una nueva edición de la Carrera Popular Barrio del Zofío, organizada por la Asociación de Vecinos, con los cuales colaboro. La carrera se celebrará el 21 de junio, por lo que ya falta justo un mes. Y debo decir que la cosa ya está lanzada. Por el módico precio de 7 € el corredor puede optar por correr la prueba de 5 km o la de 10. Aparte de las carreras de «mayores» también hay carreras para niños.

Podéis encontrar más información en la página web de la carrera.

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Cartel de la XIV edición de la Carrera Popular Barrio del Zofío

Pues bien, Joaquín tiene esta carrera entre ceja y ceja y dice que una vez a la semana hay que hacer el circuito para ir interiorizándolo. Así que desde el punto de encuentro, que está en el recorrido de la prueba, hemos seguido el itinerario, yo atento al GPS para ver si coincide con lo medido años anteriores, no sea que nos hayan robado o añadido algún metro.

Llegados a la cuesta de la calle Fornillos, mis compañeros han empezado a zumbar y me he quedado solo con Emilio. Luego éste al volver al punto de encuentro se ha largado a su casa y he tenido que apretar los dientes para alcanzar a los que iban delante de mí. Y ya con la inercia, una vez alcanzados he seguido a ese ritmo, sobre 4:30, para ver cómo respondían las piernas, sobre todo la rodilla izquierda que todavía está algo dolorida. Y la verdad es que no me ha molestado demasiado, parece que las heridas, ya cicatrizadas, no molestan demasiado.

En total han sido 9,8 km en un tiempo de 49:07 @ 4:58 min/km. Muy contento con la evolución de las heridas provocadas por la caída de hace una semana.

Con Iñaki

Hoy hemos tenido el placer de ser acompañados por el gran Iñaki. Alguna vez ya ha venido con nosotros, por lo que espero que esta no sea la última.

Después de los saludos y presentaciones de rigor nos hemos puesto en marcha, a un ritmo bastante tranquilo. A mí todavía me molestaba algo el brazo izquierdo y la pierna del mismo lado de la caída, por lo que tampoco era cuestión de ir muy deprisa; sin embargo, nuestro nuevo acompañante se ha puesto charla que te charla con Joaquín y nos han ido sacando metros y metros casi sin querer.

Pero Joaquín estaba ansioso de apretar el ritmo y ha dejado a nuestro invitado solo, por lo que se ha visto abocado a esperarnos ya que no conoce el circuito todavía. Ahí él ha bajado algo el ritmo y nosotros lo hemos aumentado, aunque no mucho y así hasta el final, haciendo las dos vueltas, es decir, 9,6 km en un tiempo de 50:56 @ 5:18 min/km.

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Un bonito selfie después de la carrera

Mejorando de las heridas

El tortazo del jueves me está dando guerra. Esa noche la pasé fatal, casi no dormí. El viernes me encontraba bastante mal con dolores en el hombro y la rodilla. El sábado ya lo pasé algo mejor y hoy me he levantado con ganas de probar cómo ando de las lesiones.

Y no ando muy fino todavía. Cada vez que mi pie percutía sobre el suelo, el hombro me dolía. La rodilla iba como si tuviese un añadido que hacía el efecto similar a correr con mucha barriga, que va moviéndose a un lado y a otro. Después de unos kilómetros me he dado cuenta de que iba mejor si el brazo no iba en movimiento. Así que he corrido braceando con un brazo y el otro quieto, con la mano prácticamente en la ingle, que era la postura en el que la doblez del brazo provocaba menos molestia.

La rodilla ha ido mejorando poco a poco según pasaban los kilómetros. Ese bamboleo del principio cada vez era menos y sólo notaba el pequeño dolor de las heridas, pero la rodilla está muy bien comparada con el hombro.

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La recuperación de la rodilla anda por buen camino

Me dado una vuelta en Pradolongo y otra en Parque Sur totalizando 8 km en 45:20 @ 5:40 min/km. Un ritmo muy lento, pero contento tengo que estar para como estoy.

Correr es más peligroso de lo que parece

Hoy he salido a correr a eso de las ocho, por lo que me tocó correr en solitario. Tenía idea de hacer unos cambios de ritmo una vez calentase las piernas, para ver cómo andaban los músculos después de la maratón.

Como mañana es festivo en Madrid, había bastante gente por el parque. Unos celebrando sus cumpleaños, otros paseando, otros ensayando bailes, otros jugando al baloncesto, otros, simplemente, sentados en el suelo, merendando.

Llevaba ya casi cuatro kilómetros cuando hice el primer cambio de ritmo. Fuerte, pero no muy largo. Antes de acabar la primera vuelta ya había hecho otros dos cambios más.

En la segunda vuelta, en la recta paralela a la Avenida de los Poblados, hice el cuarto cambio. Y el quinto en la ligera subida que hay hacia el hito del primer kilómetro. Justo cuando iba a la altura de las canchas de baloncesto, en el máximo esfuerzo del cambio, se me cruzaron dos niñas de no más de cinco años. Ni pude frenar ni pude esquivar a una de ellas y viendo que el encontronazo era inevitable, cuando ya caíamos los dos traté de rodearla con mis brazos y girar sobre mí mismo para que ella no se diese contra el suelo. Resultado: arañazos en hombro, brazo y rodilla izquierda y en ambas manos. Además del labio hinchado del cabezazo que me dio la pobrecita.

Lo peor de todo es que al final la niña también se golpeó contra el suelo y tenía una pequeña herida en la cabeza. Estuvimos tratando de consolarla y dije a su madre que la llevara al Centro de Salud, por si acaso. Poco más podía hacer, me dirigí a una fuente cercana y me limpié las heridas con el agua a presión. Me fui corriendo a casa, antes de que se enfriaran las heridas y no pudiera ni andar, con mucha pesadumbre en la cabeza, no pudiendo olvidar a la niña pequeña y el desagradable accidente.

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Así acabó mi hombro

Al final no llegué a seis kilómetros y sólo me dio tiempo a hacer cuatro y medio cambios. Pero nada de eso importa.

Tendré que pensarme otra vez salir a correr en vísperas de festivo tan tarde, que hay demasiada gente en el parque. O si salgo, evitaré ir deprisa.

No me lo puedo creer

Es increíble lo que puede hacer un político (en este caso una política) por un puñado de votos.

Acabo de leer que Esperanza Aguirre «organiza» una carrera popular gratuita, o lo que es lo mismo, quiere engatusar a un colectivo con la golosina de una carrera, eso sí, pagando con el dinero de todos. La carrera se denomina «carrera por la alcaldía» y en ella los corredores podrán elegir entre el circuito de 5 o de 10 kilómetros y será cronometrado por chip. En la meta los participantes recibirán un avituallamiento líquido y sólido y una bolsa técnica, que incluirá una camiseta técnica. Vamos que tiene todos los elementos de una carrera «de verdad», pero puestos a disposición de un acto electoral.

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Ni siquiera se curraron el correo que enviaron

Se la debería caer la cara de vergüenza, no digo ya por lo de la carrera, sino de presentarse a la alcaldía después de tantos escándalos de corrupción ocurridos bajo su paraguas. Pero claro, el primer requisito para ser político es no tener vergüenza. Así nos va en esta ciudad y en el resto del país.

Este asunto me fastidia por dos motivos principalmente. El primero es tratar de aprovechar la organización de una carrera para fines políticos, cuando el deporte debería estar totalmente separado de esta sucia práctica. Y lo segundo, es lo que he visto en la organización de la Carrera del Zofío en la que formo parte de la organización. La Junta Municipal, gobernada por el PP, que ayudaba económicamente a organizar «nuestra» carrera, hace ya unos cuantos años que no lo hace, pero los mismos peperos no tienen problema en soltar dinero para esta nueva carrera/acto electoral. Está claro que el dinero de los ciudadanos mejor para sus propósitos que para otros fines. Realmente lamentable.

Pestilente

Hay un montón de árboles cerca de mi casa que han florecido y sueltan un olor un poco fuerte. El problema es que al haber tantos, ese olor un «poco fuerte» se convierte en algo realmente desagradable, casi pestilente. El olor es tan exagerado que es casi alergico. Corriendo por Pradolongo también te encuentras unos cuantos.

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Árbol más que florido

Para más inri, estos árboles sueltan una especie de pelotillas esféricas, muy pequeñas, aproximadamente de un centímetro de diámetro que son bastante duras. Entre la dureza y que hay muchísimas, andar por una calle se convierte casi en ir patinando sobre esas pelotillas.

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Pelotillas soltadas por lo árboles

El de hoy ha sido un entreno bastante tranquilo, ya que la temperatura era bastante elevada, sobre los treinta grados. Llegué tarde y acorté un trecho. Y en ese recorte me encontré con Jesús, que había recortado aún más. Luego vimos a Quique y Joaquín que como alumnos aplicados no habían hecho ningún recorte e iban por el camino oficial.

No tuvo mucho más truco el entrenamiento. Muchísimo calor, ritmo bajo para aguantarlo y finalización en la fuente para al menos refrescarnos al final. Hice 9 km en un tiempo 49:23 @ 5:29 min/km.

Deseando que se vaya este calor tan exagerado y que vuelva una temperatura más templada más acorde con el mes del año en el que estamos.

Aunque fue el domingo cuando me pesé, justo antes de ir a la carrera, lo pongo ahora por no «manchar» la crónica del otro día. La báscula marcaba 70,2 kg que es mucho, pero estoy seguro que he bajado desde el anterior fin de semana que vine a tope.

II Carrera del río de Toledo

Traté convencer en días pasado a mis compañeros de asistir a la carrera de las hoces del Huécar, pero al final no tuvo éxito la propuesta, así que pensé en otro objetivo y convencí, a última hora, a una amiga para participar en la segunda edición de la carrera del río de Toledo.

Se trata de una prueba que transcurre en su mayor parte por una senda que va pegada al río Tajo. Se sale del barrio del Polígono, situado a las afueras de la ciudad y llevando el río a derechas durante muchos kilómetros, los corredores nos vamos acercando al centro de la ciudad, aunque la carrera acaba en un aparcamiento muy cerca de la estación del tren aún fuera del casco histórico de Toledo.

Se está poniendo de moda en las carreras toledanas correr por parejas. Puedes apuntarte como parejas mixtas o por parejas de chicos o de chicas. En nuestro caso, obviamente, nos apuntamos en la categoría de parejas mixtas y nos asignaron el dorsal 212, número capicúa que siempre es señal de buena suerte.

El objetivo era alcanzar al menos el tercer puesto del cajón, así que salimos a buena marcha con la mente puesta en el objetivo. Hicimos el primer kilómetro en 4:30 y pensamos que era mejor relajar un poco la marcha, ya que a esas horas, pasadas las once de la mañana, hacía un calor horroroso.

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Dentro del primer kilómetro, aún por asfalto, foto cortesía de atletismotoledano.blogspot.com.es

No se hace ni un kilómetro por asfalto cuando por un túnel que pasa bajo la vía del tren se toma un camino que ya no se abandona hasta la llegada. La idea era ir sobre 4:45 y marchando a ese ritmo enseguida nos pusimos detrás de una pareja. Estuvimos un par de kilómetros agazapados a su espalda pero se me ocurrió pasarlos ya que me estaba pareciendo que mi compañera se iba acomodando a su ritmo, un poco por debajo de cinco minutos, y que podíamos ir más rápido. Craso error.

No demasiado lejos pude divisar otra pareja que pensé que a lo mejor podíamos alcanzar; sin embargo, pasado el kilómetro cinco empecé a notar que a mi partenaire le estaba costando. El calor era insoportable y ni siquiera la cercanía del río lo mitigaba. Los árboles que había junto al río están situados al oeste por lo que había escasos tramos de sombra.

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Sobre el km 7, junto al río, foto cortesía de atletismotoledano.blogspot.com.es

En las carreras de diez kilómetros siempre lo he pasado mal en el tramo del cinco al seis, por lo que pensé que a mi compi le estaba pasando lo mismo, pero no fue así, iba perdiendo fuelle poco a poco debido al calor y a que sentía las piernas muy pesadas.

Pasado el kilómetro siete nos adelantó la pareja a la que habíamos adelantado poco antes y no fuimos capaces de seguir su ritmo, poco a poco se nos fueron escapando. Nos dimos cuenta que las posibilidades de subir al cajón se esfumaban, pero cuando vas mal poco se puede hacer, por mucho dorsal capicúa que lleves.

En un determinado punto, que además estaba sombreado, un espectador nos dijo que estábamos en el último kilómetro. Miré el GPS y vi que íbamos por el km 8,5, por lo que pensé que era la típica frase de ánimo a los corredores, pero no era así, el hombre tenía razón porque la carrera no llegaba a los diez que indicaba el reglamento.

Cuando nos acercábamos al aparcamiento donde estaba instalada la línea de meta aceleramos un poco para acabar la carrera lo más pronto posible y poder conseguir algo de agua y, de este modo, atravesamos la línea de meta con un tiempo oficial de 47:38 en un distancia aproximada de 9,6 km y consiguiendo la quinta posición en la categoría de parejas mixtas.

En la meta, agua y refresco fresquitos y plátano y naranja para reponernos del esfuerzo. También una bonita camiseta, todo por 16 € que valía la inscripción como pareja.

Desde mi punto de vista, se echó en falta un avituallamiento a mitad de carrera en un día tan caluroso, pero imagino debe ser complicada prever que a principios de mayo fuese a hacer un día con una temperatura muy elevada. Cuando nos íbamos a recoger el coche, vimos que un termómetro cercano a la estación de tren marcaba 32 grados, por lo que no es de extrañar que en la meta hubiese un hombre tendido, quizás deshidratado, siendo ayudado por las asistencias.

La organización ha tenido dos fallos que deberían tratar de arreglar, uno relacionado con el otro. Deberían plantearse modificar la hora de la carrera y hacerla más temprano. Y si no es así, al menos poner un puesto de avituallamiento a mitad de carrera.

Será por carreras

Había tratado de convencer a tirios y troyanos para ir a Cuenca a la carrera de la hoz del Huécar, pero sólo conseguí convencer a uno… y no estaba convencido del todo. Así que al final opté por no ir a esta carrera y casualmente vi en Twitter una carrera que se celebraba el domingo y que todavía podía uno apuntarse. No me lo pensé dos veces, Toledo está más cerca que Cuenca y además era una carrera junto al río, por lo que muy dura no debería ser. Además existía la posibilidad de inscribirse por parejas, lo cual siempre es una opción distinta e interesante. Así que me apunté junto a una amiga en la modalidad de parejas mixtas, ya que ella tenía en un principio pensado correr la carrera de la mujer, pero el precio de las inscripciones es exagerado comparado con el dinero que va a parar a la lucha contra el cáncer, que se supone es el principal propósito de la carrera.

Como ella corre un poco más despacio que yo y la jugada será ir a su ritmo, salí hoy a entrenar sin pensar mucho en la carrera del domingo a la que me acababa de apuntar, aunque tampoco dándolo todo, que ya tiene uno una edad y los esfuerzos dejan secuelas.

Fui a Parque Sur y di solamente tres vueltas. Las dos primeras vueltas muy tranquilas y la tercera, tampoco es que me matara, sólo tratando de bajar unos segundillos de cinco minutos, sin ninguna pretensión. Me sorprendió, porque estaba el parque muy animado ya que la temperatura era muy agradable y como todos los viernes, lleno de jóvenes.

Fueron en total 9 km en 45:45 @ 5:05 min/km.