XXXVII Carrera Popular Ciudad de los Ángeles

He participado, por segunda vez, en la Carrera Popular Ciudad de los Ángeles. Se celebraba nada menos que la XXXVII edición de esta carrera, lo que la convierte en una de las más longevas de las populares de Madrid. Este año ha dejado de ser gratuita, pero el precio de la inscripción de sólo 3 € es prácticamente simbólico.

Llegamos sobre las 8:20 al lugar donde está ubicada la meta/salida y ya hacía bastante calor, lo que me dio muy mal rollo. Para correr prefiero el frío, sin ningún género de dudas. Pero en esta época del año, es más fácil que salga un día caluroso que frío.

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Posando con una amiga antes de comenzar la carrera

La carrera son tres vueltas a un circuito de algo menos de 3,3 km, con alguna pequeña cuesta que se hace notar, más si cabe debido al calor. Sobre todo hay un bonito repecho al final de cada una de las vueltas que se me hizo duro, más duro en cada una de las vueltas.

Siendo mi 228ª carrera popular, sufrí dos errores de principiante, debido sobre todo a las prisas. El primero de ellos fue no hacer doble nudo a los cordones de las zapatillas. Eso provocó que sobre el kilómetro tres se me desabrochara la zapatilla izquierda. Tuve que parar a atarla porque no iba nada cómodo con el cordón en ese estado.

El segundo error fue no hacer doble nudo a la otra zapatilla aprovechando esa parada. Eso provocó que en la siguiente vuelta tuviera que volver a parar. Estas dos paradas aparte de hacerme perder algunos segundos, consiguieron que el ritmo fuese un tanto irregular y que no consiguiera ir cómodo en ningún momento. Bueno, las paradas y que no ando muy fino últimamente como ya me di cuenta en el entrenamiento del martes.

Salí con la idea de hacer sobre 42 minutos, aunque en mi fuero interno creía que quizás pudiera hacer 41. La idea era ir in crescendo en cada una de las vueltas, por lo que iba controlando con el cronómetro el ritmo. Hice el primer kilómetro en 4:18 y aunque fue algo más lento de lo pensado lo di por bueno debido al atasco que sufrí en los primeros metros.

En el segundo vi en el cronómetro que el ritmo bajaba de cuatro minutos, por lo que traté de calmarme un poco, que me veía algo acelerado, aunque el ritmo alto era debido a que el terreno es favorable. Al bajar algo el ritmo hice ese kilómetro en 4:04. La cosa iba bien.

El tercer kilómetro, aunque empecé con el problema de la zapatilla, se fue a 4:19 y el cuarto, en el que tuve que parar a atarla sólo conseguí hacer 4:33, se me irían quince o veinte segundos en la parada. Hasta ese momento iba junto a una chica y al volver a ponerme en marcha vi que iba unos cincuenta metros delante de mí. Traté de acercarme a ella, pero no era posible, no marchaba todo lo bien que me hubiese gustado.

Visto lo visto, ya había desechado aumentar el ritmo en la segunda vuelta. Me conformaba con seguir al ritmo que había hecho en los primeros kilómetros y más o menos así fue, hice el quinto y el sexto en 4:16 y 4:19, pero pasado ese sexto kilómetro se me desabrochó la otra zapatilla y entre que volví a parar y que aflojé algo el ritmo al beber agua y la cuesta, hice ese séptimo kilómetro el peor de todos, en 4:55.

Ahora venían dos kilómetros favorables. Hice el octavo en 4:17 y el noveno, ya muy cansado y muy acalorado se fue a 4:27. En la última cuesta de la jornada me adelantó David, el de Danone, me animó, pero ya iba muy mal y no pude ni seguirle. También salió ese kilómetro (bueno, sólo fueron 800 metros) en 4:27. Salieron en total 9,8 km.

Total que entre esos problemas y que no iba nada fino, sufrí bastante y llegué a meta con un tiempo oficial de 43:05. Un tiempo no muy allá, pero cuando no se puede, no se puede.

Aunque a mí se me dio fatal, la amiga con la que había venido hizo una buena carrera y consiguió auparse al tercer puesto del cajón.