Bajo mínimos

Estamos bajo mínimos en Pradolongo. Tanto Emilio II, como Joaquín, como Quique están de «baja» por diversos motivos.

¡¡¡Mucho ánimo Quique!!!

Así que hoy cuando he llegado al punto de encuentro me encontraba más solo que la una. He empezado la marcha resignado a correr en solitario y al poco me he encontrado con Emilio, poco después con Ninfa, así que al final he corrido acompañado casi todo el trayecto.

La idea era dar una primera vuelta tranquila, como casi siempre, y una segunda vuelta algo más rápida. Y eso es lo que he hecho, pero en la segunda tampoco me he matado, he seguido un buen rato parloteando con Emilio. Luego, cuando éste se ha marchado a casa sí he apretado un poco, haciendo un par de kilómetros a ritmos cercanos a 4:30. Y es que tengo que acostumbrarme a rodar a esos ritmos si quiero mejorar mi marca de maratón este otoño.

En total he realizado 11 km en un tiempo de 55:12 a un ritmo de 5:01. Bastante contento porque parece que el problema de rodilla ha sido sólo el golpe, que no hay nada muscular.

Todo un ejemplo

Se llama Diane Van Deren, es probable que no la conozcáis. Antigua jugadora profesional de tenis, cuando estaba embarazada de su tercer hijo empezó a sufrir crisis epilépticas. Crisis que ni siquiera los fármacos conseguían evitar. Cuando sentía una sensación de hormigueo o picazón en la cabeza y el cuerpo, se ataba los cordones de las zapatillas lo más rápido posible y, sin rumbo, salía a correr. Así se anticipaba a la crisis que se aproximaba. Así evitaba la crisis.

Llegó a soportar hasta cinco ataques por semana. «Probé todas las medicinas posibles y ninguna surtía el efecto justo o me causaban efectos secundarios como sentir un cansancio extremo, pérdida del apetito y problemas cognitivos».

Diane se enteró de una cirugía que podría darle otra oportunidad. Una intervención radical, pero definitiva. La sometieron a una larga operación para practicarle una lobectomía, durante la cual le extirparon una porción de tejido neuronal.

Sin embargo, el éxito de la intervención y la posibilidad de esquivar para siempre las traumáticas convulsiones, también le implicó ciertas pérdidas. Ya no puede organizar tareas simples y no tiene noción de tiempo ni de espacio. Tampoco puede orientarse; le cuesta memorizar hechos o situaciones, conversaciones y hasta rostros. Se pierde con facilidad y es incapaz de calcular cuánto tiempo ha transcurrido. Por eso, marca el camino por el que debe regresar a su casa, escribe en papelitos las cosas que debe hacer o a quién debe llamar.

A partir de allí, Diane se ha convertido en una difusora de cómo hacer frente a la epilepsia. «Algunos dicen que los inspiro. Creo que la ayuda es una riqueza. En mi caso, hablo desde mi corazón. No se trata sólo de mí o todo de mí, pero trato de poner el ejemplo de ser una atleta profesional, una madre y una esposa. Quiero darles a otros esperanzas. Por eso, nunca abandono ni me rindo», sostiene.

Desde entonces, y siguiendo con su antigua receta, continúa corriendo. Se ha convertido en una auténtica campeona de los ultramaratones. En 2009 fue la primera mujer en la historia en completar la carrera de extrema dureza Yukon Artic Ultra Race. Un verdadero reto de supervivencia en la más absoluta soledad con temperaturas de -40° y más de 700 km acarreando un trineo con las provisiones y sólo 13 días para finalizarla. Es una aguerrida atleta de 52 años que prefiere «vivir la vida como un tigre en lugar de como un cordero». «Por eso, cada día doy el máximo y no me guardo nada.»

Desde luego todo un ejemplo para todos.


Ayer estuve andando por la sierra, en San Rafael. No muchos kilómetros, unos siete, calculo. Lo peor es que tuvimos que darnos la vuelta porque acabé en el fondo de un riachuelo por intentar ayudar a cruzar a una amiga. Es que no se puede ser tan caballeroso 😉

Lo cierto es que me di un buen golpe en la rodilla derecha y hoy estaba un poco hinchada y me dolía, pero me ha permitido correr aunque con algo de precaución. Curiosamente, no ha venido nadie de los habituales; no obstante, me he encontrado con Enrique, ilustre veterano de la A. D. Marathon, que me ha ido contando sus historias y ha hecho más ameno el viaje.

Por aquello de la rodilla, he tratado de forzar lo menos posible. Además hacía bastante calor. De esta forma, he completado los 10 km en un tiempo de 54:08 a un ritmo fácil de 5:24.

Como las cabras

Hoy he estado corriendo por la montaña, saliendo de San Rafael y circulando por una de las múltiples rutas que hay por aquí. En concreto, el recorrido transitaba por el camino del ingeniero, dirección El Espinar, entre un espeso pinar.

Pinar
El pinar es increíblemente extenso

No tiene nada que ver correr por este tipo de terreno que por llano y eso que, excepto el primer kilómetro todo para arriba, el perfil no era muy exigente. Pero el firme era muy irregular e iba con más miedo que vergüenza temiendo no torcerme el tobillo. Mientras iba por las veredas iba pensando dos cosas: que no es mala idea entrenar por este tipo de terreno con vistas a Mapoma y que me gustaría participar en una carrera de montaña en un futuro cercano.

El camino transcurre en la zona umbría de la sierra de Malagón. Se trata de una camino no muy complicado, precioso, siempre rodeado de pinos, oyendo el sonido producido por los pájaros, todo muy verde y con múltiples arroyuelos que había que sortear.

Riachuelo
Había múltiples arroyuelos en el recorrido

Aún así, me costaba dios y ayuda poder mantener un ritmo cercano a los seis minutos, de hecho sólo he sido capaz de bajar de ese ritmo en cuatro kilómetros, lógicamente en los más favorables. Y es que lo de la montaña es otra cosa. Casi no tiene nada que ver con correr por asfalto, aunque sólo sea por el paisaje…

Musgo sobre un tronco cortado
Musgo sobre un tronco cortado

Es una delicia correr en plena naturaleza, un verdadero placer llenarse los pulmones de aire limpio, experiencia totalmente opuesta a patearse las calles de los madriles.

Tan ensimismado estaba en mis pensamientos que he llegado al kilómetro seis casi sin querer. Y desde ahí, vuelta al punto de partida para completar doce montañeros kilómetros. He completado el recorrido en 1:14:11 a 6:11 aunque el ritmo no tiene el menor interés en este caso.

Me ha sentado fenomenal este entrenamiento, totalmente recomendable estar en contacto con la naturaleza aunque sea de vez en cuando. No sólo por la flora, también por la fauna, aunque a parte de ciertas aves, no logré ver más que animales domésticos…

Caballos
Caballos entre pinos

Acelerando que es gerundio

Hemos empezado muy tranquilos como es habitual, pero no me encontraba a gusto, por lo que he acelerado un poco la marcha. No sé si quizás demasiado para estar tan cerca de la maratón.

El caso es que me he encontrado fenomenal y he seguido dándole a las piernas que, al contrario que el martes, notaba perfectamente recuperadas.

Pero aunque me encontraba bien no he querido tensar demasiado la cuerda no sea que se vaya a romper, que no hay necesidad, que no hay objetivo a la vista, aunque he visto una media maratón de montaña en mi tierra que me atrae mucho. Tampoco hay que olvidarse de la media de Jadraque que está a un mes vista.

He dado las dos vueltas totalizando 9,6 km en 48:30 @ 5:01. Un buen ritmo.

Tal día como hoy

Tal día como hoy, un 26 de abril, pero del año 1987 debuté en la distancia mítica de la maratón. Entonces, mi objetivo fue bajar de las cuatro horas y con más pena que gloria lo conseguí, ya que llegué a meta con un tiempo de 3:57:11.

Aunque mucho ha llovido en estos 24 años, todavía sigo corriendo. Cosa que haré hasta que me quede sin piernas o éstas no me respondan. Y para ello mejor tomarse las cosas con calma que no castigarse en exceso. Hoy han sido 9,6 km en 51:01 @ 5:16, pero todavía notaba las piernas cargadas, sobre todo la izquierda. No sé bien si es debido a la paliza de la maratón o bien de los ejercicios que estuve haciendo ayer.

El que sí está fuerte y parece que no le han afectado los 42 kilómetros es Joaquín, que se puso a tirar y no hubo quien fuese capaz de seguir sus pasos.

Patas gordas

Siempre he pensado que tengo las patas muy gordas para dedicarme a las carreras de fondo. Viendo el grosor de mis muslos debería dedicarme a los 400 metros, como mucho; sin embargo hoy he leído sobre el mítico Steve Prefontaine, grandísimo corredor norteamericano de principio de los 70 y precisamente una de las cosas que le caracterizaba era su aspecto fornido. Desde que leí esto y alguna cosa más, este americano bigotón se ha convertido en mi héroe.

Steve Prefontaine
Steve «Pre» en plena acción

Son célebres sus frases en las que deja clara su filosofía:

  • Yo no sólo salgo a la pista a correr. Me gusta darle a los espectadores algo emocionante.
  • Dar algo menos que lo mejor de ti, es sacrificar el don.
  • Mucha gente corre una carrera para ver quién es el más rápido. Yo corro para ver quién tiene más agallas, quién puede castigarse a sí mismo en un ritmo exhaustivo, y al final, castigarse aún más. Nadie va a ganar una carrera de cinco mil metros después de correr dos millas fáciles. No conmigo.
  • Yo voy a trabajar tan duro para que sea una carrera de puras agallas al final, y si lo es, yo soy el único que la podrá ganar.

Me quedo con la versión heavy de su tercera cita: mucha gente corre una carrera para ver quien es el más rápido. Yo corro para ver quien tiene más cojones

Después de leer esto, me avergüenza decir que hoy sólo he recorrido 8 km en 42:48 a un ritmo de 5:21. En mi descargo diré que todavía estoy convaleciente de la maratón del domingo, aunque ya no noto los cuádriceps castigados, sólo algo de cansancio en las piernas. De todas formas, empecé muy tranquilito, rondando los seis minutos por kilómetro, pero mi acompañante fue apretándome las tuercas poco a poco y acabé a menos de cinco. Me resultó duro.

Ganando posiciones

Mapoma ha hecho limpieza en la clasificación. Han eliminado casi seiscientas personas que no completaron el recorrido. Gente que ha hecho trampas con premeditación y alevosía o gente que sin la menor intención ha ido a acompañar a otros corredores.

Después de limpiar, han llegado a meta 7998 corredor@s, lo que hace difícilmente creíble que hubiese diez mil corredores de maratón en la línea de salida. Como siempre, parece que Mapoma ha inflado las cifras de participación.

En la clasificación general he pasado del puesto 1108 al 977, por lo que he adelantado más de cien posiciones sin comerlo ni beberlo. Además, en mi categoría he pasado del 188 al 164. Los datos se pueden ver aquí. En mi caso, no es que importe mucho acabar el 1108 o el 977, aunque debe ser la primera vez que quedo entre los mil primeros. Pero lo importante es que Emilio el hombre radiactivo ya aparece como tercero de su categoría. Este hombre es un monstruo del correr.

Hoy he vuelto a salir a correr, a trotar más bien, y tenía las piernas bastante recuperadas del domingo, me vino que ni pintado la salida del martes.

Tampoco era cuestión de pasarse por lo que no he querido hacer más de seis kilómetros.  Tiempo habrá de hacer más. He recorrido los 6 km en 32:59 a un ritmo de 5:29, muy tranquilo.

Resaca maratoniana

He salido a correr aunque tenía los cuádriceps machacados. Este año estoy peor que el pasado en este aspecto, creo que se ha notado que he hecho menos kilómetros de entrenamiento. Me han faltado tiradas largas.

Trotando de casa al parque pensaba que no llegaba, me pesaban mucho las piernas. Luego al ver a Joaquín y a Ninfa parece que me he animado y he podido trotar poco más o menos, pero tampoco hemos podido comentar mucho de la maratón porque se me ha acoplado el amigo calvo de Emilio y me ha ido dando la charla de que él hizo 2h23 el año que ganó Matamoros. Yo tan feliz con mis 3h20 y viene este hombre a chafarme. Ya lo dice el dicho: hoy es un día feliz, verás como viene alguien a joderlo.

Bueno, tampoco es tan al pie de la letra, que me gusta ir con este hombre y escuchar sus historias de cuasi profesional, pero ayer no era el día, no lo era.

La intención era dar sólo una vuelta, que tampoco es cuestión de machacarse, y eso es lo que he hecho. Una vuelta muy tranquilita: 5,2 km en 31:02 @ 5:52 y he acabado con las piernas mejor que cuando he empezado. Además me ha venido muy bien los estiramientos antes y después. Estiramientos que hubiera tenido que realizar también ayer.

Visto para sentencia

Hoy hemos hecho el último entrenamiento de cara a la inminente maratón de Madrid. La idea era hacer entre 7 y 8 kilómetros a ritmo muy tranquilo, pero la presencia de Ninfa ha provocado que terminara haciendo las dos vueltas y a un ritmo algo superior a lo previsto.

La visita de Ninfa ha sido todo un sorpresón, ya que no la veíamos desde el mes de diciembre debido a que ahora baja antes a entrenar. Nos contó que corre todos los días 10 km y debido a eso, se dejó convencer por Joaquín de que puede terminar una maratón en 3h30 sin problemas. Parece que el domingo va a acompañar a Emilio en la carrera.

Decía lo de visto para sentencia porque ya deben estar los deberes hechos y haga poco o mucho hoy, de poco va a servir, por eso es mejor hacer poco no sea que se lesione uno a tres días de la gran cita. Afortunadamente, no ha sido así y he completado 9,6 km en 51:44 a un ritmo de 5:22, pero acabando algo más fuerte de lo que me hubiese gustado.

El domingo veremos si el entrenamiento de estos meses ha merecido la pena. Me gustaría acercarme a 3h20, pero me conformo con hacer 3:25:51 que sería mi mejor marca personal. Ya veremos, la meteorología siempre tiene la última palabra.

Semana cero

Con este entrenamiento de hoy martes inaguro lo que llamo la semana cero. No es más que la semana en la que se celebra la maratón. Hoy ha sido un entrenamiento con un poquito de calidad -poca cosa-, el jueves un ligero trote y el domingo, la gran cita.

Hoy hacía bastante calor a las siete de la tarde, unos 23º y se notaba gran sequedad en el ambiente. Hemos hecho cinco kilómetros de calentamiento, luego tres a umbral (segundo arriba, segundo abajo) y, para terminar, dos kilómetros de enfriamiento. En total, poco más de 10 km en un tiempo de 50:11 a un ritmo de 4:56. Los tres kilómetros a umbral a 4:08, 4:14 y 4:15. Bien de patas, pero con la garganta más seca que la mojama.

Lo mejor de todo es que no tuve ninguna molestia en la rodilla y eso me da mucha moral para el domingo.

Sigo confiando en que el domingo tengamos una buena temperatura para correr. Por lo que puedo ver, pronostican cielo despejado -imprescindible gorra para proteger la calva-, una temperatura de 10º a las ocho de la mañana y en amento hasta los 19º a las dos de la tarde. No son las mejores condiciones para correr, pero no está mal del todo.