Otra vez la boca seca

Ya estoy otra vez en Madrid después de unas breves vacaciones. Hoy he salido a correr y no sabía si me iba a encontrar con alguno de los habituales pradolongueros. Afortunadamente, mientras hacía estiramientos ha llegado mi tocayo con el que he compartido las dos vueltas de rigor al parque.

Por supuesto, los grifos que pusieron antes de irnos de vacaciones ya no estaban. No quedaba ni una fuente de la que poder beber, así que desde los primeros kilómetros con la boca seca hasta el final del entrenamiento. Aparte de que hacía bastante más calor que en Huelva, lo que más noto es la sensación de sequedad en la boca, esa especie de pasta que se forma entre el paladar y la lengua. Habrá que volver a salir a correr con la botella.

Hemos dado una vuelta tranquila y en la segunda hemos apretado un poco el ritmo: 4:40, 4:37, 4:18 y 4:17. Costaba mantener un ritmo elevado con una temperatura alta como había en el día de hoy y eso que no es de los más calurosos según me recordaba Miguel.

Hoy la rodilla casi no la he notado, diría que a nivel 3, excepto cuando hemos aumentado el ritmo que he notado más la molestia, pero durante un minuto como mucho. El frío me viene de perillas.

En total hemos recorrido 9,6 km en 48:23 a un ritmo de 5:00 min/km y por favor, ¡¡¡que vuelvan a poner grifos en las fuentes!!!

Entrenamientos vacacionales

Nunca había entrenado tanto en unas vacaciones. De las dos semanas que he estado en Islantilla, he salido a correr ¡¡doce días!! en los cuales he recorrido un total de 121 km. Algo inaudito.

Esta tabla es un resumen de los entrenamientos:

Día Kilometraje Tiempo Ritmo
1/8 9 km 43:17  4:49 min/km
2/8 9 km 47:12  5:15 min/km
3/8 7 km 35:10  5:01 min/km
4/8 8 km 41:38  5:12 min/km
5/8 16 km  1:21:24  5:05 min/km
7/8 9 km 46:19  5:09 min/km
8/8 9 km 47:34  5:17 min/km
9/8 11 km 55:05  5:00 min/km
11/8 9 km 47:07  5:14 min/km
12/8 16 km   1:20:11  5:01 min/km
13/8 9 km 46:22  5:09 min/km
  14/8 9 km 47:47  5:04 min/km

En estos doce días he hecho un poco de todo: días largos, cambios de ritmo, días tranquilos y días en los que he apretado un poco los dientes en un buen número de kilómetros. He salido a correr pasadas las ocho de la tarde y he tenido suerte ya que no ha hecho mucho calor por aquellos lares a esas horas.

* Lo malo: todos los kilómetros los he hecho por asfalto.

* Lo mejor: el baño en la piscina después de una buena sudada. No tiene precio.

La rodilla no se ha portado mal del todo. Antes de salir me ponía frío durante un cuarto de hora en el rotuliano y la cosa marchaba bastante bien, excepto en las cuestas abajo donde más se nota. Podría decir que el dolor se ha mantenido entre los niveles 4 y 5 aunque hubo un día que en el último kilómetro la cosa se puso fea, llegó a nivel 7 y no paré porque eran los últimos metros…

Tomando el sol
Tomando el sol con la indumentaria adecuada

Vamos, que nos vamos

Mañana nos vamos de vacaciones así que será imposible salir a correr. Es por esto que, en contra de mis costumbres, hoy lunes salgo a correr. Además ayer también fue día de celebración por lo que tampoco es mala idea salir a quemar alguna caloría.

He salido acompañando a una amiga a Parque Sur con idea de hacer cuatro vueltas y mientras ella iba a su ritmito, he aprovechado para hacer unos cambios de ritmo allá donde me parecía bien, para terminar esprintando y comprobar que todavía ando algo flojo. Veremos si estas vacaciones consigo mejorar algo.

En total las cuatro vueltas han supuesto 12 km, que han sido recorridos en 1:03:09 a un ritmo de 5:16 min/km, curiosamente unos segundillos menos que ayer también en 12 km pero en otro recorrido.

Cuantificando el dolor

Llevo unos meses con molestias en la rodilla, parece que es el rotuliano lo que me está dando guerra. Hoy según iba corriendo se me ha ocurrido tratar de cuantificar el dolor, si es que es eso posible, ya que es una cosa muy subjetiva para ver si la cosa mejora o al revés. Se me ha ocurrido algo como esto:

10 Dolor insoportable, es necesario parar
9 Dolor casi insoportable, no paro por vergüenza torera
8 Dolor muy intenso, se me pasa por la cabeza pararme frecuentemente
7 Dolor intenso, muy molesto, pero parece que se puede seguir hasta cierto punto
6 Dolor casi intenso, empieza a fastidiar
5 Dolor soportable, se nota que hay algo, pero se lleva lo mejor que se puede
4 Molestia que siempre está ahí, pero se corre bien
3 Molestia perceptible, pero no molesta demasiado
2 Molestia pasajera, se nota algo de vez en cuando
1 Molestia casi imperceptible, pero algo hay

Ayer estuve de cumpleaños, así que ingerí comida más de la cuenta. Hoy tocaba «purgar» la pena, por lo que he hecho más kilómetros de lo habitual. He salido acompañado al circuito del río, pero dándome la vuelta en el segundo puente, totalizando de esta manera 12 km en 1:03:36 @ 5:18 min/km. Una buena media para un día largo y lento.

El dolor de rodilla ha sido de 5 aunque en algunos puntos ha llegado al 6. Esperemos que la cosa no vaya a más.

No siempre en el mismo sentido

Leí una vez, no recuerdo dónde, que si se daban vueltas a un circuito más o menos circular deberían hacerse unas vueltas en un sentido y otras, en otro, no siempre igual, como un borrico en la noria. Venía a decir el artículo que si el circuito tiene una ligera pendiente no en el sentido de la marcha, sino de izquierda a derecha o de derecha a izquierda, puede ocurrir que una pierna se desarrolle de distinta manera a la otra.

Cuando doy vueltas a Pradolongo, no tengo en cuenta esto, ya que el circuito no es muy circular del todo, pero cuando doy vueltas a Parque Sur sí lo tengo en cuenta y procuro hacer la mitad de las vueltas en un sentido y la otra mitad en el otro, siempre que sea un número par de vueltas…

Pues hoy no lo he hecho, he salido a dar vueltas a Parque Sur y he dado las tres vueltas en el mismo sentido, pero ya digo que es una excepción.

Después de estos meses de entrenamientos algo caóticos, voy tratando de buscar el ritmo de maratón y hoy salía con la idea de llevar un ritmo cercano a 4:45 min/km después de calentar los tres kilómetros de la primera vuelta, pero me ha sorprendido porque iba a 4:40 con cierta facilidad. Sólo han sido seis kilómetros a «ritmo de maratón», pero he acabado bastante contento con ese ritmo, completando 9 km en un tiempo de 43:15 @ 4:48 min/km.

Se agradece el nublado

Después de muchos días de mucho calor y mucho sol hoy ha salido un día, aunque caluroso, nublado. Es de esos días bochornosos en los que no apetece ponerse a correr, así que hemos empezado muy lentamente y yo creo que de tan lento que íbamos me dolía la rodilla más de lo habitual. De hecho ya casi no notaba la molestia. También puede ser que me molestara más porque había cambiado el ejercicio 1 de esta serie de ejercicios, haciéndolo con el pie extendido en vez de con el pie a noventa grados. Quizás eso no le haya gustado.

El caso es que la primera vuelta ha sido muy lenta y he pensado que a lo mejor acelerando el paso mejoraba la cosa. Y así ha sido, al aumentar el ritmo la rodilla iba mejor. Como al aumentar el ritmo, la manera de pisar cambiar, eso puede provocar ir mejor. Así que lo tengo claro, a toda pastilla desde el primer metro 😉

Los primeros cinco kilómetros los hemos recorrido en 28:50 @ 5:46 y los segundos cinco, en 24:37 @ 4:55, totalizando 10 km en 53:27 @ 5:21. Y muchas mejores sensaciones en la segunda vuelta que en la primera.

La torre de San Miguel

El sábado participé en la I carrera nocturna San Miguel, como he comentado en la entrada anterior. La carrera está organizada por el club de atletismo San Miguel. Sin duda el nombre el nombre del club organizador viene dado por uno de los monumentos más conocidos, sino el que más, de La Puebla de Montalbán, que no es otro que la torre de San Miguel.


Torre de San Miguel, foto obtenida de panageos.es

Siempre me ha llamado la atención esta torre, debe ser porque está en uno de los puntos más altos del pueblo y es una torre muy alta, de 32 metros. Quizás también por lo estilizado de su figura. A lo mejor porque me trae recuerdos de la infancia cuando con los compañeros de clase veníamos a pintar la torre.

No es raro que cuando me enteré de la existencia de esta carrera me apuntase inmediatamente, tenía demasiados atractivos y siempre que pueda volveré a venir.

Hoy decía Jesús que todavía tenía las piernas castigadas del circuito tan duro, pero yo las notaba bastante bien. Creo que el sábado, más que piernas lo que me faltó fue respiración. Cuando más corta es la carrera, más rápido se va y más cuesta acompasar la respiración. Habrá que hacer series cortas (400 ó 500 metros) para mejorar esta faceta.

De todas formas, no apretamos mucho en las dos vueltas. Hicimos 9,5 km en un tiempo de 49:50 a un ritmo de 5:14 min/km.

I Carrera nocturna San Miguel

Hoy he participado por primera vez en una carrera nocturna, aunque no es la primera que corro de noche, ya que he participado en alguna San Silvestre, pero claro, no es lo mismo correr a las seis de la tarde en invierno, que ya es de noche pero es por la tarde, que a las diez de la noche en verano que es cuando se ha celebrado esta primera edición.

La carrera se ha celebrado en la localidad toledana de La Puebla de Montalbán, en la que pasé cuatro años de mi vida, bueno más que años, cursos, porque estuve allí estudiando desde quinto de básica a octavo. Es por esto que la carrera me ha resultado bastante emotiva, ya que pasaba por sitios que me retraían a la infancia. Si a eso añades que antes y después de la carrera me he encontrado con antiguos amigos de aquel entonces, no es raro que haya estado a punto de soltar una lagrimita…

Hasta allí me acerqué con una compañera pradolonguera. Habíamos quedado con Jesús, otro pradolonguero, en la plaza del pueblo donde daban los dorsales y estaba situada la salida y la meta. Recogimos el dorsal, saludamos a Jesús, estiramos un poco y aprovechando que comenzaba la carrera de la mujer -de sólo dos kilómetros- aprovechamos para calentar, acompañando a la hermana y sobrina de mi acompañante.

No tenía ningún objetivo en esta carrera, ya que entre que estuve unas semanas corriendo descalzo, otro tiempo lesionado y que todavía ando algo renqueante del rotuliano, me conformaba con salir y correr, sin más. Nos situamos en medio del pelotón y después de tres cohetazos y el disparo del juez de salida, nos pusimos en marcha.

Los primeros 700 metros son favorables, pero al llegar a ese punto, la carrera gira bruscamente a la izquierda y el terreno empieza a ponerse cuesta arriba. Una buena cuesta de algo más de un kilómetro que se hizo dura, tanto en la primera, como en la segunda vuelta. Una vez coronada la cuesta, se comienza la bajada y al poco se llega al segundo kilómetro, justo enfrente de la torre de San Miguel, que da nombre a la carrera y al club de atletismo que la organiza.

El terreno es favorable hasta casi llegar a la plaza, donde de nuevo hay una bonita cuesta de unos 200 metros que se agarra a las piernas de aquellas maneras.

Una vez se llega a la plaza, otra vuelta al mismo recorrido. Si en la primera vuelta la primera cuesta se hizo dura, ahora se me hizo más dura todavía, pero al menos ya conocíamos el terreno que pisábamos. De nuevo coronamos el punto más alto, nos tiramos por las bajadas y poco antes de llegar a la ermita de la Soledad, sobre el kilómetro siete, me adelantó un individuo que iba siempre un par de metros por detrás. Tampoco lo di mucha importancia, iba echando la vista atrás (en el tiempo) y trataba de recordar situaciones y lugares por donde pasaba.

En la cuesta que lleva a la plaza donde está situada la meta noté que alguien por detrás trataba de darme alcance, así que aceleré el paso y no sólo no me pasó, sino que en la línea de meta adelanté al corredor que me había adelantado un kilómetro antes.

Olvidé parar el cronómetro al traspasar la meta, por lo que tuve que esperar las clasificaciones para saber con certeza el tiempo realizado, que fue de 34:42. Comparando este tiempo con los poco menos de 32 que hice en la San Silvestre vicalvareña, me doy cuenta que es un poco birria, pero hay que tener en cuenta que esta carrera es más dura y mi estado de forma bastante, bastante peor. Además, aunque comenzó a las diez de la noche, hacía un calor horroroso y eso castiga mucho. Prefiero el frío al calor para correr.

Entre que era de noche, que no llevaba gafas y que no había muchos participantes, había veces que no tenía muy claro el camino a seguir, menos mal que los lugareños te orientaban si veían que te ibas por otro camino. Quizás sería una buena idea pintar las rayas del suelo con pintura fosforescente porque no se veían prácticamente.

La bolsa del corredor estuvo muy bien, ya que llevaba bastante fruta, que después del líquido es lo que más apetece. Mi bolsa tenía incluida una pera, una paraguaya, un melocotón y ¡dos plátanos! Además de la fruta: una botella de agua, un refresco y un bocata. No podía faltar tampoco la camiseta conmemorativa y una gorra. Además de un pañuelo cortesía de la Caja Rural, dos bolígrafos, bastantes caramelos y una invitación para tomar una cerveza o un refresco en uno de los bares de la plaza. Una bolsa completísima por el módico precio de 6 €.

Una carrera muy bien organizada a la que volveré siempre que pueda, aunque espero llegar algo más entrenado para no pasarlo tan mal en las cuestas.


Carrera de San Miguel, obsérvese la nocturnidad y alevosía de la foto 😉

Treinta y ocho

Esos son los minutos que me gustaría hacer en una carrera de 10 km, pero el título de la entrada no viene por eso, sino por los grados que había cuando a eso de las 20:30 he acabado de correr. Ha hecho un día de calor terrible, era insoportable.

Cuando he llegado al parque, a la hora de encuentro habitual, estaba Joaquín sentado en un banco con cara de pocas intenciones, pero visto lo visto después, me parece que estaba haciendo teatro, porque ha bufado como un auténtico vendaval durante el entrenamiento.

Hoy no había mucha gente por estos lares, sólo hemos salido cuatro, pero parece que con ganas de guerra porque ya en el primer kilómetro íbamos deprisa, luego se ha puesto a tirar Emilio y todos nos preguntábamos ¿cómo puede ir este hombre a 4:30 con casi 40º de temperatura con 66 años? Y nadie encontraba la respuesta, aunque es la más simple: este hombre es un fenómeno de la naturaleza.

El caso es que esos tirones ha provocado que se alborotara el gallinero y cuando Emilio se ha retirado del terreno de juego, ha empezado Joaquín a apretar y nos ha hecho sufrir de lo lindo en esa segunda vuelta. Me he notado bastante cansado, insisto, se nota mucho estar casi dos semanas sin entrenar. Se pierde forma a pasos agigantados.

Aunque me he llevado una pequeña botella, tenía al terminar la boca más seca que la mojama, no sé cómo estarían los otros compañeros que no han bebido durante el entreno, que ha consistido en hacer 9,5 km en un tiempo de 46:55 @ 4:54 min/km, haciendo unos cuantos kilómetros sobre 4:40. Demasiado pá mi body en estos momentos.

Trece días y la cosa sigue igual

He estado trece días parado para ver si mejoraba algo la rodilla, pero he visto que sigue más o menos, molestando un poco. El pasado domingo me comentaba Javier que podía ser un problema del rotuliano y ayer Josefa casi lo confirmaba. Según parece el rotuliano duele bastante cuando te pones en cuclillas y ¡vaya si me dolía cuando me agaché!

De todas formas, es normal que no haya mejorado nada, ya que estos días que he estado parado en vez de aprovechar y todos los días hacer ejercicios para fortalecer la rodilla, he hecho poca cosa. Lo dicho, que es normal seguir como estaba.

La única ventaja es que puedo correr, la pequeña molestia está ahí, pero no impide el movimiento, así que saldré saliendo a correr y a tomarme en serio los ejercicios de piernas, que yo creo que la constancia en esos ejercicios es lo único que lo va a mejorar. Por lo tanto, seguiremos con la rutina habitual, después de disfrutar de unas vacaciones atléticas.

Y para volver, ¡qué mejor que unas cuestecitas! Tenía una amiga intenciones de hacerlas y me he animado a acompañarla, no sé si ha sido la mejor idea… Hemos salido tarde, a las 8:20 y hacía todavía bastante calor (cosa normal en esta época del año en estas tierras). Una vuelta de tres kilómetros para ¿calentar? y luego cuesta para arriba, cuesta para abajo, hasta un total de cinco. Unas más largas y de poca pendiente y otras más corta y de más pendiente.

Después de acabar con esa quinta cuesta, un kilometrillo al trote para volver otra vez al punto de inicio del circuito de cuestas y otras cinco a la buchaca. Para terminar, el kilometrillo que quedaba, pero esta vez con sprint final, donde me he dado cuenta de que he perdido bastante con el parón (y que mi amiga no es coja precisamente).

En total 9,5 km en un tiempo aproximado de 57:00, aunque en el Garmin no haya registrado el primer kilómetro.