Reunión con el promotor deportivo

Envié un correo a la Junta Municipal de Usera el 30 de junio proponiendo la idea de organizar un cross en nuestro querido parque de Pradolongo. La semana pasada, el 7 de octubre, más de tres meses después, recibí la contestación de que les parecía muy bien la idea, pero que este año ya era imposible y que ya se vería para el 2017. Me pareció una excusa para pasar del tema y así les pareció también a los compañeros.

Sorprendentemente cuatro días después recibí un correo del Promotor Deportivo del Distrito de Usera indicando que había visto el escrito sobre el tema del cross y que le gustaría tener una reunión con nosotros para hablar sobre el tema.

Ayer quedamos con él en el polideportivo de Orcasitas y nos acercamos el presidente de la Asociación de Vecinos Barrio del Zofío y un servidor. En esa reunión nos contó que él trataría de empujar la propuesta, pero que la cosa no dependía de él. También comentó que este año ya era imposible y que en enero o febrero del año que viene parecía también algo precipitado. Que si salía sería a finales de 2017. Ya veremos en qué queda este tema.

Y como la reunión fue ayer jueves, que es cuando salimos a entrenar, dejé huérfanos a mis compañeros y salí hoy. Como el domingo tengo pensado ir a la carrera de Portillo, tampoco me iba a dar la paliza, por lo que salí a hacer poca cosa. Sólo fueron dos vueltas a Parque Sur, que suponen 6 km en un tiempo de 32:57 @ 5:29 min/km. Lo principal era no llegar cansado al domingo.

Por fin ha llovido

Llevábamos ya unos cuantos meses sin que lloviese por Madrid, excepto un día a finales de agosto que cayó alguna nube. Realmente hacía falta que lloviese y hoy lo ha hecho y con bastantes ganas.

Como hoy es festivo, en vez de correr ayer martes, que es lo habitual, hemos salido el miércoles por la mañana. Hemos quedado una amiga, mi tocayo Miguel y un servidor y como estaba lloviendo y el parque muy embarrado hemos ido a Madrid Río, que aunque también tiene muchos charcos se pueden ir esquivando. Además como estaba lloviendo el paseo estaba casi desierto y se podía correr en condiciones.

Tenía las piernas bastante cansadas de la carrera del domingo y en cuanto mis acompañantes aceleraban el ritmo, era incapaz de alcanzarlos. Además me iban molestando partes múltiples del cuerpo: gemelos, tendones de aquiles y rodilla. En resumen, que iba fatal, aunque contento de sentir la lluvia en la cara.

Hemos completado 12 km en un tiempo de 1:02:44 @ 5:13 min/km. Físicamente no muy bien, aunque espero recuperarme de aquí al domingo.

I Carrera ProFuturo

Hoy he participado en la séptima edición de la carrera Proniño primera edición de la carrera Profuturo, que es como se llama ahora, aunque todo los demás es igual. Sigue siendo y esto es lo más importante una carrera para recaudar fondos para que los niños puedan acceder a una educación que les permita tener un futuro mejor.

Si hace cinco años, en la segunda edición, nos juntábamos casi veinte compañeros para correr esta prueba, hoy sólo hemos participado tres y encima no hemos estado los tres juntos a la hora establecida. Así que me he hecho una foto con un compañero y otra, con el otro.

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Llegué cerca de las ocho, una hora antes de comenzar la carrera y me asombró encontrarme la línea de salida/meta casi vacía, se podían los corredores con los dedos de una mano. Estuve dando un paseo para que pasara el tiempo y poco antes de las 8:30 estaba junto al metro de Ronda de la Comunicación donde había quedado con los compañeros. Chema llegó a tiempo y después llegó Paco. Sobre menos cuarto pasé por el guardarropa y estaba vacío. También me sorprendió. Se nota que este año había menos gente que los pasados, no sé si debido al cambio de fecha de última hora. Desde luego, por la parte que conozco, una amiga con la que suelo ir a muchas carreras no pudo venir por ese cambio de fecha. Y un compañero, tampoco pudo.

Había hecho en Torrijos un tiempo de 42:51 y la idea era tratar de mejorarlo. A favor tenía que la temperatura era más agradable para correr y que había entrenado algún día más desde aquella carrera. En contra que el circuito es más duro y que tenía que correr con el teléfono encima por motivos laborales. Ese cambio de fecha no me vino nada bien.

Hablé con Chema para ver si íbamos juntos, pero me dijo que 42 no hacía ni de broma. Aún así salimos juntos junto a los portadores de las banderolas de los 45 minutos. Salí a buen ritmo y los tipos de las banderolas iban a mi par. Yo alucinaba un poco porque supuestamente estos tíos deberían ir a 4:30 y pasamos los dos primeros kilómetros al mismo tiempo y bastante deprisa. Ellos decían que era para tener un colchón para los últimos kilómetros, que son más duros que estos dos primeros.

Llevaba una especie de riñonera para el móvil y se me iba cayendo. La apretaba sobre la marcha y se seguía cayendo. La volvía a apretar y lo mismo. Me iba desquiciando poco a poco. Sobre el kilómetro cinco ya iba a la altura del culo y decidí quitármela y correr con el teléfono y la riñonera en la mano, cosa bastante incómoda.

Poco después note que se me desabrochó la zapatilla derecha. Estuve un buen tramo corriendo con la zapatilla desabrochada, pero al final paré porque iba muy incómodo. Ahí perdí unos veinte segundos y el ritmo… y la concentración. Pero lo peor es que no me abroché bien la zapatilla y esos cuatro últimos kilómetros se me iba saliendo el pie a cada zancada, pero no tenía ganas de volver a parar.

Iba yo despotricando contra el mundo cuando en el kilómetro ocho me adelantó una chica con un correr tan bonito que me llevó a pensar que debía haber carreras para l@s que saben correr y para los que no. Yo por supuesto participaría en esta segunda categoría.

Poco después, en la cuesta abajo del Paseo Tierra de Melide me pasó Chema, ese que no iba a hacer 42 minutos ni de broma. Chema es un tipo alto, con unas piernas largas que baja como un poseso. Aunque me invitó a seguirle, sabía que en la cuesta abajo no tenía ninguna posibilidad de ponerme a su «rueda». Así fue, en ese terreno favorable me sacó cincuenta metros sin querer.

Apreté lo que pude en el último kilómetro y medio y cuando llegué a recta de llegado me parecía que el reloj de meta marcaba 42 y algo, por lo que apreté un poco, pero cuando conseguí enfocar el reloj vi que no eran 42 sino 43, así que ya me dejé llevar. De esta forma llegué a meta con un tiempo oficial neto de 43:30. Un tiempo realmente malo, pero lo peor fue que las sensaciones fueron horrorosas.

Tras pasar la línea de meta fui corriendo al guardarropa y desde allí al coche, que tenía que ir a Vicálvaro lo más pronto posible. No me dio tiempo a departir con los amigos.

Una carrera para olvidar.

Puñetera ciática

Anda mi compañero y amigo Joaquín con problemas de ciática. Él sabe que es algo puñetero porque ya lo sufrió hace unos años, así que sale, pero muy tranquilo.

Hoy también se han animado a salir Miguel y Emilio R. por lo que nos hemos juntado cuatro, que ya es casi un récord. Hemos dado una primera vuelta bastante tranquila y en la segunda hemos apretado un poco, pero sólo Miguel y yo, porque Joaquín ha preferido -con buen criterio- no forzar. ¡Esperemos que se recupere pronto!

He completado dos vueltas a Pradolongo haciendo 9,7 km en un tiempo de 51:46 @ 5:20 min/km. Nada del otro mundo.

El don de la invisibilidad

Este año las salidas en bici se han convertido prácticamente en paseos por el carril bici que va a San Martín de la Vega y desayuno en el San Marcos.

Hoy nos hemos encontrado en la terraza del San Marcos, a la hora de desayunar, con Carlos, Carla y otros tres amigos suyos. Como había menos gente de lo habitual nos hemos sentado sin ningún problema alrededor de una mesa, esperando a que el camarero nos preguntase. Éste pasaba de acá para allá, pero no se dignaba preguntar. Después de un rato, como hacía algo de frío, hemos entrado dentro y nos hemos puesto pegados a la barra. De nuevo, la camarera se pasaba por delante de nosotros sin hacernos caso ninguno. Después de un buen rato, Carlos y su grupo se han largado hartos ya de esperar. Mi amiga y yo, como no llevábamos prisa nos hemos quedado allí esperando, pero no había manera. La camarera estaba enfrente de nosotros y hacía como que no nos veía. Este es el don de la invisibilidad, estar enfrente de alguien y que no te vea. Tiene su utilidad en algunos casos, pero en otros, es un mal asunto.

Así que también hemos puesto pies en polvorosa y nos hemos acercado a otra terraza de un bar llamado El rinconcito donde una señora nos atendió muy amablemente aunque no con demasiada diligencia. Tomamos nuestra barrita mientras el sol de otoño nos calentaba y al terminar, de vuelta para Madrid.

Esta vez, en vez de los 52 km habituales hemos hecho quinientos metros más por desplazarnos hasta el otro bar. Poca cosa.

Se nota el poco entrenamiento

Acabé la carrera de Torrijos mucho mejor de lo que pensaba, pero hoy he hecho un entrenamiento algo exigente y he visto que estoy algo falto de entrenamiento. Este verano no he entrenado mucho, ya que estuve un periodo lesionado y los días que lo hice, como la temperatura era muy elevada, era más tratar de evitar un golpe de calor que otra cosa.

El entrenamiento de hoy consistía en hacer una primera vuelta a Parque Sur (3 km) de calentamiento y luego tratar de llevar durante 7 km un ritmo de maratón, que según los datos calculados de la carrera de Torrijos era de 4:41. Y la verdad es que lo he llevado más o menos bien, pero me ha costado lo suyo. Se nota el poco y mal entrenamiento llevado hasta ahora. Confío en que con la llegada del otoño bajen las temperaturas y se pueda correr en condiciones.

Después de esos 7 km a buen ritmo, uno más de enfriamiento para totalizar 11 km en un tiempo de 55:00 @ 5:00 min/km.

Con Simba

Íbamos corriendo Joaquín y yo cuando nos hemos cruzado con un gran corredor, al que se le conoce como Simba. Se trata de un corredor veterano de buen nivel, que no es extraño verlo encima del cajón. En la segunda vuelta le hemos convencido de que viniese con nosotros.

Y no corre mal, no, que hemos empezado a aumentar el ritmo kilómetro a kilómetro y el tío aguantaba como un campeón. Hemos llegado a hacer un kilómetro a 4:08 y nada, impasible. No me extraña que este hombre se suba al cajón de vez en cuando.

Por cierto, que hoy es mi santo, San Miguel.

En total han sido 9,7 km en un tiempo de 52:19 @ 5:22 min/km.

Por fin le operan

A las 19:30 estaba en el punto de encuentro y allí esperaban Joaquín y Emilio R. Hemos empezado los tres a correr y cuando llevábamos un kilómetro se nos ha unido el militar y nos ha estado amenizando la carrera hablando de historias de mili y del ejército. Con este chico no te aburres, no. Cuando acabamos la primera vuelta nos encontramos con Jesús. Nos contó que le operan el 7 de noviembre y que el médico le había dicho que tiene el menisco fatal y que no se sabe el estado del cartílago hasta que operen. Confiemos que todo vaya bien.

Entre que íbamos muy entretenidos escuchando la charleta, que Emilio R. no andaba muy fino, que Joaquín y yo estábamos cansados de las carreras del domingo, hemos ido muy tranquilos tanto la primera como la segunda vuelta. De este modo hemos hecho 9,6 km en un tiempo de 56:39 @ 5:52 min/km. Muy, muy lentos… pero seguros.

IX Carrera popular villa de Torrijos

Novena edición de la carrera y octava vez que participo. Me sigue pareciendo una excelente carrera aunque tengo que reconocer que algo ha perdido, ya no le daría un diez como otras veces, aunque no baja del nueve todavía. De hecho, aunque la carrera se celebra a 75 km de mi casa, merece la pena desplazarse hasta esta localidad toledana.

La salida de la carrera es a las once de la mañana, algo tarde para mi gusto, pero tiene la ventaja que si vienes de lejos no tienes que darte un gran madrugón. Por el contrario, si es un día caluroso -como ha sido hoy- a las once el sol ya calienta de lo lindo.

A las diez horas y diez minutos estábamos aparcando y cinco minutos después retirando el dorsal, cosa que hicimos en un periquete ya que había varias colas y estaba la cosa bien organizada. Después fuimos al servicio y me sorprendió encontrar menos urinarios que otras veces, aunque suficientes desde mi punto de vista. Luego dejamos la ropa en el guardarropa, también sin ningún problema y faltando un cuarto de hora nos pusimos a calentar.

No tenía muy claro cual era mi estado de forma. La última carrera fue el Trofeo de San Lorenzo a mediados de junio y desde entonces había entrenado poco y mal debido a una lesión y al terrible calor sufrido este verano en Madrid. Así que la idea era hacer esta carrera para obtener los ritmos de entrenamiento a los que debo entrenar. De todos modos, aún sin saber cómo me encontraba, me marqué el objetivo de tratar de bajar de cuarenta y dos minutos, cosa que me parecía muy ambiciosa, pero factible. Había calculado que yendo a 4:10 bajaba de ese tiempo y me parecía razonable poder aguantar durante los diez kilómetros.

La salida se da frente al antiguo ayuntamiento, en la plaza de España y la zona es muy estrecha, con algunas curvas de noventa grados nada más salir. Esa estrechez, unida a un pelotón de muchos corredores es una de las pegas de esta carrera. De hecho prácticamente durante todo el primer kilómetro se tiene sensación de agobio.

Sabiendo este asunto y de que se celebraban al mismo tiempo la carrera de 5 km y la de 10 km -lo que suponía algo más de 400 atletas participantes- traté de ponerme lo más cerca de la línea de salida, aunque no pude llegar a donde me hubiese gustado.

Dieron la salida y, efectivamente, el primer kilómetro fue un poco agobiante. Observé que me adelantó una chica que conocía de la carrera de la Cabrera y estuve tentado en seguir su ritmo, pero me pareció muy vivo y no era cuestión de darse un calentón. Llegamos al primer kilómetro, observé el cronómetro y vi que marcaba 4:11, ¡había clavado el ritmo! Y me sentía francamente bien.

Los siguientes dos kilómetros son ligeramente favorables y los hice a 4:06 y 4:09, lo cual me animó sobremanera porque veía posible el objetivo; sin embargo, los siguientes dos son ligeramente desfavorables y ahí el tiempo se me fue un poco, ya que los hice en 4:20 y 4:19, haciendo la primera vuelta en 21:05 lo que me hizo pensar que bajar de los 42 minutos iba a ser imposible, porque siempre flojeo un poco en la segunda vuelta.

Así fue, el siguiente kilómetro se fue a 4:25 y fue cuando me di cuenta que «la chica de la Cabrera», acompañada de un chico, iba por delante no muy lejos de mí. Viendo que el objetivo inicial era inalcanzable, me centré en seguir el ritmo de esta pareja, a los que veía francamente bien. A la altura del cuartel de la Guardia Civil, sobre el kilómetro siete y medio, conseguí darlos caza. Animé a la chica y seguí a mi ritmo que era ligeramente más rápido que el suyo, o al menos eso pensaba yo. Luego me centré en alcanzar a un tipo vestido de color rojo, con tan poco pelo como yo.

Poco a poco iba comiendo terreno «al de rojo», pero oía la respiración de la chica muy cerca de mí al igual que los gritos de ánimo, por lo que nuestro ritmo debía ser muy similar. El noveno kilómetro, que es el más desfavorable, se me fue por encima de los cuatro minutos y medio y ya sólo quedaba apretar un poco en el último kilómetro para tratar de adelantar al rival que me había inventado… Y que no me adelantase la pareja, que los notaba justo detrás de mí.

A la altura de la Colegiata pude adelantar al de rojo y en la curva de casi ciento ochenta grados me puse ya a tope porque quedaba poquísimo. Llegando a la recta final pude ver que el reloj andaba por los cuarenta y dos minutos y cuarenta y tantos segundos por lo que ya eché toda la carne en el asador para, por lo menos, bajar de cuarenta y tres minutos. Y conseguí hacerlo ya que llegué a meta con un tiempo oficial de 42:51. No había cumplido el objetivo inicial, pero al menos esta carrera me sirvió para ver mi estado de forma actual.

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Llegando a la meta de Torrijos 2016

Haciendo uso de las tablas de Daniels obtengo un valor de VDOT de 47,9 para esa marca y esa distancia, lo que implica un ritmo de intervalos de 4:02, un ritmo umbral de 4:24, un ritmo de maratón de 4:40 y un ritmo de carrera fácil entre 5:17 y 5:37. Así que objetivo no habré cumplido, pero ya tengo los ritmos a los que debo entrenar.

Tú a Boston y yo a California

Existe una película de 1961 de título Tú a Boston y yo a California. Años después, en 1998, hicieron un remake y originalmente cambiaron el título, esforzándose mucho, por Tú a Londres y yo a California. Trata de unas hermanas gemelas que viven separadas y se juntan y bla, bla, bla

Iba corriendo con mi gemelo Joaquín y hablábamos de la próxima carrera en la que íbamos a participar: él en Pareja y yo en Torrijos. Y pensando en el tema, se me ha venido a la cabeza la película que recuerdo haber visto hace un montón de años. La del remake, no sé si la he visto, aunque no creo que me pierda nada…

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Con mi hermano gemelo Joaquín. Gracias a Isma por el montaje

Joaquín, que es un gran corredor con la edad que tiene, tiene como objetivo subir al cajón. Mi objetivo es más modesto, sólo trato de probar para ver cómo me encuentro de forma. Espero y confío en que mi compañero de desventuras suba al cajón.

Pues eso, que como en tres días tenemos «nuestras» pruebas, no lo hemos tomado con calma, así que he recorrido 9,7 km en un tiempo 52:04 @ 5:21 min/km.