Malas sensaciones no, lo siguiente

Hoy he salida a entrenar tarde para no variar, aunque no demasiado tarde; sin embargo, no había nadie allí. He aprovechado para estirar y viendo que no venían, he salido. He pensado que tal vez al salir ayer, alguno se lo pensaría y se quedaría en casa… como a mí se me había pasado por la cabeza.

Llevaba unos setecientos metros cuando me los he encontrado. Iba un grupo con Emilio, Joaquín y Ángel. Me he unido al grupo, por supuesto, y lo cierto es que íbamos muy despacio. Tampoco me importaba demasiado, tenía pensado apretar un poco en la segunda vuelta.

Al terminar la primera, Emilio se ha ido, como suele hacer y poco después Ángel ha empezado a notar molestias en el gemelo, por lo que se ha parado. Me he quedado solo con Joaquín y como está chungo con su ciática, no iba a acelerar y dejarle solo, así que he dado esa segunda vuelta también muy despacio.

No sé si ha sido por ir tan despacio, pero he acabado con unas sensaciones malas, muy malas, pésimas. Tengo que ir un poco más deprisa aunque me quede solo.

En total han sido 8,9 km en un tiempo de 51:57 a un espeluznante ritmo de 5:50 min/km.

En el día de la Almudena

Como hoy es festivo en Madrid decidimos salir hoy en vez de ayer marte como acostumbramos. Con esto del cambio de hora es mejor aprovechar las horas de luz cuando se pueda.

Habíamos quedado a las diez de la mañana en el punto de encuentro y allí nos encontramos cuatro pradolongueros. Nos hicimos un bonito selfie para inmortalizar el entrenamiento.

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Cuatro pradolongueros en el día de la Almudena

Hacía una mañana fresca aunque soleada, así que yendo en manga corta no se iba mal. Bajamos al Parque Lineal y después de pasar por debajo de los cinco puentes vimos que estaban trabajando los obreros. Nos llamó la atención que estaban levantando una parte que está asfaltada, que es por donde suelen ir las bicis, dejando el tramos no asfaltado para los corredores. La verdad es que nadie se explicaba el porqué.

No es que fuéramos a toda pastilla, pero mantuvimos un ritmo interesante entre 5:00 y 5:15 casi todo el recorrido. Se nos hizo la cosa muy llevadera. Hicimos un total de 12 km en un tiempo de 1:03:42 @ 5:18 min/km.

Un entrenamiento muy agradable con una compañía inmejorable.

VI Carrera popular Corre por el niño

Hace cinco años al Dr. Juan Casado Flores, Jefe de Servicios de Cuidados Intensivos del Hospital Niño Jesús, ante la necesidad de recaudar fondos para la investigación científica, se le ocurrió organizar una carrera popular. Hoy nos reuníamos unos diez mil corredores en el Retiro dispuestos a participar en esta carrera solidaria. Diez mil corredores, a diez euros la inscripción, supone un montante de 100.000 €, lo cual no está nada mal.

Como el día antes había ido a recoger dorsal y camiseta, llegamos a la zona de salida/meta en el Paseo de Coches del Retiro con no mucho tiempo; sin embargo dejamos la ropa rápida y cómodamente en el guardarropa. Nos dio tiempo incluso a hacernos una foto antes de dejar la ropa, ya que no había mucha gente en esta zona, lo cual me sorprendió ya que se hablaba de diez mil participantes. Luego caí de que había muchas familias que venían a correr y la logística era otra.

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Antes de la carrera, con la camiseta conmemorativa de la carrera

El sábado llovió mucho en Madrid y hoy decían las previsiones que no iba a llover, pero que la temperatura iba a bajar bastante; sin embargo hizo un día extraordinario para correr, con una temperatura fresca aunque no gélida y un sol tibio que se agradecía sobremanera.

Ayer, poco antes de ir a recoger el dorsal, me dio una especie de latigazo en la zona lumbar y me dejó bastante maltrecho. Me entraron dudas de si hoy podría correr, ya que me costaba incorporarme y, sobre todo, agacharme. Pasé la noche regular y me costó levantarme de la cama, pero aún así me acerqué porque pensé que al menos al trote podría completar los diez kilómetros.

Me acerqué con una amiga y el objetivo era tratar de seguir su ritmo. Salimos tranquilos y pronto observé que si la cosa seguía así podría realizar los diez kilómetros al ritmo de mi amiga. En las cuestas abajo no era capaz de seguirla, pero en las cuestas arriba recuperaba lo perdido, así que podemos decir que iba más o menos a su par.

La carrera nos pareció mucho más dura de lo que pensábamos. La primera cuesta arriba es la que sube desde la Puerta de Alcalá hacia Menéndez Pelayo, esa cuesta con la que la maratón de Madrid nos ha obsequiado unas cuantas veces. Íbamos por el kilómetro tres, más o menos, por lo que íbamos frescos de piernas y aún así se dejaba notar, no es extraño que en la maratón, que estaba situada pasado el kilómetro cuarenta, nos pareciera el Tourmalet.

Se va rodeando el Parque del Retiro, dejándolo a mano derecha y el hospital Niño Jesús a la izquierda y según íbamos corriendo iba pensando que el circuito no me sonaba mucho con lo que había visto en la web, pero pensé que sería cosas de mi memoria.

Cuando se abandona Menéndez Pelayo comienza una bajada que empalma con Doctor Esquerdo y sigue bajando hasta la Plaza Conde de Casal. Ahí comienza un tramo llano hasta la Avenida Ciudad de Barcelona. En esa avenida ya comienza la cuesta arriba, pero es al girar hacia Menéndez Pelayo donde te encuentras con una rampa que quita el hipo. Son cuatrocientos metros, pero te dejan las piernas al rojo vivo, hay que tener en cuenta que se afronta con siete kilómetros en las piernas.

De nuevo se llega a un terreno llano por el Paseo Reina Cristina y el Paseo de la Infanta Isabel hasta llegar a Alfonso XII donde hay otra bonita rampa que llega hasta la Puerta del Ángel Caído, que da acceso al Retiro. Sin solución de continuidad se empalma con la cuesta que lleva a la plaza del Ángel Caído. Son ochocientos metros de subida donde te dejas las pocas fuerzas que te quedan.

Una vez coronada la cuesta queda únicamente un kilómetro de terreno más o menos llano hasta meta, donde conseguimos llegar los dos juntos, bajando por segundos de cuarenta y nueve minutos.

Una bonita carrera -aunque dura- en un bonito día para una bonita causa. Habrá que repetir.

Comprobando luego el circuito que aparecía en la web con lo que realmente recorrimos, no tiene demasiado que ver. No sé cual sería el motivo de cambiarlo.

A oscuras un año más

El pasado fin de semana cambiaron al horario de invierno. Eso implica que a las siete, cuando quedamos para entrenar, ya es de noche. Como todos los años ese cambio de hora nos sirve para darnos cuenta de lo mal iluminado que está el Parque de Pradolongo. No está como hace algunos años que había zonas enteras donde no había ni una luz. No, ahora hay iluminación por casi todo el parque, pero es insuficiente en algunos tramos. Y eso que los tramos por los que vamos son de los principales, no vamos por las veredas.

Nos hemos juntado Emilio, Joaquín y un servidor y la verdad es que ha sido un entrenamiento sin ninguna novedad. Una primera vuelta tranquila y una segunda también tranquila. Yo no quería apretar por la carrera del domingo y Joaquín no quería tampoco por la ciática, así que he hecho 9,6 km en 54:04 @ 5:35 min/km.

Han derribado la iglesia barracón

Había enviado el día anterior un mensaje de WhatsApp para ver si algún pradolonguero se animaba a salir a entrenar a las 9:00, pero nadie dijo que sí, así que salí con una amiga. Sobre las 9:15 nos pusimos en marcha y bajamos al Parque Lineal con la idea de hacer 12 kilómetros. Pasamos por donde el otro día estaban las vallas y vimos que está todo el piso horroroso, de haber pasado por allí maquinaria pesada con huellas de ruedas que hacían difícil pasar por allí. Imagino que acabarán asfaltando ese tramo igual que han hecho con alguno anterior.

A la vuelta, cuando salimos del Parque Lineal, por el carril bici, rumbo al 12 de octubre pasamos por donde estaba la parroquia “Nuestra Señora del Buen Pastor”, que era un barracón con un tejado rojo. Ahora ya ha desaparecido y muy cerca han levantado un templo más moderno.

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Antigua parroquia Madre del Buen Pastor, ahora derruida

Cuando comenzábamos a subir hacia el 12 de octubre, cerca del frontón, nos cruzamos con un trío de pradolongueras que se dirigían, imagino, hacia el Parque Lineal. Al llegar al parque nos encontramos con un grupo de pradolongueros que habían terminado ya incluso de estirar. Estuvimos un rato hablando y me fui andando a casa a los pocos minutos, ya que yo no quería entretenerme mucho.

Hicimos 12 km en 1:04:19 @ 5:21 min/km. En un día muy agradable para correr.

Me cuesta mantener un ritmo constante

He bajado al Parque Lineal con idea de hacer seis kilómetros a ritmo de 4:40 y ha salido más o menos, aunque me cuesta mantenerme a ese ritmo, no lo llevo “interiorizado”. Como suelo hacer, los tres primeros kilómetros son de calentamiento hasta llegar al parque. Ahí aumento el ritmo hasta tratar de llegar a esos 4:40. Cuando he terminado esos seis a buen ritmo, otros tres de enfriamiento, para totalizar doce.

Hacía un día extraordinario para correr, con sol y una temperatura que rondaría los quince grados. Ideal. Aunque no haya conseguido un ritmo constante, no ha estado mal del todo, aunque quizás demasiado rápidos: 4:37, 4:35, 4:39, 4:42, 4:33 y 4:32.

Siguen con las obras en el Parque Lineal. He llegado a un punto donde había unas vallas, a la altura de por donde se pasa debajo de la carretera de Andalucía. En ese punto he tirado hacia la derecha en un camino que han hecho nuevo y que lleva a un parking, que también han hecho nuevo, en Villaverde bajo. En ese punto ya llevaba seis kilómetros, así que me he dado la vuelta.

He parado un poco antes de la cuenta porque me he encontrado a un grupo de pradolongueros estirando y he estado hablando un rato con ellos, por lo que en total han sido 11,8 km en un tiempo de 57:51 @ 4:53 min/km. Un entrenamiento algo más rápido de lo que había planeado, pero con muy buenas sensaciones.

Antes de salir a correr me subí a la báscula y marcaba 69,7 kg. Esto empieza a ser preocupante, me voy a tener que tomar en serio lo de controlar la comida

Ya no se veía ni un pijo

Acabando ya la segunda vuelta ya no se veía ni un pijo… menos mal que ya estaban las farolas encendidas y algo hacían, aunque parecen insuficientes. Ya veremos cuando cambien la hora si vamos a tener que llevar frontal.

En el punto de encuentro estaban los dos Emilios y Joaquín. Después de dar una vuelta todos juntos, en la segunda he apretado para tratar de hacer cuatro kilómetros a ritmo umbral (objetivo 4:20) pero no lo he conseguido. Han salido a 4:25, 4:31, 4:25 y 4:37. Quizás he sido muy ambicioso y tenía que haber hecho solamente tres kilómetros y haber puesto toda la carne en el asador. En mi descargo diré que el terreno estaba muy blando.

En total han sido 9,6 km en 50:23 @ 5:14 min/km. Nada contento con el resultado de ese intento a ritmo umbral.

Mi gatito está malito

Hemos tenido en casa un gato y una gata desde hace ya unos cuantos años. La gata fue la primera que vino a casa y de eso hace ya diez años. Luego vino el gato hace ocho años. Y desde hace unas semanas hay un nuevo inquilino felino en casa.

No sé si debido a la nueva, pero el caso es que el gato lleva unas semanas bastante fastidiado. Empezó con vómitos y cacas sueltas, pero ayer por la noche estaba peor, las cacas eran líquidas y se le iba escapando allá por donde iba. A eso de las diez tuvimos que llevarle al veterinario y le tuvieron que poner suero. Nos aconsejó que le hicieran una ecografía por si se hubiese tragado algo y se hubiese quedado atascado.

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Aguantando mecha con la vía

Así que tenía cita para hoy a las nueve, por lo que ha sido un entrenamiento algo más corto que otras veces. Curiosamente hoy ha bajado Miguel y me hubiera gustado haber compartido algún kilómetro más, pero las obligaciones son las obligaciones.

Han sido en total 8,5 km en 46:20 @ 5:25 min/km. Después rápido a casa, ducha y a llevar al gato. Hoy me he saltado los estiramientos.

IX Carrera nocturna de Toledo

Por tercera vez he participado en la carrera nocturna de Toledo. La carrera está organizada por la Asociación de Vecinos La Mezquita a beneficio de la Fundación Niemann Pick que trata de encontrar desde hace años una respuesta medica a una enfermedad que a día de hoy no tiene cura. Son varios los niños afectados por ésta terrible enfermedad que les priva de actividades tan básicas como jugar, practicar deporte o gozar de una autonomía personal.

La carrera comenzaba a las 20:30, pero el dorsal había que recogerlo antes de las seis, por lo que hubo que salir de casa poco después de las cuatro. Menos mal que la amiga con la que me acerqué tiene familia en Toledo y pudimos pasar el tiempo de espera cómodamente sentados en un sillón.

Poco antes de las ocho salimos de la casa y nos acercamos hacia lo zona de salida. En un principio se iba a hacer junto a la estación del AVE, pero a última hora acercaron la salida al Puente de Alcántara, por lo que los nueve kilómetros que inicialmente estaban previstos se quedaron en poco más de ocho, según comentaban en un correo que enviaron días antes.

En la zona de salida había un montón de gente con la camiseta azul conmemorativa de la carrera. Una y otra vez pasaba un dron y la gente saludaba al artefacto como si del Santo Padre se tratara. A las ocho y media en punto dieron la salida bajo una lluvia de papelitos de colores. Salimos por la Ronda de Juanelo rumbo hacia otro puente. Esa era la zona más peligrosa de la carrera porque ya era de noche y no había ninguna iluminación. Era cuestión de fe donde poner el pie porque cualquier irregularidad podría provocar un torcimiento de pie o algo peor.

Poco después de pasar el puente sin iluminación se vuelve al de Alcántara, pero por el otro lado de donde estaba instalada la salida, y comienza la primera cuesta de la jornada. A mano izquierda sale la calle Gerardo Lobo y la carretera se empina. Afortunadamente, no es una cuesta demasiado larga. Se sube y luego se baja hacia la Puerta de Bisagra, donde un fotógrafo del Club San Ildefonso hizo un montón de fotos a los participantes.

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Por el Paseo de la Vega llegamos a la plaza de toros donde nos hicieron dar una vuelta por el ruedo cual morlacos. Tengo que decir que no me gustó nada esa tontería, pero imagino que a alguno le parecería curioso.

Se sale de la plaza, se baja un poco y comienza la segunda subida de la jornada buscando de nuevo el Paseo de la Vega -donde estaba el tercer kilómetro- y desde allí la Puerta Bisagra. Llegando a dicha puerta se gira a la derecha y comienza un terreno descendente buscando el río por la Avenida de la Cava. Se atraviesa el río y en ese punto se comienza a subir y a subir y a subir… Atravesando el Puente de San Martín se ve la imponente figura de San Juan de los Reyes y por un momento te olvidas de todo, es una auténtica maravilla esa obra de arte que cada vez que veo me deja anonadado.

Se sube por el Paseo de Recaredo hasta la Puerta del Cambrón, se atraviesa ésta y se sigue subiendo. Yo me preguntaba cuando se iba a acabar la subida, pero nada, se llegaba a un punto que parecía el fin, pero se giraba y seguía para arriba. Yo ya andaba perdido entre tanta subida, tanta calle estrecha, tanta plazoleta y tan poca luz. Según íbamos subiendo iba pensando en mi acompañante, en su pundonor en las subidas, en cómo se tiraba por las cuestas abajo, en cómo luchaba en cada metro de terreno llano para no perder ni un segundo. Me di cuenta que me queda mucho por aprender todavía.

En un momento dado, aproximadamente en el 6,5 km se acabó la subida ¡¡¡por fin!!! después de estar subiendo casi kilómetro y medio. Ya quedaba entonces, como otro kilómetro y medio para acabar; sin embargo, algo debieron medir mal porque al poco pasamos por la catedral y vi que llevábamos casi siete, ¡la cosa no me cuadraba en absoluto! Y tanto que no cuadraba, como que la carrera medía unos 7,4 km en vez de los 9 km inicialmente previstos. Llegamos a meta con un tiempo oficial de 38:41 totalmente empapados de la humedad existente, no porque hubiese llovido durante la carrera.

Era nuestra tercera participación y no me gustó nada. Las otras dos tenían la salida y la llegada en la Plaza de Zocodover y el recorrido era por el casco antiguo, sin tener que meternos esa cuesta interminable. Un recorrido mucho más bonito y mucho más llevadero. Nos pensaremos si volvemos a esta carrera en próximos años.

XVIII Carrera popular de Portillo

Por tercera vez consecutiva he participado en esta bonita y generosa carrera portillana. La marca Joma, «natural» de esta localidad se vuelca con la carrera y la bolsa del corredor es muy generosa. Joma aporta una camiseta técnica, una sudadera técnica, unos calcetines y nos tickets descuento. Además se puede encontrar en la bolsa unas toallitas de Indas, que tiene la fábrica muy cerca de Portillo, un bolígrafo, caramelos, una bolsa de patata, una barrita energética, un plátano, una manzana y un par de tickets para un par de cervezas. Difícil encontrar algo mejor por un precio de la inscripción de 10,40 €.

Se trata de una carrera de 6,6 km para los adultos y de distancias variopintas para todas las categorías de niños. No sé si debido a la bolsa, el caso es que había unos 1100 participantes adultos y unos 400 niños. Todo un récord en una población cercana a las dos mil personas. Una barbaridad.

Son dos vueltas más o menos iguales en un circuito muy revirado y bastante ondulado. Las cuestas no son muy pronunciadas, pero sobre todo la primera, se deja notar en las piernas porque es la más larga.

En el cartel de la carrera ponía que la carrera comenzaba a las diez de la mañana, por lo que a eso de las 8:15 salía de mi casa con la intención de estar allí una hora antes. Llegamos sobre las nueve y fuimos a retirar el dorsal. Nos extrañó ver que había aún muchas bolsas por repartir, la gente se lo tomaba con calma.

Tranquilamente volvimos al coche, nos quitamos la ropa, nos colocamos el dorsal y cuando faltaban veinte minutos salimos a calentar. Enseguida nos encontramos con un tipo que nos dijo que nos abrigáramos, que nos íbamos a quedar fríos. Nos quedamos a cuadros cuando nos indicó que la carrera de los mayores empezaba a las doce de la mañana, ¡¡¡quedaba aún más de dos horas para el comienzo!!! Y encima nos habíamos pegado un madrugón de aúpa para nada. Hay que leerse bien el reglamento.

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Camino a Portillo de Toledo, con cara de sueño por el madrugón innecesario

Nos fuimos al coche para pasar el rato y luego hicimos una vuelta al circuito para recordar como era. Yo me acordaba más o menos, pero mi amiga decía que la mayor parte del circuito ni le sonaba. Estuvimos viendo como corrían los más pequeños y hablando con José Luis, que también se había acercado y también le había pasado lo mismo que a nosotros con la hora. Y no éramos los únicos.

Esta vez sí era la buena. Aquello era un hormiguero de gente. Mil personas en un pueblo tan pequeño se nota mucho y la zona de salida estaba a tope de gente calentando. Calenté un poco e hice algún estiramiento porque estaba algo temeroso ya que en los entrenamientos de la semana había notado el gemelo izquierdo algo cargado.

Como suele ocurrir en esta carrera, se dio la salida tarde, en concreto cinco minutos más tarde. Estábamos cerca del arco de salida, pero había un ejército de gente por delante del arco. Todos ellos deberían ser descalificados por hacer salir antes de la línea de salida.

Salí con José Luis y me costó seguir su ritmo en los primeros kilómetros. Poco antes de la primera vuelta le adelanté y le animé. Se pasa cerca del arco de llegada cuando se llevan recorridos unos 3,3 km y vi que el reloj marcaba unos trece minutos y bastante. Eso me animó porque el objetivo de bajar de veintiocho minutos parecía factible.

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Corriendo hacia la meta. Foto cortesía de Rubén Rodríguez

La cuesta larga en la segunda vuelta se hace bastante dura, pero luego el circuito es más llevadero. Alguno me adelantó en esa segunda vuelta y a algunos los adelanté yo, por lo que me mantuve más o menos el puesto. En la recta de llegada que es favorable aceleré lo que pude y llegué a meta con un tiempo oficial de 27:42 muy contento con el resultado y sobre todo con las sensaciones, que fueron muy buenas, todo lo contrario que la semana anterior.

Después de la carrera fuimos al coche a cambiarnos y coger los tickets para tomarnos una cerveza. Allí nos encontramos con dos conocidos del Club de Atletismo Leganés que nos contaron que de su club habían venido ¡treinta corredores! Todo un récord.

Si no hay ningún problema, el año que viene repetiré.