XVIII Carrera urbana de Carabanchel

Desde que tuve que abandonar en la maratón de Madrid, no había vuelto a correr una carrera, aunque ya llevaba tres semanas entrenando.

Sin embargo, no las tenía todas conmigo. El viernes tuve una terrible cagalera, el sábado por la mañana estuve jugando al fútbol ¡¡¡después de más de 20 años sin darle al balón!! y el sábado por la noche salimos de marcha, por lo que me presenté en la salida de la Avda. de Oporto habiendo dormido sólo tres horas y con más ganas de seguir en la cama que hacerme una carrera de 10 km. Además, por culpa del maldito fútbol, tenía agujetas en las piernas y dolores en las rodillas. Por más que lo pienso no sé como tomé la decisión de saltar de la cama y acercarme a la salida, quizás porque la carrera se celebra muy cerquita de mi casa, no encuentro otro motivo.

El caso es que llegué apurado a recoger el chip y allí encontré a un grupo muy numeroso de compañeros de MaraTI+D. Fue una gran alegría encontrarme con tantos compañeros. Al poco de llegar nos dirigimos hacia la salida que no coincidía con la llegada (que era donde estaban los chips), aunque tampoco estaba muy lejos.

Salí muy tranquilo, porque no tenía el cuerpo para muchas juergas y la verdad es que no me encontré mal en ningún momento. A mitad de recorrido llevaba un tiempo de 25:11 habiendo superado la parte más dura que es la subida a General Ricardos.

Los compañeros me habían advertido que se habían sacado una cuesta dura en los últimos kilómetros, por lo que tampoco me tomé muchas alegrías en la bajada de la Avda. de los Poblados. Efectivamente, al doblar a la derecha por la calle Secoya, empezamos a subir, pero un nuevo giro a derechas por la calle Reus, nos dejó una rampa de unos 300 metros realmente dura, en medio de un polígono industrial (recuerdo un edificio abandonado de Ediciones S.M.) en plena cuesta.

La calle Reus desemboca en la calle del Aguacate donde empezaba una buena bajada hasta el penúltimo kilómetro en la Vía Lusitana que era más o menos llano. Al final realicé un tiempo de 50:33, según atestigua la clasificación oficial:

748 1367 GARCIA, MIGUEL 00:50:33 SENIOR M 00:05:03

La verdad es que no me puedo quejar en las condiciones que estaba. Lo que más me sorprendió es que realizara la segunda mitad más despacio que la primera, cuando la primera es cuesta arriba y la segunda, cuesta abajo. Además el noveno kilómetro se me hizo larguísimo, ya que tardé 6:41 cuando estaba haciendo los kilómetros alrededor de cinco munutos.

Escamado, he estado mirando en openrunner.com la distancia recorrida y salen casi 500 metros más. Según parece, hubo un problema con el guardia que desviaba a la gente en la calle Secoya. Según el plano, esa calle tenía que haberse seguido hasta llegar a la calle Aguacate. Sin embargo, el guardia desviaba hacia la derecha por la calle Reus, donde estaba el rampón. Por eso nadie vio el kilómetro siete, ¡¡¡porque estaba en una calle por la que no se transitó en su totalidad!! Luego, viendo el desaguisado, el kilómetro ocho lo colocaron a ojímetro, retrasando su posición unos seiscientos metros y provocando que del ocho al nuevo se hiciese tan laaaaaargo.

XXX Media maratón de Coslada

Un año más nos hemos dado cita en Coslada un grupo reducido de compañeros de MaraTID. Este año, sólo tres: Fernando, Iván y un servidor. La carrera me pareció perfectamente organizada, además como no había muchos participantes no había cola para nada: ni para recoger el chip, ni para el guardarropa, ni para ir al servicio. Una verdadera gozada. El problema es que el circuito es feo de narices, muy duro por los sucesivos toboganes y además ayer hizo un aire de consideración que hizo la carrera más dura si cabe.

Salí con la idea de hacer 1:37 ó 1:38 y la verdad es que me sentía muy bien, pero el ritmo era muy irregular. Lo mismo hacía kilómetros un poco por encima de 4:30 que me iba a los cinco minutos. Al principio pensaba que la medición no era correcta, pero luego llegué a la conclusión que era el viento el que provocaba esas irregularidades.

Donde más me afectó la fuerza del viento fue en una larga recta entre el 10 y el 11, donde me adelantaron cinco o seis corredores, uno de ellos un corredor local, ya veterano. Intenté seguir su estela y la verdad es que me vino muy bien porque me recuperé de ese bache y esos kilómetros de subida hasta el 15 los pasé francamente bien. En la bajada hasta el 16 me tiré lo más rápido que pude intentando recuperar los segundos perdidos en la subida, pero ni con esas. Llegando al 17 (en la recta de la estación de Renfe), volvimos a sufrir el soplido del viento, pero viendo que la carrera se acababa eché toda la carne en el asador y desde ese momento fui adelantando corredores. Tampoco muchos, porque no había demasiados, pero algunos cayeron.

Sobre el km 20 vi a Ángel que estaba haciendo unas fotos y al poco se giraba a mano derecha para afrontar los últimos metros que, de nuevo, se hicieron durísimos por el viento.

Al final llegué a meta con un tiempo oficial de 1:40:40, según reza la clasificación, que se puede ver en atletismomadrid.com.

Aunque tardé ocho segundos más que el año pasado y no pude cumplir mi objetivo de estar en 1:37-1:38, estoy satisfecho de la carrera porque acabé muy bien aunque el recorrido fue tremendo.

Para terminar, un diez para la organización, que ha sido de cine. Ya podrían aprender otros de la gente de Coslada. Por sólo 5 €: chip, circuito bien medido, gran despliegue de policía y voluntarios, grifos de cerveza y sidra, bebidas isotónicas, agua, camiseta, bocatas de panceta, chorizo y morcilla, naranjas y barritas energéticas. No está nada mal, la verdad.

Además es agradable ver como además de la media, organizan otras carreras de menor distancia para quien no se atreve con 21 km, sobre todo pensando en los niños, con distancias entre 750 m y 5 km.

IX Media maratón de Getafe

Sin comerlo ni beberlo, ayer por la noche me ofrecieron un dorsal para la carrera, ya que Antonio, un amigo, se puso enfermo. Así que me levanté el domingo por la mañana y me dirigí a Getafe con el ánimo de realizar un entrenamiento largo con dorsal. Además el sábado me había estado machacando de lo lindo en las cuestas del Parque Sur.

Sorprendió el día más soleado de lo habitual en esta carrera. Recuerdo el año pasado que hizo un frío de mil diablos. Recogí el chip, hice mis necesidades y me coloqué en la línea de salida después de hablar con Liborio y Pedro que se disponían a correr sin dorsal. Anteriormente también me encontré con Luis, que me comentó correría este año la maratón de Londres.

Sonó el disparo de salida y tardé bastantes segundos en atravesar la línea de salida y eso que este año se salía de ambos carriles de la avenida. Aún así, me costó trabajo ponerme a correr y eso que la salida es cuesta abajo. Después de pasar el primer kilómetro, pude comprobar que llevaba un ritmo uniforme de 4:45 y que lo mantenía bien, por lo que pensé que era un buen ritmo de carrera y que si me encontraba con fuerza, apretaría un poco en el último tercio.

Los kilómetros pasaban rápido y seguía a mi ritmo constante, en algunos kilómetros bajaba algún segundo y en otros, subía. Pasé por los 10 km en 48:11, situados un poco antes de que acabase la primera vuelta. Y yo seguía con mi ritmo, bien acoplado a un grupito que iban más o menos a la misma velocidad.

Llegados al kilómetro 14 y cumplidos los dos tercios de carrera, intenté acelerar un poco viendo que me quedaban algo de fuerzas. Sin embargo, no fueron más que fuegos de artificio porque los segundillos que ganaba en un kilómetro lo perdía en otro. Además esos acelerones firmaron mi sentencia de muerte porque en el kilómetro 18 empecé a sentirme muy cansado y en el 19 ya no podía más. Si la carrera hubiese terminado ahí, hubiera terminado muy feliz, pero todavía quedaban dos kilómetros.

El grupo con el que iba se iba alejando inexorablemente y yo empecé a sufrir para poder aguantar un ritmo decente. Ya no adelantaba a nadie, todo lo contrario, empezó a adelantarme gente que yo había adelantado en kilómetros anteriores. Llegué al 20 y al poco empezó una pequeña cuesta abajo (la avenida donde se daba la salida) que alivió un poco mis penurias. En esa avenida hay que hacer un giro brusco a la derecha para entrar en el recinto del polideportivo. Desde esa entrada hasta las pistas de atletismo todavía quedan unos trescientos metros y yo me fui reservando un poco (si es que me quedaba algo) para dar la vuelta a la pista honrosamente. Aquí la memoria me jugó una mala pasada porque no había vuelta que dar. Justo cuando se llegaba a la pista, estaba el kilómetro 21 y sólo había que recorrer la recta de meta para terminar, por lo que esprinté lo que pude para parar el reloj en 1:41:23, aunque es mucho mejor el tiempo neto de 1:40:44.

Lo siento por el amigo que me dejó el dorsal porque el año pasado hizo 1:24 y este año ¡¡¡16 minutos más!!!

557 2351 ANTONIO M 1:41:23 1:40:44 04:46

Hasta el momento de llegar a la línea de meta, la organización me había parecido bastante buena, pero en la entrega de camisetas y bolsa del corredor fracasó estrepitosamente. La cola para la entrega de chips y recepción de regalos era enorme, estuve como diez minutos esperando y luego había que pelearse para coger una camiseta. Era realmente una batalla campal. Por desgracia, los últimos corredores se quedaron sin camiseta porque hubo algunos que se llevaron dos e incluso tres prendas, dando muestras de un sentido de la solidaridad vergonzoso.

XIII Carrera popular pedestre distrito de Usera

Impresionante día veraniego que ha hecho hoy en Madrid. La verdad es que tanto calor no me va mucho, pero hay que adaptarse a lo que hay.

Esta edición ha sido algo atípica para mí porque me liaron los de la organización para que les echara una mano. Al final me tocó entregar los dorsales de las inscripciones hechas por Internet y no tuve tiempo de saludar convenientemente a los conocidos, ni de hacernos la foto de rigor, ni de calentar, ni de nada de nada, por lo que llegué a la salida cuando ya estaba todo el mundo preparado y me tocó salir de los últimos.

Hacía tiempo que no salía en los últimos puestos del pelotón y no recordaba esas sensación de adelantar en vez de ser adelantado. Quizás, aunque se pierdan unos cuantos segundos en la salida, el hecho de ir sobrepasado corredores es una buena cosa, porque te vas animando.

Tenía intenciones de ir junto a Carlos para tratar de ganarle en el último sprint, pero a Carlos le veía a cien metros y era incapaz de recortarle distancia, todo lo contrario. Sobre el kilómetro cinco me acoplé a una chica que llevaba un buen ritmo e intenté seguirla hasta la meta. Al final con todo el mundo animando en el polideportivo, saqué fuerzas de flaqueza e hice una última vuelta a todo trapo.

Según mi reloj, realicé un tiempo de 44:32, pero según la web, el tiempo es de 44:09. Habrá que pensar que la organización nunca se equivoca 😉

Emilio, mi compañero de entrenamiento, se hizo con el primer puesto en la categoría de mayores de 60 años, haciendo un tiempo de poco más de 41 minutos, ¡¡¡y tiene 62 años!!!

XXVIII San Silvestre vicalvareña

Como en los dos últimos años, he vuelto a correr la San Silvestre vicalvareña y tengo que decir que cada vez me gusta más. Cuatro maratidianos (Manolo Cabrera, Javier Gallego, Luis Ángel García y un servidor) nos dimos cita en esta carrera, aunque yo llegué tarde al punto de encuentro por confiarme tanto. Pero llegué sin agobios para poder calentar. Allí me encontré con Javier Gallego y, posteriormente, con Manolo. Ya en la línea de salida apareció Luis Ángel, con el que salí y comencé a recorrer los primeros metros. Había pensado salir tranquilo en la primera vuelta y luego exigirme algo más en la segunda y eso fue lo que hice, aunque quizás me tomé con demasiada calma esa primera vuelta.

Al término de la primera vuelta, en la calle Villablanca, había una cantidad enorme de gente animando, me quedé gratamente sorprendido, porque en la calle de San Cipriano también hay mucha gente, pero no animaban mucho.

Como ya he comentado, apreté un poco en la segunda vuelta y realicé la vuelta al polideportivo bastante deprisa, pero mi tiempo fue bastante peor que el del año pasado: 37:23.

La bolsa que nos dieron después de finalizar la carrera estuvo francamente bien: camiseta, agua, aquarius, una bufanda, una baraja de cartas plastificada, un sudoku, un pequeño bolso y el boleto para la rifa de embutido. Y es que la rifa de embutido es realmente genial, a casi todo el mundo le toca algo. Este año volví a ser agraciado con una ristra de chorizos de cantimpalo. Es la única rifa en la que tengo suerte. También Javier y Manolo tuvieron suerte.

El año que viene, no lo dudo, de cabeza a la San Silvestre de Vicálvaro ¡¡¡y sólo cuesta tres euros!!!

XXIV Carrera popular villa de Aranjuez

He ido a Aranjuez con la idea de correr sin dorsal, porque no me fue posible inscribirme a tiempo. Fui con Fran, un vecino que había quedado con unos amigos. Pues bien, uno de sus amigos no pudo ir porque su niña había enfermado, por lo que me comentó que podía correr con su dorsal. Me acerqué temeroso a retirar el dorsal con su nombre y extrañamente me dejaron retirarlo sin presentar el DNI. Lo de llevar el dorsal, me hizo estar más tranquilo.

Como siempre, antes de la carrera de los mayores corrieron los más pequeños. Mi hija corrió en la categoría de Benjamines y mi hijo en la de Renacuajos. Corrieron a su ritmo, tranquilamente y fueron obsequiados con una bolsa bastante repleta con camiseta, zumos, frutos secos, regalíes, etc. Además la camisetas eran muy originales, porque variaban los colores, unas eran rojas, otras verdes, curioso, al menos.

Encontré a Raúl, un compañero de MaraTID, en el patio del colegio que utilizan para el guardarropa y estuvimos calentando uno tiempo. Diez minutos antes de las doce decidimos colocarnos en el pelotón de salida que ya era bastante grande. Salimos todos juntos, pero enseguida cada uno cogió su ritmo y Raúl se quedó por atrás, mientras que yo intentaba seguir el ritmo de mi vecino, que se puso algo nervioso al saber que el primer kilómetro lo hicimos en 5:06. Es por esto que los tres o cuatro primeros kilómetros fueron muy rápidos, demasiado para mi gusto. Luego nos fuimos tranquilizando, bajando un poco el ritmo. Al salir de los jardines del Príncipe, pasado el kilómetro siete, mi compañero de fatigas empezó a sentir cansancio y después de pasar el ocho y subir la cuesta que conduce hasta el nueve, se sintió bastante cansado, pero le animé para que no bajara el ritmo y lo cierto es que hasta el final mantuvimos un ritmo bastante decente, acabando la carrera con un tiempo oficial de 44:53, aunque neto de 44:29.

Lo gracioso vino a la hora de comer, porque después de ducharnos nos dirigimos hacia un sitio que en internet se anunciaba como «Restaurante El Paraíso», ya que no había podido reservar en «La alegría de la huerta», el sitio habitual. Nadie conocía el sitio, hasta que encontramos un señor que nos comentó que conocía un sito que se llamaba «El Paraíso», pero que de restaurante tenía poco. Esto lo decía entre risas…

Nos indicó el camino y llegamos a un sitio que era una especie de kiosco merendero. Entramos algo preocupados, pero la comida estaba realmente buena, sobre todo el conejo al ajillo y los niños pudieron disfrutar de los columpios mientras los mayores apurábamos la sobremesa. Luego nos dirigimos hacia el Palacio Real de Aranjuez donde estaba expuesto un belén muy antiguo, pero cuando llegamos, acababan de cerrar. Por lo tanto, nos dimos una vuelta por el Palacio Real y plazas adyacentes y al poco, de marcha para casa que se había quitado el sol y hacía fresquito.

Tiempos parciales:

Kilómetro Ritmo por km
1 4:30
2 4:20
3 4:15
4 4:18
5 4:21
Primera mitad 21:56
6 4:27
7 4:24
8 4:31
9 4:36
10 4:29
Segunda mitad 22:27
Tiempo total 44:29

XXVII Trofeo Akiles

Al contrario que otros años, hoy ha hecho un bonito día soleado en la Casa de Campo. Nos dimos cita un buen número de maratidianos para correr el Trofeo Akiles. Incluso algunos habituales de la Casa de Campo como Jesús o Isidoro aparecieron por allí.

He salido demasiado delante y quizás algo deprisa porque las cuestas arriba y los últimos kilómetros se me hicieron bastante duros. Sobre el kilómetro cuatro, bajando el cerro de Garabitas, me adelantó Jesús C., al que no pude seguir. Faltando quinientos metros, me adelantó Iván, al que tampoco pude seguir. Eso demuestra que iba bastante justo. Sin embargo, estoy contento porque mejoré en dos minutos la marca del domingo anterior en Rivas, aunque quizás sea debido a que en Rivas el circuito era de algo más de 10 km.

Mi tiempo oficial fue de 46:15, que espero mejorar en próximas carreras, sobre todo en Aranjuez, donde tendré que ir sin dorsal, ya que ha sido imposible inscribirse.

Akiles 2007
Foto de equipo en el Trofeo Akiles 2007

IX 10 km de Rivas

He participado en esta carrera popular después de la maratón de Madrid y de haber pasado casi siete meses en el dique seco por dos lesiones bastante puñeteras: un esguince en el pie derecho y cuando ya estaba recuperado del esguince, me clavé uno de los dientes del plato de la bici justo debajo del hueso del tobillo (el astrágalo).

Muchísimos niños participando en las diversas categorías en una mañana bastante fresca y con un fuerte viento, que se dejó notar durante la carrera. Después de tanto tiempo sin correr, me lo tomé con calma y quedé muy satisfecho con el resultado: 48:27. La próxima, el Trofeo Akiles.

Después de la carrera y de un reconfortante ducha fuimos a comer a un restaurante chino que conoce Santiago y la verdad es que la comida estuvo bastante decente. Además los niños se juntaron todos en una mesa y nos dejaron comer tranquilamente.

Esprintando en la llegada
Esprintando en la llegada

XXX Maratón Popular de Madrid

Este año se cumplen 20 años desde mi primera maratón y para «celebrarlo» me he lesionado en los primeros kilómetros de la carrera. A poco de subir el Paseo de la Castellana y empezar a bajar Monforte de Lemos (km 7) sufrí un gran dolor en el tendón de aquiles de la pierna derecha que me impedía correr. Cojeando y como pude, llegué al puesto de sanidad del km 7,5 donde me aplicaron reflex en la zona afectada, hice unos estiramientos e intenté seguir. En un principio hasta Cibeles para ahí coger las de Villadiego.

Foto de equipo en Mapoma 2007

Sufriendo lo indecible en las cuestas arriba y notando menos el dolor en las cuestas abajo fueron pasando los kilómetros. Cada 2,5 km paraba en los puestos de sanidad para el consabido reflex y contacté en el arco de la Victoria con Isidoro Padilla con el que anduve algunos kilómetros.

El paso por Sol debió ser mágico porque por unos instantes parecía que el dolor había remitido, por lo que cuando llegué a Cibeles pensé que a lo mejor podía llegar hasta la media maratón. En la cuesta de la calle Génova noté que me iba a costar mucho terminar porque sufría horrores en las cuestas arriba y ya veía que aquello no mejoraba, al contrario. Empecé a notar que a los mismos que adelantaba, me adelantaban ellos a mí cuando paraba en los puestos de sanidad. Parecía como la película de Atrapado en el tiempo, ya que siempre iba adelantando a los mismos y esos mismos me adelantaban a mí. Entre elucubraciones mentales, llegué a la media maratón con un tiempo neto de 1:54:01. Me parecía casi imposible haber llegado con ese tiempo.

En plena marcha en Mapoma 2007

De la media maratón hasta el kilómetro 32, la película era la misma. Subidas y bajadas y un calor excesivo, al menos para mí, paradas para el reflex y vuelta a adelantar a los mismos. Sin embargo, al pasar al plaza de Cronos y comenzar la calle Albadalejo (impresionante cuesta) empecé a ver que me resultaba imposible subir corriendo. Lo intenté por todos los medios, pero tuve que subir parte de esa cuesta andando. Nada mejoró con la llegada de la Avda. de Arcentales. A partir de la segunda rotonda, me puse andar porque la pierna no iba. Llegué a García Noblejas y ese tramo lo hice medio andando, medio corriendo. Encontré a Jesús Ángel Puerta sentado en la acera con un aspecto regular. Al final se lo tuvieron que llevar las asistencias porque no se recuperaba y eso que ya estábamos casi en el 35.

La cosa mejoró con la bajada de Nicolás Salmerón y luego con la Avenida Daroca hasta el puente de Ventas (no conseguí ver el kilómetro 39). De nuevo vuelta a andar en la subida a Manuel Becerra y una vez coronada esta última subida del día, corriendo hasta meta. En el último kilómetro me esperaba mi mujer con los niños. Mi hija se puso a correr conmigo en la entrada del Retiro y la tuve que ir frenando porque ¡¡¡me dejaba de rueda!!! Entrada en meta cogidos de la mano con un tiempo neto de 4:05:48, aunque oficial de 4:07:54.

He sufrido un montón en la carrera, pero he tratado de terminar porque cuando me casqué en el kilómetro siete me dio mucha rabia pensar que después de meses de entrenamiento, es una pena tirarlos a la basura. Mi pierna, desde luego, no opina igual e imagino que cuando me vea la fisioterapeuta tampoco será de mi misma opinión.

Llegada Mapoma 2007

XXIX Media maratón de Coslada

Hoy nos hemos dado cita en Coslada pocos corredores. La verdad es que daba gusto estar por allí. Sin colas para el chip, sin colas para ir al servicio, sin colas para el guardarropa, sin agobios en la salida. Viendo la cantidad de gente que había, parecía que habíamos retrocedido diez años por lo menos. El caso es que de los tres posibles participantes de MaraTI+D, sólo nos vimos Fernando y un servidor. Ángel no le vimos sino al final, haciendo algunas fotos cerca de la meta.

coslada-2007
Con Fernando, poco antes de la salida

Se trata de una carrera fea y bastante dura con continuas subidas y bajadas y con bastantes kilómetros por carreteras o calles compartiendo la calzada con los coches y separados los unos de los otros por cono. Además hay zonas por las que se pasa ¡¡¡tres veces!!! Pero en un ejercicio de abstracción puede pensarse que la cosa no es tan mala como parece.

Yo traté de tomármelo con más calma que las dos anteriores medias (Fuencarral y Universitaria) en las que salí muy deprisa. Así que me coloqué en medio del pelotón y salí con bastante tranquilidad. Hasta el kilómetro seis fui relajado, haciendo kilómetros que rozaban los cinco minutos. A partir de entonces, apreté algo más el acelerador, pero las cuestas entre el 12 y el 15 hicieron que tampoco mi velocidad media aumentara mucho. Después de la subida brutal a Las Conejeras (km 15), en la bajada, me adelantó la que a la postre fue la cuarta clasificada y decidí seguirla. Lo cierto es que llevaba un buen ritmo y en las bajadas me costaba no perder su estela. Eso ocurrió sobre el km 20, en una bajada se me fue y me quedé más solo que la una. Pero ya quedaba poco para meta, por lo que apreté los dientes y me presenté en la línea de meta con un tiempo oficial de 1:40:32.

Cuando vi el tiempo en el reloj de meta quedé algo desilusionado porque trataba de hacer 1h38, pero luego analizando mejor la carrera, creo que no ha sido un tiempo tan malo teniendo en cuenta lo intrincado del recorrido y además he conseguido mantener un ritmo regular durante toda la carrera. Lo mejor, es que terminé y no sentía cansancio prácticamente y eso es bueno de cara a la maratón.