XLIII San Silvestre vicalvareña

Sobre las diez estábamos en el punto de encuentro, allí nos esperaban los dos Emilios con sus vehículos y el resto de los compañeros del Club Atletismo Zofío. Nos montamos en los coches y en un cuarto de hora estábamos en Vicálvaro. Habían cortado todas las calles entre la calle Villablanca y la calle del polideportivo, así que tuvimos que dar una buena vuelta para encontrar aparcamiento y encima lo dejamos lejos del poli. Fuimos andando para allá y llegamos casi a las once, cuando se suponía que dejaban de dar dorsales; sin embargo había allí mucha gente aún para recoger el suyo.

Tuve suerte porque la cola para recoger el mío era muy corta y enseguida lo conseguí, aunque a los demás compañeros les costó algo más. Estando esperando saludé a Manolo al que hacía tiempo que no veía. También saludé al resto de su familia que andaba por allí. Me contó que se cayó con la bici y se rompió la cadera, pero que fue una fractura limpia y se ha recuperado bien. De hecho ya completó la maratón de Sídney hace unas semanas, o sea, que la recuperación ha sido perfecta. Mientras hablaba con ellos pasó por allí Carlos al que también saludé como todos los años, el tío no falla ni una San Silvestre de su barrio.

Dejamos la ropa en el ropero, que estaba muy bien organizado, y nos hicimos una foto de los compañeros del Club Atletismo Zofío con el Tío la vara que andaba por allí preparado para repartir varazos a diestro y siniestro a todos aquellos corredores que osaran recortar las esquinas.

El Club Atletismo Zofío con el Tío la vara

Después de la foto fui al servicio y me tocó hacer una buena cola y donde me encontré con una mala noticia y es que no había agua caliente en las duchas. De hecho lo comprobé y no había ni caliente ni fría. Encontré a los compañeros calentando por la calle del poli, subiendo y bajando. Aunque me encontraba mejor del constipado, estuve con una camiseta de manga larga hasta que quedaban pocos minuto cuando me la até a la cintura. La braga que llevaba en el cuello me la dejé puesta aunque pensé que si me molestaba también podía llegar a quitármela y llevarla en la muñeca. Eso sí, aunque estaba mejor del constipado, las costillas me seguían doliendo.

Dieron la salida puntualmente a las 11:45 y nos pusimos en marcha cuesta abajo. Tenía pensado hacer la carrera a 4:30 pero como el primer kilómetro es favorable me salió algo más deprisa, a 4:19. Poco después de ese primer kilómetro me adelantó mi sobrino al que estuve buscando en la salida y no encontré. Le di ánimos y me adelantó con facilidad. Iba mirando para atrás y mi compañero y tocayo seguía a tres o cuatro metros. La subida por la calle Villablanca se hace dura porque aunque no tiene mucha pendiente es todo el rato picando hacia arriba y es larga ya que es algo más de un kilómetro. Ese segundo kilómetro se fue a 4:37 y pensé que así se compensaba con el primero.

El tercer kilómetro es más o menos llano, pero también pica hacia arriba. Ahí hice 4:38 y la compensación con ese primer kilómetro se iba perdiendo. En todos estos kilómetros iba mirando para atrás de vez en cuando y mi tocayo seguía detrás de mí no muy lejos. El cuarto kilómetro que transcurre casi en su totalidad por Valdebernardo siempre me ha parecido favorable aunque los números indican que ni sube ni baja. Ahí conseguí recuperar unos segundillos porque lo hice en 4:24. El quinto kilómetro, saliendo de Valdebernardo, me parece cuesta arriba y de hecho según el Garmin baja y sube. Hice 4:27 y lo di por bueno por aquello de que me parecía cuesta arriba. Ahí me cogió mi tocayo y fuimos el resto de la carrera juntos codo con codo.

El sexto kilómetro es uno de los más llanos, incluso algo favorable y casi repetimos el tiempo del anterior, ya que hicimos 4:26. El séptimo kilómetro aunque acaba en una subida por la calle Minerva, casi todo el recorrido por San Cipriano es cuesta abajo y es la cuesta abajo más empinada de todo el circuito. Además en esa calle hay mucha animación. Entre lo uno y lo otro fue el segundo kilómetro más rápido ya que lo hicimos en 4:20.

Zumbando por la calle San Cipriano, foto cortesía de Emilio el incombustible

Ya sólo quedaba el último kilómetro, que es el más duro porque es cuesta arriba y ya llevas tralla en las piernas. Todo lo que se baja en la salida se sube en este tramo. Ahí me animé porque veía que iba recortando a un tipo con la camiseta del Rayo y aunque llevaba todo el camino que me dolían las costillas como si tuviera flato, ya no quedaba mucho; sin embargo fue tanto mi ánimo que cuando volví la cabeza se había quedado mi compañero bastante atrás y tuve que aflojar el ritmo para que llegase a mi altura. Entramos juntos en meta con un tiempo, según mi reloj, de 36:13, un par de segundos más que el tiempo neto que indica la organización.

Nada más traspasar la línea de meta me encontré con mi sobrino con el que estuve hablando y me comentó que le resultó más dura de lo que pensaba. Entre tanto fueron llegando el resto de compañeros. Fuimos al ropero a por la ropa, bajé al vestuario de siempre y de nuevo comprobé que no había agua por lo que tuve que subir al vestuario de la piscina y allí me pude duchar con un agua que a veces salía hirviendo. Cuando salí pude ver que la compañera había conseguido el tercer puesto de su categoría, por lo que esperamos un poco para verla subida en el cajón. Ha conseguido repetir puesto en las últimas tres carreras en las que ha participado. Una auténtica campeona que ha pasado un auténtico calvario a mitad de año y que poco a poco va recuperando su nivel.

Más contenta que unas castañuelas con su medallón

Y de este modo acabo el año 2024 como me gusta, corriendo.

¡Feliz Año Nuevo 2025!

XIII San Silvestre de Villaverde Alto

Poco antes de las diez estábamos en el punto de encuentro donde ya esperaban el resto de los compañeros. Tardamos poca cosa en llegar al parque de Plata y Castañar donde conseguimos, con un poco de suerte, aparcar en el Paseo de los Ferroviarios, no muy lejos de la zona de salida/meta donde ya nos esperaba allí un compañero del Club Atletismo Zofío con los dorsales y las camisetas. Pronto llegaron el resto de compañeros y repartió lo que tenía.

El Club Atletismo Zofío bien representado en la San Silvestre de Villaverde Alto

El día de Nochebuena, después de la carrera del mazapán, me caí en la ducha dándome un fuerte golpe en las costillas. La cosa se había complicado con un constipado con el que me obsequió mi hermana mayor el día de Navidad, así que me presenté a esta carrera hecho un cromo y no sabía qué podía salir. Calenté con el compañero más joven una vuelta pequeña y una vuelta grande para que conociera el circuito, ya que era la primera vez que venía a Villaverde. Al terminar nos vestimos de corredor dejando la ropa de abrigo, llevamos la ropa al ropero y nos dirigimos a la línea de salida. Este año había más gente que nunca, los trescientos dorsales que pusieron a la venta se acabaron en pocos días y se veía multitud de gente en una mañana soleada pero fresca.

Dieron la salida algo más tarde de la hora establecida, que eran las once de la mañana. Salí deprisa, pero enseguida vi que no iba nada cómodo con las costillas, aún así iba traté de hacerlo lo mejor posible. Cuando llevaba medio kilómetro o cosa así pude ver al compañero más joven que iba en cuarta posición. Pasé el primer kilómetro a 4:04 y me pareció algo rápido, había adelantado a Miguel y no sabía si se había quedado poco o mucho.

Fui yendo todo lo rápido que me dejaban las costillas y el constipado y pasé el segundo kilómetro en 4:16 lo que me pareció un buen tiempo teniendo en cuenta que buena parte era la cuesta arriba paralela a Standard Eléctica, lo que luego fue Alcatel. Es una subida de poca pendiente, pero subida al fin y al cabo. El tercer kilómetro, ya favorable lo hice en 4:22 y vi que no podía ir más deprisa por más que lo intentaba. En el cuarto kilómetro, más o menos llano, tampoco pude aumentar la velocidad e hice un tiempo parecido, que fue 4:21. Poco antes en el giro de ciento ochenta grados además de ver a nuestra fotógrafa particular haciendo fotos vi que Miguel no venía muy atrás, así que decidí aflojar un poco para que me cogiera y entráramos juntos. Y así ocurrió, faltando unos 400 metros me alcanzó y entramos de la mano en meta. Ese último kilómetro lo hice en 4:38, el más flojo de todos, cosa obvia. Llegué a meta con un tiempo de 21:29 que estando como estaba, me puedo dar con un canto en los dientes.

El más joven del equipo al final consiguió mantener la cuarta posición de la general y estaba muy contento porque había hecho un tiempo oficial de 16:55 haciendo su mejor marca en 5 km. Lo malo es que su reloj no marcaba cinco kilómetros, ni tampoco el mío, así que algún metro faltaba, de todos modos no eran muchos. Aún así, extrapolando, la marca en cinco kilómetros serían unos 17:08 como mucho, mejor marca de todos modos en esa distancia. La única fémina del equipo llegó con un tiempo oficial de 24:11 algo triste porque decía que había sido adelantada por la tercera en el último kilómetro.

Mirando las clasificaciones en la web nos llevamos una agradable sorpresa, doble en este caso, porque el más joven aunque cuarto de la carrera fue tercero en su categoría, igual que la fémina, así que los dos subieron al cajón. Yo fui séptimo de mi categoría y Miguel, octavo. Así que mal no estuvo. Estuvimos esperando la entrega de trofeos y luego el sorteo, en el que no hubo suerte. Acabamos en el bar Mezquita tomando algo y celebrando la pronta llegada del año 2025.

Representante del Club Atletismo Zofío en el tercer escalón del cajón
También en el tercer escalón del cajón una representante del Club Atletismo Zofío

Mi más sincera enhorabuena a la Asociación Vecinal La Incolora por sacar adelante esta carrera que cada año que pasa está mejor. Se nota el cariño que ponen para que todo salga bien.

XX Carrera del mazapán (Polán)

Dado que iba a pasar la Nochebuena en un pueblo de Toledo se me ocurrió pasarme por Polán a participar en su carrera navideña. Convencí a una compañera y a un compañero del Club Atletismo Zofío para participar en esta carrera. Así, comí pronto y poca cosa y me acosté con la idea de dormir unos minutillos.

Como la carrera comenzaba a las cinco de la tarde, mi idea era salir a las tres y cuarto de Madrid, pero entre unas cosas y otras cuando nos pusimos en marcha eran mas de las tres y media y llegamos allí un pelín antes de las cuatro y media, así que tuvimos poco tiempo para recoger el dorsal y calentar.

El Club Atletismo Zofío en la Carrera del mazapán en Polán

A las cinco dieron la salida y salí a tope. Me conformaba, como en Alcaudete, a correr a un ritmo de 4:15 ya que esta carrera es un poco más dura que la otra, aunque tampoco mucho. Es una carrera a la que hay que dar dos vueltas idénticas totalizando cinco kilómetros y medio. La carrera sale de la plaza del ayuntamiento para alcanzar la CM-401a, ir dirección Navahermosa para abandonar esta carretera y dar un rodeo por calles con nombre de ríos, para volver de nuevo a la carretera también dirección Navahermosa, vuelta de ciento ochenta grados para ir dirección Toledo, otro giro de ciento ochenta grados y vuelta hacia la plaza cruzando por un bar que estaba lleno de gente joven a «sus cosas», pero que también animaban a los corredores. Se notaba que yendo hacia Toledo la carretera era cuesta arriba y allí se iban segundos que trataba de recuperar yendo en la otra dirección. Al final llegué a meta con un tiempo de 23:29 en los aproximadamente 5,5 kilómetros a un ritmo de 4:16 min/km según mi reloj, lo que me sirvió para acabar en la posición 59 siendo undécimo de mi categoría. El compañero fue el decimoquinto de la carrera y de su categoría fue también undécimo. La compañera llegó cuarta de su categoría algo decepcionada, pero una corredora le dijo que a lo mejor pillaba premio porque no eran acumulables y había una chica entre 50 y 60 años que corría lo suyo y quizás podía ser una de las tres primeras clasificadas.

Fuimos al coche a abrigarnos y volvimos a la plaza por si se cumplía lo que había dicho la chica con la que había hablado la compañera. Estábamos en la plaza sin saber muy bien si había premio o no y esperando el turno, ya que habían empezado por los niños, luego la clasificación absoluta, luego los seniors, luego los veteranos A y por fin los veteranos B donde llamaron a la compañera para que ocupara el tercer sitio del cajón. Así que se puso más contenta que unas castañuelas. Este año no fueron muy generosos y le dieron unas pocas figuras de mazapán y un bonito trofeo.

XXII Carrera popular villa de Alcaudete

Nos acercamos tres compañeros del Club Atletismo Zofío hasta Alcaudete de la Jara, pueblo situado a 140 kilómetros de Madrid. Puede resultar un poco raro que hayamos recorridos tantos kilómetros para participar en una carrera de poco más de cinco kilómetros, pero la razón principal es que Alcaudete se encuentra cerca de mi pueblo, que no es otro que Los Navalmorales, y sentía la necesidad de acercarme al pueblo donde pasé mis primeros años de vida.

El hecho de que la carrera se celebre el 6 de diciembre, fiesta nacional y comienzo de puente laboral hizo que encontráramos muchos coches en la A-5 dirección Talavera de la Reina. Poco antes de llegar a la segunda ciudad más poblada de Toledo abandonamos la autovía para llegar a la antigua nacional. Desde allí se podían ver las barrancas junto al río Tajo, paisaje que me recordaba, salvando las distancias, a las Barrancas de Burujón. El paisaje era espectacular ya que estaban semicubiertas por una niebla baja que lo hacía más llamativo aún.

Se medio circunvala Talavera para llegar al descomunal Puente de Castilla-La Mancha, el puente más alto de España y segundo de Europa. Obra totalmente infrautilizada porque formaba parte de una circunvalación que nunca llegó a realizarse. Pasando el puente se llega a la N-502 y algunos kilómetros más allá se encuentra Alcaudete de la Jara, localidad natal de Pablo Garnica Mansi, el que fue presidente del Banco Español de Crédito (Banesto), entidad donde trabajó mi padre treinta y cinco años.

Entre que salimos algo más tarde de lo previsto, que había muchos coches y que no está al lado de casa hizo que llegáramos a las diez y media, con sólo media hora para recoger el dorsal, soltar lastre y calentar. Con tan poco tiempo, el calentamiento fue escaso.

Pocos minutos antes de las once nos pusimos detrás del arco de salida. Me llamó la atención porque había bastante gente y la calle nos es que fuera muy ancha y encima en los primeros metros había que hacer un curioso eslalon porque estaban muy seguidas la salida, una curva de noventa grados a la izquierda y otra curva también de noventa grados a la derecha.

La carrera son dos vueltas a un circuito de 2,7 kilómetros aproximadamente, bastante llano en su totalidad con sólo 12 metros de desnivel. Se puede considerar un circuito rápido porque es llano y aunque hay algunas curvas de noventa grados e incluso alguna más cerrada, hay rectas largas donde se puede mantener un buen ritmo durante bastantes metros.

Salí con la idea de llevar un ritmo de 4:15 y después del eslalon inicial, una recta de aproximadamente medio kilómetro y un par de curvas de noventa grados llegamos al primer kilómetro. Miré el cronómetro y marcaba 4:13 por lo que me pareció que iba por el camino correcto. Del primer kilómetro al segundo hay una recta de 700 metros y terreno favorable, así que conseguí mi parcial más rápido con 4:11. El tercer kilómetro es el más complicado porque comienza con un cambio de sentido con una curva muy cerrada y lo que había sido favorable en el kilómetro anterior en este parcial es ligeramente cuesta arriba. Se pasa por el arco de salida, se hace el eslalon del comienzo y a mitad de la recta de medio kilómetro se pasa por el punto kilométrico tres donde mi cronómetro marcó 4:20, se me fue un poco de lo previsto pero lo di por bueno porque pensaba que podía recuperar esos segundillos perdidos. El cuarto kilómetro es llanito, pero hay tres curvas de noventa grados que hacen que no se pueda desarrollar toda la velocidad. Hice en ese kilómetro 4:13, igual que en el primer kilómetro y veía posible el objetivo; sin embargo, el quinto kilómetro, aunque tiene la curva más cerrada, se recorre la recta de 700 metros y favorable y debería haber sido un parcial rápido, pero ya las piernas iban cansadas y se me fue a 4:19. Los últimos quinientos metros, aunque eran sólo ligeramente cuesta arriba se me fue el ritmo a 4:21 y ahí se me fue el segundo porque mi crono marcó un tiempo de 23:24 a una media de 4:16. Una pena, tenía que haber echado toda la carne en el asador en ese medio kilómetro pero de donde no hay no se puede sacar.

Lo mejor de todo es que en la clasificación aparece el ritmo que deseaba hacer, los 4:15 y es que el recorrido oficial es de 5,5 kilómetros y mi GPS marcó un pelín menos, de ahí el segundo.

El compañero más joven del club hizo un tiempo de 19:26 que sólo le sirvió para llegar en la posición 25ª lo que demuestra que había mucho nivel en la carrera. La compañera llegó con un tiempo de 27:01 siendo sexta de su categoría y muy contenta porque después de estar varios meses lesionada va poco a poco mejorando y aún tiene mucho margen.