XLII San Silvestre vicalvareña

Me levanté, desayuné tranquilamente y a las diez y cuarto estábamos en el punto de encuentro. Se montaron Emilio el incombustible y Juanqui en el coche y el resto del equipo en el otro y partimos rumbo al barrio de Vicálvaro.

Tuvimos suerte y aparcamos cerca del polideportivo, nos fuimos hasta allí andando, recogimos los dorsales, dejamos la ropa en el guardarropa y un chico se nos acercó preguntando si alguno tenía un blog, le dijeron que era yo y estuvimos un rato hablando. Me dijo que era su primera carrera y que buscando información sobre la carrera llegó al blog. Nos reconoció por nuestras camisetas del club. Le deseé buena suerte en su debut en el atletismo popular.

En la San Silvestre de Vicálvaro con algunos amigos

Calentamos un rato y en el calentamiento más de uno le pidió a Emilio R. hacerse una foto ya que iba vestido de bandolero. A las 11:45 nos pusimos en marcha. Mi idea era ir a un ritmo de 4:30 siempre que el gemelo me dejara. Una de las compañeras dijo que era muy deprisa, pero luego llegó 10 segundos antes que yo.

Pensé que podría bajar de 36 minutos porque veía que más o menos podía ir a 4:30 perdiendo algunos segundos en los kilómetros más duros y ganando algunos en las bajadas, pero al final hice 36:19. Al terminar saludé a Carlos, antiguo compañero de Telefónica Investigación y Desarrollo, que hace ya un montón de años se fue a trabajar a Alemania, pero que nunca se pierde la San Silvestre de su barrio. Él me ganó, ya le había visto fino. Al rato llegó otra de las compañeras con un tiempo de 39 minutos y algo.

Recogimos la ropa y nos duchamos y al salir creyó mi amiga que había oído su nombre por lo que fuimos hacia la zona donde estaban dando los trofeos y allí esperamos con incertidumbre a que llegaran las súper veteranas, que tardaron, ya que había un montón de clasificaciones de niños. Al final quedó primera de su categoría y le dieron una medalla bien grande. Nos volvimos al barrio y fuimos al Salem a tomar una sidra para celebrar ese primer puesto y, por supuesto, la Nochevieja.