Intento fallido de maratón

Preparé la XLV edición de la Maratón de Madrid con la intención de hacer mi trigésima maratón y dedicarme a mis labores, así que traté de prepararla en condiciones metiendo un par de medias maratones como la de Fuencarral y la de Latina.

La media de Fuencarral se celebró el 12 de febrero y la de Latina el 26 del mismo mes. Pues bien, entre ambas corrí tres días seguidos: 8 km el viernes 17, 14 km el sábado 18 y 17 km el domingo 19. Fue mi perdición porque desde ese momento comenzó a dolerme la rodilla izquierda y en todos los entrenamientos que hice de cara a la maratón me estuvo molestando la rodilla; sin embargo, aunque iba con molestias, podía correr.

El domingo anterior a la maratón salí a entrenar con mi compañero Miguel y a la vuelta, subiendo del río dije de pararme porque la rodilla seguía erre que erre, así que pensé que lo mejor era no hacer nada hasta el día M; sin embargo, la cosa no quedó ahí porque en esa última semana empezó a dolerme el gemelo o el soleo o algún músculo de esos que tenemos en la pantorrilla, también en la pierna izquierda, como la rodilla.

El día indicado nos juntamos tres compañeros del Club Atletismo Zofío con la idea, utópica en algunos casos, de terminar la maratón. El único que estaba en condiciones era Miguel porque Ninfa decía estar muy mal del estómago y yo estaba con mi pierna izquierda hecha papilla.

Dieron la salida y pronto se fue Miguel por delante, yo me quedé con Ninfa y fuimos a un ritmo tranquilo tratando de no forzar, pero notaba el gemelo/soleo que me tiraba bastante y alguna molestia en la rodilla. Pasé la media maratón fastidiado y un par de kilómetros después, bajando Marqués de Urquijo, ya me dolía toda la pierna e iba cojeando. Hubiese sido el momento de retirarme, pero había quedado con una amiga en el kilómetro 26 y fui renqueando hasta allí donde ya lo dejé. Lo malo es que Ninfa decidió retirarse también cuando ella podía haber seguido sin problemas. Y así acabó mi intento de terminar mi trigésima maratón, que se me está resistiendo.

Abandonando en el Puente del Rey

Como curiosidad decir que en 1995 también me retiré de la maratón de Madrid y no fue muy lejos de donde lo hice esta vez, ya que fue junto al Lago de la Casa de Campo.