Camino de Santiago. Etapa 7

La etapa séptima partía de Sahagún para llegar a León. Primera etapa por el Camino Francés de 60 kilómetros y un desnivel de 313 metros, sencilla.

Sonó el despertador como todos los días, pero salimos un poco antes, a menos cuarto, justo una hora después de que sonase. Hacía también fresco, como otros días al salir, pero luego aumentó la temperatura, aunque no llegó a hacer mucho calor. Salimos por una carretera atravesando el río Cea hasta llegar al cruce con otra por donde nos metimos por el Camino. Ya iban muchos peregrinos andando y la verdad es que es una lata ir adelantándolos. Una lata para ellos porque las bicis por mucho que tengamos cuidado, molestamos a los que van a pie, ya que por lo general se tienen que retirar de su camino. Por allí adelantamos a una pareja que iban también en bicicleta con alforjas, por lo que pensamos que también serían «bicigrinos». Paralela al Camino transcurría una carretera casi desierta que al poco decidimos coger ya que no iban casi coches y así dejábamos de molestar a los caminantes. Entre que íbamos por carretera y que el viento debía ser favorable, avanzábamos en muchos tramos a 25 km/h deseando «Buen Camino» a todo peregrino andante que nos encontrábamos.

Como habíamos visto que la etapa eran 60 km según la web conalforjas.com pensábamos parar en el 35 o más, así cuando llegamos a Villamoros, en el kilómetro 41, paramos en un bar porque me empeñé en tomar un café mientras nos tomábamos la barrita. En la anterior etapa se acabaron los trozos de pan de higo, por desgracia, también por eso pedí junto al café una magdalena.

Decir que fuimos por carretera hasta Mansilla de las Mulas y desde ahí fuimos por caminos y algunos trozos minúsculos por carretera. Habíamos parado en el 41 y pensábamos que nos quedaban 19 más, pero al poco vimos que ponía que quedaban menos de diez kilómetros. Después de una subida fuerte y cruzar la nacional, ya estaba León a la vista.

Después de haber recorrido 55 km según el GPS (esta vez sí aguantó la batería) llegamos a las doce en punto al hotel, que nos costó encontrar porque donde nos llevó Google Maps era un hotel, pero no había un cartel con el nombre (Hotel Rincón del Conde). Después de subir y bajar la calle donde supuestamente estaba el hotel entré en el que debía ser y efectivamente lo era. Debe ser nuevo por aquello de tener aún el cartel. Nos pidieron los carnés y pagué 49 € que no nos había cobrado Booking al hacer la reserva. Dejamos las bicis en la cafetería ya que nos dijo la recepcionista que luego las llevaba ella a un almacén. Subimos y vimos una habitación muy nueva y todo muy limpio.

El hotel está muy céntrico, muy cerca de la plaza de San Martín, en pleno barrio Húmedo. También está cerca la Plaza Mayor y no muy allá la catedral. Una de las catedrales más bonitas que he visto. Por fuera merece la pena, pero por dentro es una maravilla por su arquitectura gótica y sus increíbles vidrieras. Costó la entrada 7 €, pero no te puedes ir de León sin ver la catedral. Y no sólo la catedral, la ciudad es muy bonita.

En León con un león furioso