Hoy he participado por primera vez en la carrera popular Ciudad de los Ángeles. Se trata de la popular más antigua de las que se celebran en Madrid, exceptuando la maratón de Madrid que comenzó a celebrarse en 1978.
Me quedé alucinado con el despliegue de medios. Había estado el año pasado repartiendo octavillas para la carrera del barrio y era una organización de lo más modesta, pero este año han tirado la casa por la ventana. Por el módico precio de cero euros: cronometraje con chip, dorsal con imperdibles, agua en cada una de las vueltas y al finalizar la carrera, Aquarius, camiseta técnica y generoso sorteo de embutidos. ¿Alguien da más?
Sin embargo, ya advirtió el presidente de la asociación de vecinos que organiza la carrera que el año que viene dejaba de ser gratuita y que costaría unos cinco euros la inscripción. Precio que considero barato y que no cubre lo que cuesta organizar la prueba. Espero que cuenten con ayuda porque de lo contrario es un negocio ruinoso.
Como se trata de una carrera poco multitudinaria, llegamos a la salida con unos cuarenta minutos de antelación. Hicimos una pequeña cola de pocos minutos y recogimos nuestros dorsales. Poco después nos encontramos con Iñaki y con un nutrido grupo de Pradolongueros que se habían dado cita allí: Jesús, los dos Emilios y Quique. Nos hicimos una bonita foto antes de salir.
Llevo unas cuantas semanas, o más bien diría meses, entrenando poca cosa, así que no esperaba hacer nada destacado en la carrera. No tenía ninguna pretensión, así que en vez de calentar decentemente, me entretuve hablando con Jesús, de Atelier, sobre la carrera del barrio, que ellos nos ayudan con la organización. Cuando me quise dar cuenta ya era casi la hora y me tuve que poner a estirar de aquellas maneras…
Después de los estiramientos me puse en la línea de salida con la idea de acompañar a mi amiga, que buscaba hacerlo lo mejor posible para poder subir al cajón. No llevaba reloj y no tenía idea del ritmo que llevaba, pero yo la veía bastante bien; sin embargo, sobre el kilómetro ocho tuvo un pequeño bajón. Afortunadamente, luego se repuso.
Después de los casi 10 km, llegamos a meta con un tiempo de 48:37 que le sirvió para auparse al tercer puesto del cajón de su categoría, muy extrañada de ver quien fue la vencedora de su categoría, que siempre había quedado detrás de ella.
Lo que más me gustó fue el cartel que puso Emilio de la carrera del barrio junto al lugar donde se recogía el dorsal.
Todas las fotos cortesía de Emilio (runningbox). ¡¡¡Muchas gracias!!!