Hoy se ha celebrado la XXVII edición de la carrera del árbol en el madrileño barrio de Vallecas. Se trata de una carrera no competitiva donde todo el mundo corre con la misma camiseta (no hay dorsales) y es obsequiado al llegar meta con un árbol y una generosa bolsa con regalos varios. Es una carrera donde no es raro ver familias corriendo todos juntos.
En mi caso, fuimos los cuatro miembros de la familia. Por desgracia, el día anterior mi hija se había lesionado en el gemelo (menuda herencia la he dejado) por lo que sólo pudo correr los primeros doscientos metros de los cuatro de los que constaba la carrera. La acompañé durante el recorrido, mientras que el resto de la familia seguía trotando. Al final, aunque de los últimos, conseguimos llegar a la meta.
Después del atasco que se formó en la línea de meta, fuimos obsequiados con una bolsa del corredor bastante abundante: agua, refresco, chocolatina, naranja, radio-reloj despertador y, por supuesto, un pimpollo, que en mi caso era de encina. Si a todo eso añadimos la camiseta, sale bastante «apañado» para 5 € que costaba la inscripción.
Una bonita carrera y sobre todo, diferente al resto de pruebas del calendario. Lo único que no me gustó fue que tuvimos que ir hasta el centro comercial La Gavia a recoger la camiseta para la carrera. Hace unos años era más sencillo, ya que al inscribirte recibías el dorsal y te ahorrabas el viajecito.
De nuevo me he presentado en la línea de salida con mis zapatillas amortiguadas, aunque la carrera fuera de sólo cuatro kilómetros. Al tratarse de una carrera de tan corto kilometraje, me estuve pensando ir descalzo, haciendo algunos kilómetros andando y otros corriendo, pero al final no tuve otra opción que ir calzado.
Tengo la sensación de que esta semana he pecado de ambicioso en mi transición, ya que el sábado por la tarde empecé a notar molestias en el gemelo derecho. Cuando se va descalzo, ya sea andando, ya sea corriendo, el gemelo sufre más que al llevar zapatos o zapatillas con tacón, ya que al ir descalzo, el gemelo va más estirado. Si has estado más de cuarenta años andando con el gemelo acortado, éste sufre mucho cuando ahora va en tensión y creo que eso es lo que me ha pasado. Espero que estirando la zona y aplicando hielo pueda recuperarme de la lesión. Ya veremos si salgo a correr en los próximos días.
Lo curioso es que ayer después de correr me encontraba fenomenalmente bien. Pensaba que poco a poco había conseguido ir domando a mis pies, pero en la transición es tan importante los pies como los gemelos y soleos. Había pensado que si era capaz de ir adaptando mis pies, los músculos lo harían al mismo tiempo, pero ya veo que no. La idea de salir al menos un día a la semana con unas zapatillas minimalistas para hacer una tirada algo más larga no se si será muy acertada visto lo visto.