Como el domingo toca carrera, pasamos el entrenamiento de calidad (si es que se puede llamar así) del jueves al martes. No tenía muy claro qué hacer, así que sobre la marcha decidí hacer cinco kilómetros a ritmo umbral, que es lo más fácil. La idea era ir por debajo de 4:10, pero no pude ni acercarme: 4:23, 4:14, 4:13, 4:12 y 4:11. Si quitamos el primero, fue una bonita progresión, pero nada que ver con la filosofía del ritmo umbral que trata de mantener una intensidad constante.
Al terminar, comentaba Joaquín, que no entendía como hace veinte años podía hacer con facilidad 1h27 (ritmo de 4:07) en una media maratón dura y ahora le costaba llegar a ese ritmo en unos kilómetros. La explicación, obviamente, es la edad. Veinte años es mucha diferencia de edad entre antes y ahora.
Para comparar marcas y edades, nada mejor que hacer uso de la hoja de cálculo donde vienen las tablas de Daniels. Se puede bajar de aquí, por si alguno le interesa.
Comparativa 33 años vs. 53
Como puede verse, una marca de 1h27 en media maratón de una persona de 33 años es equivalente a una marca de 1h40 para una persona con veinte años más. Esto quiere decir que la hora y media que puede alcanzar Joaquín en media maratón es infinitamente mejor que esos 1h27, sólo hay que ver, con números en la mano, que 1h30 para una persona de 53 años es equivalente a 1h17 para una persona de 33.
Resumiendo, que mi buen compañero de entrenamientos y carreras ¡¡¡está mejor que nunca!!!
Ente calentamiento, kilómetros a umbral y enfriamiento, totalicé 11,3 km en un tiempo de 58:09 @ 5:07/km. El entreno ha reportado 12,7 puntos por los kilómetros a umbral y 3,7 por el calentamiento y el enfriamiento, por lo que 16,4 para la buchaca.