La irresistible tentación del jamón

Acabamos de venir de Jadraque, como aquel que dice, y ya estamos pensando en ir a Cuenca a la carrera de la Hoz del Huécar a por otro jamón. Para conseguir este segundo es necesario ir una docena de corredores del mismo club entre los que se incluya una mujer y, por supuesto, todos deben llegar a meta. Me da la sensación de que esta vez lo vamos a tener más difícil para completar el equipo. A mí la verdad es que me gustaría ir porque todo el mundo me ha hablado muy bien de esta carrera, pero o vamos todos o ninguno.

El domingo, después de la media de Jadraque no estiré y el lunes y hoy notaba una pequeña molestia en el tendón de aquiles por lo que estiré bien antes de salir de casa. Lo cierto es que después de una carrera hay menos tiempo para hacer nada, pero hay que buscar unos minutillos para estirar, que luego se puede pagar. Espero que esas molestias se me acaben quitando o me voy a acordar de Jadraque y su jamón el resto de mis días.

Esas molestias me hicieron ser prudente durante el entrenamiento y procuré no forzar en todo momento, así que fue un buen entrenamiento de recuperación porque aunque hagas una carrera más despacio de tu ritmo normal, las piernas también lo sienten.

Como viene siendo habitual desde que hicimos la maratón, y dado que ya hay luz a las horas que salimos, el entrenamiento consistió en dar dos vueltas al antiguo circuito de Pradolongo, completando un total de 9,64 km en 52:48 a un ritmo cercano a 5:30, bastante cómodo. Afortunadamente no me resentí de las pequeñas molestias.

Al terminar, con nuestras habituales dotes de persuasión, conseguimos convencer a Emilio para que nos acompañe a Quique y a mí el próximo domingo en la carrera Liberty, por lo que seremos tres pradolongueros los que nos demos cita en la calle Goya.