Resulta que mañana (miércoles 7 de abril) leo en el metro, por encima del hombro de un lector, el periódico gratuito ADN (tiene su ventaja escribir la crónica el día después). Hablaba del Parque Regional del Sureste y decía algo relacionado con la caza.
Busco en la edición digital de este periódico la noticia y resulta que en el 80% de este parque se puede cazar y que, por lo tanto, está plagado de escopeteros. Vamos que cualquier día salgo a correr y acabo con el cuerpo lleno de perdigones. La verdad es que me ha metido el miedo en el cuerpo esta noticia, ya que no sabía de este peligro. El único consuelo es que el parque ocupa 31.552 hectáreas y que todavía quedan 6.310 hectáreas libres de cotos de caza. Confío en que el camino que recorro en mis tiradas largas esté dentro de esas 6.310 hectáreas, de todas formas no me adentro demasiado en el parque.
El entrenamiento de hoy ha sido bastante tranquilo, hablando del ya casi inminente maratón. Yo trataba de convencer a Quique que tiene las tres horas en el bolsillo, pero es muy prudente, tiene muy mal recuerdo de su primera maratón y dice -no sé si con la boca chica- que no piensa atacar las tres horas. Desde mi punto de vista, ahora está pletórico.
Después de dar dos vueltas al circuito viejo de Pradolongo, he acompañado a Emilio para hacer algo más porque la vuelta «vieja» es más corta de lo que yo pensaba. Al final he recorrido 12,4 km en 1:06:53, a un ritmo relajado de 5:22.
Antes de comenzar el entreno hemos estado hablando de las camisetas. Parece que ahora nos van a hacer unas algo extraordinarias, para lo que debemos abonar 10 euracos más.
Ya terminaste de jugarte la vida, puesto que el domingo fue tu ultima tirada larga antes de la maratón, esta bien enterarse de esas cosas a toro posado jejeje.
Hola Macu,
Así es, mejor enterarse luego. Como dices ha sido mi última tirada larga y si bajo al río, no pasaré del circuito marcado.
Saludos.