Emilio es un tipo duro. Después de correr el domingo Mapoma y hacer 3h29 hoy martes ha venido a hacer unos kilómetros. Me ha contado que ha perdido casi cuatro minutos porque al llegar al Retiro ha entrado con su nieto, en un principio corriendo y luego a hombros. Muy duro lo de llevar a alguien a hombros después de llevar 41 km encima, pero Emilio es así. Decía que quería hacerlo esta vez no fuera a ser la última maratón. No me creo yo que sea la última, la verdad.
El caso es que hemos ido de nuevo hacia el río, pero Emilio no quería hacer mucho kilometraje y nos hemos dado él y yo la vuelta en cuanto hemos llegado al río. Los demás seguían, están como locos con la Caja Mágica. Para hacer algún kilómetro más, le he acompañado hasta su casa y luego he dado una vuelta por Parque Sur hasta completar una hora de carrera. En el tiempo que he estado con Emilio trataba de convencerle para que corra los 100 km, pero no estaba muy por la labor, quizás se lo he dicho demasiado cerca de la maratón. Seguiré insistiendo.