Menudo palizón

Hoy se ha celebrado la XXXII edición de la Maratón Popular de Madrid. Este año no he participado, pero no quería dejar de aportar mi granito de arena. A las 6:30 estaba arriba y a las 6:50 me recogía Emilio, que después pasó a por Enrique y luego a por Andrés. A las 7:30 estábamos en las escalinatas del Palacio de Telecomunicaciones. Estuvimos un tiempo charlando y minutos después crucé la calle Alcalá para ver a mis compañeros de MaraTI+D que habían quedado a las ocho en el Palacio de Linares. Saludos, fotos, bromas y cuando quedaban veinte minutos para las nueve nos subimos a Colón a ver la salida. Allí nos encontramos con Pepe, Norberto y Miguel. Después de ver pasar a casi diez mil personas, nos fuimos hacia Hortaleza donde estaba ubicado el km 17 ó 18. Empezó a llover con cierta fuerza al poco de empezar la prueba y nosotros nos refugiamos en un bar a tomar un cafetito.

Sobre las 9:50 empezaron a pasar los primeros corredores, todos negros. A Julio Rey se le veía ya descolgado por completo de la cabeza. Estuvimos aplaudiendo y animando hasta que paso el último de Garabitas. Entonces, empezó mi maratón particular, porque desde allí fuimos corriendo/andando hasta Príncipe Pío, al ritmo que marcaba Antonio. Este se quedó allí y Andrés y yo fuimos hasta Lago donde estaba situado el km 32, Andrés con al idea de acompañar a Emilio y yo con la idea de acompañar a Juan Ignacio, porque a Emilio no iba a poder seguirle. Desde el 32 fui corriendo hasta el 29 donde contacté con Juan Ignacio, el cual me comentó que iba un poco cascado y la verdad es que el ritmo un tanto lento. Desde ese km 29 le acompañé hasta la puerta de El Retiro. Iba cogiendo agua y tratando de distraerle hablando de cualquier cosa que se me ocurriera, pero tengo que reconocer que hablar no es lo mío. Además no bebía agua, por lo que la única ayuda fue acercarle los vasos de Aquarius.

Me sorprendió la subida que se marcó Juan Ignacio en la calle Segovia, ya pasado el km 35 porque ahí empezó a pasar a gente. La subida por el Paseo Imperial también se le dio bastante bien. Vi que su ritmo iba en aumento según pasábamos por Embajadores y Atocha. En la subida de Alfonso XII demostró que iba totalmente recuperado porque subió a un ritmo imponente. Poco después llegaba el km 40 y siguió a buen ritmo, después sobrepasamos el 41 y seguía bien. Al poco llegamos a la puerta de El Retiro y ahí le dejé. Aceleró con la esperanza de bajar de las cuatro horas, pero se tuvo que conformar con 4:01:14, que no está nada mal.

Después de dejar a Juan Ignacio pasado el km 41, volví corriendo hasta Atocha, en el km 39 y desde ahí, me fui andando hasta casa, que debe estar a unos seis kilómetros de Atocha. Vamos, que me di una buena paliza, ya que estuve corriendo unos 22 km y luego andando otros 6 km. No está mal, es un buen entrenamiento para los 100 km.