Allí estuvimos, en el barrio de Vicálvaro, dando las últimas zancadas de la temporada 2006. Un buen día para correr, nublado y sin frío. Realicé un tiempo de 35:16 (diez segundos más que el año pasado) en un recorrido de unos 8,2 km (más o menos).
Parece que me persigue una jauría de lobos
Manolo, compañero de equipo, subió al pódium en la categoría de veteranos, igual que el año pasado. Manolo es todo un monstruo de las carreras.
Lo mejor es que gané unos bonitos chorizos de cantimpalo en la rifa posterior. Muy ricos. Y es que esta gente de Vicálvaro rifan hasta sus zapatillas.
La fortuna, en forma de chorizo, me sonríe