Hoy nos hemos acercado a Jadraque con los compañeros de MaraTI+D (y algún añadido) para ver si conseguíamos hacernos con un jamón. Según el reglamento de esta carrera, todo equipo que presente y acabe con diez corredores o más tiene derecho a un jamón y a una caja de botellas de vino. Para que sea un poco más fácil la organización permite realizar o bien la media maratón o bien 10 km.
Jadraque se encuentra a algo más de cien kilómetros de Madrid, por lo que tocó madrugar para ir a la carrera. A eso de las diez ya estábamos allí y nos encontramos con algunos componentes del equipo. Retiramos el dorsal, nos hacemos la foto de rigor y nos preparamos para la salida, sin tiempo para estirar ni calentar.
¡A por el jamón!
Como todavía estoy en los comienzos de la transición calzado -> descalzo, todavía no estoy capacitado para recorrer ni siquiera la distancia más corta de 10 km, por lo que decido salir con zapatillas tratando de llevar la técnica de pisada de metatarso y zancadas cortas y rápidas. Dado que con esta nueva técnica, los músculos utilizados son distintos a cuando se corre de talón, me parecía excesivo correr una media y salgo pensando en hacer sólo diez.
Salgo con una amiga esos primeros kilómetros que ya son durillos y cuando llegamos a la glorieta donde se gira para hacer la distancia corta, decido acompañarla para no dejarla sola en esas solitarias carreteras y bajo esa solana inclemente. En cada oportunidad recojo agua y aconsejo a mi compañera de viaje que beba, pero no me hace mucho caso. Al terminar la carrera me confesó que no bebía por temor al flato, pero mejor ir con una molestia en el abdomen. En estas carreras donde el calor aprieta de lo lindo lo más importante es la hidratación. Es mejor olvidarse de ritmos y marcas y centrarse sólo en beber, si no quieres sufrir un golpe de calor.
Después de llegar a Membrillera, volvimos por el mismo camino hacia Jadraque, sufriendo por el calor y las cuestas. Ya en el parque donde está instalada la meta, mi compañera de aventuras esprintó como si le fuese la vida en ello y llegó algunos segundos antes que yo. Según el mensaje corto que recibí por la tarde, llegué con un tiempo oficial de 1:50:54 en el puesto 116. Mi amiga consiguió subir al cajón, en el segundo puesto de su categoría.
¡Objetivo conseguido!
Ayer me subí a la báscula para comprobar si la semana de control había dado resultado. ¡Y vaya si lo ha dado! La báscula marcaba 67,3 kg que es un kilo y medio menos que la semana pasada. De todas formas, sigo pensando que la báscula no anda muy allá.