Entre la visita a la sidrería y el cambio de hora, me levanté más tarde de lo normal, pero nunca es tarde para un buen entrenamiento y si ayer la salida era para «preparar» el cuerpo para el txotx, hoy tocaba rebajar el exceso provocado por el evento.
El día amaneció soleado y debo decir que pasé calor durante el entrenamiento. Afortunadamente, había zonas sombreadas que amortiguaban el efecto de las altas temperaturas.
Hoy tocaba el sendero blanquiazul y resultó bastante más duro que el del día anterior, con subidas más largas y bajadas también más largas y bastante empinadas. Mis pies sufrieron de lo lindo en esas bajadas debido a la uña negra que tengo en el dedo gordo del pie derecho y el ojo de gallo que tengo en el meñique del otro pie. En este penoso estado en el que se encuentran mis pinreles, no parece lo más adecuado este tipo de circuitos.
En total realicé 19 km en 1h45 y llegué bastante cansado. No sólo por el duro circuito sino también por no haber dormido en condiciones y ¡hasta creo que me afectó el cambio de hora! Y es que no sabe uno que excusas poner…
Aparte de correr en plena naturaleza, en estos dos días he visto una fauna bastante diversa por esos caminos: perros, gatos, caballos, burros, gallinas, un avestruz y ¡¡¡hasta un erizo!!!
Total kilómetros recorridos esta semana: 57,5 km, unos cuantos menos que la semana pasada que fue una de las más largas.