Hoy se ha celebrado la carrera del CSIC. Ayer, justo antes de acostarme me di cuenta de que había olvidado en la empresa los dorsales de la gente a la que tenía que dárselos a la hora de la carrera. Mi mujer se negó rotundamente a madrugar para acercarme en coche, así que me tocó madrugar a mí en exceso y pillar un taxi. Luego metro hasta la Pl. de la República Argentina, donde llegaba a las 9h10′. Había llovido por la noche, pero a esas horas no llovía y la temperatura era buena para mi gusto y para Angel, un poco alta.
Dado el nerviosismo propio de la ocasión, tuve que acercarme rápidamente a los servicios donde pude contemplar con desazón la inmensa cola -de gente- que había para hacer uso de estos inventos. Estando esperando, vi como poco a poco el reloj se acercaba a las 9h30′ e incluso las sobrepasaba. Algo más tarde y después de…, nueva cola -también de gente- para recoger el chip. Curiosamente, todos los quioscos de reparto de chips estaban vacíos menos el que me tocaba a mi.
Afortunadamente, estando en la cola se acercaron Francisco y Javier a los que pudedarles el chip y el dorsal, sin embargo Alberto no apareció por allí. Entregué mi ropa en el guardarropa y trotando me acerqué al punto de encuentro a eso de las 9h45′ y ¡Alberto tampoco estaba! Le estuve esperando con el chip y el dorsal en la mano hasta tres minutos antes de dar la salida, cuando se lo entregué a Javier G. -todos esperamos verte pronto de corto- por si casualmente le veía en estos momentos postreros.
La salida fue verdaderamente horrorosa. Por el asunto de Alberto estaba atrás del todo del pelotón con Mariano con el que había planeado correr sobre los 5’/km. Tardamos sobre 40» en pasar la pancarta de salida y no sé cuántos más en comenzar a correr. Viendo que el pelotón andaba algo pastoso me puse a correr por la acera y en ese momento ya no volví a ver a Mariano hasta la meta. Cerca del km 2 cogí a Angel -que se había parado a atarse la zapatilla- y estuvimos juntos un par de kilómetros o más hasta que con mi ágil zancada le fui dejando atrás poco a poco. Pasé por donde ponía km 5 con 26′ y treinta y tantos segundos, viendo que mi intención de acercarme a los 50′ se aleja bastante. Ya que mi salida fue muy tranquila, aceleré algo el ritmo aunque me parecía difícil cumplir el objetivo (tiempo < 50′). Sin embargo, me pareció que el kilómetro entre el punto donde ponía 6 km y el de 7 km era más corto que los otros. Imagino, que la organización -en su infinita sabiduría-, sabiendo que la primera parte era más fácil que la segunda, puso en aquella los kilómetros más largos y en la segunda, más cortos para que el corredor tuviera una sensación subjetiva de igual dificultad durante todo el recorrido. Pues eso, al final llegué a meta sorprendentemente con un tiempo oficial de 49:27 en una distancia aproximada de 10,4 km.
Es una carrera bastante sosa de animación, pero los acompañantes de MaraTI+D se portaron extraordinariamente animando al personal. Gracias a todos.
No hubo ningún problema en la línea de llegada gracias a los chips. La devolución de chips se hizo fácilmente a cambio de una bolsa con una camiseta y una botella de agua. Había un quiosco donde daban refrescos. En este aspecto, la cosa estuvo bastante bien. Un buen grupo de compañeros nos quedamos en el césped durante el sorteo, disfrutando un poco del sol que lucía esplendorosamente ayer por la mañana. Lástima que a algunos no se les vió el pelo por ningún sitio.
La organización no estuvo mal del todo. Se libran por poco del cero pelotero en la calificación. Lo peor de todo fue el cambio de recorrido sin avisar de ninguna manera de que la carrera no eran 10 km. La salida también es un poco desastrosa: un enorme grupo (80% al menos de la totalidad) estaban por delante de la pancarta de salida. Lo demás más o menos correcto, aunque pecaron de racanería, ya que que 8 servicios para 2000 tíos o más era un número ciertamente escaso como se demostró con las enormes colas que se formaban delante de estos habitá-culos.