Hoy me he vuelto a prender un dorsal en la camiseta después del intento de maratón de Madrid del 22 de abril, donde me tuve que retirar a los 11 kilómetros.
No es que haya estado parado desde entonces, pero en estos 42 días he hecho poca cosa, mezclando la bici (cinco actividades) con el trote cochinero (seis actividades); sin embargo, parecía que estos últimos días me encontraba mejor y me decidí a participar en esta auténtica carrera popular, de las que van quedando cada vez menos en Madrid.
La idea de participar era simplemente ver si las molestias que aún tengo me impedían hacer diez kilómetros a un ritmo más o menos decente y lo principal, acompañar a los colegas del Club Atletismo Zofío que se habían desplazado hasta allí.
Adivinen quien se quedó sin trofeo 🙂
Se notó que es una carrera modesta porque la ambulancia no apareció cuando debía. Según la megafonía, fue la Policía Municipal quien hizo las gestiones para que llegara y es por ello que tuvimos que esperar media hora, hasta las nueve y media para que dieran la salida.
Dieron la salida y salí con muuuucha calma, además que los primeros metros son cuesta arriba y tampoco era cuestión de forzar, por lo que me sorprendió cuando miré el cronómetro al pasar el primer kilómetro y ver que lo había hecho en 5:05 cuando estoy entrenando a ritmos cercanos a seis.
No me vi mal, así que decidí seguir a ese ritmo, que me resultaba llevadero y no notaba que las molestias fueran a más. Acabé la primera vuelta y vi que la cosa seguía estable, pero seguí al trantrán hasta la mitad de la carrera, que decidí aumentar el ritmo para ver cómo respondía la pierna.
Hice ese sexto kilómetro en 4:37 y me sorprendió que la pierna seguía sin quejarse; sin embargo, me controlé un poco en el séptimo, que es cuesta arriba. Vi a una compañera del club algo por delante así que apreté un poco en el octavo hasta que la di alcance. Al llegar a su altura me dijo que iba la primera chica de la carrera, lo cual me alegró muy mucho. La fui animando para que su ritmo no decayera porque la segunda no estaba muy atrás, pero siguió a lo suyo, sin hacerme ni caso, ¡como debe ser! Sólo apretó de verdad cuando faltando trescientos metros oyó unos gritos de ánimo a la segunda. Aceleró tanto que me costó ponerme a su altura para poder entrar juntos en meta. Hicimos un tiempo oficial de 49:08, terminando ambos muy contentos. Ella porque había sido la primera de la carrera y yo porque la pierna me había dejado correr con no muchas molestias.
Pero las alegrías no acabaron ahí porque los otros dos componentes del Club Atletismo Zofío quedaron segundo y tercero de su categoría de Veteranos B. Todo un éxito del club.
Aparezco en el selfie con un trofeo, pero no es mío, es de José Luis que se marchó antes
Una carrera humilde, pero que merece la pena, ya que lo organizadores ponen todo de su parte.
¡¡¡Vivan las carreras de barrio!!!
Por cierto, tengo una copia de la clasificación de la carrera aquí.