Me desperté a las siete y me levanté para desayunar con tiempo. Para esta carrera habíamos quedado cuatro componentes del Club Atletismo Zofío con el objeto de participar en ella y conseguir puntos para el circuito de la Unión de Carreras de Barrio. Otras veces quedamos en el punto de encuentro y vamos todos hacia la salida, pero esta vez fuimos en dos coches y cada uno por un lado. La carrera era a las once por lo que habíamos pensado salir a las diez menos cuarto, pero se nos hizo tarde y salimos casi a las diez cuando la compañera, que iba en el otro vehículo, ya estaba allí desde hacía un rato. Así que de camino la envié los códigos QR y nos recogió el dorsal. Aparcamos junto al pinar de la Elipa y fuimos hacia el dragón de la Elipa donde estaba situada la línea de salida/llegada dando un paseo ya que la temperatura era muy agradable.
Estaba la compañera con los dorsales junto al dragón, nos los pusimos en la camiseta, dejamos las mochilas en el ropero y fuimos a reconocer el circuito ya que el joven que había venido con nosotros no lo conocía y es un circuito para conocerlo porque tiene unas bonitas subidas que es mejor saber dónde están y cómo son para no quedarte clavado..
El circuito consta de dos vueltas idénticas, cada una de ellas de algo menos de cinco kilómetros. La salida es cuesta abajo, pero no se han recorrido ni cien metros cuando se gira a la derecha y comienza la primera cuesta de la jornada por la calle Ricardo Ortiz. Pronto suaviza y se sigue por un falso llano por esa calle hasta a una iglesia muy moderna donde se gira a la derecha y comienza una subida más larga que la anterior, aunque quizás menos dura, por la Avenida Daroca. Es una subida irregular porque también hay algún falso llano que permite recuperar un poco el resuello. Por esa avenida se llega a la plaza Agustín González, en honor del famoso actor español enterrado no muy lejos de allí. Pasando la plaza comienza otra cuesta a lo largo de la Avenida de las Trece Rosas, que no es muy larga ni muy empinada y que transcurre paralela a la tapia del cementerio de la Almudena. La cuesta suaviza hasta que se gira a la derecha por la calle de Santa Irene que vuelve a empinarse, pero de poca longitud, para empezar a bajar hasta la calle Poeta Blas de Otero, que es más o menos llana empalmando con la calle Santa Felicidad y llegando por fin a la Avenida Marqués de Corbera donde comienza una fuerte bajada de unos 600 metros para completar la vuelta. Y luego otra vuelta.

Fuimos calentando hasta la plaza de Agustín González donde comienza la cuesta del cementerio, viendo las diferentes cuestas que nos esperaban. Nos volvimos por otro lado porque se nos iba echando el tiempo encima. Al llegar a la línea de salida vimos a la amiga que había venido con nosotros bailando con los amigos de Parque Sur a ritmo de charanga. A todos nos pareció buena idea lo de la charanga.
Me puse junto a la compañera algo lejos de la línea y al salir tan atrás nos costó trabajo comenzar a correr de manera fluida. Fue un fallo ponernos tan alejados de la línea de salida. Me costó trabajo ponerme a la altura de mi compañera porque me quedé más rezagado en la salida. Luego pude alcanzarla y al poco llegamos a la altura de Antonio y Javi, nuestros vecinos de Parque Sur y ya hicimos el resto de la primera vuelta juntos, aunque mi compañera, demostrando lo bien que se le da bajar, se nos fue un poco en la bajada de meta. En la segunda vuelta ya puso el turbo y no hubo manera de seguirla, yo notaba las piernas cansadas del día antes y me costaba un poco. Antonio se fue a por ella y Javi se quedó detrás de mí. Poco a poco se fueron yendo pero Antonio no consiguió coger a la compañera y ella no consiguió coger a una chica toda tatuada que iba un poco delante de ella y que casi la alcanza en los metros finales.

En la bajada final vi a Javi parado y me dijo que lo había dejado en el siete porque se vio mal, pero estoy seguro de que podía haber seguido bajando un poco el ritmo. Llegué a meta cuando el reloj de la llegada pasaba al minuto 44. En la clasificación oficial aparezco con un tiempo bruto de 44:02 y neto de 43:49, una diferencia de trece segundos que indica lo mal que salimos. Lo más curioso es que mi reloj marca 43:54 ni pá ti, ni pá mí. Mi compañera hizo una muy buena carrera porque me sacó casi un minuto en meta y de esa manera consiguió auparse al tercer puesto del pódium en su categoría de veteranas.
Cogí la bolsa y el agua y subí la cuesta para animar a la otra amiga que ya la vi bajando a su ritmo acabando con un tiempo oficial de 50:24 (neto de 50:12) siendo cuarta de su categoría y el joven compañero de club acabó con un tiempo de 36:34 (neto 36:31) siendo decimoquinto de la carrera y noveno de su categoría. Como una de las compañeras llegó tercera de su categoría estuvimos un buen rato esperando hasta que subió al cajón.
